EDITORIALES 


¡Larga Vida a las Narco-Dictaduras y sus Tiranuelos!

 

Ahí donde aparezcan, se apoderen de los países y se perpetúen, pueden estar confiadas, seguras y a sus anchas, porque el llamado, peyorativamente, “policía del mundo” es muy tolerante y permite que los tiranuelos (o dictadores), arremetan contra sus pueblos, los castiguen, los flagelen, los asesinen, priven de libertad y los persigan. Principalmente porque los Estados Unidos (“el gendarme mundial”), es un tigre de papel que a nadie asusta.

            Creímos que el desastre deshonroso de Vietnam iba a ser un hecho aislado en sus guerras extraterritoriales o intercontinentales; pero el caso se ha repetido una y otra vez. La última ocasión ha sido en Afganistán. Pero no nos vamos a referir a ello en esta oportunidad, pues el tema ha sido recurrido por los medios de prensa hasta la saciedad.

            Pero las dictaduras y sus tiranos a la cabeza, pueden estar, hoy más que nunca, extraordinariamente relajados y tranquilos, a sabiendas de que los estadounidenses en la Casa Blanca, no les bajarán de sus tronos. Por ejemplo, la narco-dictadura de Venezuela es la mayor proveedora de cocaína de los norteamericanos, con amplias ramificaciones y contactos firmes con los cárteles de Colombia y México y aun así, la famosísima DEA no hace absolutamente por corregir ese serio problema que pone en peligro cada año a los miles de jóvenes dentro de los Estados Unidos, que compran y consumen las drogas que parten desde los puertos venezolanos en El Caribe, cruzan toda América Central, donde tienen bodegas, principalmente en Honduras, Guatemala (El Petén) y en Nicaragua, hasta cruzar las fronteras terrestres y marítimas de los estadounidenses. Y la DEA sigue volviendo el rostro hacia el otro lado, para evitar comprometerse en una guerra que la cree perdida contra los narco-dictadores, sus socios narcotraficantes y sus sicarios.

            Es decir, da la impresión de que a Washington no le interesa lo que suceda con sus propios jóvenes, que se llenan las gargantas y narices con el polvo blanco made in Colombia and Bolivia. Un auténtico “tigre de papel” que a nadie asusta, esos son los Estados Unidos. Y cuando los talibanes comiencen a exportar opio, la situación agravará, pero los estadounidenses tampoco harán nada por corregir este otro entuerto.

            Son erráticos políticos, dueños de una diplomacia ineficaz y torcida; pésimos soldados en los campos de batalla y cuando han bajado a algunos dictadores –con la ayuda de naciones europeas-, dejan atrás a gobiernos fallidos o países en verdadero caos, como ha sucedido en Libia, una vez que derrocaron a Gaddafy –un valladar contra los terroristas-, o en Irak, donde nació el famoso Daesh o Estado Islámico. En la actualidad, Irak se presenta como un país indómito, con un gobierno ineficiente y con una situación interna convulsa, explosiva y harto difícil. Y gracias a la intervención estadounidense y de nadie más.

            En los casos sufridos en América Latina, durante y después de la llegada de los marines enviados por Washington, la situación ha sido un poco diferente en el sentido de que el derramamiento de sangre no se ha dado dentro de una guerra estilo Vietnam (excepto en la invasión de Panamá para sacar a Noriega del poder, un hecho por demás único debido a la intolerancia del ex presidente George W. Bush en aquel momento, con el narco-dictador panameño), pero las situaciones no han sido tampoco las mejores para uno y otro bando, porque ha permitido dictaduras realmente vergonzantes en los casos de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Argentina, Paraguay, etcétera, etcétera, simplemente porque en Washington, la gente que opera en la Casa Blanca, ha decidido ver hacia el lado contrario y obviar las constantes violaciones a los principios democráticos, a los derechos humanos y a las libertades de los pueblos. Es decir, cuando se ha necesitado que Washington actúe… el silencio más avergonzante ha sido su respuesta, acompañado por la inacción irresponsable.

              Es “un policía del mundo” al cual los delincuentes le faltan el respeto una y otra vez, como lo hicieron los dictadores sanguinarios de Cuba, Fidel y Raúl Castro; el de Nicaragua en la actualidad y los de Venezuela; lo mismo que el troglodita de Corea del Norte, quien se burló en la propia cara del demente Donald Trump en las repetidas Cumbres que sostuvieron los dos, para delimitar el poderío nuclear y el lanzamiento de misiles; pero cada vez que el obeso Trump abandonaba el salón de reuniones, el norcoreano lanzaba unos tres misiles más al Mar de Japón. Porque todos le faltan el respeto a Washington, saben que es una especie de león desdentado que se escucha mal cuando intenta rugir.

            Por todo lo que hemos desglosado, solo exclamamos invadidos por la tristeza más profunda y frustración propia: ¡Larga vida a los tiranos y sus dictaduras! Porque nadie existe, alrededor del mundo, capaz de defender y libertar a sus pueblos. Y observando el desparpajo de las intervenciones militares de los estadounidenses, es mejor que cada nación resuelva sus propios problemas, sin la supuesta “ayuda” norteamericana, que resultará más perjudicial que el mal que tenían encima. Esa es la única verdad que nos han dejado ver los inútiles de la Casa Blanca y del Pentágono.


 El Doble Juego de Pakistán y la Inexplicable Aceptación de

la Casa Blanca

 

“Los errores se pagan caro,” dice la vieja máxima popular. Y cuando se trata de una superpotencia que presume de ser “la salvadora de la humanidad”, en el caso de los Estados Unidos, los errores normales se agigantan, se quintuplican y quedan grabados indeleblemente en las memorias de millones de personas que hemos sido testigos de esos yerros de bulto. Concretamente, la presunta “amistad” que existe entre Pakistán, que a todas luces es un Estado patrocinador del terrorismo mundial, y Washington, es una de las enormes equivocaciones que se han podido  observar en las últimas décadas en la geopolítica.

            Es una relación que emite el mensaje (nada claro), de que “es mejor tenerte como amigo que como enemigo,” semejante a aquel niño solitario y asustadizo de la escuela primaria que regala su manzana a los matones para que no le peguen en los descansos, porque la Casa Blanca y el Pentágono, para ser más exacto, saben que Pakistán como enemigo es temible con sus bombas atómicas y su ejército que, con toda seguridad, en el campo de batalla debe obviar todas las convenciones militares suscritas y no suscritas a lo largo de la existencia del ser humano. Pero la verdad dice que Pakistán en condición de enemigo es temible y en condición de amigo o aliado, es igual de peligroso.

            Los altos oficiales del Pentágono y la CIA lo saben, pero siguen con el mismo re-juego de ser aliado de los pakistaníes, a pesar de que los terroristas de al-Qaeda -muy vigentes pese a lo que se piensa de ellos y su supuesta desaparición-, acampan en las frontera con Afganistán y dentro del territorio de Pakistán con la anuencia y complacencia del gobierno de Islamabad. Es posible que el razonamiento –muy torcido por cierto-, de los estadounidenses sea: “somos amigos de los pakistaníes -con todos los desaciertos que ello implica-, antes de que ellos se vuelquen a favor de Rusia y China,” los enemigos naturales y por antonomasia de los Estados Unidos.

            La actitud de Pakistán es la de sonreír y obtener prebendas de Washington, como la venta de armamento pesado a bajos precios y productos de consumo humano; pero, por otro lado, sonríen simultáneamente a los enemigos de los norteamericanos, los arropan, los alojan en sus tierras y les dan el mejor trato como hermanos islámicos que son, pues el gobierno pakistaní es sunita, lo mismo que el de Arabia Saudita, los terroristas del Estado Islámico (Daesh), al-Qaeda y de los talibanes, ahora en el poder de Afganistán. Ese es el doble juego que practica la Estado pakistaní y es un “secreto a voces”, muy descifrable por su obviedad, por las evidencias diarias que presenta y porque, si existe alguien solidario en el concierto de las religiones y razas mundiales, esos son precisamente los musulmanes, porque un sunita prefiere, sin pensarlo dos veces, ser amigo de otro sunita, que de un estadounidense, quien tampoco, dicho sea de paso, es nada fiable en el contexto de la amistad y la solidaridad, sino veamos lo que han hecho recientemente con los afganos, al arrojarlos a las garras del talibán criminal y fundamentalista.

            Los estadounidenses aglutinados en el Pentágono, el Congreso, la CIA y la Casa Blanca, saben lo anterior con lujo de detalles, conocen a pies juntillas la relación amistad/traición que practica este Estado de Asia Central, donde el jeque Osama bin-Laden recibía hospedaje, hospitalidad, admiración y apoyo de parte del gobierno de Pakistán; incluso tenía su casa de habitación a pocos kilómetros de una base militar pakistaní, en las afueras de la Capital, otorgada y protegida por el ejército de esta nación. Fue ahí donde fue descubierto por la inteligencia norteamericana y dado de baja por un comando de los SEALS, durante la segunda administración de Barack Obama. Incluso, en ese trance, el comando estadounidense tuvo la suficiente sutileza y precaución de darle muerte, de efectuar la operación, sin molestar a los pakistaníes y con el temor de que su “aliado” asiático no se enfadara por haber violado su espacio aéreo territorial. A ese extremo han llegado las relaciones bilaterales.

            Pero lo más desconcertante se fundamenta en que los estadounidenses no exigen al gobierno pakistaní que sea consecuente, claro, escrupuloso, honesto y un amigo confiable, sino que lo dejan a sus anchas, sin tomar en consideración que hayan sido ellos mismos quienes conformaron al grupo talibán dentro de sus fronteras, les dieran cobijo y lo peor… ¡La instrucción religiosa que los convirtió en los salvajes peligrosísimos que son ahora, capaces de asesinar a sus propias madres, si se les presentara el caso!

            Este es todo un tratado para que lo estudien los politólogos, porque desde el punto de vista de la lógica racional y racionalista, la actitud de la Casa Blanca con el gobierno terrorista de Pakistán, no se explica ni lejanamente siquiera. Es uno de los grandes “sin sentido” de nuestro tiempo.


En la Consciencia de Joe Biden

 

Lo que ha sucedido en Afganistán con la llegada de los talibanes al poder tras el abandono de los Estados Unidos a la población afgana y lo que está sucediendo actualmente en el aeropuerto de Kabul, con miles de ciudadanos desesperados y aterrorizados que quieren abandonar, como dé lugar, al país, es culpa de dos: de Donald Trump, con su imbécil “pacifismo” –posiblemente aconsejado por su yerno judío Jared Kushner-, y de Joe Biden, quien siguió la pauta trazada por Trump después de haber firmado el retiro de las tropas con los líderes talibanes, en Doha.

            Pero en el momento de culpar a alguno de los dos, preferimos hacerlo con el segundo, con Biden, por ser el único inteligente de este par… y por tener consciencia, algo de lo cual carece totalmente el “hipopoteácico” Trump, pues es algo así como un hipopótamo cuya única misión en el mundo es destruir, humillar, sacar de quicio a quien quiera y causar problemas ahí donde abra su enorme bocaza.

            Dejemos, entonces, a un lado al peli-teñido Trump y enfoquémonos en el actual mandatario de los Estados Unidos: Joe Biden. ¿Qué hará él cuando se entere de las lapidaciones de personas en Afganistán por medio de los fundamentalistas y fanáticos talibanes? ¿Cuándo les corten las narices, los dedos de sus manos, las piernas o apedreen o quemen a las mujeres inocentes, solo por haber mostrado algo de piel en uno de sus tobillos cuando procedió a rascarse por la comezón? O aun peor: ¿Qué sentirá Biden cuando los talibanes comiencen a exportar el opio, la principal fuente de ganancia económica de este grupo terrorista, hacia los Estados Unidos? O todavía peor: ¿Cuándo perpetren atentados terroristas en Europa o en la misma Norteamérica? Pues la naturaleza del talibán es esa misma: cultivar amapola para procesarla en pio y exportar su terrorismo, ya sea de manera directa o por medio de otros grupos como el de bin-Laden, que todavía está activo en Pakistán y en la línea fronteriza con Afganistán. ¿Irá a sentir molestia en su consciencia el actual presidente de los Estados Unidos, cuando se entere de los crímenes del talibán? Lo dudamos. Porque, fundamentados en su última conferencia de prensa, en la que no permitió que ningún reportero le preguntara sobre el tema candente de Afganistán y se excusó diciendo que el objetivo principal en aquel país asiático ya había sido logrado, cual fue matar a Osama bin-Laden y que nunca fue objetivo norteamericano construir una nación, entonces, en consonancia, la reacción de Biden sería totalmente glacial, indiferente y sin incomodarse un ápice, ante las eventualidades por darse en esta nación hoy tomada por los talibanes.

            Por el contrario, el presidente de Francia, Emmanuel Macron; y la Canciller de Alemania, Angela Merkel, han aceptado, triste y sinceramente, que la presencia de las fuerzas militares de la OTAN y de los Estados Unidos en el desértico territorio afgano, fue un auténtico fracaso que deberá recordarse en lo que resta de vida a la humanidad. Pero estamos refiriéndonos a los europeos, una civilización muy avanzada, que sabe perfectamente lo que es sufrir dos Guerras Mundiales, el advenimiento del comunismo ateo y criminal, las inmigraciones superlativas y los golpes letales del terrorismo islámico. Los estadounidenses, por su parte, no tienen otra cultura que la de mascar chicle, tomar Coca-Cola y drogarse y con esas actitudes confrontan al mundo cotidiano. Es el contraste entre las personas de verdad (los europeos) y los alienados gringos.

            Lo que ha ocurrido con Afganistán y su pueblo es muy parecido a lo que sufrieron los cubanos cuando Fulgencio Batista, el dictador supra-amigo de los estadounidenses, abandonó el poder y se marchó a Isla Madeira y España a un dorado exilio: a los norteamericanos no les importó ni un ápice que llegara al gobierno una dictadura con un demente, payaso y criminal, en el caso de Fidel Castro, su hermano Raúl y el no menos asesino, che Guevara. Simplemente abandonaron a los cubanos, del mismo modo como hicieron con los vietnamitas. Y ahí, frente a las costas de La Florida, en la isla de Cuba, el hambre ataca diariamente a su población, así mismo las enfermedades, la miseria material y espiritual y a la Casa Blanca y al Pentágono, no les interesa absolutamente nada, en principio porque los gringos creen que América son ellos nada más, el mundo se reduce únicamente a ellos también y los demás somos seres inferiores que podríamos ser lacayos suyos. La miopía de estas personas que viven entre Canadá y México, es impresionante.

            Lo de Afganistán no tiene nombre. Y lo de Joe Biden… menos tiene nombre. Porque parecía muy humano, muy decente, muy culto y civilizado, pero ya vimos…no se diferencia mucho de Donald Trump ni de Hillary Clinton, quien, dicho sea de paso, propulsó la caída del dictador libio Gadafy y dejó un Estado fallido en Libia donde los crímenes son cosa de toda hora y de todos los días.

            La situación en Afganistán con los talibanes todavía no ha comenzado. Veremos cuál será la reacción de la Unión Europea (UE), ante el fundamentalismo asesino talibán y no es bueno ponerle mucha atención a las palabrejas, a la retórica barata de la Casa Blanca, pues de monosílabos incoherentes no pasará. Simplemente Biden no tiene consciencia y lo acabamos de descubrir y ha sido muy decepcionante.


 ¡Inconcebible Mr. Biden lo que ha

hecho Usted con Afganistán y

los Afganos!

 

…¡Y de pronto… Biden se convirtió en un granuja! Así como se lee. Quienes nos alegramos porque había derrotado inobjetablemente al esquizoide Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos y se había convertido en una esperanza realista para la comunidad mundial, nos hemos quedado pasmados, petrificados y con un “sabor a bronce en los labios” pues usted se convirtió repentinamente en un granuja, con todo lo decepcionante que ello implica. Las fuerzas talibanas se encuentran, cuando redactamos este editorial, a tan solo 11 kilómetros de Kabul, la Capital de Afganistán, y controlan en más de la mitad del país, mientras millones de pobladores huyen hacia “dónde no sabemos dónde…” para evitar ser decapitados, sus mujeres violadas, sus hijos arrebatados de las manos para ser indoctrinados con la sharia y el despotismo y la tiranía les alcancen con estos “estudiosos del Corán”, que no son nada más que una gavilla de asesinos semejantes a los terroristas del Estado Islámico (Daesh), que causaron miles de muertes de personas inocentes en Siria e Irak, antes de ser derrotados por la aviación rusa y las tropas de Bashar al-Assad.

            Estamos completamente de acuerdo con Biden en el sentido de que 20 años estacionados en un país inhóspito, en el caso de Afganistán, erogando millones de dólares anuales y perdiendo vidas de soldados estadounidenses, jóvenes valiosos, es demasiado para una superpotencia como lo es Norteamérica; pero ellos mismos eligieron “salvar” a esta nación que era la primera productora de opio del mundo y la única exportadora de esa letal droga. Los gobernantes de los Estados Unidos, sin importar si son republicanos o demócratas, son los que asumen y han asumido desde el triunfo de los Aliados en la Primera Guerra Mundial, la vigilancia de la justicia, la democracia y los derechos humanos, ahí donde haga falta en el mundo. Nadie les ha pedido, les ha exigido ni les ha implorado para que ejerzan ese delicadísimo papel. Sin embargo, después de que nació esa mística en los estadounidenses, se han metido en conflagraciones en distintas partes del planeta y han salido “con el rabo entre las piernas”, para utilizar una expresión popular y más gráfica. Las derrotas humillantes en Vietnam ante otra gavilla de guerrilleros comunistas, la permanencia eterna del régimen asesino de los hermanos Castro, en Cuba; la dictadura de Hugo Chávez, en Venezuela, y la de la demente Cristina Fernández, en Argentina, haciendo desmanes y violando reiteradamente los derechos de las personas, sumiéndolas en el casos de la miseria, el encarcelamiento y la persecución, no ha sido otra cosa que la incapacidad de las tropas y las políticas de los Estados Unidos para implantar el orden, el respeto a los derechos civiles y las libertades en esas naciones y en otras muchas más.

              Somalia, Etiopía, Irak, Nicaragua, etcétera, etcétera, han sido derrotas aplastantes para las fuerzas armadas estadounidenses y de su infecunda diplomacia de los dólares y de las presiones monetarias. Y en esas tesituras -en el fondo y en la superficie catastróficas-, se ha dado también la traición, porque lo que ha sucedido con la decisión de Joe Biden de dejar a expensas de los asesinos talibanes a Afganistán, significa una traición de la misma envergadura sufrida por los exiliados cubanos en Bahía Cochinos, cuando Kennedy -el amigo de los gansters y el asesino de la actriz Marilyn Monroe-, los dejó sin la ayuda logística que les había prometido y las fuerzas de Fidel Castro concretaron una masacre lamentable y deprimente en aquellas playas.  De tal manera, el presunto “apoyo” norteamericano a las naciones en crisis y en peligro, no es otra cosa que una colección de errores y traiciones, iguales a las que estamos viendo hoy día en Afganistán.

             Por supuesto que los afganos tienen que aprender a defenderse contra los talibanes, pero el adiestramiento a cargo de los instructores estadounidenses y europeos, a todas luces ha sido deficiente, y nos referimos al aspecto emocional porque lo que ha fallado en el enfrentamiento contra los talibanes, ha sido el tema moral: las tropas gubernamentales afganas no tienen ni un ápice de motivación, de valor ni de voluntad para enfrentar a este enemigo sanguinario.

            ¡Ok, Mr. Biden! Supongamos que le damos a usted la razón con su orden de sacar a los marines de Afganistán y que nos debe importar poco o nada lo que harán los fanáticos y drogados talibanes a la sociedad civil afgana (cercenarles miembros de sus cuerpos, violar y esclavizar a sus mujeres, etcétera, etcétera); supongamos que le damos a usted nuestro aval moral; pero, ¿Qué hará usted cuando lleguen los primeros cargamentos de opio a los Estados Unidos, más aun si tomamos en cuenta “la afición” que tienen los norteamericanos por las drogas fuertes? ¿Qué hará usted cuando le vuelen otros dos edificios en Nueva York o Washington o sus embajadas en Oriente Próximo, mediante ataques terroristas? No creemos que a usted esos actos le vayan a gustar y a nosotros tampoco. ¿Pero cuáles decisiones tomará usted entonces y en respuesta al terrorismo de al-Qaeda y de los talibanes? Porque esos problemas se darán apenas ellos pongan sus mugrosos pies en Kabul y comiencen a asesinar a las personas que no comulguen con su radicalismo y fanático islamismo.

            Mal, muy mal Mr. Biden su transformación en pelmazo, en granuja. Y créanos… no lo esperábamos en usted Sr. Presidente.


Mr. Biden: Existen Mil y Una Maneras

de hacer la Guerra

 

El deseo de sacar a las tropas estadounidenses del teatro bélico de Afganistán, lo venimos escuchando y leyendo en las crónicas que nos llegaban desde Washington, desde el primer mes del primer año, de la primera administración de Barack Obama. El inteligentísimo primer presidente negro de los Estados Unidos, analizaba decenas de maneras de sacar a las tropas de aquel país desértico, rocoso, inhóspito, salvaje y atrasado y, gracias a sus discursos pacifistas relacionados con este caso, se ganó el Premio Nobel de la Paz, inesperadamente.

            El hecho de que George Bush enviara a los soldados norteamericanos a Afganistán no se debate ni en mínima instancia siquiera, porque fue la decisión correcta en el momento oportuno, tras la voladura de “las Torres Gemelas”, por parte de los terroristas enviados desde Afganistán, por Osama bin-Laden; pero el objetivo primordial de cazar al jeque renegado, bin-Laden, se convirtió en otra urgencia, cual fue la de sacar del poder a los talibanes instalados en Kabul con sus leyes criminales, de llevar el islam hasta la más pura tiranía y criminalidad contra los pueblos sencillos que una vez gozaron de libertad. Luego surgieron otras necesidades en Afganistán, después de haber desalojado a los “estudiantes del Corán” –según se les conoce también a los talibanes-, y se fundamentaron en estabilizar al país, modernizarlo, democratizarlo, limpiarlo de tanta corrupción, darle el lugar a la mujer en el cosmos fuera del “universo” musulmán; y, ante todo, dotarlo de la autosuficiencia militar y policial para que se defendiera en el futuro de eventuales ataques de las milicias talibanas y de los terroristas de al-Qaeda.

            Pasaron dos administraciones presidenciales de Barack Obama y en la segunda y última, logró detectar la presencia de Osama bin-Laden en las afueras de Islabamad, Capital de Pakistán –una nación que siempre ha jugado, traidoramente, dos papeles con respecto a los Estados Unidos: le finge amistad para obtener sus dólares y la venta de armamento; y por otro lado, tolera, fomenta y defiende la presencia de terroristas en su territorio-, y procedió a darle muerte por medio de un comando especial de los Seals. Pero la muerte del líder terrorista no solucionó el problema de Afganistán, pues siempre dentro de las fronteras pakistaníes, los campamentos talibanes se agrupaban en la espera de recuperar nuevamente el poder en Kabul, Afganistán. Por ello, la queja recurrente de Barack Obama era la de no poder sacar a las tropas estadounidenses de este país centro-asiático y más bien tenía que aumentar los efectivos, conforme recrudecían las hostilidades armadas.

            Con el arribo de Joe Biden –a la sazón ex vicepresidente de Obama-, después de decidir la vacunación de su pueblo, luego de la desidia de su predecesor Donald Trump en este sentido, decidió y ordenó el retiro de los soldados de Afganistán. No escuchó ruegos, palabras que lo intentaban convencer de no abandonar a su suerte a los afganos, después de 20 años de lucha por ayudar a esta nación, considerada “irreductible” por parte de los analistas bélicos, y que fue, por esa misma razón, la tumba del imperio soviético al poco tiempo de que sus tropas abandonaron su territorio.

            Los últimos aviones militares enviados por el Pentágono ya han partido desde Afganistán y las milicias talibanas recomenzaron la ofensiva más fuerte vista hasta el momento y han ido conquistando fronteras, ciudades y carreteras de importancia estratégica. Los expertos consideran que, a más tardar, antes de septiembre, estarán gobernando nuevamente en Kabul, tal y como lo hicieron tras la huida de los soviéticos.

            La mayoría de los periodistas especializados en temas internacionales, sabemos sobradamente cómo y qué son los talibanes y sobrevendrán décadas oscuras para Afganistán y sus etnias, si estas hordas fanáticas, estudiosas de un único libro… el Corán, llegasen a hacerse con el poder. Es cuando instamos al presidente de los Estados Unidos para que no abandone a los afganos dentro de una decisión, si se quiere precipitada y lejos de la racionalidad, y haga la guerra a los talibanes y demás terroristas que aquí se acantonan, de otra manera. De todas formas, hay mil y un métodos de hacer la guerra, más aun con las posibilidades tecnológicas ultramodernas que tiene el Pentágono.

            En un sitio web europeo leímos, fugazmente, que el Pentágono planea utilizar a la fuerza aérea para bombardear a los talibanes. ¡Excelente! Algo así hicieron los rusos con los terroristas del Daesh (Estado Islámico), en Siria, y fue el principio del fin de aquellos asesinos que masacraban a pueblos enteros a placer y colgaban sus videos sádicos en internet.

            Hoy, más que nunca, el gobierno de Kabul necesita de la mano amiga de Washington cuando los soldados afganos en el terreno se rinden a los talibanes, les entregan el armamento de última generación y les dejan el paso libre hacia la Capital, para que comiencen con su gobierno tiránico y criminal. Con toda seguridad, al ver los bombarderos estadounidenses en el cielo, las tropas gubernamentales recuperarán su valentía y elevarán su moral alicaída desde que supieron que los abandonaban a su suerte. Biden tiene que reaccionar positivamente, en principio porque es un hombre bueno y sabio… leal con sus amigos que le necesitan.


 Dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, actúa de esa Manera porque sabe que Nadie hará Nada en su Contra ni

del Sistema de Hambre

que Fomenta

 

Cuanto candidato aparece en la realidad nicaragüense y los dictadores, Daniel Ortega y su mujer –su horrenda mujer-, Rosario Murillo, se percatan de que hay más oponentes postulados para las próximas pseudo-elecciones nacionales, procede de inmediato a enviarles a la policía para ser detenidos bajo cargos inventados por la pareja dictatorial y con el aval de los jueces totalmente plegados a las arbitrariedades y caprichos de Ortega y su impresentable esposa (si es que es esposa realmente, pues no creemos que esos seres crean en el matrimonio como Dios y la civilización mandan).

            El descaro es demasiado y a plena luz del día. No les importa a ninguno de los dos lo que la opinión pública internacional pueda pensar de estos arrebatos y muestras de tiranía, fundamentalmente porque ellos saben que las reacciones serán tímidas, verbales –nunca armadas-, y el desprestigio hace muchísimo tiempo lo perdieron; así, que, aparte de las fabulosas cantidades de dinero que tienen en los Bancos en paraísos fiscales intocables e inembargables, sus pertenencias y status quo, no peligran en modo alguno. Ortega y su espantosa mujer, practicante de la brujería populachera, saben que dentro de Nicaragua nadie estaría dispuesto a enfrentárseles para derrocarlos, porque les temen y porque, a través de los años, ha impuesto un sistema de vigilancia, copiado de Cuba, en el que nada se les escapa a los dictadores, y sabe, de antemano, cualquier movimiento de sedición en su contra, desde el momento mismo de su gestación. Por eso procede a extirparlo al instante y sin contemplaciones; por eso sus cárceles están llenas de prisioneros de consciencia, cuyo único delito, en casi todos los casos, ha sido comentar algo en contra del régimen que encabeza el dictadorzuelo analfabeto que oprime y expolia a los nicaragüenses día tras día.

            Además, al tener fronteras terrestres comunes con Costa Rica, al sur -el país que ejerce una fascinación alucinante a casi todos los nicaragüenses-, éstos prefieren emigrar a través de caminos rurales y selvas, para establecerse en suelo costarricense, encontrar trabajo, casa y comida, antes que empuñar un rifle y morir en el intento por derrocar a los dos tiranos.

            Es así como veremos reelecto a Daniel Ortega en el poder en unas elecciones tan farsantes como sus sentimientos de bondad, que dice que tiene en su fuero interno. Es la dictadura a favor de la dictadura únicamente, en función de su propia supervivencia y saqueo constante de su pueblo e Instituciones. Por lo tanto, la pregunta que surge es: ¿Hasta cuándo habrá Daniel Ortega sobre las vidas de los nicaragüenses? Y la respuesta es, con base en lo que nos deja ver la realidad de ese país… hasta que el dictadorzuelo, “el pequeño Nerón centroamericano”, así lo desee. Porque de aquí hasta su vejez, nadie lo

podrá bajar del poder, porque todos le temen, porque el control, aprendido de los cubanos, le funciona de mil maravillas a sus intereses de perpetuidad y dominio.

            Ortega es conocedor fiel y preciso de la realidad geopolítica actual; ya experimentó al des-gobierno del demente Trump en la Casa Blanca y se sintió muy tranquilo cuando notó que el troglodita estadounidense era el más incapaz de todos para ordenar una invasión a Nicaragua; y con Joe Biden, un pacifista convencido y a ultranza, su dictadura tropical y bananera estará a salvo. Su trasiego de cocaína, de armamento y lavado de dinero continuará hasta que él mismo (Ortega), lo quiera, porque no tiene oposición decidida, valiente y determinante entre sus enemigos. Así mismo, tiene muy cerca al régimen sátrapa de Venezuela y al cubano a pocas millas náuticas, capaces de enviarle ayuda militar si así la necesitara y en cuestión de pocas horas. Es por toda esa panorámica que los insultos, los improperios y desmanes de matonismo contra las democracias, la Unión Europea y los Estados Unidos, se hacen escuchar más sonoras todavía, de lo que han sido hasta el momento, porque el dictador y su horrenda mujer se sienten muy cómodos y seguros.

            Lo que tienen que pensar y actuar después sus detractores y opositores en Nicaragua, es que, de aquí hasta el día de las elecciones, no deberán asomar sus cabezas ni decir absolutamente nada, para no ser encarcelados ipso facto; de todas maneras, con sus eventuales postulaciones o candidaturas, siempre van a perder esos comicios falsos, porque el sistema electoral de Nicaragua está totalmente plegado a Ortega y a su narco-dictadura/tiránica. Aquí la derrota se producirá para los opositores “sí o sí” y no hay otra alternativa. Que no crean en “bellos ángeles de luz que vuelan alrededor…” aquí el triunfo es del infierno y de nadie más.

            Otro factor que ayuda a Daniel Ortega –lo mismo que a Díaz-Canel, en Cuba; y a Nicolás Maduro, en Venezuela-, es la indiferencia de la comunidad internacional con respecto a su dictadura y al sufrimiento de su pueblo. Por ejemplo, a los europeos les importa un pito si mueren de hambre los nicaragüenses o no mueren, sin tienen libertad o no la tienen, si el dictador sobre sus cabezas es el peor analfabeta posible en el devenir de la humanidad, más ignorante que Calígula en la antigua Roma. Nada les importa. Lo mismo sucede con los estadounidenses, quienes, en su lucha contra el coronavirus chino y las comodidades de su moderna vida de primer mundo, Nicaragua se asemeja a una brevedad muy lejana de sus existencias y de su estilo de vida. Por lo pronto… habrá Ortega por muchos, muchísimos años más.


 Con Respecto al Perú y su Nuevo Gobierno no Albergamos Ninguna Duda sobre el Camino que Seguirá

 

Nos gustaría hacer un estudio concienzudo y muy profundo sobre la clase de españoles que arribaron a América Latina, primero con Cristóbal Colón, y después con los conquistadores; y, para complementar, la clase de personas, entre los indígenas que se encontraron en estas tierras, desde México hasta la Patagonia. Porque “la genética” –si se quiere y cabe el término-, de estos individuos es muy diferente a la de otros pueblos en los demás continentes. En concreto, un corrupto como el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva, jamás sería aplaudido en Europa o en Asia, después de los actos fuera de la moral pública y la legalidad, que lo llevaron a la cárcel y después un juez amigo le permitió salir libre. Ahora se postula como candidato a la presidencia de ese enorme país y con muchas posibilidades de ser reelecto por un conglomerado de votantes que, indubitablemente, le han perdonado sus deslices. En Europa –repetimos-, una vez fuera de prisión, hubiera tenido que emigrar o esconderse en alguna casa de montaña en Los Alpes, pues el desprecio y los abucheos de los ciudadanos, le hubiesen resultado insoportables.

            Indudablemente, la genética y el modo de pensar y razonar de los latinoamericanos son completamente distintos a lo que vemos en otras latitudes del orbe. Y en el Perú se nota con mayor claridad cuando han elegido a un agitador, mediante las huelgas, llamado Pedro Castillo, provisto de un sombrero ridículo y un enorme lápiz, igualmente ridículo, para que gobierne a la nación. Más aun después de que cinco ex presidentes han sido destituidos por corruptos y nada serios en sus labores al frente de sus respectivas administraciones. Pero lo peor estaba por llegar cuando anunció su Gabinete ministerial, plagado de ex guerrilleros asesinos, admiradores de Fidel Castro, el che Guevara; de apologistas del terrorismo, como aquel que dijo que admiraba al Sendero Luminoso, el movimiento terrorista más sangriento de América Latina, por encima, incluso, de las narcotraficantes FARC colombianas; y remató al decir que “Cuba era una democracia” flamante, funcional y cuasi perfecta. Pero no conforme con ello, Castillo nombró a un violador de una jovencita de 14 años y pésimo padre de familia, como coordinador de su grupo ministerial con el Congreso.

            Es decir, quienes gobernarán al Perú componen a una gavilla de delincuentes, corruptos, asesinos y perseguidos por la justicia en otras épocas, que nos dejan con las mandíbulas abiertas por tanto desparpajo y descaro. Empero, quienes tienen la culpa de esta nefasta situación, son los votantes, los mismos a los cuales nos referimos al inicio de este editorial. Ellos lo han querido así y ahí tienen a esa banda de impresentables y buenos solo para hacer el mal y daño a la sociedad.

            Pero lo que más nos angustia y llena de miedo, es la presencia, en las sombras, de Vladimir Cerrón (quien tiene hasta nombre de ruso, por aquello de sus orígenes y esencia comunista), un fulano que fue vetado de su cargo en un gobierno de su localidad, precisamente por corrupto; pero es el dueño del partido “Perú Libre”, que sirvió de base y catapultó a Pedro Castillo hasta el poder. Cerrón es quien manda sin cortapisas y Castillo es quien obedece, a pesar de ser el presidente de la República. Y aquí aparece el quid del asunto: Cerrón quiere abolir a la actual Constitución Nacional, para montar a la suya propia, que tiene lista no sabemos desde hace cuánto tiempo atrás. Es decir, quiere “lastrar” la carretera del futuro inmediato del Perú, para conducirlo hacia el marxismo-leninismo en el que él cree a pies juntillas. Todo aparece tan claro en el horizonte, que no nos permite ni la menor duda dentro de nuestros temores más acuciantes.

            En palabras sencillas y directas: con respecto al nuevo gobierno del Perú, no albergamos ninguna duda sobre el camino que seguirá y donde conducirá a este pueblo confiado que le confió el poder a una gavilla de terroristas, asesinos, admiradores de sátrapas como Fidel Castro y el che Guevara y entreguistas a Cuba. Con el paso de los meses iremos viendo la manera cómo se irán eliminando Instituciones centenarias del país, que son fundamento de la democracia; cómo se expropiarán fábricas, industrias y harán que sus dueños emigren al exterior. Veremos la manera cómo los inversionistas saldrán del mismo modo como salieron los venezolanos de su patria, con rumbo a un exilio forzado y salvador a la vez. Porque Perú se convertirá en la segunda Venezuela de América del Sur, plena de hambre, inmigración masiva de sus pobladores normales y sencillos y con unas Fuerzas Armadas que actuarán represivas, del mismo modo como sucede en las mismas Venezuela y Cuba. Será la repartición de la miseria y la falta de libertades, según practica el comunismo mundial desde 1917, cuando asesinó a los Zares rusos y se hizo con el poder en lo que llamaron Unión Soviética.

            Perú se enfila hacia la dictadura de izquierdas y no dudamos de que así será. Sin embargo, lo que más nos duele es saber que fueron los peruanos mismos quienes así lo quisieron. Toda una tragedia, sin duda.


¿Qué era Peor: el Comunismo del Siglo XX o la Corrupción del Siglo XXI?

 

Desde la derrota de la Alemania nazi, que marcó la elevación a potencia mundial de la Unión Soviética (URSS), hasta finales de la década de los años 80, cuando el sistema soviético se derrumbó y desapareció, los seres humanos vivimos con la respiración contenida, siempre atemorizados por el gran peligro que realmente era el comunismo o el maxismo-leninismo que se esparcía por el planeta, por los cuatro puntos cardinales y competía con el capitalismo estadounidense “de tú a tú”, en una “guerra fría” que parecía no tener fin.

            Los dos gigantes enemigos se “mostraban los colmillos” diariamente y competían creando más armas nucleares que hubieran volado a la Tierra tan solo con unos pocos misiles o bombas de hidrógeno, si las hubieran lanzado en alguna oportunidad. Y con esa panorámica apocalíptica nos íbamos a dormir cada noche las personas, los habitantes de este globo terráqueo sin pensar si el día de mañana íbamos a amanecer vivos o muertos. Lo mejor resultaba no pensar en la desgracia nuclear y continuar viviendo como si nada pasara en nuestro derredor.

            Hasta que arribó al poder de la Unión Soviética un Premier completamente distinto a la camarilla que siempre había gobernado al inmenso país euro-asiático. Se llamaba Mijail Gorvachev, un hombre que estaba dispuesto a quitar “la máscara” de potencia a la URSS, clarificar las cosas y ponerlas en su verdadera dimensión; es decir, los soviéticos eran una amalgama de apariencias y por supuesto, como apariencias… eran ficticias. Solo existían en el ideario comunista, mientras el pueblo soviético padecía hambre, estrecheces y vida miserable generalizada. Fue cuando decidió crear los conceptos “perestroika” (apertura), y “glasnost” (transparencia); o sea: los soviéticos se abrirían al mundo restante, a las personas que vivían más allá de sus fronteras, ejercerían una apertura sorprendente que iba a terminar con el sistema socialista ideado por Lenin y comenzarían un trayecto totalmente distinto al que iniciaron en 1917 cuando la Rusia zarista fue derrotada por la Revolución bolchevique. Así mismo, practicarían la transparencia e iban a dejar que el mundo observara lo que realmente había dentro de sus demarcaciones territoriales y la forma cómo vivían los soviéticos. Aquello fue el principio del fin.

            Todo acabó. Las naciones sojuzgadas por el poder militar soviético se quitaron de encima los grilletes y alcanzaron su libertad e identidad como pueblos. A saber: Checoslovaquia, Alemania Oriental, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Rumanía y Bulgaria, en Europa del Este. Solo Corea del Norte, Mongolia y Vietnam, en Asia; y Cuba en el Caribe latinoamericano, se resistieron a los cambios y siguieron con sus regímenes dictatoriales de oprobio y miserias.

            Y cuando notamos las grandes transformaciones que se estaban dando, nos asaltó la pregunta: ¿Qué vendrá ahora, cuál peligro suplantará al comunismo, será peor a aquello o viviremos una época feliz, de concordia, entendimiento y hermandad entre los seres humanos de todas las creencias y razas? Pero solo hubo que esperar, porque ante el vacío dejado por la Unión Soviética, pronto emergieron los sustitutos por medio del radicalismo islámico –que se atrevió, incluso, a volar el World Trade Center de New York-; y la endémica corrupción gubernamental, principalmente en las naciones africanas y latinoamericanas. Corrupción entrelazada con el narcotráfico que apareció fortísimo en Colombia y últimamente en México, atenazando a la mayoría de países y pueblos que hablan y se entienden en español.

            Al observar lo que sucede en derredor nuestro, nos asaltó otra pregunta, con su fuerte dosis de depresión y desesperanza: ¿Qué era peor: el comunismo anterior o la corrupción actual? Y para respondernos tenemos que observar al co-gobierno que ejercen los narcotraficantes mexicanos con el Estado oficial tal y como lo hemos conocido siempre; los sicarios asesinando a periodistas y a todo aquel que se les oponga; y  las embarcaciones de distintas formas trasegando la cocaína por los cinco continentes; también a los gobernantes llenándose los bolsillos con el dinero sucio pagado por los narcos, a cambio de impunidad y el ejercicio libre de su actividad criminal.

            Al comunismo y los comunistas los conocíamos al dedillo, sabíamos por dónde vendrían y dónde estaban y se gestaban; pero la corrupción y el narcotráfico actuales no sabemos por dónde aparecerán, dónde se esconden, parapetan, desde cuál sitio disparan y a quiénes compran para seguir delinquiendo y tener despejados los territorios de las naciones que se han vendido a su dinero manchado de sangre. Nosotros tenemos la respuesta a la interrogante que sirve de titular a este editorial y esperamos que usted, amigo lector, también sepa contestarla…


Delincuentes y Corruptos sin salarios Millonarios. Una Decisión

Admirable y 

Plausible

 

Una de las muchas aberraciones y equívocos que cometió la jueza penal, Ana Carolina Lizano Salazar, quien dejó en libertad a todos los delincuentes que trabajaban para el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI), el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), y en las dos constructoras corruptoras, MECO y H.SOLÍS, fue aquella que permitió a los burócratas del Estado suspendidos, seguir gozando de sus salarios. Es decir, la jovencísima jueza (que no sabemos quién puso ahí, ni cómo llegó a ese alto cargo, de tan severa responsabilidad en la Corte Suprema de Justicia), hizo una desgracia de lo que pudo haber realzado la imagen, tan desprestigiada, de este Poder de la República.

            No nos detendremos nunca para decir que, posiblemente, esta muchacha que juega a impartir justica, fue amenazada por los mismos pillastros, o, en su defecto, recibió dinero, dádivas, que estos delincuentes están acostumbrados a regalar para comprar las consciencias y así manipular a placer a las personas. Porque fue muy evidente que la jueza intentó favorecer a todos los vándalos, menos al pueblo de Costa Rica que está sediento de justicia y “del buen hacer” de sus magistrados y jueces (as).

            Y “el caso cochinilla” continúa su rumbo. Mélida Solís, la dueña de H.Solís, y Carlos Cerdas, de MECO, las dos constructoras que compraron las licitaciones que les permitieron hacerse con más del 95 por ciento de las obras públicas en el país, están ahora en los centros penales más sórdidos y peligrosos de esta nación, el Complejo Penitenciario Vilma Curling, para mujeres; y la Reforma, en la provincia de Alajuela, apropiado para los individuos como Cerdas, que han cometido graves ultrajes contra el bien público nacional.

            Decíamos que la bisoña jueza, inexperta, inmadura, intransigente y que no sabe absolutamente nada de las cosas serias que plantea la vida, dejó libres a los burócratas del CONAVI y del MOPT, gozando de sus salarios tasados en millones de colones (la moneda costarricense), porque ninguno de ellos tenían sueldos de menor cantidad del millón de colones. Tal el desparpajo. Y cada vez que pasaban esta noticia en los medios de prensa, era semejante a una brasa en las manos de los ciudadanos honorables, que criticaban la medida de la misma jueza y se violentaban comentando tal canallada. Sin embargo, recientemente, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Ing. Rodolfo Méndez Mata, se decidió por firmar una orden para suspender dichos salarios. Y a todos nos ha parecido una decisión feliz, agradable, admirable y digna del aplauso. Porque esas sabandijas que se prestaron para recibir los sobornos de la vieja Mélida y del gamberro Cerdas, no merecían obtener un colón más de parte del Estado costarricense.

            La suspensión de las remuneraciones comenzará a correr a partir del 26 de octubre de este mismo año, 2021. De tal manera, los implicados en el “caso cochinilla” que resultarán afectados, tendrán que idear la forma para ganarse sus vidas: vender naranjas en las esquinas, limones, mascarillas contra el Covid chino o cualquier cosa que les genere unos pocos céntimos. Ese es el daño que la vieja Mélida les causó, lo mismo que el Cerdas y que ellos, los empleados del CONAVI y del MOPT, aceptaron, en la creencia de que nunca serían descubiertos por la policía judicial. En otras palabras, según dice el refrán popular: “fueron por lana y regresaron trasquilados.” Mélida, la bruja sedienta de riqueza, y el Carlos Cerdas, han sido los dos dañinos que, no solo dañaron las honras de esos ex empleados del gobierno, sino que los enviaron, a todos, a vivir en la más sórdida miseria. Ella misma lo decía a cada instante: “voy a repartir miseria.” Ahí tienen dicha miseria.

            La comunicación a los empleados corruptos que están suspendidos de sus trabajos, se produjo por medio del oficio # 2021-000947 y fue emitido directamente por el Despacho del ministro Rodolfo Méndez Mata. Y fue la Dirección de Asesoría Jurídica del MOPT la que indicó suspender la relación laboral y su análisis se basó en el artículo 78 del Código de Trabajo de Costa Rica, que indica que ninguna de las partes está obligada a pagar los sueldos, “como ocurre con la medida cautelar impuesta a esos ex funcionarios.” La misma Asesoría Jurídica aseguró que es dueña del criterio de suspender la relación laboral, cuando haya un impedimento ajeno a la voluntad del trabajador y del patrono, expresamente cuando el primero no pueda cumplir su obligación. Y los empleados suspendidos por sus prácticas corruptas, otorgándoles licitaciones y agilizando los pagos de cheques a los dos dueños de las constructoras mafiosas, no pueden acercarse siquiera a sus centros de trabajo, por orden de las medidas cautelares que pesan sobre ellos. Entonces… si no trabajan, no hay salarios. Así de simple.

            ¡Bravo por la decisión del ministro Méndez Mata! ¡Bravo y más que bravo! ¡Se han quedado sin sus sueldos millonarios! Una lección durísima para todos ellos, para que apliquen, a partir de ahora, la honradez cuando estén en una esquina vendiendo frutas o mascarillas anti-coronavirus. Porque ese será el destino de todos ellos.


Mélida, una Miserable que repartía Miseria

 

Mélida Solís Vargas (con 61 años en el 2021) nació y creció, junto con su hermana Sonia (hoy con 57 años) a la sombra de su poderoso padre, Hernán Solís, el fundador de la constructora H.SOLÍS en 1963 (la “H” es por el nombre de él), y se acostumbró a los excesos, a los lujos deparados por una actividad, que es la construcción de infraestructura vial (puentes, carreteras, etc.), que genera millones de millones de dólares. Pronto aprendería a la perfección sobre el oficio y lo llevaría más lejos que su amado padre. Lo heredó por derecho propio y lo ha conducido a lo largo de 40 años, junto a su esposo, Roberto Acosta. Nadie puede negar el enorme éxito que ha tenido esta empresa al hacerse con la mayoría de obras a lo largo y ancho de Costa Rica, compartiendo esas labores con la otra, llamada MECO, propiedad de Carlos Cerdas, considerado uno de los hombres más acaudalados de este país. En otras palabras, entre ellos dos no dejaron oportunidad a otras empresas constructoras, si se quiere… más humildes y pequeñas, porque entre MECO y H.SOLÍS lo acaparaban todo, absolutamente todo. Y lo que dejaban, lo permitían a otra como la también famosa Herrera, que se supone es también propiedad de Mélida y su familia.

            A lo largo de nuestra vida hemos conocido a mujeres con ese poder económico y realmente impresionan, pues rebasan lo que esté enfrente de ellas: leyes, costumbres, tradiciones, normas sociales; es decir, lo que las personas comunes observan como “normalidad”, para estas mujeres que se consideran a ellas mismas “todopoderosas”, eso no existe, porque deciden lo que es lícito e ilícito y dónde los límites y dónde no. El dinero les infla el ego a la enésima potencia y actúan como si fueran una auténtica estampida de elefantes en el corazón del África. Nada para ellas es suficiente y, para divertirse, juegan a ser diosas, decidiendo sobre las vidas ajenas. Un poco como la Reina de Francia, María Antonieta, a quien no le importaba para nada el hambre de su pueblo, ni la moral y mucho menos la fidelidad a su esposo, el advenedizo Luis XVI; o aquella condesa “sangrienta”, llamada Erzsébet Báthory, quien se bañaba en su tina con la sangre de las doncellas que ella contrataba como sirvientas en su castillo, para mantener la lozanía, la belleza y la juventud. Casos reales que nos muestra la historia de la humanidad, en los cuales las mujeres poderosas perdieron las perspectivas, los límites y hasta la realidad circundante.

            Mélida Solís, esta mujer costarricense que sacó de su habitual “modorra” a la población de este país, con sus prácticas deshonestas, al comprar las consciencias y actitudes de muchos empleados de la actividad de la construcción de obra pública, también perdió el respeto por los demás seres humanos, a quienes ella veía como “imbéciles útiles”, comprables a bajos precios y por ello decía, cada vez que enviaba sobrecitos con billetes adentro, que iba a “repartir miseria.” Ciertamente era miseria, eran pequeñas cantidades o, en su defecto, bienes materiales también baratos, como computadoras portátiles, cuyo precio no sobrepasaba los 80 mil colones (moneda nacional de Costa Rica), o invitaciones a almorzar o cenar en restaurantes nada finos, apenas para las clases media y baja de este país. Era realmente “miseria” lo que regalaba, porque con sus sobornos  obtenía del Consejo de Vialidad (CONAVI), pagos ágiles de los cheques que se le debían y lo más importante… las licitaciones que le permitieran seguir construyendo carreteras y puentes en todo el territorio costarricense. Lo que no logró la constructora brasileña Odebrecht, activa en la mayoría de gobiernos de América Latina, MECO y H.SOLÍS lo obtuvieron en Costa Rica: corromper y comprar a bajo precio a los empleados Estatales.

            En otros términos: con el dinero, las coimas que Mélida Solís pagaba a los burócratas de poca monta, desde la cabeza del CONAVI, hasta los mandos medios, éstos jamás iban a hacerse millonarios. ¡La multimillonaria era ella! Muy parecida, en este aspecto, a la familia de Donald Trump, corrupta y deshumanizada por antonomasia.

            Pero ahora que Mélida ha ingresado por segunda vez a la cárcel de mujeres, la “miseria”, el mismo sustantivo abstracto que tanto usó ella para referirse a los empleados del gobierno que se vendieron fácil a sus dádivas, se ha adueñado de su vida por completo, pues está en una celda, solitaria, (debido a la prevención del coronavirus chino), y, muy probablemente pase a estar en compañía de otras reclusas, a quienes “la miseria de sus vidas” las lanzó a delinquir y después al reclusorio donde hoy permanecen. Esa es “la miseria” de Mélida Solís, la mujer corrupta, dueña de un nombre fácil de recordar por todos y es muy posible que la historia la mencione en los textos como “la condesa de las miserias”, el vocablo tan gustado y usado peyorativamente por ella, mientras sostenía en sus manos los dineros en sobres sellados que iba a enviar a sus corrompidos comprados y vueltos a comprar con las baratijas y pocos miles que le aceptaban.

            Esta es la vida de una mujer miserable, con “aires” de aristócrata, de duquesa, quien vive en una mansión levantada con la plata que robó al erario público, mediante engaños, sobornos y hasta amenazas. Y, si la vemos en su verdadero contexto… es una vida profunda y realmente miserable, como su espíritu, sus pensamientos y su inhumanidad. En esa celda donde hoy permanece, tiene mucho tiempo para meditar en su desgracia… en su miseria…


 En Ocasiones, hace Falta Erradicar Absolutamente Todo y Partir desde Cero

 

Ciertamente, el primer objetivo –consciente o inconsciente-, que se trazaron los franceses cuando dieron rienda suelta a la Revolución que acabó con la dinastía y la monarquía de los Borbones, fue erradicar todo, absolutamente todo lo que había en el país, y comenzar desde la nada. Incluso arremetieron contra la poderosísima (y corrupta) Iglesia Católica de la época y fue muy común ver a Cardenales, Obispos y sacerdotes con rumbo a la guillotina y regresar sin sus cabezas. En esto, el Papa, desde Roma, estuvo a punto de declarar la guerra a los franceses, debido a los asesinatos de clérigos que eran la constante entre los galos.

            Otras medidas que tomaron los revolucionarios, fue cambiarle los nombres a las cuatro estaciones del año, a los 12 meses y a los días de la semana, porque, repetimos, la consigna era acabar con el viejo orden de las cosas, para crear a partir de la nada, de los escombros del viejo régimen y de las viejas costumbres. Si lo lograron o no, ese es otro tema, pero tanto en Francia como en muchos países, especialmente de América Latina, se impone la necesidad de erradicar todo en sus vidas nacionales, debido al altísimo “grado de contaminación” moral, espiritual y mental por la que atraviesan sus pueblos y dirigentes gubernamentales. Porque lo que funciona mal en la cabeza del Estado, sirve como mal ejemplo para que ese maligno se extienda hasta las capas medias e inferiores de la sociedad. El caso de México, un país que ha hecho de la corrupción algo parecido a una Institución, se puede tocar con las manos, incluso, desde que entramos en su aeropuerto internacional para conocer al país. Allí, la corrupción se practica desde el joven que lustra el calzado de sus clientes, hasta el ex presidente que toma un avión privado para huir de la justicia endeble que existe y no sea procesado ni encarcelado en modo alguno.

            Muchas veces en las naciones no basta con destituir a un gobierno y cambiarlo por otro que podría resultar igual o peor de corrupto, si el “bacilo” ha quedado impregnado en las paredes de los edificios gubernamentales y en el interior de las personas que les suceden en los cargos. Es cuando se plantea la profunda, necesaria e impostergable decisión de acabar con todo, partiendo desde el pueblo llano, hasta los poderes de la República. En el caso de Costa Rica, la centroamericana democracia que ha sido invadida por el flagelo de la corrupción y que hace del sistema que en otros tiempos fue loable y admirable por millones de latinoamericanos, que ya no funcione en modo alguno; incluso, desde hace décadas se habla reiteradamente de “ingobernabilidad”, pues sus políticos, jueces e Instituciones se han quedado atascadas en la “tela de araña” de la burocracia, “las mordidas” –que son las manifestaciones pequeñas de la corrupción-, en el legalismo, los procedimientos, los estatutos que aparecen por miles y por leyes incapaces de funcionar y mucho menos de cumplir sus cometidos. Sin temor a equivocarnos, en Costa Rica hace falta un cambio radical de todo lo que ahí existe, desenraizar lo que se fundó a lo largo del tiempo y que una vez dio seguridad y cualificación a la democracia, pero que ahora, por razones que hemos apuntado anteriormente, ya no son funcionales.

            Para ser más específicos y concretos, los tres poderes de la República (Judicial, Legislativo y Ejecutivo), junto al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), no hay que depurarlos solamente, sino concebirlos desde cero, como si se estuviera fundando un país de nuevo, una nueva nación. No basta en ellos cambiar a las gentes, a sus jueces, fiscales, ministros, diputados, magistrados y demás nomenklatura, porque eso significaría continuar con las viejas prácticas contaminadas por la escasa o nula moralidad y la inmensa corrupción que hoy estamos observando, donde el dinero, las componendas oscuras, las extorsiones y los pagos a cambio de favores espurios, son las que ejercen su dominio. Una vez que los revolucionarios franceses lo hicieron y superaron “la etapa del terror”, en la que se asesinaba por el simple gusto de asesinar a quienes fueran y por lo que fuera, el país comenzó a andar de nuevo, con nuevas Instituciones, nueva Constitución, nuevo himno nacional, nueva filosofía y lo más importante… con nuevos políticos e ideólogos, en los casos de Montesquieu, Rousseau y Voltaire.

               Y Costa Rica va directamente al precipicio, al abismo donde hace tiempo, mucho tiempo, yace México y los mexicanos. Un sitio pleno de corrupción, inmoralidad y falta de los principios nobles que engrandecen al ser humano en cualquier latitud del mundo.

           ¿Con cuáles medios podría conseguirse lo anterior? ¿Será que el fin, en este caso, justificará a los medios, según Niccolo di Macchiavelli? Los costarricenses tendrán que escoger el método, el camino y la decisión y no siempre la paz acompaña en estos trances a los pueblos, pero sería ideal una especie de “revolución de terciopelo”, en la que no se dispare una sola bala y no haya un solo muerto; aunque sí será menester llevar ante la justicia a quienes hayan cometido actos corruptos y fomentado la corrupción de paso, porque la impunidad sería, sin dudar, el manantial putrefacto donde surgiría nuevamente la inmundicia que ya enfermó a esta democracia.

           Sería algo así como “cielo nuevo y tierra nueva.” La historia podría ser la maestra por excelencia en esta determinación urgente.


¿De qué Manera Solucionar la Problemática de Cuba?

 

Esta es la pregunta que se han formulado durante décadas todos aquellos que han querido ver a una isla libre del comunismo, de sus sátrapas en el gobierno y de las múltiples miserias que han enviado a los cubanos al “cesto de la desesperanza.” Y en aras de esa misma interrogante, hemos visto a cubanos que llegaron en plena madurez al exilio y, en abrigo de ese anhelo, los hemos visto también envejecer y morir. Muchos de ellos observaron la posibilidad radical de una invasión militar por parte de los Estados Unidos o financiada por los mismos estadounidenses y con tropas compuestas por exiliados y otros mercenarios de otras nacionalidades, amantes por igual de la libertad. Pero todos esos deseos se han ido difuminando en el tiempo y se han ido a las sepulturas con los cubanos en el exilio, que soñaron con el final de la dictadura más vieja que existe hoy en el mundo.

 

            No es fácil derrocar a los dictadores cubanos, a su partido único, que es el comunista (o mejor dicho, en su variable narco-comunista); y las razones de esa empresa tan difícil, se debe a razones explicables, evidentes y otras poco o nada claras. Dentro de estas últimas, no logramos entender cómo los Estados Unidos, con el poderío inmenso que tiene en todos los campos imaginables y especialmente en el militar, ha permitido, a poquísimas millas de su costa en La Florida, a un régimen inhumano y asesino, cuando los mismos norteamericanos han participado en invasiones tan lejanas en Irak y Afganistán, en Oriente Próximo. No encontramos respuesta a esa inquietud. ¿Por qué han permitido a seres tan despreciables y molestos como los hermanos Castro Ruz y ahora a Miguel Díaz-Canel, a quien, incluso, llaman “presidente”, cuando es uno de los peores tiranos y dictadores de nuestro tiempo?

 

            Hace algunos años, un cubano que hizo el servicio militar obligatorio en su país, nos dijo que no hacía falta un bombardeo en La Habana, por ejemplo…. que bastaba que lanzaran una bomba a la Bahía de su mismo nombre y la onda expansiva iría botando todos los edificios viejos que nunca han recibido mantenimiento desde la época batistiana, porque, por sí solos, se caen a pedazos día tras día. Tal la debilidad y la tragedia en la que se desenvuelven los cubanos, en un país de miserias en todos los sentidos imaginables, pero, específicamente, en el material, ya que carecen de lo más básico para vivir.

 

            Con los levantamientos de la población cubana en distintas ciudades de la isla, el anhelo de tirar a los dictadores del gobierno, adquiere más fuerza y ha llenado de esperanza y entusiasmo nuevamente al exilio, ahí donde se haya establecido, pero, con mayor significado en Miami, Florida. Hay quienes están pidiendo una intervención estadounidense, que el Pentágono envíe a sus tropas e invada a Cuba y acabe con la ignominia de su dictadura narco-marxista. Pero conocemos la manera de pensar de los norteamericanos con respecto a Cuba, a quienes, evidentemente, les molesta la presencia de los comunistas en la isla, pero ello no les quita el sueño, no los desvela y prefieren hacer como siempre han hecho en los casos de las naciones atrapadas en las fauces del comunismo: simplemente vuelven el rostro al lado contrario. Lo hicieron con los sandinistas, en Nicaragua; Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro, en Venezuela; y lo harán cuando Perú tome ese mismo camino, cuando veamos el giro que su nuevo presidente, Castillo, le imprima a su administración. A los estadounidenses parece que solo les importa Oriente Próximo, Europa y su propio territorio. Aparte de ello, el mundo restante… no existe.

 

            ¿Qué pasará en Cuba en los siguientes días y meses? La dictadura “se volverá a arrellanar en su sillón de mando”, las cosas retomarán el ritmo cotidiano, en el que las miserias material y espiritual volverán a ejercer su dominio y los millones de cubanos que están dentro de la isla, se habituarán a pasar más hambre de la que ya han sufrido y hablarán de sus desgracias en voz baja, en cuchicheo, en murmuraciones, por miedo a que los jefes de los comités de vigilancia que operan cada cien metros en sus barrios, los vayan a “chivatear” (espiar y acusar), con la policía represiva del Estado. Cuba y los cubanos volverán a encarrilarse en su indolencia, que es “la madre de sus miserias.” Esto pasará porque los cubanos le tienen miedo al sistema, saben lo que es perder aún más la libertad detrás de los barrotes de una celda, que los fusilen o simplemente, los desaparezcan.

 

            No tienen armas, ni fuerzas físicas para luchar contra los soldados comunistas y mucho menos el apoyo de la comunidad internacional, que prefiere ver las escaramuzas plácidamente sentada frente a los noticiarios que transmiten las incidencias por la televisión. Los cubanos están solos, siempre han estado solos y si hay alguien que refute esta tesis nuestra, recuerde a John F. Kennedy cuando lanzó a los invasores de Bahía Cochinos a un suicidio inesperado, cuando no les brindó el apoyo que les había prometido. La historia de Cuba es dolorosa, de las peores que se registran en la historia de la humanidad. Podrían enfrentarse con las fuerzas gubernamentales, poniendo solamente el pecho para recibir las balas o sus cabezas, para que se las abran con garrotazos, como hicieron hace pocos días con algunos manifestantes. La situación de los cubanos se decantará en lo mismo: en la indiferencia de los latinoamericanos, la violencia del régimen comunista y el faltante de medios para enfrentar a los comunistas y sacarlos del poder. Esa es la triste realidad.


 Otra Vez el Sistema Judicial de Costa Rica Falla Desvergonzadamente y de Manera Decepcionante

 

Nuevamente los jueces y fiscales de Costa Rica lo han vuelto a hacer: han soltado a 30 delincuentes comprobados que laboraban para el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI), el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y dos constructoras de infraestructura vial, llamadas MECO Y H. SOLÍS, sin ninguna explicación a la ciudadanía que está más que decepcionada, aturdida y furibunda al ver la negligencia, el pésimo trabajo y el desparpajo que hacen magistrados y demás empleados del Poder Judicial de este país.

            Siempre lo hemos repetido: hay justicia para los casos comunes de los delincuentes comunes; es decir, los que comete el pueblo, de compañeros contra sus mujeres cuando comenten feminicidios, asaltan, violan mujeres, asesinan, etcétera; pero para los mega-casos, donde están involucrados ciertos “personajillos”, quienes actúan peores que los gánsters estadounidenses de principios del Siglo XX, la justicia desaparece, se les dan largas a los procesos y hasta tardan para considerarlos y nombrarlos “imputados.” Para reforzar nuestras palabras, nos remitimos a los argumentos del propio Walter Espinoza, Jefe del Organismo de Investigaciones Judiciales (OIJ), la policía jurídica, quien dijo en entrevista para un periódico costarricense, que las leyes de esta nación están previstas solo para los delitos “comunes”, cometidos por la gente “común.” Incluso afirmó, con una franqueza sorprendente e inusual en un personero que trabaja para el Estado, que “nadie quiere meterse en esos problemas con gente poderosa”; es decir, los mismos jueces (as), se hacen a un lado, llenos de miedo, porque los gánsters costarricenses tienen demasiado poder económico e influencias dentro del mismo sistema judicial, que podrían resultar dañados quienes están encargados de impartir justicia.

            Concretamente, la jueza Carolina Lizano, a cargo del mega-caso llamado “cochinilla” (así en recordación del insecto que invade los cultivos y acaba con ellos), decidió liberar a todos los presos que estaban en las cárceles judiciales, ponerles medidas cautelares y un dispositivo en sus pies para saber dónde se encuentran (aunque resulta que ese procedimiento electrónico ha estado fallando y los convictos desaparecen como si se hubieran fugado de las celdas ellos solitos). Y a la dueña de la poderosa constructora H. SOLÍS, Mélida Solís Vargas, multimillonaria gracias a los contratos que obtenía del CONAVI tras pagar sobornos, coimas, invitaciones a almuerzos y demás suciedades, le impuso una fianza de US$3 millones para que pudiera salir de prisión. Cantidad que podría pagar veinte veces más debido al capital que esa mujer corruptora tiene en sus cuentas bancarias, hoteles, terrenos, mansiones, vehículos y demás propiedades. Y al dueño de la otra constructora (y corruptora), MECO, de nombre Carlos Cerdas, le impuso la fianza de US$5 millones. Fueron tan graciosos los castigos y las multas, que los abogados defensores no apelaron y se dieron por satisfechos. Incluso el de la mujer Solís Vargas, el mismo sábado cuando se enteró de la decisión de la jueza, dijo olímpicamente, despreocupadamente, que esa cifra sería cancelada dos días después. Tal y como se hizo el lunes siguiente. Mientras el pueblo está ardido, consumido por la impotencia, la furia contenida y en medio de una total decepción por la actuación de los jueces y fiscales, quienes, dicho sea de paso, gozan de unos salarios extraordinarios, propios de países del primer mundo, en una nación como Costa Rica, que apenas puede subsistir con ayuda de los Estados Unidos y los préstamos de la Banca Internacional. Se sabe, ciertamente, que estos empleados de la Corte Suprema de Justicia tienen sueldos equiparables con los españoles, incluso. Tal el descaro y la desproporción en esta nación tercermundista.

            Es muy posible que el corto lapso que los corruptos comprobados estuvieron en las celdas judiciales, sea todo el castigo que sufran y que el proceso (el juicio) contra ellos, jamás se lleve a cabo por la desidia, el terror que los jueces les tienen a estos delincuentes y porque podrían prescribir con el paso del tiempo. Todos conocemos el actuar de los jueces y fiscales: hay justicia contra los depredadores callejeros y sencillos, pero para quienes roban, desfalcan y engañan estafando millones de millones de dólares del erario público, para ellos no pasa nada, la impunidad les es propia y ellos lo saben. Además, contratan a los abogados más versados, mañosos, curtidos, llenos de tentáculos dispersados dentro los estamentos del Poder Judicial y deseosos de verlos en libertad, hasta que lo consiguen con facilidad pasmosa, mientras el pueblo se queda boquiabierto observando aquel desparpajo, ese circo, ese engaño, esa mentira y esa actuación desvergonzada de quienes ocupan los cargos altos dentro del Poder Judicial.

            Lo dijo también el director del OIJ: “hacemos lo que podemos”; es decir, investigan, allanan propiedades, capturan y meten en prisión a estos delincuentes fenomenales que parecen entresacados de películas de Hollywood, por el profesionalismo criminal que tienen y practican; pero los jueces los dejan en libertad tres días después. Es un auténtico circo, una burla y una bofetada al ciudadano de a pie, quien prefiere no ver lo que está pasando y apaga sus receptores de radio y televisión y sigue con su vida cotidiana, para no enfermarse ante tanta villanía, cobardía e inutilidad de parte de quienes tienen el deber de impartir justicia, pero que no lo hacen y fallan desvergonzadamente.


 … De Vacunas Políticas y Científicas

 

Dentro del fragor de la pandemia china, un tema que debería ser solo competencia de los médicos y científicos, los políticos, los dirigentes de algunos países, principalmente los que carecen de escrúpulos y son dictaduras comprobadas, han utilizado este lapso por el que transcurre la humanidad, para desatar y mostrar sus malas artes y su eterna competitividad con las potencias occidentales.

            Concretamente, los chinos comunistas, los rusos y los cubanos (que es un caso realmente cómico), desataron la competencia con los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, en lo que respecta a la creación de vacunas para combatir al Covid-19, salido de las entrañas del pueblo chino, específicamente en la ciudad de Wuhan, un dato que no debemos olvidar por ningún motivo. Ante esa premura de los tres gobiernos, solo interesaba el deseo político de ser primeros que los occidentales y nada más. Demostrar que ellos también son potencias y con el aspecto científico iban a arrollar por completo a la supuesta inacción de las naciones occidentales que hemos nombrado.

            Fue cuando los chinos desarrollaron tres “vacunas” (nótense las comillas), que han sido rechazadas, primero por países asiáticos como la India, Pakistán y Tailandia y después por otros en distintos lugares del mundo, simple y sencillamente porque el agua que viene en esas botellitas, no sirve absolutamente para nada. “Tiene una efectividad del 60 por ciento, a lo sumo”, han explicado los mismos chinos, con aires de derrota.

            Casi simultáneamente apareció la elaborada en Rusia, llamada Sputnik V, pues los rusos suelen ponerle este nombre a todo lo que se mueva dentro de su territorio: revistas, satélites artificiales y ahora a su flamante vacuna que fue comprada por naciones como Argentina y otras de América del Sur, pero se quedaron sin más dosis, debido a que los rusos no tienen la infraestructura para seguirla produciendo, tampoco el dinero ni las facilidades para exportarla. Una prueba evidente de que son potencia únicamente por los misiles que tienen y nada más.

            Y las cubanas, pues tampoco… Hasta el nombre es ridículo y está asociado con la política, porque una de ellas se llama “soberanía” y los pacientes necesitan ¡Tres dosis para lograr algún  porcentaje de inmunización! Fue hecha en un país paupérrimo desde el punto de vista económico, científico, humano, político, ideológico y por todo ello, carece de lo fundamental, lo elemental, para competir en todos los campos en los que quieran competir. Lógicamente, un gobierno sumido en la miseria material y humana, como lo es el cubano, no podría nunca competir con occidente y mucho menos ayudar al resto de la humanidad, cuando no puede, no quiere ni le cruza por el pensamiento, ayudarse a sí mismo y a su propio pueblo.

            En los tres casos, el chino, el cubano y el ruso, lo que han intentado es abarcar e influenciar en determinadas áreas geográficas con sus pésimas vacunas, las cuales, una vez compradas, no han servido absolutamente para nada, fundamentalmente porque los contagios se han producido a pesar de la vacunación; es decir, no garantizan ninguna protección a las personas. Ha sido el remedo de ciencia al servicio de la política. No ha privado otra razón que crear áreas de influencia ideológica en Asia y América Latina, con vacunas que realmente no se saben qué son ni para qué sirven, más allá de la demagogia de los gobiernos que las auspiciaron y trataron de distribuirlas a otros países.

            Pero lo que ha quedado claro es que los vuelos la espacio, la conquista de la Luna, el llevar misiones no tripuladas al planeta Marte o enviar sondas a Júpiter y Urano, por ejemplo; así como conseguir o crear medicamentos de altísima eficacia y lograr desarrollo en casi todos los campos y actividades en los que el ser humano incursiona, no se logra en unos pocos años. Y los chinos comunistas han creído que se pueden igualar a los alemanes, ingleses y estadounidenses, solo porque tienen un ejército muy numeroso, debido a los millones de hombres que viven en su territorio. Es decir, no se es potencia solo por tener la bomba atómica y pregonarlo adonde se viaja. El poderío de una nación, la denominación de “potencia mundial” se adquiere después de que su pueblo ha trabajado extraordinariamente en múltiples aspectos y ha conseguido el éxito y la preponderancia en el mundo. Por eso reiteramos: los chinos y rusos son potencias militares y punto. Y será hasta la próxima guerra en la que participen cuando veremos si realmente sus armas y soldados sirven realmente.

            Por otra parte, las vacunas hechas con rigor científico por alemanes, estadounidenses e ingleses, son las que están luchando seria y científicamente contra el coronavirus chino y en las cuales la humanidad tiene puestas sus esperanzas por derrotar a ese maldito virus difícil de vencer y que muta a cada instante.

            Y lo que no entendemos, a pesar de los esfuerzos, es el hecho de que gobiernos tan civilizados como el chileno, hayan comprado el fraude de la vacuna china, con escasos resultados. Habrá que preguntarle directamente al presidente de Chile, Sebastián Piñera, el porqué de ese error. Por lo pronto, hay “vacunas” políticas; y vacunas científicas. Eso está claro. ¿Y de parte de cuáles está usted amigo lector?


 Corruptos “Linchados y Juzgados”

por el Pueblo

 

El abogado en jefe del grupo que defiende a Mélida Solís Vargas, la dueña de la compañía constructora (y corruptora) H. SOLÍS, que causó uno de los casos más escandalosos y graves en la historia judicial de Costa Rica, manifestó, aparentemente muy seguro en sus palabras, que el pueblo costarricense ya había dictado sentencia en lo que atañe a su defendida. ¡Por supuesto que sí, macho! Como dirían los españoles. Y con justa razón se dictó sentencia anticipada y algo más… “el linchamiento” moral y psicológico de esa misma mujer que ha usurpado y abusado de Instituciones sagradas de esta nación centroamericana.

            Porque ella corrompió sistemática y prolongadamente en el tiempo a decenas de empleados del Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI) y del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), desde hace 20 años atrás. Y lo hacía con tanta destreza e inteligencia malévola, que hasta hace 2 años fue descubierta su trama, junto a otra constructora llamada MECO y su dueño, Carlos Cerdas. Y que se cuiden ambos de no salir a las calles porque el mismo pueblo que menciona el abogado de la Mélida, está furioso con la corrupción que ella ha practicado y con la jueza que los dejó en libertad hace pocos días atrás. Mejor que se queden ambos corruptores metidos en sus mansiones, porque el linchamiento moral y psíquico podría pasar a ser físico y sangriento. Repetimos: el ciudadano común, el que camina a pie diariamente, el que cuenta sus céntimos para comprar su comida diaria, podría convertirse en un energúmeno sediento de justicia, la misma justicia que los (as) jueces (as), se niegan a impartir por miedo a los imputados o porque están embarrados con pagos oscuros, debajo de sus escritorios.

            Todo ello es válido y lo aplaudimos. Porque, además de que la “voz del pueblo es la voz de Dios”, según se ha dicho desde la lejana Grecia Clásica, al costarricense sencillo, al luchador, al creyente en un Ser Supremo bondadoso y benefactor, se le ha estado estafando día tras día y la mujerzuela con aires de condesa, ha estado “repartiendo pobreza”, según era su frase preferida cuando pagaba en efectivo o con cheques a los empleados sinvergüenzas que se vendían por un mendrugo de pan duro.

            Y los dos corruptores, Solís y Cerdas, deberían darle gracias al espíritu en el que ellos crean, ya sea Dios o el demonio, porque en Costa Rica esa furia que tienen otros pueblos, no la tienen las personas e ir a buscarlos a sus mansiones, botar sus portones, incendiar sus vehículos de lujo y sacarlos a empellones de sus habitaciones para lincharlos y dejarlos irreconocibles por las golpizas merecidas, indubitablemente merecidas… Si hubiera sido en otras naciones, en Europa o América del Sur, estarían ambos corruptores colgados de “picas” y con sus ojos amoratados y sangrantes, que es lo que realmente se merecen, reiteramos sin cansarnos.

            La estafa al pueblo ha sido impresionante, a tal extremo que solo esas dos empresas corruptoras, MECO y H. SOLÍS, obtenían los contratos para hacer obras públicas (puentes, carreteras y demás), inflando los precios

y usando materiales que, al cabo de cinco años a lo sumo, se irán deteriorando con el paso de los autos y los agentes atmosféricos. Y aquí surge la pregunta: ¿Si algunos conductores resultaran accidentados por culpa de las pésimas construcciones hechas por estas dos empresas corruptas, cuál debería ser la reacción de los perjudicados? Nótese que el daño hecho por esos depravados ha sido enorme y en casi todos los ámbitos posibles, porque “la especialidad” de ellos es precisamente esa: hacer el mal, ahí donde pudieren.

            Retornando “al letrado” Francisco Campos, jefe de la batería de abogados que defienden a Mélida Solís, es nada menos que el ex esposo de la fiscal general de la República, Emilia Navas Aparicio, quien tuvo la decencia, in extremis, de renunciar –debido a la presión de la prensa y del pueblo-, pues no podía permanecer en el Ministerio Público cuando su compañero (porque ahora conviven en concubinato), es dado a defender a toda clase de delincuentes con dinero mal habido. Y ha sido quien se ha quejado de que el enojo del ciudadano es tanto, que “han linchado” y “condenado” a su clienta. ¿Pero qué quería este individuo sin escrúpulos ni moral… que se le aplaudiera a la Mélida por estafar una y mil veces más al costarricense honrado y componente del grosor del pueblo? Y le recordamos que debe aconsejar a su patrona para que no salga de su mansión, porque el linchamiento podría pasar a concretarse tal y como le conocemos comúnmente: con los puños y hasta cinturones, si se diera la oportunidad.

            La verdad que subyace es que ni al mismo abogado Campos le importa que ello suceda, porque lo que lo mueve a él y a su grupo de colegas inmorales, es el dinero que le están sacando a la vieja bruja y que se puede tasar en millones de colones o miles de dólares mensuales. Porque le está costando caro a la mujerzuela esta defensa a tanto daño que ha causado, a tanto robo sin parangón en el que ella ha participado junto a su esposo e hijos. Era una sabandija que chupaba incansablemente la sangre del pueblo costarricense, hasta que fue descubierta y puesto de manifiesto ante los ojos de todos en Costa Rica.

            No hace falta que afirmemos de parte de quiénes estamos nosotros en este periódico; pero nos solidarizamos con la decencia, la pulcritud, la rectitud, la honradez y el trabajo honorable. Según obliga la bondad que parte de los corazones.


 Haití, el País del Nunca Retorno

 

El asesinato de su presidente Jovenel Moïse nos recuerda la realidad profunda de Haití

 

             Aparentemente, y a juzgar por las informaciones que vienen desde Puerto Príncipe, se trató de un comando compuesto por ex militares colombianos (¡tenían que ser de Colombia y de ninguna otra parte!), junto a dos intérpretes haitianos, contratados para establecer comunicación con los nativos, en el precario francés o creole (que es el verdadero nombre del dialecto que hablan en este pueblo), los que ajusticiaron en su casa de habitación al mandatario Moïse y tienen a su esposa grave en un hospital de La Florida, USA. Y decimos que nos recuerda lo que realmente es este país que comparte la isla de la Dominica con la República Dominicana, porque su nivel de vida es el peor del continente americano e, incluso, peor que la nación más pobre del África.

            Haití es para aquellos que lo han visitado alguna vez, el “país del nunca retorno”, porque no creemos que ninguna persona que lo haya conocido, quiera regresar o retornar a él, por todo lo que presenta y representa… la impresionante miseria (no pobreza, sino miseria con todas sus letras y acepciones), su delincuencia, su insalubre modo de vivir de parte de sus habitantes y su anti-religión que está plagada de dioses africanos, esa “santería” afro-caribeña, con el vudú a la cabeza y mandando sobre los espíritus de las personas que creen en esas prácticas a pies juntillas o a ojos cerrados. El atraso, según vemos, es absoluto en esta parte de la Dominica que, en tiempos de la Colonia, era el mercado de esclavos de Francia; es decir, los piratas franceses secuestraban a los negros africanos de su continente y los llevaban a Haití, donde los vendían a los blancos para que trabajaran en las plantaciones de caña de azúcar, café, algodón, maíz y demás cultivos que los europeos trajeron a estas tierras. Haití está enclavado en una tierra maldita, donde el ser humano de tez negra era vendido o negociado con una frialdad y una inhumanidad solo propia en los corazones malvados de los europeos de aquel entonces. Y con ese fundamento histórico, psíquico, antropológico, racial y sociológico, nació un país y una etnia que nunca ha podido desarrollarse

            Da la impresión de que aquella maldición de la esclavitud fundamentó al haitiano actual, plagado de miserias, analfabetismo, pandemias, asesinatos, golpes de Estado y magnicidios como el que acabamos de conocer, cuando un grupo de extranjeros, colombianos para ser más precisos, acabaron con la vida de su presidente Moïse. De este hecho se pueden desprender múltiples hipótesis, especialmente porque hay colombianos implicados y ex militares del ejército de ese país suramericano. ¿Por qué colombianos en Haití, la nación más paupérrima del continente? ¿Qué los movió para asesinar a Moïse, por qué lo hicieron, quiénes los enviaron hasta esa parte del Caribe y por qué la violencia utilizada? Y cuando hay colombianos implicados en un crimen, es seguro que hay droga, cocaína o heroína, en medio del basural y de la muerte. Es cuando nos volvemos a preguntar: ¿Jovenel Moïse estaba metido en el inframundo de la droga y por eso lo acribillaron con la saña con la cual lo hicieron? Todo indica que hubo mucho de eso. La ecuación criminalística parece muy sencilla: colombianos actuando en el extranjero + armas asesinas = narcotráfico.  

No podemos pensar otra cosa, pues el devenir en América entera así nos ha enseñado: el colombiano es un pueblo extremadamente violento, sin alma, sin sentimientos y regido por los millones de dinero que les da la droga. Desde los albores de Pablo Escobar Gaviria, el crimen se ha enseñoreado en esa nación de América del Sur, más la eterna guerrilla que ha desangrado partes importantes de su población y que luego mutó hacia la “narco-guerrilla”; es decir, los dos males se fundieron en uno solo.

            No obstante, afirmar categórica y tácitamente que el móvil del asesinato del presidente haitiano fue por motivos de narcotráfico, es muy prematuro aun cuando las investigaciones apenas han comenzado en la isla; sin embargo es la tesis que más fuerza tiene, según hemos explicado anteriormente.

            En todo caso, la realidad de Haití sigue vigente con su horrenda pobreza, con sus casas de habitación con suelo de tierra, sin adelantos tecnológicos, sin comida, sin ropa ni medicina para nadie, porque el haitiano, ese que llamamos “normal”, se acuesta a dormir por las noches con su única vestimenta y al día siguiente, se levanta del mismo modo y debemos sumarle a todo esto los ciclones tan característicos del Mar Caribe o los terremotos que de tiempo en tiempo tiran por los suelos la miseria que todavía estaba en pie. Mientras tanto, la comunidad internacional hace poco o nada por ayudar y lo poco que envía en dinero efectivo, alimentos y medicinas, la inmensa e interminable corrupción se lo deja para sí y no permite que lleguen a quienes están urgidos.

            Y quienes escribimos este editorial para este periódico moriremos, nuestros hijos crecerán, se casarán y tendrán a sus propios hijos y estos a sus hijos y Haití y los haitianos continuarán igual, entre miseria, golpes de Estado, traiciones, dictadorzuelos como lo fueron los Duvalier, quienes sangraron al país a placer y durante décadas enteras, heredando parte de la barbarie que aquí se vive diariamente. No hay voluntad de cambio, de progreso, por salir del enorme basural, de la desidia, del dolor, del crimen ni del analfabetismo monstruoso que lo abarca todo. Los franceses, conocedores de esta realidad, tampoco desarrollan sentimientos de culpa cuando revisan –extrañamente-, su historia esclavista y colonialista y vuelven los rostros hacia el lado opuesto, porque para ellos Haití solo es un lejano pasado, un sitio donde nunca retornarían por ninguna razón. Y esa es la dolorosa realidad.


 La Corte Suprema de Justicia tiene la Palabra

 

Vamos a comenzar por un sub-tema que pertenece al tema principal, pero no menos importante: la estadía en su puesto de la actual fiscal de la República o jefa del Ministerio Público, Emilia Navas Aparicio, una mujer que no ha dado la talla en ningún sentido ni en ningún momento desde que fue elegida para ese cargo tan sensible en la aplicación de la justicia en cualquier país que se precie de ser democrático y justo ante los avatares de la delincuencia, como se presenta Costa Rica ante el mundo.

            Una fiscal o una persona determinada, según ordena la lógica laboral, que no cumpla o no pueda cumplir con lo que su jefe, en este caso el pueblo costarricense, le ha encomendado, es mejor que renuncie; porque, de lo contrario, permanecer en el puesto, devengando el altísimo salario que se le paga mensualmente, equivale a otro acto inmoral, de esos que estamos viendo en los últimos días en esta nación centroamericana. La señora Navas se “inhibe” a cada rato, al alegar que no puede tomar determinado caso, porque su marido, que, dicho sea de paso, no lo es, porque hace algún tiempo se divorciaron, funge como abogado defensor de los pillos y “no sería producente”, según las palabras de la propia fiscal, que ella observara y trabajara con esos asuntos que llegan a la Corte Suprema de Justicia. Y parece que su exmarido está metido, defendiendo a los delincuentes, cada vez que aparecen en el panorama diario; entonces, su exesposa se “inhibe” constantemente y eso solo indica que la mujer no trabaja, no ejerce de fiscal general, no cumple con su tarea esencial y básica, porque se hace a un lado, desaparece del escenario como aquella actriz que se nieva a representar los papeles dentro del libreto, que le fueron asignados. Ella contesta que no hay razón para renunciar, que el Ministerio Público bajo su mando es una maravilla y un Despacho ejemplar para el resto de la función pública. Por supuesto que ningún cocinero dice que su comida es mala, por más apestosa que huela y aparezca ante las miradas de las mayorías. Punto y aparte.

            Para concretar en el tema de este editorial, dentro de esta entrega especial que hacemos en este periódico sobre el llamado “caso cochinilla”, en el que aparecen y aparecen corruptos hasta debajo de las piedras, hemos de asegurar y admirar el esfuerzo denodado que ha hecho la policía judicial o el Organismo de Investigaciones Judiciales (OIJ), descubriendo lo engorroso e inmoral de las coimas o dádivas deshonestas y deteniendo a los responsables y culpables; pero, paralelamente a estos sorprendentes acontecimientos, que son los peores en la historia del país, corre nuestra enorme duda porque la Corte Suprema de Justicia vaya a elevar a juicio a los presuntos culpables, libere a los inocentes y condene a los que tiene que condenar. Y para enunciar esto, nos remitimos a los hechos recientes, con otros casos de parecidas características y ahí están los presuntos culpables, gozando de libertad e impunidad, ante una prensa que actúa de manera complicente y complaciente, porque no exige a los magistrados aplicar las leyes como la Constitución Política y el Código Penal ordenan.

            Nuestro temor se fundamenta en que, con el pasar de los días, poco a poco los indiciados, hoy tras las rejas, vayan a quedar en libertad por la acción incansable y eficaz de sus abogados defensores, quienes, sin duda, trabajan mejor que los fiscales y jueces, y el gran entramado de corrupción quede en nada. En otros términos, la Corte Suprema de Justicia, después de la extenuante labor del OIJ, tiene el deber de aplicar la justicia por dos razones fundamentales: para “lavarse el rostro” que está sucio por su irresponsabilidad, negligencia, indiferencia y desinterés; y para hacer efectiva la justicia ante un pueblo cansado de ver las constantes “pifias” de sus jueces y fiscales en la mayoría de los casos. Este es el momento propicio, de incalculable valor, para que la Corte demuestre que no solo es el nido de burócratas inmejorablemente pagados y buenos para nada, sino que es capaz de poner en su lugar a quienes delinquen.

            Los hechos son de una claridad absoluta. El OIJ ha hecho un trabajo extraordinario al recabar pruebas, al secuestrar computadoras, tablets y celulares y tener confesiones fáciles y previas de los mismos delincuentes comprados con las coimas pagadas por las dos empresas constructoras y la supervisora de las obras viales. A los fiscales les corresponde acusar y a los jueces analizar y dictar las sentencias que todos esperamos. Es el momento histórico para que el pueblo “de a pie” se rinda ante sus magistrados y demás ejecutores de la justicia. Porque si no procedieran como se espera, todo quedará únicamente en una gran y pasmosa teatralidad, “una payasada” de las más grandes que se hayan visto en América Latina.

            Ya es hora que se queden en prisión esas viejas “emperifolladas”, con aires de aristócratas, pero que todos sabemos que son tan corruptas como las que más… Ya es hora que se adecente la función pública y que nos devuelvan la credibilidad que hace tiempo perdimos por la negativa de aplicar la justicia, de parte de unos jueces cuya única tarea es esa… satisfacer las demandas de los ciudadanos que ansían un país seguro, honrado y digno para vivir en él.


 Una Vampiresa entre Nosotros

 

Avorazada, igual a una hembra de tiburón hambrienta, a la que ninguna comida le satisface; deseosa de abultar sus múltiples cuentas bancarias con más dólares, euros y colones (moneda de Costa Rica); dispuesta a lo honesto y lo deshonesto (prioritariamente), para abrir todas las puertas posibles y usurpar esos dineros del Estado que no le pertenecían, pero que ansiaba con desmedida ambición; llegó incluso a la amenaza, semejante a los gánsteres estadounidenses de las décadas de los 30 y 40, con tal de atemorizar a sus competidores de otras empresas constructoras y hacerlos a un lado y así obtener las licitaciones del gobierno para construir obras públicas gigantescas. Por supuesto que nos estamos refiriendo a Mélida Solís Vargas, la dueña de la empresa de construcción H. SOLÍS, creada por su padre, Hernán Solís, y heredada a su hija, quien aprendió el oficio del levantamiento de puentes, edificios y demás infraestructura vial e, incluso, desarrolló otras habilidades inesperadas en una mujer, máxime si es costarricense, conocida en América Latina por sus dones de  extraordinarias madres, esposas, hermanas y profesionales de gran inteligencia y valía. Pero Mélida Solís se salió de ese contexto y se tornó en una persona digna de ser temida, respetada y dejada a sus anchas…

            Toda una vampiresa de nuestros tiempos. De esas mismas que nos llegan por medio de las películas de Hollywood, especializadas en “nosferatu” o los seres “no muertos” que circundan por las noches, chupando la sangre de sus víctimas, debilitándolos y asesinándolos inevitablemente. El carácter, la psiquis y la personalidad entera de esta “empresaria” de altísimos vuelos, llamada Mélida María del Carmen Solís Vargas, nacida en el centro de la localidad de Santa Bárbara, provincia de Heredia, Costa Rica, el 9 de noviembre de 1959, se parece mucho a esos siniestros y terroríficos personajes extraídos de la literatura gótica europea y llevados a las pantallas del cine y de la televisión. Y se asemejan en el sentido de la falta de escrúpulos, de honradez, decencia y un constante deseo de enriquecerse a toda costa, por medio del mal… siempre de la perversidad.

            Cada día sale información nueva en los periódicos costarricenses en los que aparece esta mujer de aspecto cadavérico, de piel blanquísima, supra-maquillada, con “aires” de aristócrata y de muchacha de 25 años, a pesar de sus 61 que no puede ocultar debido al paso “cruento” del tiempo sobre su piel y emociones. Y cada vez que leemos sobre ella, nos impresiona lo que se le acaba de descubrir, la manera cómo utilizaba a intermediarios fieles, obedientes y temerosos que seguían al pie de la letra sus indicaciones para convencer, sobornar y hacer realidad sus caprichos y proyectos más ambiciosos. Esas otras personas que trabajaban para el Estado y para otras empresas de construcción, eran citadas para conversar y ser convencidas, en cafés y restaurantes de la Capital y, si se oponían a los requerimientos de Mélida Solís, eran amenazados, según se desprende del voluminoso legajo que contiene las investigaciones del Organismo de Investigaciones Judiciales (OIJ), sobre el actuar de esta mujer.

            Uno de los pasajes más sórdidos y deleznables de esta enorme trama de corrupción que ha surgido a la superficie en la realidad de Costa Rica, se dio cuando el esposo de Mélida Solís, llamado Roberto Acosta, citó en un café del Barrio Los Yoses, en San José, a Eladio Araya, a la sazón dueño de la constructora Orosi, para ofrecerle un cheque por 500 millones de colones, para que se abstuviera de no apelar la adjudicación del contrato para el mantenimiento de las rutas de la provincia de Cartago, Turrialba y zona de Los Santos, conocida como línea 3. Acosta iba a apelar ante la Contraloría General de la República esa concesión a la empresa competidora H. SOLÍS, propiedad de Mélida; pero al final el  Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI), se la otorgó a esta última empresa y le pagó el impresionante monto de 17 mil millones de colones.

            Después de que no aceptó el soborno, Mélida Solís le hizo llegar este mensaje amenazante, claro y contundente: “Le indicamos que mejor no siga participando en los procesos de licitaciones, porque nosotros (los Solís) tenemos comprado al CONAVI; y si no se aparta, le vamos a echar (encima) a la maquinaria del CONAVI.” Según consta en el expediente judicial, tras la declaración y denuncia hecha por el empresario Eladio Araya. Nótese la soberbia, el poder, las influencias y las consciencias compradas de las que hacía gala esta mujer que, por el momento, se encuentra en las celdas judiciales, después de habérsele conocido pasajes como el que hemos relatado y en detrimento de muchísimas personas honradas, quienes no pudieron obtener concesiones de obra pública, debido a que Mélida Solís y su constructora H. SOLÍS, lo mismo que la otra gran corruptora conocida con el nombre de MECO, se cruzaron en sus caminos y les vedaron toda oportunidad y participación en el desarrollo del país.

         Este ha sido un caso único en la historia de Costa Rica, prueba de que esta nación ha dejado sus “aires rurales,” para entrar en la vorágine de la corrupción latinoamericana y Mélida Solís Vargas es uno de los personajes siniestros, de primerísimo plano, muy parecida a las vampiresas hollywoodenses que sangran a los demás y se pasean por las noches, sedientas de poder y con sus poses de aristócratas perversas.


 Las Fantasías y la Prepotencia Criminal de Israel

 

El mejor movimiento propagandístico lo dio hace miles de años atrás el pueblo de Israel, sus llamados “profetas” y demás “ramas verdes”, al difundir el llamado “Antiguo Testamento” y que forma parte primera de la Biblia que usan los cristianos de cualquier denominación y lo peor se fundamenta en que lo creen a pies juntillas.

            Solo a una persona con poco o nulo análisis de los hechos, de la realidad circundante, puede aceptar fábulas como las que dicen que “el Mar Rojo se abrió y pasó Moisés con el pueblo judío y después se cerró y el ejército del Faraón pereció ahí, ahogado”; o que “una nube luminosa guiaba al pueblo escogido por el desierto” o que “Jericó cayó a la séptima vuelta que dio el hermano de Moisés a su alrededor”, etcétera, etcétera, etcétera. Esos son los famosos libros del “Viejo Testamento” que discurren en fantasías de ese tipo, para dar a entender que los israelitas componen al “pueblo preferido” de un Dios que tiene esa clase de predilecciones y deja de lado a las demás naciones del mundo. Narraciones inconcebibles, imposibles de aceptar en plenitud del segundo milenio.

            El problema yace en los millones de cristianos que creen esas fantasías, esas narraciones propias de las mesas de dibujo de Walt Disney Enterprise y nunca de una vida coherente, realista y apegada a la verdad de los hechos que son cien por ciento comprobables. Y los judíos de todas las generaciones han entendido que ese “anzuelo lo muerden una y otra vez los fieles católicos y protestantes” y, por esa razón, se siguen presentando en los foros internacionales y ante los medios de prensa, como si realmente fueran “el pueblo elegido de Dios.” La farsa en su magnitud máxima.

            Pero ahora sigue lo peor: porque con base en esas fantasías salidas de toda proporción, los judíos se permiten decenas de abusos, la mayoría de ellos criminales, en contra de los pueblos vecinos, tales como el palestino que es, por placer y complacencia, la víctima que más agrada a los israelitas, para masacrar, humillar, robarle sus pocas tierras y expulsar de Cisjordania y la Franja de Gaza. Los hebreos arremeten una y otra vez contra el pueblo palestino, precisamente porque la comunidad cristiana mundial, les aplaude sus actos criminales o el genocidio diario que llevan a cabo contra los musulmanes. “El escudo” de los israelitas es entonces… el “Antiguo Testamento” y la sinrazón que repiten una y otra vez, de que, al ser “el pueblo elegido de Dios”, pueden defenderse de sus enemigos y asesinarlos, porque tienen la venia del Dios Todopoderoso que los mira con absoluta complacencia y permite sus excesos contra el mundo islámico, específicamente contra Palestina, sus ancianos, mujeres y niños indefensos, quienes mueren masacrados por los misiles judíos, igual a insectos sin ningún valor existencial.

            Otra sinrazón de la prepotencia criminal de los israelitas, su gobierno, jueces, pueblo y ejército, radica en la historia reciente, cuando fueron “cocinados” en los hornos del nazismo y esa persecución –que habría que estudiarla profundamente por qué se realizó-, les da, en la actualidad, a los judíos, “la licencia” para asesinar sin contemplaciones ni rodeos y el mundo tiene el deber de comprenderlos y aceptar sus actos sangrientos contra seres indefensos, en el caso de los palestinos. En otras palabras: los israelitas pueden matar a mansalva a quienes ellos quieran, donde quieran y cuando quieran, porque ellos fueron perseguidos por los nazis, en el cacareado holocausto (ofrenda a Dios, según son dados en llamar al genocidio), y ahora les ha correspondido “la revancha” contra el mundo y todos debemos callar y hasta aplaudirles por sus actos criminales.

            ¡No señor! Ante nuestros ojos, ante quienes no “mordemos el anzuelo” propagandístico de que son “el pueblo elegido” por un Dios segregacionista y que los crímenes del nazismo les dan el aval a los judíos para ser ahora los victimarios, lo que están perpetrando actualmente no es otra cosa que mayores actos violentos y sanguinarios, contra un pueblo totalmente indefenso, en el caso del palestino. Nada faculta, nada exculpa, nada otorga esa supuesta “licencia para asesinar, como los hebreos creen y hacen creer, porque el crimen siempre será crimen venga de donde venga y se dirija contra quien se dirija.

            Además, por cada palestino que los judíos asesinen… tendrán menos moral para levantar sus voces contra los nazis, porque serán tan criminales los judíos como lo fueron los seguidores de Hitler en los primeros años de la década de los 40, del Siglo XX. En otras palabras, los otrora víctimas de los hornos y cámaras de gas nazis, ya no pueden quejarse, porque son tan asesinos como las hordas del austríaco Adolf Hitler. Los judíos mismos se están comportando de igual manera como sus verdugos en los campos de concentración instalados en Polonia. Es decir, si Auschwitz fue el peor matadero para ellos, la Franja de Gaza es, en la actualidad, el peor matadero para el pueblo palestino. Así de simple la analogía.

            Lo lamentable se fundamenta en que millones de lectores de la Biblia, le están aplaudiendo a Israel sus excesos sangrientos y ello no debería ser, porque el asesinato, individual o en masa, es tan reprochable y deleznable como el que más, en toda circunstancia y lugar.


 Golpes de Efecto, Caída en el Vacío y

un Sistema Judicial Ineficiente,

Ineficaz e Inútil

 

Vamos a creer que, realmente, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la policía del Tercer Poder de la República de Costa Rica, descubrió una inmensa e impresionante red de corrupción enquistada en un Despacho de la Casa Presidencial, el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI) y en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Las versiones que manejan las autoridades judiciales indican que un grupo de empresarios de la construcción sobornaron con dinero en efectivo, regalos varios y hasta favores sexuales, a empleados de esas tres Instituciones del Estado, para que les aprobaran licitaciones o contratos para construir obras de infraestructura en todo el país (mega-obras: carreteras, puentes, etcétera), y de esa manera, el gobierno les pagara millones de millones de dólares por esos trabajos. Algo parecido ha sucedido en varios países de América Latina y África, con la famosa constructora (y corruptora) brasileña Odebrecht, cuando les llenaron las manos a muchos gobernantes, entre quienes se cuentan el brasileño Lula Da Silva, liberado de prisión hace poco por un juez amigo; el peruano Allan García, quien se suicidó cuando le descubrió la policía el acto de soborno que le compró la consciencia; el ecuatoriano Rafael Correa, hoy en franca huida de la justicia del Ecuador; y el mexicano Enrique Peña Nieto. Todos ellos corrompidos por Odebrecht, que les pagó millones de millones de dólares, a cambio de contratos de obras públicas en las diferentes naciones donde querían operar los brasileños con su maquinaria de construcción.

            En Costa Rica parece que la supuesta red de corrupción que se acaba de descubrir presuntamente, actuaba de igual  manera que los cariocas y, a juzgar por las escenas vistas en los telediarios y las crónicas leídas en los periódicos, el OIJ ha actuado en forma certera, extraordinaria y espectacular contra el daño que los empresarios estaban causando a las finanzas del país. El golpe de efecto causado en la población alcanzó el objetivo deseado, cual era impresionar al ciudadano común y hacerle creer que el OIJ es una policía de gran potencial, a la que nada se le escapa, es fiel garante de la honestidad en la función pública y está siempre dispuesta a llevar a prisión a quienes merecen estar en ella. Fueron casi 50 personas las detenidas y encerradas en las celdas, mientras “el eco” de la situación sigue abarcando los cielos de Costa Rica y llegando a los oídos de los costarricenses. No hay duda: esto ha parecido un temblor de tierra fortísimo, que ha conmovido a las personas sencillas, trabajadoras y honradas, quienes creen que están protegidas por esos oficiales judiciales, siempre dispuestos a sanear lo que yace putrefacto en las oficinas gubernamentales. Sin embargo, cuando queremos pasar al otro estadio del problema, nos damos cuenta de que toda esa presunta y "verídica" acción policial ha caído en el vacío, porque no tendrá sustento jurídico efectivo, real y aleccionador para los culpables; es decir, los jueces, el aparato judicial por entero o los tribunales mismos, no estarán en condiciones de sentar precedentes, de castigar, o tan solo… simplemente acusar a los infractores, a pesar de lo que la opinión pública y los periodistas quisieran… La verdad es que la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica es un ente plagado de burócratas que se sienten muy a gusto trabajando en sus oficinas, pero la aplicación de la justicia solo se da para los delincuentes menores, los callejeros, los que roban una billetera, asesinan a sus esposas o novias y delinquen con el tráfico de drogas de menor cuantía. Los grandes delincuentes siempre salen impunes y nos referimos a ex gobernantes, empresarios de peso (como los ahora detenidos), y personajes de parecido talante. Para sustentar nuestras afirmaciones nos remitimos a los hechos que hemos visto y repasado una ocasión detrás de la otra; porque la justicia en Costa Rica solo funciona para los delincuentes comunes y nunca para los “peces gordos.”

            A lo anterior debemos sumarle una fiscal general incapaz, cuyo esposo es el abogado de uno de los detenidos en cuestión y por eso ella, aparentando una pulcritud y unos escrúpulos de santidad, decidió “inhibirse de este caso” para no dañar al sistema judicial, según dijo a los periodistas que la creen incólume, una mujer de extraordinaria valía y “la quinta esencia de la esencia más pura en este Universo creado por Dios.” Pero la verdad es que la señora fiscal se convirtió en un enorme figurón que rehúye a la prensa, se esconde entre sus subalternos y devenga un jugoso salario mensual a cambio de “calentar únicamente su asiento” en el edificio de la Corte y nada más. Tampoco hay voluntad para separarla de su puesto, por parte de la autoridad encargada, que presumimos son los diputados, (permeados también por el narcotráfico, algunos de ellos).

            Quienes no creemos en “los cantos de sirenas” igual a Ulises en La Odisea, sabemos que estos actos teatrales que hace el OIJ caerán en “saco roto”, se desvanecerán con el transcurso del tiempo, porque los hoy presos saldrán libres y “la gran corrupción descubierta” será únicamente un expediente voluminoso, redactado con palabras vacías por un burócrata al que una tarde cualquiera le encomendaron el tedioso trabajo de escribirlo, justamente porque el sistema judicial costarricense es ineficiente, ineficaz, inútil y plegado al “gran poder oscuro” de esa Costa Rica profunda que se mueve tenebrosa, sigilosamente y capaz de hacer mucho daño si alguien quisiera ponerla en evidencia, peor que en el Chicago de Al Capone. Mucho peor. Y eso lo sabe usted, aquel señor y yo también. Lo sabemos todos.


 Los Peruanos ya tienen lo que Deseaban: un Gobierno Comunista. ¿Y ahora qué más Quieren…?

 

Dicen que las elecciones recién acaecidas en este país suramericano, fueron determinadas y decididas por lo que los conocedores de la realidad peruana llaman “el Perú profundo.” Es decir, los habitantes de las selvas, con el río Marañón incluido (la naciente del Amazonas), los altiplanos, las fronteras en las que Los Andes ejercen su portentoso dominio. Son las personas descendientes directas de los Incas, las que nunca han viajado más allá de sus comarcas y desconocen cómo es Lima, Arequipa, Chiclayo y otros centros urbanos multifacéticos y acordes con los cambios de las épocas. A esos habitantes del “Perú profundo”, el maestro marxista-leninista, experto en organizar huelgas de sus colegas contra el Estado, llamado Pedro Castillo, les caló sus espíritus con su mensaje demagógico… les habló de la falta de oportunidades para sus hijos, del hambre, del frío, de la venta de los productos agrícolas a precios infames, pagados por el explotador de la gran ciudad; les dijo a los mineros lo que significa vivir casi permanente metidos en las entrañas de la tierra, por un bajísimo jornal, que no les alcanza para comprar los zapatos de sus hijos y contra esa argumentación tan realista, tan aprovechada por el maestro con su enorme lápiz en su mano, Keiko Fujimori, la hija del inmigrante japonés, preso por ser un supuesto corrupto y un auto-golpista, no tuvo más respuesta que la espera… que el peruano en el exterior la favoreciera con su voto; pero ello tampoco aconteció así, como la peruana-nipona lo soñó y se aferró a esa idea, a esa posibilidad. “Estaba escrito en las estrellas del cielo sin contaminación del Perú profundo, que Pedro Castillo sería el nuevo gobernante de un país azotado por la corrupción, el robo, la mentira, los múltiples faltantes materiales y por todas las falencias del tercermundismo.” Otra cosa será, una vez entronizado en el poder, si va a remediar, aunque sea una mínima parte, los problemas que Castillo visualizó en ese Perú profundo y olvidado.

            Y el error de Keiko fue el mismo de hace décadas atrás de Javier Pérez de Cuéllar, aquel peruano que fue durante mucho tiempo Secretario General de la ONU, quien quiso ser presidente de su país, pero cuando estuvo en campaña tuvo que meterse en una humilde choza de la selva y al observar tantos faltantes, tanta humildad y miradas nada altivas a las que él estaba acostumbrado en New York, no tuvo más remedio que retirarse a su anterior vida, provista siempre de caviar, champagne, cognac y otras sofisterías propias del mundo diplomático. Keiko se olvidó de esos indígenas quechuas y aimaras, entre otras etnias, que solo son tomados en cuenta cuando hay que lucirlos ante el mundo en las fiestas patrias, pero que pueden decidir unas elecciones tan importantes como las recién finalizadas.

            Así, al cabo de lo que hemos descrito, Pedro Castillo se ha convertido en el segundo candidato comunista en resultar elegido  con el voto popular y en unas elecciones libres, después del chileno y también marxista, Salvador Allende. Por eso no podemos evitar la pregunta: ¿El final de Castillo irá a ser el mismo o parecido del chileno, disparándose en la cabeza con su ametralladora, ante la arremetida de las fuerzas militares pro-democráticas y mientras sus guardaespaldas cubanos se daban a la fuga entre los pasillos del Palacio de la Moneda? ¿Se repetirá la crueldad de la historia del Chile moderno de 1973, esta vez en la realidad peruana? En todo caso, hay una razón ineludible que golpea la cabeza de Keiko y su grupo de campaña: los peruanos del Perú profundo ya lograron lo que anhelaban… llevar al Palacio gubernamental en Lima, a Pedro Castillo, un fulano desconocido por muchísimos, y tan marxista como Raúl Castro o Hugo Chávez. Ya tienen concretado su sueño. Ahora les corresponde a los peruanos sensatos, a los amantes de las libertades y la democracia, a los que no les gustan los extremos radicales ni los corruptos, “apañarse” con el futuro inmediato que comenzó a correr y configurarse, desde que Castillo fue proclamado vencedor de las elecciones recién acaecidas.

            En otro estado de cosas, el grupo guerrillero Sendero Luminoso, uno de los más sangrientos de América, tendrá la plataforma ideológica para sentirse cómodo y reiniciar las operaciones que el padre de Keiko, Alberto Fujimori, les cortó de plano cuando gobernó al Perú con cierto autoritarismo. No les importará a los mercenarios que la ideología de Pedro Castillo sea marxista-leninista, mientras ellos, los senderistas, sean maoístas, y es muy posible que los barcos de la China comunista atraquen en los puertos peruanos en un lapso de tiempo significativo, para apertrechar a sus guerrilleros y comiencen a ejercer su dominio, como ya lo hacen en otras naciones de América Latina, que han creído en “los cantos de sirena chinos” y les han entregado la economía nacional entera.

            Por el momento, Perú es una gran incógnita, un gran signo de interrogación y un temor muy bien fundamentado, más aún cuando vemos a la Venezuela saqueada de Chávez y Maduro, tan cercana y tan estafada, tan arruinada y tan vilipendiada por los mismos comunistas. Castillo ha dicho que quiere parecerse al demagogo y populista uruguayo, José Mujica. No lo sabemos. Solo sabemos que los peruanos ya tienen lo suyo y habrá que ver qué más quieren…


 Los Argentinos no son un Pueblo, una Nacionalidad, ni Siquiera Parecen Normales

 

Las recientes manifestaciones del pseudo-presidente de Argentina, Alberto Fernández, nos han empujado a escribir este editorial que hubiésemos querido, mejor, no redactar nunca. Pero su “bocaza” nos ha obligado…

            Los argentinos, la verdad, entre más lejos nuestro… mejor que mejor. Después de haberlos analizado en profundidad –si es que hay profundidad en ellos-, a lo largo de nuestras vidas, hemos llegado a esa sana conclusión: es mejor que se mantengan bien lejos. Desgraciadamente se encuentran esparcidos por todo el globo terráqueo, pues tienen la psicosis (aberrada enfermedad mental), de ser internacionales a toda costa, aunque tengan que ir pidiendo limosna por los países donde han llegado, pues se aventuran al extranjero sin dinero, sin profesión y lo peor… sin simpatía ni empatía con nadie. De tal modo, es posible encontrarlos en la cultísima ciudad de París, como en el misterioso y místico Tíbet. Es cuando hemos escuchado a nuestras espaldas su ridículo y molesto acento que no es ni latinoamericano y mucho menos… italiano. Porque ellos, los argentinos, no son nada, ni un pueblo, ni una nacionalidad y mucho menos… normales.

            Y no son normales, decíamos, porque gesticulan exageradamente, gritan cuando hablan para llamar la atención (parecen que dicen “mírennos, aquí estamos los argentinos, somos extraordinarios”); hacen problemas en todas partes y se sacan los líos de las circunstancias menos esperadas e inauditas. Aún no estamos seguros si el consumo de esa bebida que ellos llaman “mate”, los ponen en tal estado de excitación, que parecen monos sin cola, brincando en lo alto de las ramas de los árboles. Simplemente no son nada finos y mucho menos cultos.

            No hay duda: estamos furiosos con su pseudo-presidente Fernández, debido a que es un pelmazo, para llamarlo suavemente de nuestra parte; pues el bigotón, solamente es un títere de la demente (porque padece esquizofrenia), Kristina Fernández de Kirschner, una mujer estrafalaria y vergonzante que tiene por el cuello a todo el país y no sabemos con cuál poder o artilugio ha podido conseguir que los millones de argentinos la adoren y la sigan con una ceguera y apasionamiento sospechosos ante los ojos de las personas normales y cuerdas. Simplemente el fenómeno sociológico que causa esa mujer, no tiene explicación racional ni lógica.

            Aprovechando la visita del no menos imbécil presidente de España, Pedro Sánchez, un hombre que es superlativamente rechazado y odiado por los españoles, el bigotón Fernández se permitió decir lo siguiente, insultando –según es costumbre en los argentinos-, a varios pueblos mientras dejaba escapar sus feos sonidos bucales: “Los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de las selvas; pero nosotros, los argentinos, llegamos de los barcos. Y eran barcos que venían de Europa.” Dijo este imbécil, mostrándose orgulloso de pertenecer a un grupo de energúmenos que se creen europeos y que están en el confín del continente americano. El deseo del monigote Fernández, pseudo-presidente de Argentina, era equipararse con su invitado, el corrupto mandatario de España que lo escuchaba con su cara de sinvergüenza, incapaz de contestar absolutamente nada a esa frase tan incoherente, insultante y fuera de contexto en cualquier lugar y momento.

            Desgraciadamente para el descerebrado y discapacitado argentino, estas son épocas en las que el planeta entero se achica con las redes sociales y sus palabrejas llegaron a oídos de los brasileños y mexicanos. En el caso de los primeros, el hijo del presidente de ese país, Eduardo Bolsonaro, respondió: “¿No dirán que fue racista contra los pueblos indígenas y africanos que formaron Brasil? Sin embargo digo: el barco que se hunde es el de Argentina.” Su padre, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, por su parte, publicó en Twitter una fotografía suya, rodeado por indígenas del Amazonas, más la leyenda “SELVA” en medio de la bandera de Brasil.

            No tuvo más remedio que disculparse, según la fea costumbre de los argentinos, quienes profieren los insultos a diestra y siniestra y después proceden a pedir perdón, pero cuando ya han dejado escapar lo que llevan en sus almas, que no es otra cosa que basura y un sentimiento fatuo, vacío y demencial de superioridad porque se consideran “los menos americanos de América” y en Europa son los menos europeos de ese continente; es decir… NO SON NADA. Simplemente son una extraña etnia que habla raro, que pide préstamos multimillonarios a la Banca internacional para medio-vivir y hasta han tenido que comer mierda (literalmente), en las repetidas ocasiones, cuando su paupérrima economía se ha venido a pique. Si fueran europeos, estarían “jugando en las Ligas” de los europeos, con una extraordinaria economía y una cultura exquisita, pero no son nada, ABSOLUTAMENTE NADA. Y la verdad, nos sentimos muy orgullosos de nuestra procedencia indígena y negra y hoy, más orgullosos que nunca. Fíjate imbécil Alberto Fernández.


 Algo más que unas Elecciones Presidenciales en Perú. El País se juega nada menos que su Libertad, su Democracia y su Riqueza

 

La situación del Perú y los peruanos es muy peligrosa en la actualidad. Muy parecida a la de Venezuela en su momento, cuando Hugo Chávez se postuló a la presidencia de la República. Aunque debemos darles a los venezolanos la razón cuando ellos alegan que no vieron venir lo que les iba a caer encima; es decir, a un tipo -en el caso de Chávez-, comunista, ultra-enemigo de las naciones occidentales y totalmente plegado a la tiranía cubana. Ciertamente, el coronel guardó hasta el último instante su filiación ideológica, “se vistió de demócrata” hasta que el ciudadano de Venezuela estaba totalmente engañado con su retórica y su postura política. En eso, en esa mentira solapada, los venezolanos merecen ser aceptados cuando argumentan que no sabían lo que se le vendría encima.

            Y aquí, precisamente, es donde los peruanos no pueden ser engañados, porque saben perfectamente que hay una mujer candidato, llamada Keiko Fujimori, a la que conocen cabal y detalladamente, minucia por minucia, en su personalidad e intenciones; lo mismo de su adversario, el maestro rural, Pedro Castillo, quien siempre ha sido un defensor de las ideas marxistas y ha participado en las manifestaciones callejeras aupadas por los sindicatos de izquierdas. Es decir, el votante de esta nación suramericana tiene en sus manos la llave para entrar al mundillo comunista, con todas sus falencias, vicios, criminalidades y errores de bulto que siempre ha presentado en las naciones donde se ha hecho con el poder; o, en caso contrario, lanzar “esa llave” al fondo de los infiernos y desterrar para siempre al marxismo-leninismo que Castillo quiere implantar en el Perú.

            Por lo anterior decimos que los peruanos se juegan algo más que la alternabilidad en el poder, porque son elecciones “atípicas” entre una mujer que sí garantiza la estabilidad democrática, en el caso de Keiko, quien proviene de un padre, el ex presidente Alberto Fujimori –hoy injustamente preso-, que luchó bravíamente contra el comunismo y erradicó durante décadas al criminal Sendero Luminoso, la guerrilla maoísta que desangró al país durante muchísimos años; y un individuo que no ha engañado en nada al electorado, como lo hizo Hugo Chávez, y siempre ha dicho claramente y con voz muy audible, que es comunista y con toda probabilidad dirigirá a la nación a una situación igual o parecida a la venezolana o cubana. El votante peruano se juega su libertad individual y conjunta, tiene en sus manos la supervivencia de su democracia o su muerte y puede decidir si quiere a un país dentro del sistema de mercado, al mejor estilo occidental, o desea vivir imbuido en la miseria que es propia del comunismo y regalar sus riquezas naturales y humanas a la Cuba marxista y a la Venezuela sumida en una narco-dictadura oprobiosa. Nunca antes el peruano había estado en una tesitura así, en la que se juega el todo por el todo en unos comicios y no es retórica de nuestra parte, no es tampoco un comentario para llenar estas columnas editoriales, sino que es una tenebrosa realidad, una puerta que las personas sensatas no querrían abrir nunca, en el caso de elegir a Castillo, un marxista probado y comprobado.

            Y en el exterior, nunca antes mejor dicha la frase: “el mundo contiene la respiración” ante los resultados que depararán las elecciones en el Perú. Y es que, en un mundo globalizado y empequeñecido por las relaciones internacionales fluidas, eficaces y permanentes, cualquier gobierno democrático estaría muy preocupado con lo que está mostrando el panorama político peruano. Más aún en América del Sur, donde el “neo-comunismo” se enquistó fuertemente en Venezuela y estuvo de paso por Ecuador, donde dejó caos y corrupción por la acción de su ex mandatario Rafael Correa; lo mismo sucedió en Brasil con Dilma Roussef y Lula Da Silva, dos comprobados corruptos de izquierdas; en la Bolivia de Evo Morales, quien fue bajado del poder por sus prácticas fraudulentas en las elecciones nacionales; pero regresó por medio de uno de sus serviles quien es el actual presidente boliviano; y en la Argentina atrapada en “el ilusionismo” demagógico de Cristina Fernández de Kirchner, una mujer que se debate entre la demencia y la corrupción rampante y a quien los argentinos, anonadados y alucinados –y no sabemos por qué-, se niegan a erradicar definitivamente de su realidad política. En síntesis, el Cono sur conoce y sabe claramente lo que es el comunismo, mezclado con narcotráfico, componendas oscuras esencialmente corruptas y aliado con la nauseabunda dictadura cubana, en El Caribe.

            Un dato especial es el que nos brindan los peruanos que residen en el exterior (en Chile, Estados Unidos, Argentina, España y Japón), quienes se cuentan en más de un millón y que saben que lo mejor para su país es el triunfo de Keiko Fujimori; y por ello, intelectuales reconocidos han elevado sus voces para pedir a los compatriotas que se mantienen en el territorio del Perú, que depositen sus votos a favor de Keiko y alejen así el espectro grotesco y peligroso del comunismo personificado en el maestro escolar, Pedro Castillo. Y en caso contrario, ya sabemos anticipadamente cuál será el destino de este pueblo, su economía, ejército, riquezas naturales y turísticas, en manos de un marxista del mismo corte de Evo Morales, Hugo Chávez, Raúl Castro y Nicolás Maduro. Por eso, esperamos una reacción inteligente de los votantes.


 … De Diputados y Narcotraficantes

 

La posición geográfica de Costa Rica, en el istmo centroamericano, al sur de Nicaragua y al norte de Panamá, es de extraordinaria importancia tanto para quienes desean hacer negocios legales y establecerse en calidad de inversionistas, como para aquellos que provienen de Colombia y México, dos naciones reconocidas por su fecunda actividad con el tráfico de drogas. A ello debemos sumarle unas autoridades “permeables” por las extorsiones o la compra de consciencias, tan usuales en los narcotraficantes, quienes no escatiman esfuerzos para comprar a policías, jueces, políticos y a todo aquel que les podría resultar útil en el cercano o mediano plazo. Es decir, el costarricense, amante del materialismo y las comodidades que suele brindar el dinero, es proclive, con facilidad, a ser comprado con dinero sucio, que proviene del trasiego de drogas.

            En sus inicios, los narcotraficantes eran colombianos absolutos y tuvieron el ojo avizor para descubrir que Costa Rica era un excelente enclave para sus actividades, especialmente en el lavado de dinero, la trata de blancas y el sicariato (una actividad que ha aumentado de manera alarmante en los últimos diez años). Es decir, el colombiano hizo lo mismo que Cristóbal Colón hace siglos atrás: descubrió a Costa Rica, le fascinó el país y echó anclas en sus litorales para inundarlos de droga, prostitución, negocios turbios, muerte y blanqueo de capitales. La policía (no comprable), se ha visto en dificultades para combatirlos con regular eficacia.

            Con el paso de los años, el mismo ciudadano costarricense, siempre deseoso de salir de su pobreza congénita, se alió con los narcos y aprendió el oficio con extraordinaria sagacidad e inteligencia; por ello vemos que son ahora los mismos nativos de este país quienes forman las cúpulas de los clanes delictivos y hasta aprietan los gatillos de sus AK-47, con una audacia sorprendente, cuando tienen que aniquilar a algunos que les han sido obstáculos en la actividad tenebrosa que aprendieron y ahora practican. Es por esta razón que la última gran banda que fue descubierta y desarticulada por la policía, era enteramente costarricense y tenía fuertes nexos con la mafia búlgara, que le había facilitado ganancias superlativas que nos ha dejado a todos con las mandíbulas desencajadas, cuando se hizo el recuento de las propiedades inmuebles, vehículos de lujo, moteles, dinero en efectivo y otros lujos imposibles de obtener mediante el trabajo honesto, diario y decente.

            Pero hay algo que les cuesta sobremanera a los narcotraficantes “criollos” y es el “no aparentar”, el mantener el perfil bajo, el seguir siendo aquel amigo bonachón del barrio a quien todos saludaban de maneta campechana y cordial, porque, una vez que comienzan a engrosar sus billeteras, el narco costarricense compra Mercedes Benz, helicópteros, levanta una mansión en su humilde barriada y comienza a salir con las mujeres más hermosas que el dinero puede dar. Es cuando las alarmas se encienden y la policía comienza a seguirlos por donde quiera que van. El poder del dinero los deslumbra, es esa luz enceguecedora que los hace comportarse con prepotencia y creen que les han colocado por encima de las leyes, los jueces, la policía y del mismo Dios y ello les da el aval para comportarse como si fuesen los dueños del país donde una vez se les conoció con sus falencias, carencias y pobreza.

            El último clan apresado por la policía, que cayó completo en las redes de las autoridades, con una facilidad pasmosa, haciendo gala de esa prepotencia, se reunió con diputados de la Asamblea Legislativa, especialmente con uno de ellos, llamado Oscar Cascante Cascante, del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC), a quien visitaron en su Despacho en unas 13 oportunidades. Según el legislador, le propusieron crear empresas para el desarrollo de la región que él representa y “esos cantos de sirena” lo tenían embelesado, sin reparar en la naturaleza de sus amiguetes. Lo cierto es que ahora está fuertemente “embarrado”, como dicen en Colombia, y es un hecho que exige que la inoperante e inútil fiscal general, Emilia Navas, asome su cabeza con el pelo teñido de rubio, y comience a hacerse responsable de su cargo en el Ministerio Público. Veremos cuál va a ser la respuesta de esta señora, quien siempre ha tenido la particularidad de esconderse de los focos y las cámaras de los periodistas, precisamente para que su vida no peligre al no inmiscuirse en casos de altísimo relieve, en el orden judicial. La señora Navas solamente ha sido un figurón que ocupa un cargo de mucha responsabilidad, al que ella misma, con su ausencia premeditada, le ha restado funcionalidad y utilidad. Este es el momento para que llame a cuentas al diputado y le pregunte, le cuestione, lo ponga nervioso y le saque hasta la última información que él quiera esconder, acerca de su relación con los narcotraficantes capturados. Veremos si actúa la fiscal como exigen los hechos recientes.

              Desgraciadamente el narco ha encontrado en el costarricense a una persona a quien gusta volver el rostro al lado contrario, para no complicarse su vida ni correr riesgos innecesarios; por ejemplo, cuando se le dijo al Presidente Carlos Alvarado que venía dinero desde México, hacía escala en Puerto Limón, en el Caribe costarricense, en la terminal que pertenece a la empresa venezolana ALUNASA, y proseguía posteriormente a las manos de Diosdado Cabello, el verdugo de la dictadura chavista de Caracas, simplemente no profirió ningún comentario y su entonces Ministro de la Presidencia –quien es hoy diputado-, se refirió con poquísimas palabras a esta investigación de la prensa internacional y restó importancia al hecho. Pero la verdad es que Costa Rica está “nadando” en medio de un océano de cocaína y de dinero sucio que, en su gran mayoría, ha sido reinvertido en forma de hoteles, apartamentos, balnearios y en toda aquella actividad que los narcotraficantes encuentran aptas para lavar sus capitales.

            Ahí está el reto lanzado al aire. Veremos si las autoridades lo confrontan y luchan contra él, porque otra opción… no existe.


 El Final de los Periódicos en Papel

 

Muchos no salimos del asombro ni de la nostalgia al no ver en las puertas de nuestras casas, a los ejemplares de cada día, esperando ser levantados e introducidos en las salas para leer las informaciones en ellos escritas.

            Son épocas tristes y no solo por los fallecimientos de las personas queridas, por culpa de la pandemia que los chinos crearon y diseminaron por el planeta, sino por aquellas cosas, hechos y artículos de uso diario que han ido desapareciendo, unos lentamente y otros de manera vertiginosa. Pero han aparecido otros artefactos que no terminan de convencernos, principalmente porque nos roban instantes agradables, como el celular que es observado, revisado y vuelto a revisar en las sobremesas, cuando otrora eran las conversaciones cálidas, en familia, las que ejercían su dominio, nos retroalimentaban y nos abrían senderos cuando creíamos que la desesperanza y la negatividad habían dictado “sus últimas palabras.” Los diálogos con los papás, esposas, hijos, hermanos o amigos, eran edificantes; pero ahora casi no se dan, son cosa del pasado…

            Alguien en una ocasión dictaminó –o mejor dicho… profetizó-, el final del periódico, ahogado por la inmediatez de las noticias por la radio y la televisión y por la lentitud del “otro día”, al recibir el tabloide y leerlo. Pero, de esa amarga “profecía” hasta la fecha cuando en verdad están desapareciendo los periódicos en papel, pasaron unas cuatro décadas, hasta que se dio, pero no por las razones que aquel arguyó, sino por el arribo del internet con toda su fuerza, brillantez y seducción. Ha sido, para muchos de nosotros, una desgracia, si se quiere apacible, digerida con lentitud, como se acepta la caída del cabello o el surgimiento de las primeras arrugas en nuestra faz; pero está sucediendo...

            Una mañana nos dimos a la tarea de constatarlo por nuestra propia experiencia y caminamos por vías que, en otros tiempos, tenían, cada 100 metros, un puesto con periódicos y revistas, y pudimos ver que, a duras penas, a unos 600 metros apareció un lugarcito con unos pocos ejemplares, apenas visibles a los compradores y demás transeúntes. No había duda… la panorámica citadina estaba cambiando y  terminaría de cambiar con la llegada criminal del Covid chino, confinando, matando, torturando y empobreciendo de un solo golpe, a toda la humanidad. Talvez por esta situación pandémica, nuestro comentario editorial luzca un tanto fuera de contexto, más todavía cuando insistimos en echar de menos a las publicaciones de la prensa en papel.

            Lo cierto es que quedan muy pocos periódicos apareciendo diariamente en el planeta, posiblemente porque son sostenidos por un capital privado, usualmente por magnates petroleros árabes o magnates de Wall Street, quienes, igual que nosotros, se niegan a aceptar que el periódico en papel está desapareciendo e intentan sostener el final de una manera u otra. Pero se regalan en las calles y plazas; son muchachitos que lo van distribuyendo de mano en mano, en quienes van caminando y pasan cerca de ellos. Es una agonía lenta que muy pocos reparan en ella, pero que se produce frente a quienes admiramos y amamos a los rotativos de acuerdo a las épocas idas.

            Pero uno de los grandes errores ha sido dejárselo todo a la tecnología novedosa, a las computadoras, teléfonos celulares dotados con internet y a las tablets, porque hay muchos sectores de la población que no tienen acceso a esos aparatos, ya sea por las distancias físicas, por falta de dinero o porque los gobiernos no han querido o no han podido hacer llegar las conexiones de rigor, hasta esos apartados lugares. Entonces, sin los periódicos impresos y sin la fibra óptica que permite el arribo del internet, la desinformación para esas personas, se torna absoluta y total. Es cuando nos vienen a la memoria las etnias indígenas o autóctonas de América entera; o aquellos que viven en las costas o serranías, a quienes ningún gobernante les destinaría nunca siquiera un solo pensamiento de progreso, según hemos podido confirmar una y otra vez en los políticos de América Latina, para citar solo un mal ejemplo.

            Desde el punto de vista emocional, que es lo que verdaderamente nos ha movido a redactar este editorial, nos llama poderosamente la atención la manera cómo las sociedades se desprenden con una facilidad pasmosa de aquellas cosas que, en épocas trasanteriores, formaron parte intrínseca de sus vidas, de su cotidianidad e, incluso, llegaron a amar consciente o inconscientemente, y ese fue el caso de los periódicos en papel, de los cuales casi todos se están olvidando o los han echado ya en el olvido en forma definitiva. Y han confiado la existencia de ellos, solamente a las hemerotecas que los guardan con dedicación, debido a que son parte de la historia del país, de la región, de la ciudad y de los pueblos de determinados tiempos.

            Recordamos con nostalgia que habían semanarios, quincenarios, diarios y era tal el poder de algunas empresas periodísticas, que llegaron a publicar dos ediciones: una matutina y la otra vespertina, porque existía un público ávido de leer informaciones en cualquier momento del día. No hay duda: eran otros momentos en nuestras vidas.

          Hoy, si hacemos un recuento más o menos fiel de los periódicos en papel que quedan, es posible que descubramos unos ocho en Alemania; otros diez en esa España amante de las letras; unos siete en Inglaterra; otros cinco en Italia; unos cuatro en Portugal; unos tres en Suiza; quince en los Estados Unidos; cinco en Canadá; ocho en México; ocho en toda América Central; cinco en Colombia, cuatro en Brasil; cuatro en Perú; dos en Ecuador; ninguno en Venezuela; cinco en Chile; cinco en Argentina; tres en Uruguay y la lista se nos haría algo tediosa si tomáramos en cuenta a África, Oceanía y Asia, donde los periódicos en papel, del mismo modo, han ido desapareciendo velozmente con el auge del internet y de los teléfonos móviles.

            La verdad y la realidad circundante es que ya no han chicos en bicicletas lanzando los periódicos a nuestros jardines, ni carteros que los traen a nuestras puertas; mucho menos los pregoneros apostados en las esquinas estratégicas ni aparecen tampoco en nuestras mesas de desayuno, para tomarlos y leerlos de portada a contraportada, para informarnos como requiere este mundo de cambios y múltiples acontecimientos.

            Y con este triste final, se han detenido las gigantescas rotativas en los talleres; los vehículos ya no los transportan de una ciudad a otra; los trabajadores que vivían a expensas de la producción de diarios no sabemos qué se han hecho, adónde han ido a parar ni a qué se dedican en estos aciagos momentos por los que atravesamos. La tecnología todo se lo ha llevado por delante, incluyendo a las vidas de muchísimas personas alrededor de este mundo cada vez más extraño para quienes no estamos de acuerdo con los cambios súbitos y alejados de una evolución paulatina, convincente y moderada.

            No hay otra opción: tenemos que abrazar a la nostalgia y darle paso a los cambios, por más que nos duela en el alma.


 Chinos quieren Obligarnos a Comer

sus Porquerías

 

“Cuando el río suena… piedras trae,” dice el viejo adagio popular y si lo aplicamos a la dieta de los chinos, el dicho adquiere una importancia única y absoluta, porque siempre se ha afirmado que esa raza oriental gusta comer cualquier cosa que vuele, camine o se arrastre. Hace unos 10 ó 15 años, inspectores del Ministerio de Salud de Costa Rica encontraron en una cocina de un restaurante chino de la ciudad de Cartago, varios ratones alineados, pelados y preparados para ser cocinados en uno de los tantos platillos que los orientales venden a una población costarricense que los ha recibido con cariño, tolerancia y les ha soportado su arrogancia, mentiras y hasta sus vicios como la trata de blancas, la instalación de salas de masaje (burdeles), para explotar sexualmente a las mujeres en miseria de este país, y, a principios del Siglo XX, hasta opio fumaban libremente en las aceras de algunos pueblos de Costa Rica. Todo eso se lo hemos permitido con irresponsable indiferencia.

            Hace pocos días, la historia de Cartago se ha vuelto a repetir y parece que es recurrente porque cada lapso de tiempo se descubren porquerías en restaurantes y bodegas, propiedad de los chinos. Y en esta oportunidad hallaron en una gran bodega en el corazón capitalino, restos de perros y ratas, en un congelador. Lo peor estriba en que ese individuo, el dueño del recinto, vendía sus “mercaderías” a los restaurantes circundantes y a otros instalados en las provincias. ¿Qué procedería en este caso particular? La captura policial, procesarlo ante un juez, meterle una multa fortísima en millones de colones (moneda nacional) o, en su defecto, cárcel (unos 5 años de prisión), y después la expulsión del país. ¡Que se vaya a su cochino país a comer las inmundicias que ellos, los chinos, acostumbran comer!

            Como escribió en ciudadano costarricense en una red social: “no les ha bastado con la creación del virus mortal que nos está matando amigos, conocidos y familiares, el Covid-19, sino que siguen con sus prácticas bestiales en sus comidas.” Ciertamente no les ha bastado haber acabado con los trabajos de millones de personas alrededor del mundo, con el hambre consecuente, con las economías de las naciones libres por los suelos y sin esperanzas de recuperarse y da la impresión de que esa horrenda raza amarilla quiere destruir al resto de la humanidad, así, de cualquier modo, y con las tácticas más rastreras y sucias posibles.

            Las personas que leemos, las que pensamos más allá de lo común, quienes tomamos libro tras libro a diario para culturizarnos e instruirnos, estamos cansados de escuchar las falacias, las mentiras de los chinos, quienes, a lo largo de los  milenios han mentido y repetido que fueron los creadores de la imprenta, la pólvora, instrumentos de medición; descubrieron el Universo, los planetas y un largo etcétera de engaños, que, a los más sencillos podrán impresionar y engañar, pero a muchísimos de nosotros, más bien ofenden nuestras inteligencias. Según los chinos “ellos son los inventores de todo –incluyendo al papel, dejando mal parados a los egipcios antiguos-, y los occidentales y los árabes hemos sido unos auténticos inútiles e incapaces de crear nada.” Cuando la realidad es otra y los chinos lo que hacen es copiar lo que occidente crea, pero lo imitan con materiales de pésima calidad y en todos los órdenes; por ejemplo, hace pocos días circundaba la atmósfera terrestre un cohete, supuestamente espacial, copiado de la NASA y de manufactura china, al que perdieron el control y andaba dando vueltas y vueltas a la Tierra, poniendo los nervios de punta en muchos países, pues se temía que cayera en alguna ciudad populosa, cuando se le acabara el combustible. ¡No lo podían dominar, ni maniobrar! Finalmente se estrelló no recordamos dónde, demostrando que la ciencia en China está en las mismas “ligas” del neolítico.

            Pero lo que sí está claro es que ellos quieren la dominación mundial a cualquier precio y con cualquier argucia y quizás el coronavirus sea la punta de lanza de sus ataques contra el resto de la humanidad.

            Retornando al tema principal de este comentario editorial, los propietarios chinos de restaurantes en Costa Rica, se están quejando igual a niños de biberón, porque los ciudadanos ya no quieren comprar sus comidas. Bueno... ese es el precio que tienen que pagar por sus excesos, por irrespetar al pueblo que los acogió, confió en ellos y les permitió vivir aquí en paz y con altos márgenes de progreso personal y familiar. Lo que “han devuelto en supuesto agradecimiento” ha sido muy duro y cruel: sus comidas llenas de asquerosidades (ratas, perro, gato, insectos, etc.). Pero lo más triste ha sido observar a periodistas en la televisión nacional, abogar por ellos (por supuesto que los cheques han circulado por debajo de las mesas a estos comunicadores sin ética), mintiendo cuando dicen que “no todos los chinos son iguales” y que “pagan justos por pecadores”; pero lo cierto es que el dueño de la bodega con las carnes congeladas de roedores, vendía esos productos a casi todos los restaurantes de la ciudad Capital. ¿Entonces, qué quieren que pensemos y sintamos?

            Es muy simple para los orientales: o abren sus cocinas, las hacen accesibles al gran público y actúan con honestidad, aseo y respeto o desaparezcan.


Israel es Netanyahu y Netanyahu

es Israel

 

Se veía venir la gran crisis sangrienta entre Palestina e Israel. Y decimos que se veía venir porque, cuando Benjamín Netanyahu, el dictador judío, anda mal en las encuestas y “soplan aires” de que el pueblo quiere tirarlo de su silla dictatorial, cualquier mal presagio puede apoderarse del país de los judíos.

            Últimamente, desde hace unos cuatro años atrás, hasta desembocar en el presente, las cosas para el dictador hebreo no han andado como él quisiera: se producían manifestaciones a diario de los ciudadanos –incluso frente a su casa de habitación-, para que abandone el poder, no ha podido formar gobierno, que es un fiel reflejo de la debilidad política y de alianzas por la que atraviesa y acusa una imagen pública desgastada y profundamente erosionada. Muy pocos creen en él, el más beligerante de los primeros ministros que ha tenido Israel a lo largo de su historia, desde su conformación como Estado, desde 1948.

            Y es que Netanyahu contiene en su personalidad todos los yerros y todas las virtudes del judío moderno, es una personalidad entresacada de lo más auténtico del judaísmo de finales del Siglo XX y principios del nuevo milenio: vengativo, categórico en sus afirmaciones, prepotente, corrosivo, perseverante en sus acciones y pensamientos, el más judío de todos los judíos, quizás más que el mismo Moisés, de quien nos hablan los escritos del Antiguo Testamento. Para Netanyahu no hay nada antes que su país, Israel, ni su esposa, ni sus hijos, ni el mismo Dios, al que él asevera que ama por encima de todas las cosas. Y lo ha demostrado a lo largo de su dilatada dictadura, cuando ha dado a respetar la existencia de esa nación, por medio de una diplomacia enteramente fiel a él y a su política; y por la fuerza de las armas, incluyendo a la amenaza atómica a sus enemigos islámicos.

            Pero decíamos que la imagen de Benjamín Netanyahu está erosionada, en principio porque ha llegado a un “callejón sin salida”, sus ideas parecen repetitivas e inviables; y porque la corrupción le ha alcanzado a él mismo y a parte de sus ministros y colaboradores y su final político se ve muy cercano y eso lo sabe él sobrada y conscientemente. Es por esta dura realidad que echó mano a la “carta segura para ganar la partida”: ponerle una trampa a la facción palestina Hamas, cuando oraba en su mezquita en Jerusalén, al enviarle a la policía y a grupos de matones, para interrumpirles el tiempo de oración y desalojarlos de aquellos sitios de adoración y de ahí se desprendió toda la situación que hemos estado observando, con la reacción de Hamas, al lanzar misiles desde Gaza y la respuesta sangrienta del ejército de Israel, masacrando a los ciudadanos palestinos, a plena luz del día, ante las miradas de la comunidad mundial, que deploramos esas acciones criminales de los judíos.

Utilizando su agudeza y oportunismo, Netanyahu ha salido a los medios de comunicación, para explicar a su pueblo que está atacando de manera inmisericorde a la Franja de Gaza y al pueblo palestino, porque se trata de terroristas que quieren aniquilar a Israel. Una mentira tan grande como la supuesta bondad que alguna vez alguien vio en Netanyahu. Él no está defendiendo nada, porque él mismo fue quien provocó la ira de los miembros de Hamas y lo hizo conscientemente, para encender la llama de la guerra, del genocidio de la población de Gaza. Quien lo analice con frialdad, notará que se trató de un ardid militar, para favorecer a un resultado político: con esta matanza de palestinos, Netanyahu lo que desea es “subir sus acciones” de cara a esos judíos que ya no lo admiran ni le quieren. Y cuando la guerra decrezca y desaparezca, veremos la reacción del dictador israelí, quien estará contento porque el grosor de israelíes que le daban la espalda, en ese momento le estará favoreciendo con sus simpatías y votos. Eso es lo que se llama en el argot político… explotar y sacar ventaja del nacionalismo barato. Una treta que los viejos políticos manejan con gran facilidad y está escrita en el librillo de los gobernantes que se niegan a que el tiempo y sus errores, los tiren del poder.

            Por supuesto que es del todo cierto que Benjamín Netanyahu, de cara al exterior, es el ser más despreciable de cuantos existen hoy en día en el mundo; pero eso a él no le importa, si consigue reconquistar al pueblo judío. La humanidad que se está dando cuenta de su criminalidad contra los palestinos, le desprecia, le vitupera, le rechaza y le quiere ver sentado en una sala de juicios, de igual modo como se hizo con los criminales de Los Balcanes y que están presos, purgando cadena perpetua actualmente. Pero, repetimos, eso a Netanyahu le importa tanto como las muertes de los niños de Palestina, por culpa de sus misiles y bombas. Porque lo que verdadera y esencialmente quiere él, es perpetuarse en el poder de Israel, con el favor y simpatías de los ciudadanos judíos. Y por el sendero que transita… lo va a lograr después de que deje de matar a sus enemigos o chivos expiatorios de Palestina.

            Desgraciadamente, para Oriente Próximo, para los enemigos declarados de Israel, Netanyahu se mantendrá firme en su dictadura y no sabemos cuándo ni cómo se irá de la política israelí y regional, porque, precisamente, se trata de un ser sin escrúpulos, sin sentimientos y sin la menor consideración por los pueblos ajenos, por las personas de otras naciones, a quienes él define “inferiores” y dignos de ser masacrados. Incluso podríamos decir que nos recuerda mucho a Josef Stalin, el dictador soviético, capaz de freír en aceite a su propia madre si ella se le hubiera opuesto alguna vez. Criminales en potencia, sádicos sedientos de poder, sin consciencia ni sensibilidad alguna.


 Los Chinos nos están Quitando a los Familiares, Amigos y demás Personas Apreciadas

 

Abrimos un periódico digital y nos encontramos con la triste noticia de que un colega periodista ha fallecido porque perdió su batalla contra el Covid que los chinos crearon en la ciudad sucia de Wuhan. Se trataba de un hombre relativamente joven, por debajo de los 55 años de edad, robusto (corpulento), sano en todo sentido, quien, seguramente “reporteando”, se rozó con alguien infectado con el maldito virus chino y resultó contagiado de un momento a otro. Impresionante, realmente impresionante.

          El poderoso coronavirus quita la respiración entre otros males y acaba con las vidas con una facilidad pasmosa, sin importar nacionalidad, condición social, económica, racial, profesional y tampoco el sexo de su víctima de turno. Estas informaciones de personas conocidas que mata el covid chino, nos recuerda que la pandemia no es un juego y que debemos cuidarnos el doble, con mayor puntillismo de lo que veníamos haciendo, porque, en la tercera oleada, el virus ha aparecido más fuerte y “ha pillado” a la gente rebosante de confianza, en la creencia de que el mal había sido erradicado, eliminado de la superficie de la Tierra. Es por eso que los contagios se han estado produciendo más rápida y mortalmente eficaces, si podemos utilizar el concepto “eficacia” cuando hablamos del mal.

            Es evidente que la torpeza y el desaseo de los chinos en la ciudad de Wuhan, donde se originó esta pandemia, nos está quitando a los familiares amados, a los amigos queridos y a aquellas personas con quienes nos identificamos diariamente, ya sea por medio de la televisión u otros medios de comunicación modernos. No tiene que haber perdón para esa raza, para ese gobierno dictatorial, asesino y tiránico y para ese pueblo que acostumbra a comer cosas inconcebibles, como murciélagos, perros, gatos, insectos (larvas, cucarachas y demás). Parece que al ser un pueblo multitudinario, compuesto por millones y millones de personas, les hace buscar el alimento en los lugares y “recetas” inconcebibles por su desaseo y porque el cerebro humano normal, no puede aceptar tal desproporcionalidad en la alimentación y tal naturaleza de los mismos alimentos.

            El resto de la humanidad que está sufriendo este peligro, debería hacer algo afectivo y contundente, para castigar a China; pero lamentablemente no existe la voluntad y, fundamentalmente, tampoco existe el interés por sancionar a ese país, a su gobierno y pueblo. Porque todo lo que hacen es una solemne porquería, en cualquier campo donde se desempeñen. No sabemos qué les lleva a trabajar con tan horrenda y pésima calidad, porque comprar un artículo made in China, es botar el dinero a la basura de la manera más infame e imperdonable, pues, o no funciona desde el momento mismo cuando llega a nuestras manos, o se descompone a los pocos minutos. Nada de lo hecho o construido en China, sirve para nada. Últimamente enviaron un cohete al espacio y perdieron el control del enorme artefacto y anduvo dando vueltas alrededor de la Tierra, causando miedo en varios países donde se

estimaba que iban a caer los pedazos del armatoste, cuando explotara en la estratosfera. ¿Cuáles otros daños van a causar esos amarillentos enanos de ojos rasgados y mentes maquiavélicas? No lo sabemos y no lo queremos saber tampoco, pero con regularidad nos sorprenden con sus errores de bulto, porque son yerros que contraen muerte y sufrimiento.

            Regresando al tema principal de este editorial, es muy doloroso ver cómo se entierran a nuestros seres más queridos y aquellos que, sin estar ligados directamente a nosotros, nos dieron parte de su trabajo, en el caso de los reporteros o periodistas; o su arte, como aquel guitarrista chileno, del grupo Los Ángeles Negros, llamado Mario Guzmán, un guitarrista de extraordinario virtuosismo y se lo llevó, lo mató, lo asesinó el coronavirus hecho en la China continental. Todo ello repercute en nuestras almas, nos hacer sufrir, nos llenan de un inmenso dolor y posteriormente, nos hace nacer el miedo porque nosotros mismos o nuestros seres inmediatos, están en posiciones vulnerables ante el virus pandémico.

            Son épocas duras, de muerte, de dolor, de distanciamiento obligatorio, sin que se pueda observar claridad al final de este oscuro y horrendo túnel por el que nos han hecho transitar los chinos con la creación de este maldito virus. Y no es justo que las personas queridas nos dejen de un día para otro, inesperada y súbitamente, cuando tenían pocos años y podían dar mucho más a la humanidad, con sus trabajos, virtudes, talentos y voluntad.

            El mensaje que nos ha llegado con sus decesos, nos dice que tenemos que cuidarnos más y mejor, in extremis, no bajar la guardia y velar porque nuestros seres amados procedan de igual manera: con cautela y muchísimo aseo, tal y como aconsejan los profesionales en salud.


El Adiós de Pablo Iglesias

 

El comunista español, Pablo Iglesias Turrión, ha estado anunciando que se retira de la política en su país, que va a hacer "esto, aquello y lo otro", pero lejos de los avatares del proselitismo y sus ansias por asaltar al poder y convertir a la península Ibérica en un nido, a la entrada del Mediterráneo, de buitres colorados, más rojos que la misma sangre de Karl Marx y Lenin.

          Gracias a Dios que se va; pero ojalá su despedida sea definitiva, que no regrese, porque muchos políticos han dicho en el pasado que se marchan, pero la megalomanía, esa enfermedad psicótica y fuertemente ansiosa por el poder, les ha hecho regresar y desaparecen solamente con la muerte. Y queremos que Pablo Iglesias, el greñudo -que no es lo mismo que ser melenudo, porque las greñas abarcan la fealdad del pelo y la suciedad causada por el descuido consciente-, se vaya definitivamente, porque su propósito desde que comenzó en la política española, es precisamente la de desgraciar al país, a sus Instituciones, a la democracia misma y a las libertades conjuntas e individuales. Así se lo dijo justamente, el expresidente José María Aznar, en un rifirrafe que ambos tuvieron en una comisión parlamentaria que investigaba a los dineros supuestamente mal habidos en el Partido Popular (PP), o la famosa "Caja B".

           Quienes conocemos al comunismo, desde que se forjó en la Europa que despuntaba apenas al Siglo XX, sabemos cabalmente de los daños que contrae y hasta dónde puede llevar a los pueblos que, engañosamente, caen en las garras de sus demagogos. El comunismo es miseria, hambre, faltantes de todo tipo, opresión, falta de libertades, por mínimas que estas sean, de las personas, quienes se ven perseguidas, vigiladas y finalmente encarceladas, si se les descubre incurriendo en el mínimo error.

          Y Pablo Iglesias, el impresentable joven con sus pantalones vaqueros sucios, sin cambiarlos a lo largo de todo un año y mucho menos, lavarlos; sus greñas apiñadas en una horrorosa cola, su barba siempre incipiente y dejada "a la libre" y sus dientes amarillentos, torcidos y feos, ciertamente era un peligro para España, en el caso de que los españoles le hubiesen favorecido con sus votos y llevado en calidad de Presidente, primero, a La Moncloa; y como dictador, después, de todos los habitantes de la península. Hubiese comenzado por despedazar a las Instituciones, por perseguir a los partidos políticos y encarcelar, después, a sus líderes, a quienes Iglesias ve y siente como enemigos de cuidado y a ultranza, en los casos de Casado, Aznar, Rajoy, Cifuentes, Abascal, Arrimadas, de Cospedal y muchos otros más, contando, desde luego, a los periodistas Alfonso Rojo, Federico Jiménez Losantos y Eduardo Inda. Su venganza hubiera sido impresionante y hasta sangrienta, a juzgar por su discurso violento y aparentemente frívolo, con ese tonito de voz cadencioso y calculado que deja escapar y escuchar a sus interlocutores.

           Pero, gracias infinitas a Dios, no fue así. La derrota reciente por la alcaldía de Madrid, que tiró a su partiducho llamado Unidas Podemos, al quinto puesto, le demostró que no tiene la fuerza moral ni política, para halar tan solo al 5 por ciento de cualquier electorado, donde se postulara como candidato. Por eso reafirmó que se iba, que renunciaba a sus pretensiones políticas y a su trabajo como Secretario General de su desahuciado movimiento. ¿Quiénes le sucederán? Pues no faltarán quienes quieran "juntar el guante" que ha tirado Iglesias a la arena, entre ellos un argentino que se ha ido para España, un vejestorio en silla de ruedas, llamado Pablo Echenique, quien no le pagaba el seguro laboral a sus empleadas y hasta las estafó con sus salarios. Y no sabemos qué diablos hace un argentino en la política de España y lo que es peor, ha sido elegido congresista; de verdad no entendemos el pensamiento de muchos en algunos pueblos, abriéndole las posibilidades a esa clase de sabandijas llegadas de América del Sur. Pero esa es la gentuza que se aglutina en el partido comunista de Pablo Iglesias, Unidas Podemos: mercenarios argentinos, tullidos en sillas de ruedas y venenosos como la peor serpiente habida en la naturaleza. Pero si España los quiere en su seno... allá los españoles con sus cerebros erráticos.

            Lo bueno es que se marcha Pablo Iglesias y ojalá la justicia española destape muchas de sus porquerías, como la evasión de impuestos a la Hacienda y la colocación de sus millones de dólares en "paraísos fiscales", más otras "delicatessen" de este bandolero comunista, porque unos años en prisión, la verdad, no le vendrían nada mal, pues, a todas luces, él y su gente, son eso... una gavilla de delincuentes capaces de destruir las obras maravillosas que ya existían, desde antes de que estos escorpiones comunistas aparecieran.


 Día del Trabajador Atípico

 

Este 1 de mayo del 2021 pasará a la historia de la humanidad como una celebración extraña, sin los habituales desfiles de distintos gremios y organizaciones, alrededor del mundo; tampoco se vieron a los demagogos subidos en las tarimas clamando por los supuestos "derechos" que les han sido arrebatados por "el poder del capitalismo", ni los enfrentamientos violentos con la policía, en algunos países donde el bajo nivel y la carestía de la vida estrangulan a los pueblos.

           Por el contrario, en los distintos parlamentos de las democracias -pocas por cierto en todo el orbe-, las mascarillas, las caretas, los cubre-bocas, como quiera llamárseles, fueron la tónica que acompañó a los diputados, además de los elegantes trajes que siempre utilizan en esas cámaras.

          Y es que la realidad actual no está para vanagloriarse, alegrarse o "echar las campanas al vuelo" para afirmar que todo está bien o se ven indicios de que la economía, la estabilidad social, la productividad y, principalmente, la salud general, muestran márgenes positivos, porque no es así... Son épocas en las que naciones enteras están sufriendo verdaderas calamidades, con millones de muertos por mes y con piras con cadáveres que se queman, por culpa de la pandemia que los chinos han creado a partir de los murciélagos que ellos comen con deleite, como parte de una dieta asquerosa que suplanta a la falta de alimentos en un país que presume de ser potencia, pero que, en verdad, es "un cascarón vacío" donde el hambre, los faltantes básicos y el armamento nuclear son los que ejercen su dominio entre una población sometida a una dictadura férrea.

           Este 1 de mayo no ha sido propicio para celebrar "las conquistas" de los trabajadores, por medio de discursos, bailes, proclamas, ni alegorías que siempre se han presentado en el pretérito, porque son momentos históricos de luto, de muerte, cuando la humanidad al completo, está siendo sometida a una disciplina estricta para no caer contagiada, conjunta e individualmente, con el coronavirus chino. Es por esa causa que este ha sido un Día del Trabajador totalmente atípico, fuera de cause y de las tradiciones normales que se han mantenido a lo largo de la lucha de clases entre el empresario y el obrero, entre el Estado y las organizaciones políticas de distintas ideologías.

         En las superpotencias europeas, asiáticas (las que son de verdad, como Japón, Taiwán y Corea del Sur), y las americanas, las ciudades populosas se han mostrado vacías, en medio de un panorama desolador, con unos pocos dirigentes fanáticos, -principalmente los de extrema izquierda-, paseándose por las calles, dejando escuchar, apenas audibles, sus proclamas trasnochadas, las que siempre les hemos oído en esta fecha de conmemoración.

          Este 1 de mayo no ha sido preciso para argumentar acerca de las armas nucleares o del dominio de los patronos sobre los trabajadores humildes de las fábricas o factorías, sino que el tema preponderante ha sido el combate contra un enemigo invisible, que es imposible de detectar y que va transmitiéndose de persona en persona, por medio de la saliva, los estornudos, la tos y otras manifestaciones respiratorias... nos referimos al Covid-19, un problema de inmensa envergadura que ha lanzado al olvido -por lo menos transitoriamente-, a los fabricantes y comerciantes de armas, a los demagogos de las izquierdas y derechas y ha puesto en alto relieve a los líderes religiosos que no han escatimado esfuerzos para elevar sus oraciones hacia Dios, para que ayude al hombre en el combate eficaz contra el virus mortal; también a los científicos, médicos, enfermeras, ministros de salud y a todo aquel individuo que esté en primera línea en la guerra contra este factor invisible.

            Ha sido un Día del Trabajador con mega-países como la India, Brasil y los Estados Unidos, sometidos hasta "el tuétano" por el coronavirus; territorios, barrios, urbes, edificios y nosocomios, donde caen fulminados los pobladores por esta pesadilla que es culpa única de los chinos antihigiénicos que lo han hecho proliferar por el globo terráqueo.

 

           Así mismo ha sido una fecha para que la justicia universal despierte y siente en los banquillos de los acusados a la camarilla de la dictadura china y responda por los millones de seres humanos que han condenado al sufrimiento y a los fallecimientos, con esa porquería llamado SARS-CoV 2 ó Sindrome Respiratorio Agudo Grave, que iniciaron en la sucia ciudad de Wuhan. Un día distinto, extraño y brutal por sus índices de muertos pandémicos.


 Cifras Pandémicas Asustan

en Costa Rica

 

No nos cansamos de decir y escribir que el gobierno de Costa Rica, a pesar de las grandes limitaciones económicas que posee, debido al altísimo endeudamiento con la Banca internacional que se ha venido produciendo gobierno tras gobierno, ha manejado la crisis sanitaria por culpa del coronavirus chino, de manera plausible, muy acertada y admirable, hasta que...

           ... en este primer semestre del año 2021, se perdieron los controles por parte de la población, primeramente; y después del Ministerio de Salud, que se ha visto impotente para concientizar a la población de que debe cuidarse, "no bajar la guardia" y proceder positivamente para no caer en hospitalizaciones, mismas que han rebasado la capacidad de los centros médicos, ante la angustia y la profunda preocupación de los encargados de la lucha contra el covid-19.

         Pero hay una verdad irrefutable en este país centroamericano: el peor enemigo del sistema y de la misma población, no es el coronavirus de origen chino, sino las personas que conforman el grosor del pueblo. Ahí, justa y precisamente, radica el mal que tiene a todas las Instituciones gubernamentales postradas, incapacitadas para enfrentar, de igual manera como se hizo con la primera "oleada" pandémica y vencer al mortal virus.

        Existe un sector de la ciudadanía que todo lo ve (y lo vive), relajadamente, de manera burlista y peor aún... negando la existencia del coronavirus y difundiendo la mentira de que la mortalidad no es real y es un invento del gobierno para manipular y engatusar mejor a las personas. Toda una falacia que nace de la maldad, la irresponsabilidad y el desprecio por la vida. Desgraciadamente miles de otras personas siguen a estas otras irresponsables y causan la desobediencia civil y sanitaria que tanto perjudica a las otras gentes que sí actúan a derecho y son conscientes del peligro existente.

         ¿Será que esa clase de individuos siempre deseosos de divertirse, tomar licor y difundir el coronavirus, necesitan observar piras parecidas a las de la India, instaladas en las calles y plazas, quemando a los fallecidos, porque los cementerios no dan abasto, y así tomar las cosas, las circunstancias, con seriedad, con la gravedad que ameritan? Porque, precisamente, esa es la naturaleza de muchísimos costarricenses, quienes creen que el objetivo por haber venido al mundo, por haber nacido, es el de tomarse a guasa todo lo que les rodea y afecta. Y esa permanente y natural inmadurez es posible encontrarla no solamente en el "pueblo raso", sino en las mismas autoridades, en los jueces que se han negado a colaborar con la policía uniformada, al no brindarles las órdenes de ingreso a los sitios donde se efectuaban las fiestas privadas, en una demostración de irresponsabilidad sin parangón en ningún otro país alrededor del planeta. Es así como los jueces, fiscales, abogados, algunas dependencias policiales y de otra índole, se "solidarizan" con la irresponsabilidad criminal de quienes realizan esos festejos y de ahí parten decenas de infectados con el coronavirus chino.

        La otra pregunta que se desprende de estos casos, es: ¿Cuándo será el momento propicio para que esos sectores del pueblo y de funcionarios, maduren de una vez por todas? Y nos referimos a personas que superan los 40 años de edad, como aquel abogado de la provincia de Alajuela, de la localidad de Fraijanes, quien organizó una mega-fiesta para celebrar la boda de "su hijito" y cuando los oficiales de la policía llamaron al juez de turno para que girara la orden para ingresar a la propiedad, simplemente el fulano se hizo el desentendido, se arrolló en sus cobijas y desconectó su celular. Así, la fiesta continuó hasta que la mañana desplazó a la noche.

         Ante tales hechos, hace falta mano dura, puño de hierro, de parte del gobierno central y mayor facilidad para que la policía ingrese a esos antros y casas de habitación  privadas y detenga, con una sola orden, el auténtico desmadre que ahí se montan, donde la droga y el licor son los que reinan y empujan a los consumidores a otros actos fuera de toda decencia y cordura. Quienes sufren las consecuencias son las otras gentes que se contagian al entrar en contacto con los irresponsables y así se difunde la pandemia por todos los rincones del país, de la manera más vertiginosa posible, tal y como lo hemos estado observando.

        De tal manera, Costa Rica experimenta, en estos instantes, la desolación que le han causado los charlatanes; también el miedo, el terror, la desesperanza y por supuesto... el aumento de muertos, quienes, en muchos casos, no merecieron un deceso tan inesperado y por culpa de esos otros que creen que la vida es una permanente diversión e inmadurez de enormes proporciones.

        Ya lo dijimos: mano dura, irrupción de la policía en las propiedades privadas, cárcel, multas cuantiosas y todos los fuertes castigos adicionales que a las autoridades se les ocurran, para contener a esos payasos que andan sueltos en la cotidianidad de la vida.  


 Los Primeros 100 Días de la Administración Biden

 

Se ve un panorama distinto en la Casa Blanca, "el aura", ese espíritu hasta cierto punto indefinible que brota de las personas y los edificios (estancias, salas, oficinas, etc.), posee gran claridad, parece algo beatífico... Y no es para exagerar, pero el cambio de los inquilinos anteriores a los actuales, de Donald Trump y su familia "partida" en varios pedazos, a la de Joe Biden, hay una marcada diferencia: aquel parecía diabólico, enfermo en lo más recóndito de su cerebro; y el actual mandatario de los Estados Unidos, destella bondad, parsimonia, sabiduría, comprensión, equilibrio y congruencia entre todas las personas que le rodean. Parece mentira que haya tanta diferencia entre dos seres humanos, de una misma nacionalidad y que pertenecen a una misma época. Aquel es incendiario, embrutecido en sus declaraciones, emitidas todas ellas sin procesarlas, sin pasarlas previamente por el filtro de la ponderación y la amabilidad; por el contrario, Biden es la bondad personificada, aún cuando no emite ninguna palabra sobre cualquier tema. Y el cambio lo ha sido tanto, que todo el planeta lo experimenta, lo aplaude y lo ha asimilado de manera complacida.

 

               En lo que estriba a los primeros 100 días de una administración de un país, más aún si se trata de la mayor superpotencia del mundo, siempre hemos creído que es muy poco tiempo para sacar conclusiones firmes y seguras; sin embargo, como hemos esbozado al principio de este editorial, el cambio se siente y ha sido tan radical, que es semejante a haber estado en medio de una habitación con un demente, para luego salir a los jardines del mismo hospital, para observar y sentir la cordura y la sensatez.

              Según una crónica que hemos publicado en este mismo periódico, los estadounidenses aprueban contentos la llegada y el trabajo de Joe Biden en la Casa Blanca: la vacunación contra el coronavirus chino, se está llevando a cabo sin dilación y las directrices emitidas por el Poder Ejecutivo, son las justas, las más certeras, en medio de esta pandemia que ha estado segando las vidas de millones de personas alrededor de la Tierra. Biden se propuso, desde antes de ser declarado ganador de las elecciones nacionales, que iba a "destorcer" lo que su antecesor (Trump), había torcido, en materia de salud pública. Y las gentes lo han notado con claridad, precisamente porque se siente un ambiente de seguridad y los porcentajes de contagiados con el Covid-19, han descendido en toda la nación.

             Otro aspecto que está gustando en la política emanada desde la Oficina Oval, en Washington D.C., es la armonización que intenta establecer Biden entre los estadounidenses, separados por el racismo, la violencia, la muerte y la intolerancia: el presidente del país, a raíz del fallo contra el ex policía de Mineápolis, Derek Chauvin, tras haber asesinado al ciudadano afroamericano, George Floyd, intenta combatir el racismo de manera frontal e inteligente; y, en lugar de echar combustible al fuego de la violencia civil en las calles, su mensaje ha sido de cordura y apaciguamiento. Con Trump, las principales ciudades de los Estados Unidos estallaron, ardieron y aterrorizaron al mundo; con Biden... todo es quietud.

            Seguimos reafirmando que 100 días es muy poco tiempo para juzgar a toda una acción gubernamental; pero en este caso particular de Joe Biden y su Gabinete, el cambio ha sido ostensible, diáfano y convincente; incluso, antes  de ingresar a la Casa Blanca, reinaba la gratísima sensación de que las cosas podrían cambiar para bien y bienestar de la humanidad entera, porque lo que ocurra en los Estados Unidos, sea grave o benefactorio, atañe al resto de la raza humana. Así es la sombra o el halo que proyecta esta nación.

             Con Joe Biden comenzó el combate real y verdadero contra el coronavirus chino, la ayuda nuevamente a Palestina, el respeto a los inmigrantes agolpados en la línea fronteriza con México, el acercamiento a Europa, el respeto a todos los líderes mundiales que son centrados y humanistas, iguales a Biden, y el énfasis en los principios y condiciones del ser humano, que habían sido pisoteadas a lo largo de los cuatro años del desastre llamado Donald Trump.

          Lo agradable de esta circunstancia en los Estados Unidos, se fundamenta en que esperamos más cosas buenas y grandiosas de Joe Biden y "su socia" en el poder, la vicepresidenta, Kamala Harris, una mujer que brilla con luz propia, con un carisma bellamente impresionante y admirativo; y lo que más nos seduce es el pensar que apenas este gobierno está en sus inicios y las promesas podrán ser muchas y muy buenas.


 ¿Hacia Dónde va la Humanidad? ¿Quedará Algo de Ella?

 

Después de observar la manera como caen desplomadas las personas frente a los hospitales, en sus casas de habitación o centros de trabajo, gentes que parecían fuertes, con edades que todavía podían dar mucho a la sociedad desde el punto de vista intelectual, emocional y físico, han quedado inertes, causando la mayor sorpresa a quienes estaban en derredor suyo y por supuesto, un miedo nunca antes sentido en lo que parecía ser un planeta seguro, desde el ángulo de la salud y los cuidados médicos. Pero nos equivocamos, porque la Tierra nos ha enviado el mensaje de que más allá del cambio climático, las guerras, las hambrunas, la super-población, el calentamiento global, la polución atmosférica, la suciedad de los océanos y otros daños intrínsecos, hay otros peligros que no nos imaginamos siquiera que existen, como sacar de un murciélago, un virus mortal, que puede acabar en pocas horas con un ser humano joven, bien alimentado y que estaba en buenas condiciones de salud, antes de que le atacara el ya famoso coronavirus. Es cuando volvemos a la trillada definición que nos dice que "no hay nada más vulnerable, frágil y susceptible en el Universo, que el hombre, el humano y su condición como tal", sin importar su edad, raza, procedencia o manera de vivir la vida.

               Y el problema más agudo que presenta el coronavirus que los chinos han sacado a la superficie y han difundido por el globo terráqueo, es su permanencia y su casi imposible aniquilación; por ello se desprenden varias preguntas que nos debemos plantear una y otra vez:

 

            ¿Qué debemos hacer si el Covid no desaparece?

            ¿Qué podemos inventar para aniquilarlo o mantenerlo lejos?

            ¿Hay otros peligros que se pueden desentrañar de la superficie de la Tierra o de la naturaleza de los animales y que nos esperan en el futuro?

           ¿Estamos en el dintel del Apocalipsis, pero no entendido en el concepto y contexto bíblico/cristiano, sino dentro del realismo científico actual?

          ¿Le quedan pocos años a la humanidad en este planeta?

          ¿Hasta dónde llega la inteligencia de nuestros científicos y hasta dónde la estupidez de las personas que se contagian y causan más y más daños a diario?

           ¿Las vacunas creadas, las que son serias, serán superadas por el coronavirus o serán del todo efectivas?

 

           Fueren cuales fueren las respuestas a las anteriores interrogantes y otras más que surgen del corazón de la desesperanza y del miedo, lo cierto es que esta pandemia que no se quiere marchar y más bien, muta, se transforma y adquiere rasgos más fuertes, empuja a los sobrevivientes a replantearse la manera de vivir, de actuar, respetarse con respecto a los congéneres y redefinir nuevos métodos de educación, cuando se puedan abrir los centros educativos, para enseñarle a los obtusos (a aquellos que comprenden las cosas con lentitud o con dificultad), que deberá comportarse responsablemente, no solo por su propia seguridad, sino por respeto y consideración a las demás personas, porque, hasta el momento, quienes se contagian con el coronavirus de manufactura china, proceden irresponsablemente a contagiar a quienes han estado sanos, debido a sus prácticas de vida licenciosa y desobedientes con las pautas dictadas por los médicos y científicos.

             Y dentro de esos nuevos programas educativos que deberán crearse e implementarse alrededor del mundo, deberán enseñar a los educandos que hay animales que no se deben comer, que los productos que provienen de las siembras y cosechas, son más saludables, que la libertad del hombre llega a su límite cuando puede desatar una pandemia o poner en serios compromisos a quienes les rodean y no merecen estar en riesgo de muerte.

           Pero, en estos precisos momentos, no sabemos hacia dónde va la humanidad, si quedará algo y alguien de ella, que pueda darle continuidad y vivir mejor al final de tanto sufrimiento, defunciones y peligros. La verdad... no lo sabemos y esa es la interrogante más seria en este momento.


 El Deceso de Felipe de Edimburgo

 

Llama profundamente la atención la movilización que ha causado la muerte del Duque de Edimburgo, Felipe, en la población británica y entre más se movilizan en las afueras del Palacio de Buckingham u otras residencias de la Realeza, nos quedamos sorprendidos por el grado de admiración y fidelidad que los británicos profesan por la familia Windsor. Y nos hace fijar mucho más nuestras retinas cuando vemos que grandes personalidades, repartidas en todo el espectro social y profesional inglés, guardan el mismo respeto y devoción por su Reina y lo que se desprenda de ella. Desde Daniel Craig, en su papel de James Bond, hasta el humilde y sencillo conserje de un colegio, rinden tributo a cada miembro de esta dinastía, que hoy se ha quedado sin uno de sus miembros más prominentes.

 

             Es del todo convincente que los Windsor, en otro país no tan afecto a la monarquía, hace tiempo hubiesen sido bajados mediante una revuelta popular y desechados al olvido, tal y como aconteció con los Borbones en Francia, durante la sangrienta Revolución que cambió la vida en esa nación. Pero Inglaterra y su pueblo son diferentes: soportan hasta lo indecible los arrebatos, las faltas de respeto, las infidelidades maritales, el racismo, el derroche de dinero de los contribuyentes de parte de los miembros de la Casa Real y otras  barbaridades que en otras sociedades no durarían más allá de lo razonable. Es por eso que la monarquía es tan afín a la Gran Bretaña, como lo son los británicos a sus Reyes y demás miembros de la aristocracia.

             Concretamente, Felipe de Edimburgo era el fiel representante de esas peculiaridades que hemos descrito: incorrecto en la política de su país, infiel con su esposa Isabel II, desatinado en sus comentarios privados y silencioso en lo público; un padre tiránico con el palidejo y desteñido Carlos de Gales, afecto e incondicional a la fallecida Lady Di; y hay mujeres que compartieron lecho con él, quienes han dicho, musitando, que no era dado a las relaciones de amoríos largas y respetuosas con sus amantes ocasionales, quienes se cuentan por docenas a lo largo de sus 99 años de edad que transcurrió. Y lo peor: ¡Nunca las negó ni a la prensa rosa y amarillista de Inglaterra y tampoco a su consorte! Era tan infiel y deshonesto en cuestiones de amor, como el que más, y tan descarado al aceptarlas públicamente y ante su propia esposa, como el que menos...

            En el aspecto emocional, la Reina le llamaba "mi roca", pues parecía ser que, desprendidos de esa afirmación, ella encontraba en Felipe la seguridad que necesitaba, el consejo oportuno, colegiado y sabio y un hombro seguro para llorar cuando nadie la veía, en la penumbra e intimidad de su recámara Real. Porque Felipe siempre regresaba al nido, después de haber estado una mes o 15 días, acostado con otra "palomita" y eso, aunque resulte indigerible, la Reina lo sabía, lo aceptaba y... ¡Se lo perdonaba! Un rasgo, de muchísimos otros, que nos habla de lo absolutamente humanos que son en el Castillo de Balmoral, en el palacio de Buckingham o en cualquier otra residencia donde decidan pasar sus temporadas estos aristócratas a la vieja usanza europea. Porque todos los fallos que se filtraron a los siempre acuciosos periódicos británicos, demostraron que no eran deidades, según el amor que hacía ver a los ingleses a estos mismos gobernantes, sino tan humanos como el que más y parecidos al personajillo corriente que va todos los días a su trabajo y regresa de noche a su humilde casa.

            Repetimos: en otra nación, hace mucho, con el primer desliz o aspaviento, la muchedumbre los hubiera sacado a garrotazos de sus palacios o hecho huir al exilio, según sucedió con los dinastas rusos, alemanes, austríacos y franceses a quienes hemos señalado en las líneas de arriba.

 

            Y en referencia al mismo Felipe de Edimburgo, los machistas, principalmente en América Latina y España, se preguntan si no se sentía incómodo al pasar gran parte de su vida a la sombra de la Reina Isabel y posiblemente la respuesta sea esta, pues él nunca exteriorizó opinión al respecto jamás: se sentía cómodo, con poco trabajo, con los bolsillos siempre llenos con Libras Esterlinas, de viaje en viaje al exterior, con sangre azul corriendo por sus arterias y venas, un guardarropa pletórico de ropas elegantes y las mejores limousinas del mundo a su disposición cuando quisiera. ¿Cuál hombre ha de sentirse mal en esas condiciones? Posiblemente con su muerte, Felipe eche de menos la extraordinaria vida que llevó y lo que Dios le ofrezca en "el más allá", no se acerque siquiera a lo grandioso que vivió "en el más acá."  


 La Lucha contra el Coronavirus y la Tozudez de las Gentes

 

Hay gobiernos, por medio de sus ministerios de Salud, que prácticamente han erradicado al Covid chino de la realidad de sus pueblos y ello llama poderosamente la atención a los otros gobiernos de los distintos países, donde la lucha sigue encarnizada -y algunos de ellos la están perdiendo lamentablemente-, porque sus líderes quieren repetir la hazaña de igual manera como lo lograron aquellos.

            Para citar tres casos, dos en Europa y otro en América, comenzaremos con este último continente, en la centroamericana Costa Rica, donde se experimentó un descenso optimista de los casos mortales causados por el coronavirus de Wuhan, China, y tenía esta circunstancia muy felices a "griegos y troyanos" en este pequeño territorio latinoamericano; sin embargo, a principios de abril, se está hablando de la posibilidad de una tercera "ola" de la pandemia y los temores acusan los rostros de las autoridades de salud, quienes, evidentemente cansados, siguen repitiendo los discursos en las conferencias de prensa para que la población tome las previsiones del caso y no resulte invadida por los contagios mortales. Cansinos, cansados, alienados, aburridores, soporíferos, repetitivos hasta el martirio y previsibles en sus argumentos, así se muestran los encargados de velar por la salud del pueblo costarricense, pero es un discurso absolutamente necesario, máxime cuando la tozudez, la terquedad congénita de muchísimas personas, es la que propala el virus que nos han regalado criminalmente los chinos.

             Antes de la Semana Santa recién ida, Costa Rica presentaba rasgos pandémicos en reducción, halagadores, impresionantes por el firme y eficaz combate; pero las gentes se fueron a vacacionar, lanzaron los cubre-bocas al cajón del olvido, llenaron sus autos con cajas de cerveza y aguardiente e invitaron a sus novias, vecinos, amiguetes y vecinos, para que les acompañaran a las costas frente al mar y acampar, bailar y divertirse a lo grande, en épocas cuando la previsión, el sentido común, la inteligencia, la obediencia a los médicos y los cuidados precisos e irrenunciables, eran lo que debieron privar. Pero no fue así, según hemos visto y comentamos ahora mismo. El resultado: el gobierno de Costa Rica, uno de los más serios, responsables y atinados en esto del combate al mortal virus chino, se plantea en estos días precisos, si retorna a los cierres de comercios, escuelas, colegios y carreteras al libre tránsito de los vehículos. Es la típica lucha contra el coronavirus y la tozudez de personas que se autodefinen muy inteligentes, pero que, en la práctica, parecen descerebrados.

            En España la situación ha sido peor, pues los españoles carecen de un presidente con capacidad. Pedro Sánchez lo único que ha demostrado, desde antes de asaltar al poder, ha sido una ambición que lo supera a él mismo y a cualquier otro político ibero del presente y del pasado; pero en el contexto de la pandemia (y en otros asuntos también, de capital importancia), ha sido un absoluto incapaz, un inútil "de capirote" y un ignorante de las cosas realmente importantes, que son las que marcan la diferencia entre la vida y la muerte de su pueblo, entre el contagio o la evasión del coronavirus o entre el triunfo o el fracaso en este tema de la salud general. Es por eso que el escueto mensaje de La Moncloa (sede del gobierno español), parece no haber calado en los ciudadanos, porque estos se siguen reuniendo abiertamente en los bares, calles y otros sitios; o de manera furtiva.

           Alemania, un país admirable en todo lo que emprenden sus gentes, empresarios, científicos, economistas y gobierno, había vencido a la pandemia china en la "primera ola"; pero bajó la guardia y se estuvieron produciendo mil muertos por día, algo inusitado en esta nación vanguardista y ejemplo al resto del mundo en múltiples campos. Empero, lo que iguala a todas las naciones mencionadas y no mencionadas en este editorial, es el ser humano que está en la línea frontal contra el coronavirus, porque la prevención o la irresponsabilidad, según sea el caso, en los alemanes, costarricenses y españoles, es la misma, tiene los mismos sesgos, características, detonantes o éxitos. Es decir, el uso de las mascarillas, el distanciamiento social, el lavado constante de manos, la pulcritud en el aseo en los establecimientos, negocios y casas, el mantenerse encerrados en las casas, el obedecer a las autoridades de salud y otras prerrogativas para vencer al Covid chino, es tan válido en esos tres países, como lo es también en Chile, Bolivia, Francia, Mongolia, Nigeria, Vietnam o Australia, porque, precisamente, el ser humano es el mismo en cualquier latitud del planeta.

           En palabras directas, llanas y sencillas... ya sabemos cómo derrotar al virus creado en China y propagado por todo el orbe; pero no sabemos cómo acabar con la tozudez de millones de personas, a quienes las vidas de sus semejantes no les importa nada y se infectan con el coronavirus y lo propagan en los demás. Ese es, justamente, el gran dilema por el que estamos pasando en estos primeros cuatro meses del 2021.


 Aferrado a la Misma Tesis

de Siempre

 

Desde muy joven me he mantenido en una postura, he acariciado una tesis polémica que, como todo en la humanidad... gusta a unos y disgusta a otra gran cantidad de personas; pero igual la he sostenido en mi pensamiento y razonamiento desde que la concebí en los años mozos y se refiere a aquellos países asiáticos, africanos y latinoamericanos que abarcan enormes longitudes de territorio y son incapaces de ponerlos a producir y, en contradicción, sus gentes viven envueltas en una especie de "sueños dorados" o ilusionismo que las coloca más cerca de la irrealidad que de la realidad circundante, de la demencia que de la cordura. Concretamente nos referimos a naciones del tamaño geográfico de México, Brasil, Perú, Colombia, Argentina y Venezuela, en América; o de la India y la misma China, en Asia; y Rusia en Europa y parte del continente asiático también. Son los llamados "países continente", enormes, a los que sus mismos ciudadanos no llegarán a conocer nunca, porque desplazarse de un extremo al otro, sería un gasto oneroso de dinero, tiempo y esfuerzo.

         Y precisamente por esa enormidad, sus gobiernos son incapaces de poblarlos con colonos de la misma nacionalidad y hacerlos producir; es cuando pensamos en la pampa argentina que podría alimentar a gran parte de la población mundial que carece de lo elemental para sobrevivir. Esto si los argentinos la hicieran producir como Dios manda. Pero prefieren aglutinarse en la desembocadura del Río de la Plata, en Buenos Aires, y presumir de que son "porteños" y "europeos", cuando viven a miles de kilómetros del Viejo Continente, no nacieron allí, ni son capaces de hablar otro idioma distinto al mal castellano que balbucen y lo hacen escuchar con ese cantadito tan horroroso y ridículo, que es el acento del argentino.

             Son naciones con minerales como el oro, la plata, estaño, cobre, hierro y tierras ubérrimas, donde es posible sembrar cualquier comestible, que se multiplicaría generosamente bajo un cielo limpio de contaminación y un aire igualmente puro; pero les da pereza hacerlo y prefieren seguir sintiéndose los "más bellos de la Creación" y en medio de sus fantasías que les hacen pensar en que "no son de aquí ni son de allá." Es por eso que la pobreza, el endeudamiento con los organismos internacionales y el disparate de una vida falsa, los ha llevado a vivir estrujados entre una crisis y otra.

            Mi polémica tesis, y por la cual han querido agredirme físicamente, aboga por repartir esos territorios entre personas o nacionalidades progresistas, que los hagan florecer, como los holandeses, quienes tuvieron que robarle tierra al mar para conformar su país; o los taiwaneses, coreanos del sur, japoneses, quienes han hecho prodigios en sus estrechas islas; y otros grupos nacionales que están habituados al trabajo altamente productivo. Nos gustaría partir a la Argentina en unos cinco países más; lo mismo México, Brasil, la India, Colombia y demás, y ceder esas tierras para que los colonos venidos de ultramar saquen partido positivo a sus nuevas posesiones. Porque está claro que, donde se han asentado europeos en algunas naciones como Chile, Guatemala y la misma Venezuela cuando tenía democracia, han hecho de sus enclaves... tierras de prosperidad. En mi concepto de la productividad cabe perfectamente aquel dicho popular que dice que "las cosas son de quienes las necesitan y no de quienes las acaparan sin ningún objetivo claro" o no se acuerdan de que esos territorios existen siquiera.

             Pero es del todo cierto que ningún mexicano querrá que partan su territorio en cinco países más; tampoco lo querrá un peruano y ningún argentino, para cederlo a colonos que los harán producir. Por lo tanto, mi utopía no dejará nunca de ser utopía y además... peligrosa, porque si suelto estas ideas en una tertulia, podrían lincharme con toda seguridad, al intentar atropellar los absurdos nacionalismos que subsisten en América Latina.

            Para citar un ejemplo reciente, el presidente de Argentina acaba de reafirmar que "la deuda externa del país es absolutamente impagable." Una verdad sin cortapisas que da pena ajena, más aún si recordamos las riquezas naturales que tiene esa nación y que permanecerán ahí, en su estado virgen, por los siglos de los siglos. Pero el caso de Brasil es todavía más lamentable y deprimente, pues es des-gobernado por corruptos del corte de Dilma Roussef y Lula Da Silva, o por un demente como Jair Bolsonaro. En la actualidad es el pueblo que más coronavirus chino tiene, porque su presidente no tomó en serio a la pandemia y permitió su expansión de manera peligrosa, tal y como la vemos hoy en día dentro de su demarcación. Son pruebas de las pésimas gestiones administrativas de estas naciones, donde la productividad, el progreso y el desarrollo, son desplazados por la corrupción, el robo, la mentira, la demagogia y la falta de seriedad de parte de sus absurdos politicastros.


 ¡Olvídate! El Coronavirus no se Irá

 

La mayoría de las personas, especialmente en las naciones populosas y del Primer Mundo, están esperando para que el Covid-19, de creación china, se marche definitivamente, que desaparezca de la misma manera como apareció: por arte de  magia, como sucede en las películas de acción, hechas en Hollywood y tan de moda en estos últimos años. Pero todo parece apuntar que la pandemia, el virus mortal, continuará entre nosotros y por lo menos durante una generación más. Eso parece saberlo los especialistas que han estudiado a fondo el comportamiento de esa peste maldita a la que los chinos dieron vida y esparcieron por todo el globo terráqueo.

             Es lógico pensar y desear que todo regrese a la llamada antigua normalidad, con los estadios de futbol y otros deportes, atestados de espectadores; con los bares, restaurantes, discotecas, conciertos al aire libre y los gimnasios llenos de personas bebiendo, comiendo y disfrutando de la música; con las giras de los grupos rock y los baladistas hispanos en sus aviones particulares. Todo ello se añora y con justa razón, pues esta pandemia nos ha obligado a meternos en nuestras casas y el aburrimiento, la tensión y la depresión han hecho de las suyas en nosotros.

             No obstante, la inteligencia del hombre es ilimitada y en las primeras de tanteo, cuando nos dimos cuenta de que algo andaba mal en nuestras sociedades, con un virus que nos podría matar, de inmediato se tomaron las medidas restrictivas, centradas en evitar el roce con las demás gentes, mantener una distancia prudente entre unos y otros, llevar tapa-boca o mascarilla de plástico, lavarse las manos con alcohol en gel y extremar las medidas de higiene. Ello evitó que el coronavirus matara a más millones de seres alrededor del mundo, de los que ha fulminado hasta el momento.

           Y basados en esa inteligencia innegable y portentosa que tiene el ser humano, y ante la posibilidad de que el virus no desaparezca de nuestras circunstancias y ambiente, podremos esperar que aparezca una medicina de extraordinario poder, que la hagan en los laboratorios estadounidenses, alemanes o franceses y así podamos sobrellevar la problemática con optimismo y cierto e importante grado de seguridad. Pero esta desgracia china no se irá, porque más bien está mutando en nuevas cepas más peligrosas que la original y en la mismísima China, ese maldito país que muchísimos detestamos y queremos que desaparezca de la faz de la Tierra, han descubierto nuevos gérmenes en los murciélagos que viven y surcan sus cielos; y de parte de ese pueblo podremos esperar cualquier cochinada y excentricidad más, además del Covid-19 ya creado por ellos, pues son dados a comer cualquier basura y, según nos acabamos de enterar, en muchos de sus platillos que ellos consideran "normales", emplean orines de humanos para darles "mejor sabor." Degustan de cucarachas, gusanos, moscas, abejones, murciélagos, hormigas, larvas, ranas y ahora los aderezan con orines. ¿Qué otra porquería comerán los chinos? No lo queremos sabor en honor a la verdad y de nuestra entonación estomacal. Por eso, cualquier otra porquería, cualquier otra pandemia podría salir de su horroroso pueblo.

           Recordamos cuando el cáncer fue descubierto en el cuerpo humano y albergamos la esperanza de que, en los años subsiguientes, los científicos encontraran la medicina que acabara de manera fulminante con las células cancerígenas. Pero, a inicios del 2021, nada de eso ha sucedido, porque esa enfermedad sigue siendo tan letal como el  día cuando mató a la primera persona. Lo mismo con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), para el que no han creado ninguna medicina que lo termine y otorgue la vida a quien lo lleva en su cuerpo. En ambos casos, la ciencia está en deuda con la Universalidad del ser humano. Por eso creemos que el coronavirus convivirá con nosotros, siempre mortal, a través de los años y tendremos que estar en guardia siempre, extremando cuidados  y convirtiéndonos en individuos con nuevas costumbres, nuevos hábitos y con maneras de pensar y razonar totalmente distintas de las que hemos albergado hasta ahora. El Covid-19 nos reta a cambiar para subsistir y ello implicará modificar nuestra economía, nuestra forma de negociar para comprar y vender nuestros productos y es muy posible que dichos cambios vayan a ser tan radicales, que no nos imaginamos en la actualidad cómo serán.

             En todas esas etapas, en esos trances, deberemos acostumbrarnos y moldearnos a las exigencias, haciendo tangible aquel aforismo que dice: "Renovarse o morir" y nunca antes el participio "morir" ha tenido tanta trascendencia y literalidad como hoy mismo.


 Futbolito en Medio de la Recesión Económica y la Pandemia

China

 

Una delegación compuesta por "pachucos," patea-bolas, se ha ido nada menos que a Europa, para enfrentarse a la Selección de Bosnia-Herzegovina. Los europeos van a jugar futbol y los costarricenses van a saltar a la cancha a hacer el ridículo; porque, desde antes de que se juegue el partido, ya sabemos que saldrán derrotados los centroamericanos, quienes son pésimos deportistas y vagabundos consuetudinarios (de todos los miércoles y domingos), en el campeonato nacional, corriendo detrás de una bola sintética. Se olvidaron de ganar, no saben qué es ganar y tampoco les importa ganar. Lo único que les importa es regresar a Costa Rica a alardear porque se montan en cuanto avión existe y viajan a todos lados con el dinero del pueblo y que la Federación de Futbol gasta a manos llenas, como si se tratara de Brasil o Alemania. Y se olvidan premeditadamente de que este es un país pobre, que está en medio del coronavirus creado y difundido por los chinos y que hay una crisis económica de "Padre y Señor mío"; que tiene a muchas personas con hambre, sin trabajo y otras muchas se han pegado un balazo en la cabeza por la desesperación. Pero esos vagabundos, mal llamados futbolistas, se han ido para Europa para perder un partido; y después regresarán a América, para disputar otro juego contra México, el eterno "coco nocturno" de  los patea-bolas y que les propinarán otra derrota sin lugar a especulaciones de ninguna clase.

           Esos viajes de esos irresponsables y charlatanes son un insulto para el resto de los ciudadanos, porque van en primera clase en los aviones, se hospedan en hoteles de cinco estrellas, hacen las tres comidas como si fueran jeques árabes y disfrutan de aguas atemperadas, piscinas bajo techo, médicos exclusivos, masajistas y otras gollerías, que en estas épocas no deberían darse. Esos tipejos deberían estar buscando trabajo de verdad o en acciones sociales en Costa Rica, en beneficio de los necesitados y no dándose los grandes lujos que son desproporcionados para ellos, pues son individuos sin estudios de ningún tipo, sin cultura alguna ni decoro tampoco, de ninguna especie.

          En lo personal, nos daría vergüenza compartir el mismo avión u hotel con ellos y escucharlos en el corazón de Europa hablando con ese lenguaje tan vulgar y rayano, lleno de palabrejas y palabrotas con las que se insultan unos a otros y bromean. Nos avergüenzan en todo sentido. Sus solas presencias nos dan pena. Y no vale la pena  encender siquiera el televisor para ver los juegos, máxime cuando sabemos que, anteriormente, hace pocos meses, Panamá, una nación donde el futbol no es el deporte principal, les ganó dos veces y en menos de 15 días.

           Hay que entender que, en estos momentos, aparte del factor monetario, la mal llamada Selección costarricense de futbol no tiene entrenador, sino que se trata de otro gamberro como los restantes que va con él, que el tipo no sabe si la bola es cuadrada o redonda y que da más pena ajena que los demás seudo-jugadores.

          ¡No es justo que esos irresponsables -muchos de ellos han dejado a mujeres embarazadas y se han desentendido de la crianza de los hijos-, anden en el exterior cuando Costa Rica atraviesa una de las peores etapas de su vida como nación, en el aspecto financiero; y la desesperanza individual, comercial y de subsistencia, ha desaparecido desde que el Covid chino irrumpió en las vidas de este pueblo!

          Una autoridad superior, dotada de gran moral y poder de decisión, debería prohibirles seguir gastando el dinero del pueblo; que, si quieren ir a hacer el ridículo fuera del país, que vayan... pero que ellos mismos se paguen los gastos, que para eso ganan bastante bien (hasta de manera anormal), por correr detrás de un cuero con forma redonda. Podría ser un juez quien determine tan orden, pero no creemos que eso vaya a suceder jamás, pues a esos funcionarios tampoco les importa mucho el despilfarro, pues ellos también ganan extraordinariamente bien y no les interesa el hambre de los más necesitados. "Si en mi mesa hay manjares... ¿Para qué me voy a preocupar de los faltantes en las mesas del resto de la gente'" Así piensan todos esos burócratas sin alma, sin corazón y sin respeto por el prójimo y sus urgencias más perentorias.

          Regresando al tema de fondo: los patea-bolas de Costa Rica regresarán al país con dos derrotas; pero dirá su insoportable "entrenador" que "estaban presupuestadas", según el vocabulario tan parco e insuficiente que ellos manejan y que "hay que seguir trabajando." Sí, hay que seguir trabajando para que el ridículo se prolongue y el abismo donde caigan sea más profundo. Simplemente son unos inútiles y descarados, dignos de ser tratados con indiferencia, aborrecimiento y olvido.


 Tenemos Derecho de ser Informados sobre AstraZéneca

 

Los ingleses se han equivocado con la creación de su ya famosa vacuna anti-covid chino, que han dado por llamar AstraZéneca; y resulta extraño que los británicos se equivoquen en lo que ellos elaboran, construyen y venden al resto de la humanidad, porque, lo mismo que los demás europeos y estadounidenses, sus productos siempre han sido de inmejorable calidad. En este caso particular del medicamento, nos llena de extrañeza de parte de ellos.

              Varias naciones de Europa han suspendido, por orden de la Unión Europea (UE), el suministro a sus ciudadanos, para combatir al coronavirus chino, con la finalidad de que la vacuna inglesa no cause más problemas de los que ya ha causado en quienes se vacunaron primeramente con esa ampolleta. Boris Johnson, Premier de la Gran Bretaña, apareció en fotos que han sido publicadas en todo el mundo, donde se puede observar vacunándose, supuestamente, con este mismo fármaco, con tal de dar confianza a los británicos de que es buena, oportuna, segura y les protegerá del maldito virus que los chinos han diseminado por el planeta.

           Pero ese es Boris Johnson... ¡Allá él si comete suicidio al vacunarse con la AstraZéneca! De todas maneras se trata de un individuo díscolo, bastante desagradable, en su interior y exterior, para gobernar a la comunidad británica. A lo mejor fue inyectado con otro líquido, distinto a la vacuna aquí mencionada, para asegurarle la vida y así engañar una vez más al pueblo. Pero que la ampolleta inglesa es nefasta, peligrosa y causa reacciones impredecibles y malignas en quienes la dejan penetrar en sus brazos... lo es, de acuerdo con las informaciones que la prensa mundial ha difundido, después de que los pacientes resultaran altamente perjudicados con ese líquido.

          Los gobiernos de América Latina, en particular, cometieron el error de comprar vacunas de diversas casas farmacéuticas y no concentrarse en una sola marca, cuya efectividad esté plenamente comprobada, como en el caso de Pfizer, cuyos resultados en las personas vacunadas, ha sido 99,9 por ciento segura. Otros gobiernos, enemigos solapados (y también abiertamente), de las potencias occidentales, le dieron la espalda a Pfizer y compraron, irresponsablemente y de manera criminal, vacunas elaboradas en Rusia y China, mucho más peligrosas que la inglesa AstraZéneca. En este punto es oportuno enfatizar que todo lo construido, imitado o creado en China, es de pésima calidad: los objetos (juguetes, utensilios de cocina, para talleres y demás), se rompen con una facilidad pasmosa y al cabo del poco uso; lo mismo sucede con la ropa, muebles, automóviles, celulares, etcétera, etcétera. Es decir, si queremos botar nuestro dinero por el drenaje, compremos objetos made in China. Entonces... ¿Por qué la vacuna elaborada por los chinos, con una velocidad vertiginosa, iba a ser diferente e iba a ser realmente efectiva? Aquí procede aquel adagio famoso que dice: "crea fama y échate a dormir" y los chinos tienen una pésima fama alrededor del mundo, por la pésima calidad de sus productos. Brasil, Perú, Venezuela y Argentina, son cuatro naciones que están vacunando a sus pueblos, de manera criminal, con esos líquidos extraños y teñidos, hechos por China, presuntamente para combatir al covid-19, con el que ellos mismos contagiaron a la humanidad.

          Por todo lo anterior, los ciudadanos, antes de ser "pinchados" con la supuesta vacuna, tienen el deber y el derecho de preguntar y ser informados indefectiblemente con la marca  que le van a suministrar y negarse, en el preciso momento de la vacunación, o aceptarla, según sea su opinión, temor, desconfianza o seguridad al respecto. Es por eso que la información que den los gobiernos tiene que darse para no engañar a los pacientes y que estos acepten o nó el fármaco. En el caso de las vacunas llamadas Sputnik V (rusa), la china y AstraZéneca (inglesa), definitivamente tienen que ser evadidas y descartadas por parte de la comunidad internacional y de los ciudadanos, individualmente. De lo contrario, podrían verse enfermos, no de covid chino, sino por las reacciones perniciosas y peligrosas, emanadas de dichas ampolletas.

           Los Ministerios de Salud de cada nación latinoamericana y las oficinas oficiales de prensa, están en la obligación de informar todo, pero en especial desde los ángulos científico y estadístico (resultados después de la aplicación de las vacunas), a la ciudadanía, para que ésta tome la decisión si están de acuerdo en ser vacunados o nó.  Si no se les informara previamente, habría que observar con cuál figura penal se les podría querellar y si cabe, en estos casos, la acusación por tentativa de homicidio. El asunto es serio, porque se trata de las vidas de las personas que estarían en manos de los gobiernos irresponsables y con una altísima y clara actitud criminal.

            ¡Tienen que informar sobre la marca de la ampolleta, antes de vacunar! Los gobiernos que se dicen y jactan de ser democráticos, no tienen escape en esto.


 Corruptos, Ex presidiarios y Descerebrados Optan por Gobernar en América Latina

 

Esta parte del continente, en lo sucesivo, va a experimentar uno de esos períodos que suponen ser la desgracia para todos los que viven aquí, puesto que significan las elecciones primarias y después las nacionales en varios países de la región. Y decimos que es una experiencia dolorosa, porque tendrán que ver los ciudadanos a una serie de individuos farsantes, mentirosos, demagogos de poco cuño, malos oradores, anti-carismáticos, corruptos y hasta ex presidiarios, en el caso de Lula da Silva, en Brasil, quien ha sido dejado en libertad por un juez amigo, después de que se le comprobara que recibió miles de dólares de parte de la empresa constructora (y corruptora) Odebrecht. Una vez que puso su primer pie fuera de la celda donde se merecía estar hasta el final de su reclusión, dijo que se postulará a la presidencia de Brasil, como si nada hubiera ocurrido con él o hubiese sido encarcelado injustamente, porque se trató de un hombre inocente. Pero Luiz Inacio Lula da Silva es uno de los peores corruptos que ha abortado América Latina en los últimos 20 años.

                Otro pésimo ejemplo se da en la democrática Costa Rica, en América Central, el país con el sistema democrático más viejo y estable de Latinoamérica, pero carcomido desde adentro por la corrupción tan común y ya característica de esta parte de la región. En el Partido Liberación Nacional (PLN), que es el que más tiempo ha gobernado en esta nación, anunciaron sus postulaciones una serie de individuos que invitan a no salir a votar el día de los comicios y apagar los receptores de televisión cuando ellos aparezcan en sus pantallas: nada inteligentes, perdedores natos, verborréicos y hasta prófugos de la justicia alguna vez en la vida de uno de ellos; ese es el "menú" que ofrecen a los sufragantes, quienes, como hemos dicho, es mejor que no salgan de sus viviendas y se queden haciendo vida familiar, en lugar de ir a perder el tiempo para votar y favorecer con su decisión a uno de esos delincuentes. El Partido Unidad Socialcristiana (PUSC), también presentó a uno de sus precandidatos, de quien es mejor ni pensar en esa insulsa e inútil opción.

              En Ecuador, el monigote manejado desde Bélgica -país donde se refugia-, por el corrupto y prófugo de la justicia, el ex mandatario Rafael Correa, es quien tiene altas posibilidades de ganar las elecciones y con ello, estaría condonando a su jefe y "amo" para que le quiten de encima la orden de captura por actos corruptos, que pesa sobre él, precisamente por haber recibido dinero sucio de la constructora (y corruptora) Odebrecht; algo semejante a lo sucedido en Bolivia con el nuevo presidente, Luis Arce, quien es otro títere fiel y obediente de las órdenes del ex dictador Evo Morales. ¡Pobre América Latina con esa manga de hombrecillos, remedo de seres humanos, fatuos, falsos, hablantines y corrompidos desde lo más profundo de sus espíritus y siempre dispuestos a la criminalidad más descarada y de frente al gran elector! Siempre ha sido así, pero ahora parece que esos fulanos "brotan igual a la hierba mansa y vulgar" que aparece donde menos se esperan.

             Son épocas duras... con el coronavirus chino, el narcotráfico siempre presente, el lavado de dinero, los jueces que tuercen las leyes para favorecer a sus amigos y la pérdida absoluta y total de la bondad, que forma parte de los anti-valores que delimitan  las vidas en esta parte de las Américas. Y para mostrar el peor de sus aspectos, los corruptos hacen acto de presencia desde México hasta la zona Austral de América Latina. Y lo peor se fundamenta en que los votantes no tienen opción y acuden a las urnas, semejantes a los corderos cuando van al matadero, para favorecer a esa manga de inservibles, con el sufragio.

             En la actualidad no hay nadie, absolutamente nadie en toda la región, que merezca ganar unas elecciones y subir a la silla presidencial. Ninguno de los postulados hasta el momento, poseen ni la dignidad, ni el decoro, ni la inteligencia, ni la sabiduría y mucho menos la destreza, para gobernar y sacar adelante a sus respectivos países. Algunos de ellos, incluso, ya han gobernado (o desgobernado para ser más precisos), y lo han hecho pésimamente mal y quieren repetir el desatino en detrimento de sus pueblos. Desgraciadamente las masas no tienen razonamiento -según Ortega y Gasset-, y tampoco tienen memoria, son perdonadoras y proclives a repetir los mismos errores, sino recordemos a Alan García en el Perú, a quien se le perdonaron sus actos corruptos de su primera gestión presidencial, le reeligieron y volvió a repetir la indecencia que finalmente le llevó al suicidio y que fue su mejor decisión, quizás la más importante que tomó en su corrupta vida.

            En conclusión, de cara a la vorágine electoral que pronto experimentará Latinoamérica, no hay razón para salir a votar y de hacerlo, sería para favorecer a los corruptos y eso estaría mal... muy mal.


 Un Juicio por Homicidio que Deberá Sentar un Importante

Precedente

 

En la ciudad estadounidense de Mineálpolis, el 25 de mayo del año pasado (2020), se perpetró uno de los crímenes más abyectos que se hayan filmado jamás, para ser difundido por todos los medios de comunicación existentes (redes sociales, whatsapp, periódicos digitales, TV por cable, etcétera, etcétera). El afroamericano, Goerge Floyd, era inutilizado por el policía de esta urbe, Derek Chauvin, un individuo con antecedentes por racismo manifiesto y comprobado, y le ponía su rodilla en la garganta, cuando el gigantesco (pero bondadoso) hombre de tez oscura ya estaba rendido, inutilizado y obedecía cada orden que el degenerado uniformado le gritaba. Pero el criminal Derek no se percató que una cámara pública de vigilancia lo estaba filmando de manera íntegra y muchos transeúntes observaban el hecho, llenos de indignación y furia contenida.

           "¡No puedo respirar, no puedo respirar!" Se quejaba apenas audible Floyd, ante el desinterés asesino de su captor. Los compañeros del oficial también ayudaban a inmovilizar al hombre negro, quien, como hemos dicho, ya estaba rendido ante la fuerza de los gendarmes. En ningún momento, George Floyd presentó batalla u oposición física ante la autoridad de los policías, misma que fue aumentando conforme pasaban los minutos. Pero el propósito de los uniformados era el de matar al negro fuere como fuere y sin importarles que estaban en plena vía pública y ante los ojos de los demás testigos.

            Pero no hace falta que detallemos más aquel horrendo y criminal incidente. Ya sabemos sobradamente la manera de actuar de los racistas en los Estados Unidos -quienes se cuentan por millones-, y en todas partes del mundo. Pero lo que si es importante resaltar es que el juicio contra los homicidas -hoy ex policías, pues fueron expulsados de esa Institución en Mineápolis-, ha echado a andar y se ha sentado en el banquillo de los acusados el propio Derek Chauvin, después de haber perdido un millón de dólares que pagó por concepto de fianza, para salir de la prisión y hoy de nada le ha valido esa enorme cantidad de dinero, posiblemente pagada por organizaciones racistas que avalan el asesinato que perpetró, porque ha tenido que verle la cara al juez y al jurado, más rápido de lo que él mismo imaginó.

           Decíamos en nuestro titular que el juicio deberá sentar un claro precedente en la vida de los estadounidenses, porque el crimen ha sido deleznable, más allá de lo acostumbrado, porque fue a plena luz del día, en la vía pública, ante las miradas de los transeúntes, perpetrado por el entonces oficial de la policía, a los pies de su radiopatrulla y contra un hombre de tez oscura, quien, además, era inocente de cualquier cargo, pero tenía el agravante de que era negro. De tal manera... ¡Fue un crimen racial y en el corazón de los Estados Unidos, que se considera es el adalid de la democracia mundial y el pueblo que encabeza la lucha antirracista en el orbe entero! Recordemos que esta nación está llena de movimientos, organizaciones e individuos solitarios, que odian a "las razas inferiores", según las definen y describen ellos mismos, a pesar de quienes admiran y ensalzan las supuestas virtudes de los estadounidenses a lo largo del devenir. Y este proceso deberá hacer conciencia absoluta en la necesidad de acabar con ese odio tan obvio, tan claro y tan manifiesto, contra las personas que tienen otro color de piel.

          El juez, por su parte, deberá tomar en consideración las manifestaciones violentas que se produjeron espontáneamente, cuando la noticia y las imágenes del asesinato de George Floyd se dieron a conocer el propio día de su deceso, porque si falla a favor de Derek, deberá atenerse a otra oleada de actos violentos en las calles y será un acontecimiento imparable, debido a la fuerza contenida que desatará. De hecho y después de lo observado, Derek Chauvin, el ex policía asesino, ya es culpable, porque las evidencias son clarísimas en su contra y merece no menos que la cadena perpetua o la pena de muerte sin contemplaciones, una vez que el jurado determine su innegable y convincente culpabilidad. En otros tiempos, ante un individuo de su calaña y ante su crimen tan diáfano, la muerte estaba asegurada y el juicio era solo un mero trámite, si es que se celebraba proceso alguno.

             Aparte de lo anterior, esta es una oportunidad única para que la justicia de los Estados Unidos demuestre que sirve, que funciona precisa e indefectiblemente y que sus magistrados y jurados están identificados con el respeto a las minorías raciales y al ser humano sin distingos de piel, nacionalidad, ideologías, doctrinas y manera de ser. No deberán desperdiciar esta oportunidad única.


 Honor a Quien Honor Merece

 

En algunos países el coronavirus de origen chino ha ido descendiendo ante las miradas asombrosas de todos los sectores de la sociedad y de quienes observan el fenómeno, extraordinariamente positivo, como quien mira un milagro de autenticidad absoluta y sucedido a plena luz del día. ¡Bien por la humanidad entera y bien por los científicos y gobernantes serios que han luchado denodadamente por proteger a sus pueblos y acabar con el daño provenido de la China, llamado Cavid-19!

         En el caso concreto de la centroamericana Costa Rica, la nación que todavía tiene un número bajo de habitantes, pues a duras penas alcanzan los 5 millones -sin contar los inmigrantes-,  hay que dar el aplauso sonoro y complacido a su ministro de Salud, Daniel Salas, quien se ha enfrentado al virus chino, ha luchado contra el flagelo invisible y mortal y, hasta el momento, lo va venciendo valientemente. Y, junto a él, otros personeros del actual gobierno del presidente Carlos Alvarado, quien, del mismo modo, merece el reconocimiento porque ha dejado trabajar libremente a sus subalternos, ha sabido distanciarse cuando han querido enlodarlo algunos medios de prensa y diputados de partidos contrarios y ha dictado directrices en instantes cuando se han necesitado el giro de fondos económicos para confrontar a la pandemia y ayudar a los ciudadanos empobrecidos por causa del mismo coronavirus chino.

           Para Costa Rica y los costarricenses, aunque a muchos les duela leerlo y más aun... reconocerlo, hay que dar gracias a Dios porque estaba en el poder un joven bien intencionado, en la persona de Carlos Alvarado, su grupo de asesores y, en especial, el Dr. Salas, quien, haciendo demostración de una increíble madurez, responsabilidad, sensatez y conocimiento científico, ha ido ganando esta guerra causada por los chinos y diseminada por el planeta. Si hubiese estado otro gobierno, por ejemplo... del Partido Liberación Nacional o de la Unidad Socialcristiana, creemos que el tratamiento de la pandemia hubiese sido muy diferente y hasta irresponsablemente peligroso. Pues en esos movimientos cien por ciento demagógicos, lo que siempre ha privado han sido los intereses de poca monta, de carácter económico (en medio de la mayor opacidad), y la arrogancia peligrosa que siempre condujeron a este país hacia las crisis financieras, con fuertes repercusiones sociales. Es decir y en otras palabras más directas y claras... ningún otro partido está en condiciones, en la realidad costarricense, para enfrentar a una pandemia de las características que hemos visto y han experimentado los enfermos y también quienes, lamentablemente, fallecieron en el transcurso de este año en el que el mortal virus ha estado entre nosotros, causando estragos.

             Gracias al Dr. Salas y al Director de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Alexander Salas, se ha manejado la enorme crisis de salud y financiera, mejor que en naciones que son potencias mundiales, en los casos de los mismísimos Estados Unidos, Brasil, Italia, España, China (la culpable de esta desgracia), y demás países que no han sabido confrontar la mortandad derivada del coronavirus o lo han hecho sin el interés debido y con enormes fisuras organizacionales. Gracias a Dios y a la destreza del Dr. Salas y del señor Solís, en Costa Rica no se han visto las barbaridades o los cuadros mortales de Nicaragua, Cuba (que desvirtúa su realidad siempre y miente su gobierno al decir que tiene dominada la crisis del Covid), Perú, Venezuela y Ecuador. Es por eso que les hacemos llegar nuestra admiración y aplausos a estos dos altos funcionarios del Estado costarricense.

            Incluso, en los primeros meses cuando la pandemia asesinaba indiscriminadamente a miles de personas alrededor del mundo, el gobierno de Costa Rica buscaba soluciones médicas (vacunas), en compañías transnacionales y cuando la casa farmacéutica Pfizer, en unión con la alemana BioNTech, anunciaron que habían creado el antídoto contra el coronavirus, los gobernantes de este país centroamericano se apresuraron para comprar el medicamento y lo han estado suministrando a sus pobladores, de manera honesta, transparente  y también admirable.

           Desgraciadamente la corrupción, el mal endémico de América Latina, algo que está presente en los genes de los políticos latinoamericanos, ha hecho su presencia en el derrotero que lleva el gobierno de Costa Rica, específicamente en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), que ha hecho algunos movimientos, gestiones y compras de manera aparentemente espuria y por ello se le está investigando en la actualidad. Pero la corrupción no ha sido tan abrupta e inmanejable en estas épocas particulares del coronavirus, como sí lo ha sido en Argentina, Perú y Chile, donde han sido vacunados personajes oscuros de sus vidas nacionales, con prioridad y por encima de las capas sociales medias y bajas de sus pueblos, conformando escándalos que han conmocionado a la opinión pública mundial. En Costa Rica, hasta el momento, la corrupción "no ha subido hasta los canales" igual a aguas fétidas de los desagües y esperamos que eso no suceda nunca en la administración dirigida por Alvarado y su excelente ministro Daniel Salas.

              Para finalizar, hemos de afirmar que el Dr. Salas ha sido semejante a un mástil en esta embarcación que él ha ido dirigiendo hacia mares sanos y seguros y los fuertes huracanes de las críticas malintencionadas y soslayantes no le han hecho rendirse y mucho menos amainar su gran trabajo en pos de la salud general. Un hombre que no parece latinoamericano por su seriedad y compromiso (y con él, al lado, Alexandrer Salas); pero ha nacido en estas tierras y eso, justamente, nos llena de orgullo y depositamos nuestras esperanzas en la generación a la que él pertenece.  El optimismo y el agradecimiento son nuestras emociones ante esas dos personas. ¡Muchas gracias!


 Una Manera Artera de Sacar Ventaja

 

Se lo dijo claro y contundente el diputado de la agrupación española Vox, Santiago Abascal Conde, al segundo vicepresidente del gobierno de España, el comunista Pablo Iglesias: "(...) y note usted Sr. Iglesias, cuando el mundo entero sucumbe ante la peste del coronavirus, sus amigos, los chinos, andan sonrientes por los continentes, haciendo negocios y obteniendo ganancias en medio de la gran crisis sanitaria por la que pasamos y sufrimos. ¿No le parece eso raro a usted Sr. Iglesias? ¿Verdad que el coronavirus chino fue creado por ellos para desbancar a las democracias occidentales y ponerse ellos, los chinos, en el primerísimo lugar de la economía? Y aún así usted continúa apoyándolos en perjuicio, incluso, de su propio país." Palabras más, palabras menos, eso fue parte del discurso de Abascal en el Congreso situado en la Capital española.

             Y si lo afirma un político tan serio, culto y versado, en la personalidad de Santiago Abascal, quien debe manejar a diario documentación sensible y confidencial en torno a muchos aspectos que nunca leerían las gentes comunes y corrientes, es precisamente porque su argumentación discursiva obedece a la verdad.

           ¿Pero qué debemos hacer entonces con el reporte final que la comisión de salubridad enviada por la ONU, que visitó la ciudad de Wuhan hace pocos meses, que asegura que la aparición del Covid-19 "fue accidental" y provino de un animal (un vampiro) y se trasladó hacia un ser humano y nunca fue un virus de laboratorio con fines militares? Consideramos, en tal caso, que debemos creerlo a medias, porque la ONU no puede enemistarse con ninguna nación adscrita a ese organismo mundial o no adscrita, porque una de las prioridades de éste, es preservar a toda costa la paz, por encima de mentiras, engaños y demás ardides que siempre han practicado las naciones comunistas a lo largo de la historia, desde que llegaron al poder en 1917, mediante al Revolución Bolchevique, en Rusia.

           Es muy probable que la misma comisión conformada con renombrados y reputados científicos de varios países, y enviados por la Organización Mundial de la Salud, el brazo que vela por la salubridad en el planeta, haya desvirtuado la realidad de la aparición del coronavirus para no enfadar a los chinos y no crear tensión en una nación que es miembro, incluso, del Consejo de Seguridad de la ONU. Y, ante la difusión de este reporte y las declaraciones concedidas a la prensa por los mismos científicos, en el aeropuerto de Beijing, antes de abandonar China, el gobierno comunista tomó un respiro más profundo y satisfactorio, se recargó de energía, y, al poco tiempo, lanzó una ofensiva diplomática y comercial en el mundo, como si nada hubiese pasado por culpa de la pandemia. De tal modo, los chinos son ahora los más felices en la actualidad, como ningún otro pueblo lo es en ningún continente. Incluso andan vendiendo su fraudulenta vacuna y hay gobernantes obtusos que se la compran, sin reparar que se trata de un líquido teñido que puede causar la muerte a quien se lo inyecte en su cuerpo. Es así como naciones reconocidas en los casos de Perú; Brasil y Argentina, han estado "vacunando" (nótese las comillas), a sus ciudadanos, cuando la susodicha y falsa vacuna apenas estaba en la etapa experimental. Tal la irresponsabilidad criminal de esos tres gobiernos de América del Sur.

            Por eso volvemos a parafrasear a Santiago Abascal en el Congreso español, cuando dijo claramente: "Mientras al mundo entero nos está matando el coronavirus, los chinos andan felices, sonrientes, haciendo sus negocios, como si nada les hubiera pasado y tampoco nada hubieran creado. ¿No les parece rara esa actitud de ellos?" Por supuesto que es un comportamiento extraño ante la lógica y la realidad circundante. Ellos, los creadores del Covid-19, no deberían estar así por ninguna razón; y si realmente tienen la vacuna (cosa que no creemos para nada), deberían, por altísima moral, regalarla a las naciones empobrecidas de Asia, América y África, en señal de buena voluntad y solidaridad con quienes los mismos chinos contagiaron. ¡Pero no... más bien la andan vendiendo, andan lucrando con la pobreza, con la miseria y las muertes que su coronavirus ha causado! Eso es lo que se llama en buen y preciso castellano... CINISMO.

            Desgraciadamente, las voces semejantes a la de Abascal y de Donald Trump, solamente son dos; incluso, la del ex presidente estadounidense se ha acallado, debido a su derrota en las elecciones de los Estados Unidos; pero la humanidad, distinta a la raza china, debería formar un bloque unido e hiper-blindado, para enfrentarse a la China comunista, señalarla como la causante de la pandemia, exigirle compensaciones médicas, morales y económicas y no comerciar con ellos sus quebradizos e inútiles productos hechos en sus factorías. ¿Pero quién "le pone el cascabel al gato"? Australia, separada del resto de las naciones, lo ha hecho de manera consciente y valiente; pero los demás gobiernos solo proceden a callar.

           De todo lo tratado, un hecho es cierto: por cada muerto por causa del coronavirus, está el gobierno y la nacionalidad china, porque son los culpables de esta desgracia que ha enlutado al mundo. Son igual o más criminales que los marxistas alrededor de la Tierra, los nazis, los miembros del terrorista Estado Islámico y todos aquellos tiranos/criminales que han desangrado a sus semejantes a lo largo de la historia.

          ¡Bien por Abascal, una voz en el desierto; y mal por quienes toleran y hacen mutis ante el cinismo y la desvergüenza asesina!


 Actualidad: Costa Rica y

El Salvador

 

Esta vez dividiremos nuestra voz editorial en dos partes o dos realidades: la costarricense y la salvadoreña, pues presentan dos hechos bastante llamativos e interesantes para comentar y muy parecidos entre sí, cuales son los procesos electorales que se están dirimiendo en ambas realidades. Comencemos por Costa Rica.

           Retornamos al caso del Partido Liberación Nacional (PLN), en el que han saltado a la palestra varias figuras de ese movimiento, con ansias de alcanzar la candidatura definitiva con miras a la presidencia de la República. Este es un tema que tocamos en el editorial anterior en este mismo periódico; pero, en una variable sobre el mismo, se presenta algo que realmente preocupa o es digno de mucha atención: comprendemos que las ansias por volver a gobernar al país, después de haber perdido dos elecciones presidenciales consecutivamente, tiene a los liberacionistas al borde del paroxismo y del colapso. Es por eso que no han previsto el asunto de la pandemia china que, aunque han descendido los índices de contagio y mortalidad en este país, exige que los costarricenses no bajen la guardia y se sigan protegiendo, pues  se trata de uno de los virus más contagiosos que existen y han existido en el devenir de la humanidad; empero, los políticos serios del PLN y los "politiquerillos" de poco cuño, que son los que más abundan y lamentablemente los periodistas les prestan sus micrófonos para que se expresen, quieren una convención (votación interna), abierta y masiva. Es decir, que los miles de votantes se aglutinen en escuelas, colegios y otros centros para sufragar, "a raudales", sin tomar en consideración el peligro del covid-19.

          El ministro de Salud, Daniel Salas, un hombre al que no dejamos de alabar y admirar por su tesonero y concienzudo trabajo contra la pandemia china, ha aconsejado que tomen precauciones en dichas votaciones, porque "el virus no se ha ido, continúa en el ambiente," pero los politiquerillos de poco cuño del PLN han alzado sus voces y han dicho insensateces como esta: "la dictadura de la salud del gobierno, quiere arrebatarnos nuestras elecciones." Nótese lo descabellado del concepto: "dictadura de salud." ¡Resulta increíble escuchar manifestaciones de ese talante, provenidas de personas vagabundas que están pensando en cosas en las que ninguno que se considere serio, responsable y centrado, podría pensar jamás en su vida! Y la respuesta que se le puede dar a un "simplón" de esos sería: el ministro solo quiere que todo costarricense, votante o no, se proteja, que no resulte contagiado con el virus chino y no tenga que ir a un hospital o cementerio. De paso, recomendó, democráticamente, que el PLN coordine con el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), cuál método o sistema electoral es el idóneo, el más adecuado, para evitar la enfermedad generalizada. Sin agregar más comentarios de nuestra parte.

          En lo que estriba a El Salvador, se han realizado elecciones a nivel nacional, para llevar al Congreso a los nuevos diputados. Esto está muy bien. Es una prerrogativa de toda democracia. Pero lo que está mucho mejor, es el "bajonazo" de los índices de violencia callejera propiciada por "las maras", las tétricas bandas que han aterrorizado a este país y también a Honduras y Guatemala. Recordemos que El Salvador ha sido, en las décadas que transcurren, el país más violento del mundo sin permanecer en estado de guerra. No obstante, su realidad es muy distinta en estas épocas. Por supuesto que este tema en particular merece, además de las crónicas normales que suscita en la prensa mundial, que lo tratemos con mayor detalle y "con lupa", porque es un hecho inédito, único en los anales de la historia. Sin exagerar, prácticamente la violencia ha desaparecido de las calles de las ciudades salvadoreñas, un fenómeno positivísimo, digno de ser resaltado, analizado, felicitado, aplaudido y copiar en las otras dos naciones centroamericanas que están secuestradas por los delincuentes "mareros."

             Y la pregunta de fondo que surge es, ¿A qué se debe ese vertiginoso y enorme descenso de los índices violentos en El Salvador? Sin duda tiene que ver con la actitud y el trabajo -tanto filosófico, social y de campo-, puesto en práctica por el presidente Nayib Bukele, quien, con base en este hecho agradable e insólito a la vez, merece que sus candidatos al Congreso triunfen y logren los escaños deseados para seguir trabajando a favor del territorio nacional y su pueblo, específicamente.

           Es imperativo, reiteramos, que los gobiernos guatemalteco y hondureño envíen emisarios a San Salvador, se entrevisten con las autoridades salvadoreñas y pregunten, indaguen y profundicen en qué ha consistido el éxito de estas autoridades con respecto a los asesinatos, el narcotráfico y la extorsión que "las maras" han practicado desde que se apoderaron de las tres naciones. Porque ese mismo modelo que ha servido para El Salvador, podría funcionar también en los países vecinos, sin duda alguna de nuestra parte y de los ciudadanos.

         Por lo pronto, es innegable que "el cáncer" que suelen ser las pandillas criminales, está siendo curado, extirpado del alma salvadoreña. Un hecho sin precedentes que merece la admiración absoluta y las mejores exclamaciones de nuestra parte.


¿Irresponsabilidad, Masoquismo, Falta

de Seriedad y de Respeto 

al Pueblo?

 

En plena pandemia marcada por la presencia del Covid-19 chino, en la democrática Costa Rica, varios personajes del Partido Liberación Nacional (PLN), (del cual en otras épocas se decía que era de ideología socialdemócrata), han anunciado y otros han insinuado que se postularán como precandidatos dentro de ese movimiento, para postularse después -siendo candidato único electo-, a la presidencia de la República. Pero, en ese variopinto panorama electoral que presenta el PLN, se dan luces demasiado claras que nos permiten observar, sin mucha profundidad, quiénes están haciendo bien y quiénes otros no deberían presentar sus nombres ni en broma siquiera. Veamos...

            Hay algún precandidato que acusa irresponsabilidad personal al proponerse al gran electorado, pues no se le puede tomar en serio bajo ninguna circunstancia, debido a sus actos en el pasado y al inevitablemente hecho de que, políticamente, es un perdedor nato y reiterado. Otro, da señales de masoquismo del bueno; es decir, sin chiste de nuestra parte, tenemos que decir que le gusta ser literalmente vapuleado con el desfavor de los votantes, quienes lo rechazan de plano cuando anuncia su candidatura; y otros, con su sola presencia, insultan al pueblo, pues los ciudadanos tienen muy presente que se trata de un corrupto en el amplio sentido de la palabra y si antes robó del fisco o hizo matráfulas, su postulación indica varias cosas y una de ellas dice claramente al votante que es tan corrupto como él mismo y por eso le solicita su voto; y también le hace ver como si fuera un individuo poco o nada inteligente, pues al volver a sufragar a su favor, demostraría que no razona, que su capacidad intelectiva es nula.

             Concretemos entonces con nombres y apellidos.

             Rodolfo Thomson, actual diputado del PLN, ha tenido una carrera política significativa en su provincia natal, Alajuela, donde es hartamente conocido; pero a nivel nacional, su imagen no es muy conocida; además, peca con una seriedad que no le permite siquiera una sonrisa en su rostro y eso es nefasto en un político. No es un hombre simpático, parece hierático, incapaz de mostrar emociones y dueño de un lenguaje demasiado tecnicista que no suele convencer ni gustar  a la juventud, primeramente, y después a los votantes que requieren de claridad en el mensaje y de ideas frescas y convincentes. No le vemos posibilidad alguna.

            Antonio Alvarez Desanti. Se trata de un perdedor político auténtico. Ha fracasado una, dos, tres y varias veces cuando se ha postulado como candidato. Por eso no nos cabe en el razonamiento que siga insistiendo (a no ser que tenga un negocio económico de fondo que le da réditos cada vez que es derrotado); pero hay mucho de masoquismo en su reiterada postulación electoral. Las experiencias sufridas parecen no convencerle de que no es apto para ser candidato, porque no toma en cuenta que no es del agrado del pueblo, mientras tanto "la danza de los millones de colones" que gasta en cada campaña política, es lo que sorprende y nos hace preguntar: ¿De dónde saca tanto dinero para patrocinar sus repetidas candidaturas? Incluso fundó, en una oportunidad, un partido propio, se salió del PLN e insistió en soledad, porque, quizás creyó que el problema de sus derrotas era por estar dentro de Liberación Nacional. Posteriormente regresó e igualmente resultó derrotado de nuevo. En esto, hay muchísimo de patología de parte de Alvarez Desanti, un caso único para ser analizado por un profesional en psicología, porque, es evidente, que a este fulano le encanta ser arrasado en cada proceso electoral.

           José María Figueres Olsen. Fue presidente de la República en una desteñida administración, donde hubo más grises que colores alegres; se habló mucho de él y de sus desaciertos, más que de sus aciertos y pasó sin pena ni gloria, igual a un mandatario más (por lo menos no fue dictador, según suele suceder en otras latitudes de América Latina). Pero al final de su administración tuvo algunos inconvenientes de tipo moral, con asesorías que supuestamente dio y ganó millones de colones con ellas. Al final, se marchó de Costa Rica, se refugió en Suiza, mientras en este país centroamericano la ebullición (el descontento general) anticorrupción superaba márgenes normales. Figueres regresó a Costa Rica cuando todo se había tranquilizado y no corría el peligro de ser detenido y encarcelado. Pero hoy quiere proponer su nombre nuevamente para ser candidato, primero del PLN y después por la presidencia de la República. Nos recuerda mucho al ex mandatario peruano (suicidado), Alan García, quien actuó con deshonor, huyó a Francia; después regresó, le reeligieron presidente, reincidió, y finalizó su vida con un disparo en la sien, cuando la policía tocaba, una mañana, a su puerta, para llevarlo preso a raíz de sus actos corruptos.

          Otro posible precandidato sería Luis Ricardo Benavides, de quien no comentaremos nada, pues los chistes no hay que comentarlos, solo hay que reírlos y punto.

          Esa es la panorámica interna del PLN, la cual indica que el Partido Acción Ciudadana (PAC), hoy en el poder... podría ganar las elecciones venideras por tercera vez consecutiva. No tiene contrincante, según podemos observar.


 Una Noticia Buena y Otra Mala...

 

Ambas informaciones tienen que ver con Costa Rica y comenzamos con la buena: los contagios por causa del Covid chino o Covid-19, han bajado sorprendente y felizmente; por esa razón, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), ha expresado su beneplácito y pudo eludir, junto a todo el sistema médico costarricense, lo que parecía se iba a producir sin demora... o sea, la saturación de los hospitales por causa del coronavirus que nos regalaron los chinos comunistas. ¡Gracias infinitas a Dios, así no sucedió! Y la CCSS ha decidido dejar solamente tres hospitales para atender los casos de la pandemia y no como se temía que fueran todos los centros hospitalarios del país.

            ¿A qué se ha debido esta dicha? Esta es la pregunta del millón de euros... y habrá que esperar la versión científica y oficial, pero, a grandes rasgos, podemos decir que se ha debido a un eficientísimo aparato médico, a un contingente de facultativos en medicina, apoyados por las enfermeras y demás personal, en el combate del maldito virus creado en China. Al frente de todos ellos, el ministro de Salud, Daniel Salas, y otros personajes que han trabajado incasablemente junto a él. También debemos resaltar que la actitud del presidente de la República, Carlos Alvarado, quien supo mantenerse al margen de las decisiones y actitudes médicas y no ha estorbado ni ha querido robar cámaras, ni robarse "el show", como hubiera ocurrido con otros individuos, en el caso de haber estado en su lugar en estos aciagos momentos.

           Hubo días cuando fallecieron 1,500 costarricenses, esto día a día; pero ahora se habla de 300 personas y el número tiende a la baja, porque la mística y el deseo del Dr. Salas apuntan para que se produzca el menor número de decesos. Y creemos que lo va a conseguir, junto a sus colaboradores. Con esta panorámica actual, Costa Rica confirma y reafirma lo valiosa que es la Caja Costarricense del Seguro Social,  a pesar de la inmensa burocracia que vive parasitaria en esa entidad gubernamental y que también se mantuvo al margen y permitió realizar una buena gestión de los médicos y su personal. 

           Aunque parezca baladí y hasta glacial, tenemos que subrayarlo en el sentido de que Costa Rica es el único país de América Latina que, prácticamente, está venciendo a la pandemia china, por encima de naciones tan desarrolladas como los mismos Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina y Colombia. Por supuesto que el caso cubano era de esperar, pues el aparato propagandístico de su gobierno comunista miente en todo lo que puede, desde lo político, hasta lo científico en este particular, puesto que sus autoridades de represión dicen que el Covid-19 está casi erradicado del territorio de la isla. Algo debatible por supuesto, muy debatible, según las mentiras del régimen.

              Esta ha sido la excelente noticia. No obstante, la información pésima, en alto grado inhumana, nos presenta a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, de igual manera como lo hizo anteriormente el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA), porque está enviando recibos por consumo de energía eléctrica con montos exorbitantes, pero no los envía a grandes industrias ni a los millonarios del país, sino a las personas más humildes, porque saben, de antemano, que los ricachones les enviarían a sus baterías de abogados para querellarlos por esa infamia y los pobres no tienen manera de defenderse. El caso más triste fue el recibo por más de 500 mil colones (moneda nacional), que le hicieron llegar a una madre de familia sola, hipertensa y diabética y con un hijo que padece parálisis cerebral. Las imágenes de la televisión mostraron el altísimo grado de angustia y preocupación de esta señora, mientras los personeros de Fuerza y Luz se explayaban en explicaciones absurdas, seudo-técnicas y con sus rostros indiferentes y frívolos ante el sufrimiento de esta costarricense. Aquí y ahora, es cuando hace falta la presencia del Presidente de la República en apoyo a estas personas y exigiendo a esos malos funcionarios, deshumanizados por completo, que arreglen esos supuestos errores de manera eficiente, rápida y brinden una sentida disculpa a la víctima de sus desgraciadas decisiones. 

               Don Carlos Alvarado, mandatario costarricense, pecó de lento, indiferente y hasta dio su apoyo en un lapso de tiempo, a la ex Presidenta Ejecutiva de Acueductos y Alcantarillados, quien tuvo que renunciar porque ya el desparpajo que cometía a diario, superaba toda exageración y realidad humana. La mujer estaba complacida causando daño ayer, hoy y mañana también y dijo, en más de una ocasión, que nadie la removería de su puesto; pero, aún en la tolerante y desinteresada Costa Rica, tuvo que renunciar e irse al infierno a provocar preocupación y malestar a los diablos que seguramente le dieron la vida, porque una persona así no puede ser obra de Dios, en ningún modo.

             Regresando al tema de la madre de familia en zozobra por culpa de la Compañía de Fuerza y Luz, sería bueno que unos dos profesionales en leyes (abogados), se ofrecieran, con toda humanidad, para ayudarle en su desasosiego; pero tampoco creemos que eso vaya a suceder si ellos no escuchan el tintineo de las monedas antes. Triste noticia, que esperamos tenga un final feliz. De todo corazón. 


 ¿Oxigenar a los Cubanos u Oxigenar

al Régimen?

 

En este tema, la democracia siempre resultará perdedora y lo será tanto, que pondrá en peligro todo lo que ella significa y le pertenece; por el contrario, las dictaduras de izquierdas siempre serán gananciosas, porque no correrán los riesgos que sí  correrán las democracias. Nos referimos específicamente a las libertades que son permitidas dentro del sistema democrático y en relación con la existencia de los partidos comunistas que no son perseguidos y tampoco vetados de la realidad de los países que practican esta forma de gobierno (la democracia); de tal manera, los marxistas tendrán, incluso, el derecho garantizado para accesar al poder siempre y cuando sea mediante el voto general desde la decisión del pueblo elector. En su defecto, los demócratas, dentro de un régimen de izquierdas, no podrán subsistir siquiera, porque serán perseguidos, encarcelados, desaparecidos y asesinados. Nótese la gran diferencia entre ambos sistemas políticos e ideológicos.

            En concreto, la Unión Europea (UE), es el inmenso "paraguas" que cubre a varias naciones del Viejo Continente y profesa y practica la democracia; no en balde, sus miembros fundadores vienen superando, no hace mucho tiempo, dictaduras tan criminales como el nazismo, el fascismo y a los mismos marxistas-leninistas. Al ampararse en la democracia, permite, con toda libertad, la existencia de comunistas dentro de sus filas, tales los casos de los españoles Pedro Sánchez, quien además es un individuo con marcadas ínfulas dictatoriales y con una ambición que lo supera a él mismo; y junto a él -que es lo que la prensa española llama con toda justicia "el gobierno bicéfalo"-, trabaja Pablo Iglesias Turrión, connotado marxista, fundador y máximo dirigente del partido Podemos, uno de los más radicales de toda Europa. Repetimos: al ser la Unión Europea un compendio de naciones bajo el manto de la democracia, permite la existencia, en plena libertad, de sus más acérrimos enemigos... los comunistas.

          Y la UE practica una democracia tan pura, que en el parlamento europeo y ocupando puestos en embajadas extranjeras, hay dignatarios marxistas-leninistas, especialmente aquellos nacidos en España. Conocedora de este particular, el gobierno de la UE ha nombrado precisamente a un individuo llamado Alberto Navarro, extraído del mismísimo riñón del comunismo ibero, embajador en la Cuba oprimida y apresada en las fauces del marxismo tropical fundado por los hermanos Fidel y Raúl Castro. Pero lo que nunca esperaron los eurodiputados, ni el gobierno de Bruselas, sede de la UE, fue que, casi de inmediato, tras acomodar apenas sus maletas en su habitación en la delegación en La Habana, este fulano se iba "a disparar" con una extensa carta dirigida al nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, solicitándole el levantamiento del bloqueo económico contra la isla. Naturalmente se trata de un comunista, en el mal ejemplo de Navarro, a favor de un sistema criminal, en el caso del cubano. 

              Al conocer lo anterior, podemos inferir que Navarro, desde que salió de Madrid, llevaba en su cabeza la idea de redactar la carta y someterla a las firmas de otros 300 comunistas iguales a él, para darle más peso y fuerza a la petitoria a Biden. Justamente esos son los errores que se cometen en las democracias, al aceptar y tolerar la convivencia a los comunistas dentro de su sistema de libertades plenas. Perseguirlos, encarcelarlos o procesarlos, sería, precisamente, an-ti-de-mo-crá-ti-co. Es por ello que los marxistas se aprovechan de este "talón de Aquiles" del sistema democrático, para crear desconcierto, caos y presionar a favor de sus caprichos y sueños de hegemonía.

            La pregunta que nace en relación con Navarro dice: ¿Para qué desea que se levante el bloqueo contra Cuba... para oxigenar al pueblo oprimido por la represión policial o para oxigenar a sus dirigentes enclavados desde siempre en el partido único en el poder y en la vida política de la isla, desde 1958?  

           Podemos suponer que Alberto Navarro es un político curtido, con bagaje, que sabe -aunque no lo diga-, que Raúl Castro, y su títere Díaz-Canel, no soltarán nunca el poder, así se elimine por completo el bloqueo que le ha impuesto Washington; nos imaginamos que él sabe que la dictadura morirá solo si sucede una extraña hecatombe y se lleva las vidas de todos los dirigentes marxistas que conforman a la cúpula enquistada en el poder. Nos imaginamos que Navarro sabe que, por más que lleguen empresas transnacionales a invertir en Cuba, el ciudadano común no recibirá ni medio dólar de esas inversiones y ese dinero pasará íntegro a las arcas de la dictadura y sus dictadores. Si no lo sabe, entonces no es un político con experiencia o es un descerebrado que merece internamiento en un nosocomio para esquizofrénicos.

            Con base en lo anterior, no se deberá levantar el bloqueo y  hay que endurecerlo, por el contrario; pero la única solución para Cuba y los cubanos sigue siendo la intervención armada. Una invasión y la muerte de los cabecillas de la dictadura, es la curación de ese cáncer que carcome día a día la vida del pueblo cubano. A esa conclusión hemos llegado, porque los tiranos consideran que la isla les pertenece,  junto con todo lo que existe dentro de ella y por voluntad propia nunca soltarán el dominio político ni armado. Otra manera de ver las cosas, simplemente no existe, no es viable y tampoco sería realista en modo alguno.


 Con Nuestro Respeto Sr. Presidente

 

Este comentario editorial se lo dedicamos al presidente de Costa Rica, don Carlos Alvarado Quesada, de quien comenzaremos diciendo que, es muy posible que sea el mejor mandatario que ha habido en esta nación centroamericana, desde el final del gobierno de don Luis Alberto Monge Alvarez (qepd), que abarcó el cuatrienio de 1982 a 1986, y se dio a la tarea de devolverle al ciudadano la confianza, la fe, el progreso, las esperanzas y la estabilidad económica, perdidas durante el desparpajo de administración  anterior a la suya.

           ¿Pero por qué decimos que Alvarado es un buen presidente? Simple: porque le ha correspondido "bailar con la más fea", según el argot del habla popular. Su intención, desde que asumió las riendas del Estado, fue la de sacar a flote la economía del país y, a pesar de que las críticas arreciaban desde todos los ángulos de la vida nacional, continuó empecinado en sanar las finanzas de Costa Rica. De repente, sobrevino algo que nunca hubiéramos imaginado jamás en nuestras vidas: la aparición del coronavirus que nos llegó desde la infame China y todos los proyectos y sueños de Alvarado se vinieron abajo. Es muy posible que en esos días primeros de la pandemia, el joven presidente no pudiera conciliar el sueño, junto a su bella esposa. La pesadilla era apenas para una película de terror fabricada en Hollywood, pero no se trataba de eso precisamente, sino de una realidad tenebrosa que estaba (y está todavía), cobrando las vidas de las personas.

           Pero Alvarado dio un vuelco, no dejó que sus jóvenes años le ganaran la partida, tranquilizó sus nervios y los de su Gabinete presidencial y decidió confrontar al Covid-19, como no lo hicieron dictadores en Venezuela, Nicaragua, ni en otras naciones alrededor del mundo, donde el virus chino fue asesinando día a día a su población. Tuvo la suerte además, de contar dentro de su grupo de ministros con uno de ellos, igualmente joven, pero  igualmente valiente, en la persona del Ministro de Salud, Daniel Salas, quien, haciendo gala de sus conocimientos médicos, fue dictando las pautas que el pueblo debía seguir, para evitar mayores males por causa de los contagios. De paso, tuvo que lidiar con los grupos de escépticos que negaron una y otra vez que el coronavirus era una falacia, una mentira, para someter a las personas a los caprichos de los políticos de turno; así mismo luchó contra los dueños de bares, licoreras, salones de baile y demás antros de diversión pueril, porque no asimilaron el hecho de que no ganarían más dinero, por medio de los vicios que siempre han fomentado.

           Ciertamente en Costa Rica ha habido muertos por culpa de este virus que han diseminado los chinos por el planeta, pero no ha sido una situación de caos, como ha sucedido en México, Ecuador, los mismos Estados Unidos (con la terquedad criminal de su ex presidente Donald Trump), y en Brasil. La pandemia fue enfrentada con sabiduría, inteligencia, perseverancia y valentía. El equipo de trabajo que gravita en torno del presidente de la República, dirigido por el doctor Salas, se ha mantenido congruente, unido, sólido y valiente, desde el día cuando el Covid chino causó la primera muerte en este país.

          Y para valorar aún mejor la gestión presidencial de Carlos Alvarado, debemos preguntarnos si alguno de los mandatarios anteriores -cualquiera de ellos-, hubiera actuado así, con esa solvencia moral, con esa sabiduría, con esa madurez y fortaleza de carácter, según lo ha hecho Alvarado y su grupo de ministros (as). ¡Que la economía está mal! Por supuesto que anda postrada, igual a todas las naciones del mundo, porque este virus, además de las muertes humanas que ha causado, ha traído mayor pobreza y miseria. ¡Qué nos ha endeudado más el presidente! Por supuesto, pero... ¿Cuál presidente anterior no lo hizo y en épocas cuando no había razón para provocar ese endeudamiento? Obviamente Alvarado se ha equivocado en muchas cosas, porque, precisamente, gobernar un país depende de un ser humano y de un equipo conformado por humanos y donde hay personas... los errores también aparecen.

          Desgraciadamente nunca faltan los detractores, y desde tiempos inmemoriales ha existido. Son los mismos que llevaron a Nuestro Señor Jesucristo hasta el Calvario, porque criticaron y persiguieron su doctrina basada en el amor, la caridad y el perdón; y esos detractores nunca han desaparecido, han sobrevivido al paso de los siglos, de los milenios y Carlos Alvarado los tiene sobre su cabeza en cantidades "industriales." De tal manera que, "si hace algo bueno... lo critican; y si hace algo malo... peor para el buen ciudadano y presidente Alvarado Quesada." Pero él sabe comportarse igual a don Quijote cuando los perros salieron a su paso, al cabalgar por la región de La Mancha: "Déjalos que ladren, amigo Sancho; porque ladran precisamente porque cabalgamos." Dijo a su fiel escudero.

          Nuestro respeto don Carlos, desde esta publicación periodística; le agradecemos su empeño por defender las vidas de los costarricenses en estas épocas mortales del Covid-19. Otro mandatario, muy probablemente, hubiera hecho estupideces que nunca pasaron por su mente de gobernante joven y centrado. ¡Gracias!  


 Finalizó Misión de la OMS en

Wuhan, China

 

Los científicos que envió la ONU a este país asiático, han anunciado el término de su trabajo en la urbe donde apareció el coronavirus que ha infectado a gran parte de la humanidad y la ha diezmado, como nunca se había visto en la historia. El objetivo de dicho viaje y visita a Wuhan, era investigar e interpretar con precisión las causas del Covid-19 y en un principio tropezaron con la barrera política y policial que los chinos, siempre temerosos, les presentaron a quienes quisieron conocer la verdad de los hechos. Fueron varios intentos de parte de la ONU por ingresar a esta nación comunista, de grandes rascacielos y fantásticas autopistas elevadas, pero con el hambre en el estómago de su pueblo, que no tiene para vestirse, ni medicinas y mucho menos vidas cómodas y dignas. 

               Finalmente obtuvieron el permiso para entrar en China, tuvieron que soportar una larga espera en un hotel de Beijing y se les dijo que era a manera de "cuarentena", para asegurarse que ellos, quienes venían del extranjero, desde afuera, no portaran el coronavirus, cuando, en verdad, son los chinos quienes lo poseen adentro; pero así son las falacias de esas gentes, de esa raza acostumbrada desde que tenemos memoria, a mentir, tergiversar los hechos y engañar. No en balde es el país donde se practica la esclavitud, la trata de blancas, las jornadas laborales criminales que les son impuestas a los trabajadores, las desapariciones de las personas, la falta de libertades para actuar, caminar, escribir, hablar, viajar y muchas otras engorrosas situaciones, reñidas con la naturaleza normal del ser humano.

            Concretamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), adscrita a la ONU, llegó a la conclusión, después de haber investigado a consciencia el escenario donde apareció el Covid, que el virus "realmente es de origen animal; pero no empezó en el mercado de Wuhan", según se ha creído desde que apareció en China. Seguidamente, descarta la opción que sugería que fue en un laboratorio y con fines militares, donde fue creado dicho virus y luego fue diseminado para perjudicar a las naciones occidentales, que aventajan en todo a los chinos. De tal manera, "la OMS considera el paso del coronavirus de un animal al ser humano, a través de una tercera especie, como hipótesis más probable del origen del Covid y sugiere que no se originó en el mercado de Wuhan," así lo manifestó uno de los líderes de la misión de la ONU, durante una conferencia de prensa multitudinaria que se dio antes de abandonar a este país asiático, en el que estuvieron cuatro semanas en ardua labor para determinar dónde y por qué se dio este mortal virus.

            Peter Ben Embarek, cabeza de los expertos internacionales que viajaron a Wuhan, señaló que "aunque se ha encontrado nueva información, esta investigación no ha cambiado sustancialmente el dibujo de lo que se sabe sobre esta enfermedad, que ya ha contagiado a más de 100 millones de personas en todo el mundo." Dijo a los periodistas reunidos enfrente suyo. Agregó que los expertos trabajaron con varias hipótesis, desglosadas en las siguientes tesis: que apareció debido a la transmisión directa desde un animal, probablemente un murciélago; por vía indirecta, a través de una tercera especie; o el contagio se pudo haber dado también a partir de un virus en superficies congeladas; y finalmente la teoría que se barajó al llegar a China, de que  había escapado de un laboratorio, "la cual es extremadamente improbable, por lo que se descarta seguir esa línea de investigación," aseguró Ben Embarek.

            Quienes somos mortales comunes y corrientes, pero que estamos pendientes a diario de toda información que se desprenda del coronavirus, tenemos que aceptar las afirmaciones de la misión de la OMS, pues, en principio, responde a un grupo de científicos de altísimo nivel, conformados y enviados a ese país asiático, por las Naciones Unidas; de tal manera que las apreciaciones concedidas, después de la exhaustiva investigación en el terreno, no merecen ser puestas en tela de duda; aunque continúa en firme la creencia de que apareció en China y no en Italia, como han dicho reiteradamente los mismos chinos, causantes de este desaguisado.

             Una vez de regreso en Nueva York, sede de la ONU, los enviados presentarán un informe detallado de lo que observaron y analizaron, y será en el pleno de las sesiones de la ONU, cuando se dé a conocer ese documento al resto de las naciones que conforman a esta organización. Pero que el Covid-19 es "made in China"... lo es. Lo sentimos mucho queridos amarillitos, no se pudieron escapar de la verdad.

            Aparte de lo anterior, hay motivos para sentirnos complacidos y esperanzados por dos razones: 1. la vacunación sigue adelante en muchos países alrededor del orbe; y 2. se está dando un descenso en naciones como España, donde el coronavirus atacó con una fuerza indescriptible; lo mismo que en Italia y otros lugares de capital importancia. También ya se habla de reactivación de la economía, el regreso a escuelas y colegios y se puede palpar nuevamente la normalidad en varios aspectos. Ahora, las dos preguntas que nacen a partir de esos hechos es... ¿Querrán los chinos que la economía de los países libres, eche a andar de nuevo? Y ¿Cuál gobierno dará el primer paso para sancionar a los chinos por ser los causantes de tantos millones de muertos? Por lo pronto, aconsejamos aislar a China del contexto mundial  y negarle toda posibilidad en relación con los demás Estados. Ya es hora de ubicarlos donde realmente deben estar. Ya es hora de situarlos en su verdadera dimensión y no favorecer a la impunidad.


México y Argentina Mendigos

con Garrote

 

Quienes seguimos el derrotero internacional de las noticias, conocemos cabalmente cuáles son los sentimientos de los mexicanos y argentinos, con respecto a los Estados Unidos; y decir que se trata de una relación de "amor y odio" con los estadounidenses, sería pintar la imagen con bellos colores o utilizar un eufemismo que para nada define con presteza y precisión lo que esos dos países latinoamericanos (aunque los argentinos juran y recontra-juran que ellos no son americanos, sino europeos), profesan por todo lo que se refiera a la gran potencia del norte.

                Principalmente los políticos, quienes se hacen eco de las voces populares, practican con hipocresía el acercamiento y la presunta amistad con Washington, pero es por dos razones principales: 1. porque necesitan los dólares y los mercados "gringos", como peyorativamente les llaman; y 2. por una admiración que no pueden con ella, no la saben atenuar y mucho menos manejar, por todo lo que significan los Estados Unidos. Y es tanta esa admiración, que el gigantesco país del norte está lleno de inmigrados mexicanos y argentinos y, en el caso de los primeros, sobrepasan los 36 millones de ellos, quienes se benefician del modernismo y del trabajo que ofrecen en  Unión Americana y comienzan, por primera vez en sus vidas, a vivir como seres humanos, alejados de la miseria, los faltantes de toda clase y a conocer y saber lo que es el respeto en una nación regida por las leyes o el Estado de Derecho, algo que en México no es una broma siquiera.

             Los argentinos, por su parte, emigran a USA , en principio porque Europa presenta dos agravantes: los pasajes son extremadamente caros en las compañías aéreas y los idiomas de cada país son barreras infranqueables para individuos que están reñidos con aprender lenguas distintas, que no sean el acento del Río de la Plata, el cual consideran los mismos argentinos el "non plus ultra" de la existencia terrenal. Tampoco tienen mucha capacidad intelectual ni la voluntad mínima para sentarse en un salón de clase para aprender alemán, ruso, francés, etcétera. Lo que no nos explicamos es cómo, odiando tanto a una nación y a su idiosincrasia, osen y decidan irse a vivir dentro de sus fronteras. Lo usual, lo que corresponde, es que a todo lo odiado hay que poner distancia y gran distancia, por supuesto.

           Durante las distintas dictaduras que ha habido en Argentina, concretamente, se ha demostrado con toda claridad la animadversión hacia los estadounidenses; sino recordemos a la de Juan Domingo Perón, que cerró filas con las dictaduras de Hitler y Mussolini, con todos los agravantes y acontecimientos posteriores que conocemos a través de la enseñanza de la historia contemporánea. Los uruguayos, que son algo así como un caserío que pertenece a Buenos Aires, porque son la misma cosa que los argentinos, también critican, desplantan y ofenden a los estadounidenses, cada vez que pueden, pero les encantaría vivir en USA a cualquier precio y beneficiarse de la misma manera como lo hacen sus hermanos al otro lado de la frontera, en el Cono Sur.

          Los mexicanos, fundamentados en su ignorancia innata y perenne, son más expresivos con su odio y llaman a los "gringos" con calificativos más fuertes e insultantes; sino veamos:  "pinche gringo," "gringo cocómano" (por la cocaína que tanto se consume en la sociedad norteamericana), "gringa puta, concha de su madre", etcétera, etcétera. Pero cada vez que tienen oportunidad, cruzan la frontera porque el color y el olor de los dólares y el estilo de vida estadounidense, los seduce, los alucina, los embriaga y los hace soñar con parecerse a esas personas que tanto odian. Por supuesto que ese odio es insuflado en mexicanos y argentinos desde muy temprana edad, en las casas de habitación, escuelas, barriadas y de frontera a frontera y a lo largo de los tiempos.

         Con el coronavirus que los chinos crearon y han esparcido, una vez más argentinos y mexicanos, a nivel de gobiernos, han preferido las vacunas creadas por los chinos y los rusos, antes que las hechas en laboratorios occidentales. ¿Por qué? Para llevar la contraria a los Estados Unidos, sin importarles si "esas aguas teñidas" mal llamadas vacunas, compradas a Rusia y China, son de verdad, si sirven y si van a proteger la salud de ambos pueblos. No les importa. Lo que importa realmente es ir en contra de la corriente y tergiversar lo que la Casa Blanca señale y argumente. Pero ya veremos las consecuencias de esas compras y después de la aplicación a la ciudadanía. Es muy posible que el odio cobre su precio en estos dos ejemplos que hoy citamos aquí.

 

          Al final, lo que no pierden de vista ambos gobiernos, es el dinero que Washington les concede, ya sea a manera de regalías o con tratados comerciales ventajosos. Son los mismos "mendigos armados con garrotes", quienes, después de haber recibido los dólares, golpean al benefactor. Es la canallada en su máxima expresión y se ha dado desde la noche de los tiempos en esos dos países, en detrimento de los Estados Unidos. Triste de verdad.


¿Y si el Coronavirus no se va Nunca...?

 

Es una pregunta que muchos nos hacemos alrededor del mundo, no exentos de temor por todo lo que significa esta pandemia creada por los chinos, no sabemos si fue por accidente en el mercado de animales de Wuhan o en un laboratorio, con fines bélicos. Todavía está por dilucidarse la verdad sobre el tema, sobre este mortal caso. Lo cierto es que se está prolongando en el tiempo y, lo que es peor, están surgiendo nuevas cepas del virus en cualquier país de la Tierra, lo que dificulta la situación. 

           ¿Pero por qué temor? La pregunta se responde a sí misma, por la propia obviedad: porque cada día, cada fecha, mueren en las distintas naciones entre 1000 y 1500 personas; incluso, escuchamos las noticias sobre esas muertes por la radio o la televisión, y ya no nos sorprendemos. En otras naciones, según el mal ejemplo dado por Nicaragua, los autos improvisados siguen cargando cuerpos inertes envueltos en sábanas, de las personas que no pudieron ser salvadas en los hospitales y clínicas y van directamente hacia el hoyo que se les ha abierto sin ningún protocolo ni ceremonia solemne, en los cementerios más cercanos. Todo ello se presenta en las noches, después de las once, para que la población no entre en pánico, pero los ciudadanos atisban por las ventanas, asoman sus ojos para observar a los vehículos que corren raudos por las calles hacia los camposantos. Ese es el "regalo" mortal que la "extraordinaria" (nótense las comillas), China nos ha dejado en la segunda década del nuevo milenio.

            ¿Empero, qué sucederá con la humanidad si el covid-19 continúa vivo en nuestra realidad diaria, si no desaparece, si no amaina o no se va? Dichosamente los seres humanos tenemos algo que se llama "adaptación", sin importar cuán grande sea la circunstancia peligrosa o el riesgo, porque la persona tiende a adaptarse de manera definitiva. Si no lo hace, algo malo yace en ese individuo y habrá que estudiar la razón de su rechazo a la nueva situación general. En las épocas de las dos Guerras Mundiales, aunque parezca desajustado de nuestra parte recordarlo, las naciones en medio de ambas conflagraciones, se acostumbraron a los raids aéreos, a los bombardeos, al sonido de la fusilería, de las ametralladoras y al ulular de las sirenas que avisaban previamente que un grupo de aviones enemigos se acercaban a la ciudad para dejar caer sus cargas mortíferas sobre la población civil. Alemanes, ingleses, rusos y demás nacionalidades involucradas, se acostumbraron a aquel caos y lo más importante, derivado de ese caos, encontraron la manera de sobrevivir, de alimentar las esperanzas al superar el conflicto y el modo de renovar las vidas, tal y como la mayoría de los europeos, japoneses y demás nacionalidades involucradas, lo lograron al término de la gran matanza, en 1945. Sabemos, incluso, de pueblos que bailan una vez que las bombas han explotado cerca de sus casas, cuando los aviones se han marchado en el infinito, salen a las calles y danzan felices, dando gracias por la vida, por haberse salvado un día más de aquellos ataques.

            Si el coronavirus se queda, como se quedaron el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), el cáncer, la tuberculosis, el tifus y otras enfermedades, tendremos que adaptarnos a "la nueva realidad", portando nuestro alcohol en gel en botellitas más prácticas, convirtiéndonos en personas más aseadas, limpiando constantemente nuestro derredor, manteniendo siempre, siempre, siempre, las distancias con nuestros amigos o interlocutores ocasionales, asistiendo a clases en salones con mucho menor cantidad de alumnos y separados unos de otros, viendo los juegos por la televisión, lo mismo que los espectáculos musicales y portando siempre en nuestros rostros, la característica mascarilla que detiene a la saliva de quien nos habla en un momento dado o el virus que podría salir de su nariz, en caso de ser portador del Covid chino. A todo ello nos acostumbraremos, sino es que ya no lo estamos...

            Pero la mayor problemática lo representaría la economía, las ganancias monetarias de los negocios pequeños: restaurantes, fondas, bares, pubs, ¿y por qué no... los prostíbulos, los lupanares, donde el contacto físico es imprescindible entre quien da el servicio y quien lo adquiere por medio de la paga? Tendrían que idear nuevas modalidades, nuevos métodos que garanticen, primero la supervivencia de esos centros; y, después, que brinden ganancias económicas del mismo modo según sucedía antes de la llegada del virus chino a nuestros pueblos.

           Por encima de todo lo anterior, se hacen necesarios gobiernos regidos por presidentes o estadistas más sabios, más inteligentes, más comprensivos y más luchadores, con una fuerte dosis de valentía, algo así como lo que estamos viendo actualmente en los Estados Unidos, con la determinación y el humanismo con los cuales está actuando el nuevo presidente Joe Biden, a favor de los ciudadanos. Por supuesto que no se aceptarán charlatanes, politicastros o tiranos de la conformación psíquica de Donald Trump, Jair Bolsonaro, Benjamín Netanyahu, Pedro Sánchez, Nicolás Maduro, Díaz Canel o Daniel Ortega, sino hombres y mujeres de verdad, con gallardía, temple, inteligencia y dados a servir con entrega absoluta a sus respectivas naciones, porque esta pandemia no es un juego, sino un mal que se cobra vidas humanas con una facilidad asombrosa.

         Es muy posible que, en unos cinco años adelante, hablemos del Covid-19 de manufactura china, del mismo modo cuando nos referimos al SIDA; es decir, sabemos que ahí está, ahí se quedó, que es peligrosísimo porque es mortal, pero conocemos la forma de evitarlo y mantenernos alejados de ese mal. Talvez así suceda con el coronavirus, quizás... ¡Quién lo sabe!


 El Mayor Reto que Recuerde la Humanidad

 

La globalidad que comprende a la especie humana ha pasado -y sobrevivido- a crisis, problemáticas, peligros y demás coyunturas, a lo largo de su existencia, desde que el primer hombre apareció en la superficie de la Tierra. Unas más intensas y riesgosas que otras, pero siempre ha salido avante ante todas ellas. Ha resistido a esas pruebas con valentía, estoicismo y determinación impresionante, que ha provocado que el resto de la humanidad se ponga de pie y aplauda las gestas heroicas de quienes enfrentaron y vencieron al peligro que amenazaba con destruir al género humano.

           Recordemos las dos Guerras Mundiales, cataclismos de inconmensurable peligrosidad, causados inconsciente e irresponsablemente por gobernantes que no estaban en sus cabales o sentido común; la Era atómica, "la Guerra Fría", cuando las dos superpotencias de la época -recién ida-, estuvieron a un paso de causar la tercera conflagración, que hubiera significado el final de todo ser vivo en el planeta. Pero la inteligencia de rusos y norteamericanos prevaleció por encima de los odios y competencias sin sentido que se practicaban en aquellos tiempos. A lo anterior debemos sumarles plagas, invasiones de insectos que se comieron cosechas, causando hambrunas impresionantes; revoluciones armadas y sangrientas, como la Francesa y la bolchevique; terremotos, tsunamis y el estallido de plantas nucleares de manera accidental en Japón y Ucrania, que también pusieron al hombre al borde de la extinción irremediable. 

          Pero, entre los escombros de la destrucción, siempre han asomado las cabezas malheridas y asustadas, miles de personas que sobrevivieron a tales hechos de enorme envergadura y mortalidad y, con el paso de los años, han sembrado flores y creado bellos jardines, donde la desesperanza y el terror eran los únicas sinrazones que germinaban en los corazones y entendimiento de esos pobres y alienados seres. 

         En el caso concreto de las pandemias, ya hemos subrayado que la humanidad ha superado a las anteriores con el mismo valor, lucha y fortaleza que le caracteriza por naturaleza y complexión genética; pero esta creada por los chinos irracionales y desaseados, en la ciudad de Wuhan, es un caso distinto, totalmente diferente a todo lo que se haya visto en el pasado. Hemos observado la manera como, en naciones tan disímiles a las nuestras, sus habitantes caen fulminados por un virus invisible, que les ha restado la posibilidad de respirar y ha encogido sus pulmones hasta provocarles la muerte. Paralelamente, el instinto asesino de los chinos no ha permitido que científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), perteneciente a la ONU, ingrese a la urbe donde apareció por vez primera el coronavirus, para conocer en profundidad su estructura, su origen y la potencialidad implícita en el mismo germen. Los chinos no solo han contaminado con esa "plaga" a la humanidad entera, sino que siguen poniendo trabas para el combate efectivo del flagelo mortal. Esa es la naturaleza de esos políticos y pueblo de tez amarilla... nada productivos ni edificantes a favor de la gran familia humana, que somos todos quienes vivimos en este mundo.

            De tal manera, hemos visto que el virus ha mutado y se ha convertido en otras cepas todavía más resistentes a la anterior, parecido a una película de terror que nos causa miedo cuando la observamos en la televisión y que, al concluir, exclamamos tranquilizadoramente: "¡Gracias a Dios fue solo una película y no una horrenda realidad!" Pero en este caso del coronavirus, parece que la película se ha materializado en nuestra realidad diaria -justo lo que no queríamos-, y ahora debemos bregar por nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Y los chinos hicieron este virus tan mortífero, tan criminal, que las personas que felizmente son rescatadas de la muerte, quedan maltrechas en el funcionamiento de su metabolismo general, por el resto de sus vidas.

           Las evidencias, las experiencias sufridas en estos aciagos momentos, nos hacen afirmar que la humanidad nunca se había enfrentado a una prueba de tales dimensiones ni resistencia, es el mayor reto que el hombre recuerde en su caminar por la Tierra y quienes no hemos sido infectados con el covid chino, somos testigos de excepción y si resultamos supervivientes, lo narraremos incansablemente a las generaciones que vendrán detrás de nosotros, porque es un período que va más allá de lo épico en la existencia nuestra. Y las preguntas que surgen a raíz de lo vivido, son: ¿Irán los científicos a vencer al coronavirus? ¿Sabremos con precisión las causas de este mal, de dónde provino y por qué es tan resistente y mortal para las personas contagiadas? ¿Las vacunas hechas en los laboratorios serios de Occidente, serán eficaces para detenerlo? Y, en nuestro criterio, la más importante de todas esas interrogantes es: ¿El Covid-19 es de origen animal o fue creado en un laboratorio chino y usado de manera criminal contra el resto de la humanidad, con la finalidad de darle ventajas a los políticos comunistas de ese país asiático? Recordemos que en los casos del ébola y del SIDA, se rumora que tuvieron su origen en laboratorios militares, específicamente de la desaparecida Unión Soviética y de los Estados Unidos, de igual modo como crearon los gases mortales usados durante la Primera Guerra Mundial.

            Pero el reto está ahí afuera, en las calles de nuestras ciudades, parques, edificios, oficinas, escuelas y en todo lugar donde hayan personas en actividades diversas y nosotros estamos en medio de ese reto y solo atinamos a guardar las distancias sociales, cubrirnos las narices y bocas; y, aparte de ello, no atinamos a protegernos de otra manera y mucho menos a terminar con ese daño tan salvaje que los chinos han diseminado por el mundo. Nuestra realidad actual no es juego... es, por el contrario, de altísima peligrosidad. He ahí la exigencia que debemos enfrentar, combatir y vencer sin demora ni distracción.


 Patriotas de Pacotilla

 

Hay patriotismo y chauvinismo. Y debemos definirlos detalladamente a los dos para saber dónde estamos situados con respecto al país que decimos amar, por haber nacido ahí precisamente; y, después, dilucidar si sentimos en realidad ese amor que decimos entrañar por el suelo natal, que es otra variable del mismo tema y talvez, la más importante de todas.

            Comencemos por el más común de los dos... el chauvinismo. Es el más practicado, el más difundido entre los pueblos, especialmente en América Latina, donde va de la mano con el analfabetismo o la escasísima instrucción escolar e intelectual. Suele confundirse con el patriotismo real, el que es de verdad; y, en aras de su existencia, se cometen errores a diario, incluyendo el asesinato debido a las discusiones que genera  un chauvinista contra otro.  Para que se nos entienda mejor, el mexicano es el chauvinista por excelencia, porque, entre otras cosas, dice que México es el mejor país del mundo, lo reafirma, lo grita, dispara su revólver al aire, amenaza a quienes estén a su alrededor -aún más si son extranjeros-, pero no explica porqué es el mejor, pues ni él mismo lo sabe y tampoco porque no conoce a otra nación más allá de las fronteras mexicanas. Todo lo que se da y produce en México es lo mejor para él: sus mujeres, su música, sus costumbres, sus ciudades, sus animales, sus cultivos, etcétera. Y lo malo no lo menciona siquiera, le da pena y cuando alguien se lo dice, simplemente emprende la huida, se marcha porque tiene miedo que lo hagan "aterrizar" y lo empujen a ver los hondos problemas que tiene ese país, que está muy lejano, por supuesto, de ser el mejor. No compite siquiera con territorios que se le asemejan, como lo pueden ser los centroamericanos, más pequeños y con menos población.

               El chauvinista es tan ciego, tan fanático con el país donde nació, que temas como la explosión demográfica, que en América es un problema de los más peliagudos que hay, lo ve como una ventaja, una realidad positiva; lo mismo hacen con el narcotráfico. En el caso primero, los mexicanos se sienten orgullosos porque su Capital es una de las más habitadas del planeta y la ponen en competencia con megalópolis de Brasil, Japón y los Estados Unidos; pero en México esa enorme cantidad de personas, en verdad, son sinónimo de hambre, desempleo, delincuencia, analfabetismo y subdesarrollo del más intrincado que se pueda ver y conocer. En lo que estriba al narcotráfico, los mexicanos se sienten también arrogantes y aducen que sus personajes metidos en el submundo de la droga, "son mejores" que los colombianos; incluso, han hecho series de televisión en las que aparecen ambas nacionalidades y ponen en clara competencia al "chapo" Guzmán con Pablo Escobar Gaviria y el primero es más astuto, más temible, más mortal y más adinerado, que el segundo. La estupidez en su grado máximo, decimos nosotros. Ese es el chauvinismo. Algo muy común en las gentes latinoamericanas principalmente, algo que se dificulta encontrar en Europa, Canadá, Estados Unidos y en la misma África, pues es un lío absoluto del subcontinente americano.

             El peruano lo siente, lo mismo que el venezolano, el nicaragüense, el costarricense, el colombiano, el uruguayo y en el argentino aparece en su peor dimensión, pues se considera el mejor individuo de planeta: el más inteligente, el más elegante, el más guapo, el más alto, el más culto, el que mejor juega al futbol, al tenis, el que mejor canta y baila, etcétera, etcétera, etcétera. Una pedantería que es mejor dejar de lado y marcharnos por donde vinimos para no caer en ese estúpido re-juego, que se repite una y mil veces más.

           Por el contrario, el patriotismo es un sentimiento excelso, muy elevado, grandioso y sublime, que lo practican aquellos pueblos que han defendido con honor y sangre la libertad de sus respectivas naciones. Por ejemplo, el ruso (en ese momento se llamaba soviético), durante la invasión de las tropas de Hitler. ¡Ese sí fue patriotismo en su máxima expresión! O los franceses que se sublevaron contra la clase aristocrática que estaba expoliando a los ciudadanos comunes y decidieron cambiar aquel ingrato estado de las cosas, por medio de la Revolución Francesa, que acabó con los privilegios de los individuos de "sangre azul." El patriotismo, entonces, va apegado al valor, a las grandes determinaciones de las personas y al amor auténtico y genuino por la patria, sin perder de vista lo que está malo y por ello, lo quiere corregir, pues anhela a un país mejor, donde se beneficien todos sin distinción. En síntesis: el chauvisnismo es fantasioso, tiene su asidero en la ignorancia y la violencia; y el patriotismo es amor genuino por la tierra donde nacimos.

           Hoy en día, los estadios de futbol están llenos de chauvinistas, capaces de asesinar a quienes hablen mal de sus tierras natales; pero no dudan un instante en robar del fisco del Estado, todo el dinero que puedan, desde la función pública. Desgraciadamente, la actualidad de América Latina nos presenta ese fenómeno negativo, que se confunde fácilmente con el patriotismo real; y lo que abunda es el patriota de pacotilla, que nace y crece igual a la hierba de los pantanos y ciénagas, siempre tan pueril y maloliente.


 Levantas Cualquier Piedra y te Aparece un Corrupto

 

Nos equivocamos. No podemos negar, con un alto grado de vergüenza, que nos equivocamos de "pe a pa" o de la "A a la Z", cuando afirmamos delante de un telenoticiero, que estábamos muy contentos porque los viejos políticos, o habían envejecido y retirado por causas naturales o las mismas leyes del país los habían desplazado hasta sus casas de habitación, porque sus posibilidades políticas estaban agotadas o "los nichos" donde ellos podían meterse, se les habían cerrado o esfumado. Y nos sentíamos exultantes incluso, porque esos politicastros que aparecieron en Costa Rica después de la llamada "segunda república", posterior a la revolución de 1948, hicieron siempre lo que les vino en gana con la Institucionalidad que ellos crearon y delinearon a su entera conveniencia y beneficio posterior. De igual manera algo semejante hicieron con las leyes desde la Asamblea Legislativa; es decir, cada vez que las aprobaban, era para protegerse bajo "el alero" que habían creado. Así se mantuvieron desde décadas trasanteriores y llegaron al descaro de decir que "hemos hecho carrera política" o "pertenecemos a la clase política", porque se dieron el lujo de definir, sociológicamente, otra clase social, además de la alta, media y baja, con el nombre de "clase política," a la cual ellos pertenecían por un presunto "derecho propio."

             Desde luego que, mientras ellos usurpaban cargo tras cargo en el seno del poder (pues brincaban de un ministerio a otro, supieran o no administrar lo que se les había encomendado), procedían a robar, estafar, desviar fondos, crear cuentas fantasmas, a protegerse entre ellos mismos de posibles intervenciones policiales en su contra. Paulatinamente, fueron apoderándose de los bienes del Estado, robándolos, para describirlo sin ningún eufemismo de nuestra parte. Sacaron los gérmenes de la corrupción que estaban adormecidos dentro de ellos e hicieron de los actos corruptos, una manera de vivir, tan común, tan "normal y natural" que robar era "un derecho adquirido" solo porque ellos mismos así lo decidieron. Ulteriormente, los cuerpos policiales e investigativos, se hacían los indiferentes, los que no sabían nada de los altísimos grados de corrupción que se estaban dando. Pecaban por omisión, por no detener la barbarie, el saqueo del Estado. Y lo hacían casi todos, desde el Presidente de la República, hasta el más humilde conserje de un ministerio.

               Ante tal panorámica o escenario (como dicen ahora cansina y ridículamente), la corrupción se tornó una práctica "muy familiar", un hecho que debería hacerse por lo que fuera y donde fuere, porque era algo así como una segunda piel del político, especialmente de aquellos que subieron a los distintos gobiernos en los años 70, 80 y 90. Y en nuestra posición como periodistas y ciudadanos del común, supimos de inmediato que contra esos personajillos era imposible luchar, porque, entre otras razones, nadie nos apoyaría, de quienes ejercieran puestos policiales o judiciales, y no tendríamos oportunidad alguna de ganar nuestros alegatos o querellas contra ellos. Habían delineado con tan perfección el tinglado gubernamental, el andamiaje en el cual se posaban una y otra vez (esto es... en cuanto Gabinete ministerial se formaba), que se habían convertido, consecuentemente, en seres inexpugnables, invencibles y protegidos por leyes flexibles, llenas de "portillos" por donde se escaparían en caso de denuncias judiciales. Por eso nos alegramos cada vez que uno de esos politicastros viejos se metían en sus viviendas para pasar sus últimos años y disfrutar de sus pensiones millonarias, que fue la última estafa que planearon y ejecutaron contra el fisco Estatal.

               Sin embargo, la alegría no nos duró mucho, porque los nuevos politiquillos costarricenses que emergieron del Partido Acción Ciudadana (PAC), hoy en el poder; de Liberación Nacional (PLN) y la Unidad Socialcristiana (PUSC), aprendieron rápidamente la práctica de usurpar los bienes del Estado; esto es... robar, defraudar, aprovecharse del buen corazón del pueblo que los eligió y enriquecerse con base en la corrupción sórdida, flagrante y desvergonzada. De tal modo que, si levantas una piedra en cualquier camino o río de Costa Rica, puedes estar seguro de que encontrarás, debajo de ella, a un corrupto. Abundan, pululan como mariposillas que anuncian la llegada del invierno, iguales a gérmenes que matan poco a poco las estructuras del Estado; y lo que es más deprimente estriba en escuchar a uno de ellos, quien ha defendido las políticas financieras para acabar con el déficit Estatal, hace tan solo escasos meses, y ahora está de acuerdo en subirse el salario -que sobrepasa los millones de colones mensuales-, aún sabiendo que se está en medio de la pandemia china, que muchos conciudadanos no tienen qué comer y se han quedado sin sus trabajos. Y nos referimos específicamente a la ex ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, quien fue una crítica mordaz, persistente y perseverante del gasto público e hizo llamados reiterativos para que se implantaran políticas de ahorro; pero ahora, en plenas muertes causadas por el coronavirus chino y del empobrecimiento súbito del grosor del pueblo, clama por un aumento a su exagerado y abultado salario. Quiere decir que, debajo de esa piel de supuesta "salvadora" de la economía nacional, subsistía una oportunista más, al estilo de aquellos sátrapas de las décadas pasadas. Y de igual manera, tanto hoy como ayer, nos sentimos impotentes porque las leyes no nos defienden y los controles gubernamentales son tal permisivos y permeables, que tampoco son capaces de garantizar el despido, el castigo y la cárcel de esos corruptos que no dejan de aparecer en la política costarricense. La impotencia que sentimos corre paralela a la corrupción de esos politicastros y ello nos duele en el alma.


 Todos contra Biden

 

Cuando se acerca el momento histórico del cambio de gobierno en los Estados Unidos, varios líderes mundiales, decididamente enemigos de los norteamericanos y todo lo que ellos representen, han anunciado que darán problemas, no más al inicio, al nuevo mandatario, Joe Biden. Es que no tienen otra cosa por hacer, sus cabezas reducidas no los surten de ideas que vayan a beneficiar a sus respectivos países y solo se les ocurre incomodar al nuevo presidente. El odio contra los Estados Unidos es tanto, que ya no saben qué inventar... Esa es la triste realidad.

            Por ejemplo, desde América Central, propiamente en Honduras, ha partido otra caravana de inmigrantes, a pie, rumbo a la frontera México/estadounidense y han convocado por las redes sociales a otros ciudadanos de El Salvador y Guatemala, para encontrarse en un punto determinado del último país y de ahí partir en tropel hasta el objetivo soñado... la Unión Americana. Toda una prueba para Biden en sus primeros días en la Casa Blanca.

          Desde Israel, el dictador Benjamín Netanyahu ha anunciado que, ahora que su gran aliado y monigote al cual manejaba a placer, Donald Trump, dejará el poder, invadirá las pocas tierras que les han dejado a los palestinos, para construir más asentamientos de colonos judíos y así ir desplazando a  los verdaderos dueños de esas tierras, hacia la nada. Un robo, una usurpación, una invasión y una felonía que los judíos venidos desde todas partes del mundo, comenzaron en 1948, bajo el pretexto inconcebible de "la tierra prometida" que parece en el Antiguo Testamento de la Biblia, una falacia que los viejos hebreos crearon para eso precisamente... para apropiarse de las tierras que nunca les han pertenecido. Bien decía Adolf Hitler, el tirano dictador de Alemania, que "si lanzamos en paracaídas a once judíos en Noruega, al cabo de pocos meses se apoderarán de toda esa nación." Y esta será la prueba más fuerte que enfrentará la diplomacia de Biden, pues el conflicto israelí/palestino es intrincado, sumamente difícil y sin aparente solución hasta el momento.

          En cuanto a "la herencia internacional" que el desgobierno Trump le deja a Biden, estará la incomprensión con Irán, el tratado nuclear que firmó Obama y que Donald Trump, a instancias de Israel, desechó violenta y bruscamente, para satisfacer las ansias de destrucción que tienen los israelitas contra el Estado iraní. Biden tendrá que diseñar un nuevo tratado en ese sentido, someterlo al juicio de los iraníes y suscribirlo para que, finalmente, haya paz en el polvorín que suele ser Oriente Próximo, más aún para aplacar y erradicar  la seudo-política incendiaria practicada por el mismo Trump en esa región.

         Para continuar con la secuencia de amenazas contra la nueva administración de los demócratas, el dictador de Corea del Norte, "cara de niño" Kim Jon-un, anunció a los medios de prensa que tiene en su poder un nuevo misil, especial para ataques submarinos; es decir, en esa nación comunista no hay comida en los hogares de los ciudadanos, pero hay misiles hasta en las tiendas de abarrotes. Se trata de un caso abierto y sorprendente de amor por la muerte y la destrucción, de parte del esquizoide dictadorzuelo coreano.

          Al repasar las amenazas que se escuchan y leen desde todos los rincones del planeta, deducimos que el nuevo Secretario de Estado norteamericano -que, ojalá, no sea nuevamente la criminal Hillary Clinton-,  tendrá un trabajo inmisericorde en los cuatro puntos cardinales, en los dos hemisferios y las latitudes que componen a la Tierra. Será un trabajo extraordinario el que deberá solventar parte por parte y, principalmente, "desminar" el escenario internacional que Mike Pompeo le ha dejado a Joe Biden con su política terrorista y sembrada de odios, como nunca se había visto en los anales de la historia de los Estados Unidos.

         Por lo anterior, la nueva administración deberá reinsertar a los estadounidenses en aquellas organizaciones de las que fueron sacados por Donald Trump y, en el caso específico de las relaciones con Europa, el acercamiento deberá producirse sin dilación, una vez que Biden ocupe la Oficina Oval, previa desinfección del sillón y del escritorio donde Trump comía sus Big-Mac mañana, tarde y noche, acompañados con la infaltable Coca-Cola, aparte de los gases que dejaba escapar el gordo presidente saliente de la nación. Algo parecido le sucedió al sucesor de Bill Clinton, quien utilizaba a ese despacho para follarse a las pasantes, muchas ocasiones de pie, ahí, junto a su buró y a plena luz del día. Es posible que hallaran cantidades ingentes de preservativos usados por el depravado Mr. Clinton, el esposo de la Hillary.

          Retomando el tema, lo que nos queda por atestiguar cuando Biden asuma el gobierno, será muy interesante, entre otras cosas porque será una prueba de grandes quilates a su destreza, a la de su Secretario de Estado y embajadores; pero que el mundo, los Estados Unidos y la humanidad entera tendrá paz... la tendremos. En ello no nos cabe ni la menor duda.


 Donald Trump y el Zoológico Estadounidense

 

En el amplísimo espectro que ha sido la presidencia de los Estados Unidos, desde su primer mandatario, George Washington, hasta el último, Mr. Donald Trump, hemos visto casi de todo, las más diversas personalidades, unas ejemplares y otras no tanto. Y decimos "casi de todo", porque en este mundo tan cambiante y sorprendente, no podemos afirmar que lo hemos visto absolutamente todo, cuando hemos recorrido varios años de nuestra vida, porque siempre se presenta lo inesperado, el imponderable, a veces muy cerca o dentro de nuestras propias experiencias.

            Donald Trump es ese seudo-político que muchos estadounidenses no vieron en su verdadera naturaleza, creyeron que iba a ser la opción positiva y cambiante a los dos gobiernos consecutivos de Barack Obama, pero de edificante y positiva no tuvo absolutamente nada. De hecho, ha sido el peor mandatario de los Estados Unidos, una aseveración que hacemos después de haber examinado detenidamente a los últimos presidentes a través del Siglo XX y lo que lleva transcurrido el XXI. Su impericia la dejó observar en la misma campaña contra Hillary Clinton -la candidata que no debió ser, pero que, por insistencia de ella misma, los demócratas tuvieron que soportar y ver cómo la derrotaban posteriormente-, cuando sus palabras eran todo, menos discursivas y un político sin oratoria se asemeja a una tortuga sin caparazón. Trump es un empresario de bienes raíces y dueño del concurso de Miss Universo, por su afición incontrolada hacia los cuerpos femeninos, pero de político no tiene absolutamente nada y tampoco aprendió sobre ese "oficio" en su paso por la Casa Blanca, en estos últimos cuatro años.

             Quien ejerza la política, más aún en un país tan grande y diverso como los Estados Unidos, debe ser un guía en el buen sentido de la palabra, un conductor positivo de su pueblo, una luz en el horizonte que lo haga amistoso con la paz, la armonía mundial y la cooperación con las demás naciones, en las empresas buenas que beneficien a la humanidad; pero Donald Trump fue todo lo contrario y ninguno de los asesores se lo pudo decir, porque el presidente saliente solo habla él y no deja expresarse a nadie más a su alrededor. Su personalidad es demoledora, aplastante, humillante y destructiva, específicamente con aquellos que se han aventurado a rodearle en diversos trances de sus existencias. Cuatro años más al frente del país, hubieran significado, muy posiblemente, guerras devastadoras en los que se hubiese visto inmerso el ejército norteamericano, en las zonas más inhóspitas del planeta, como Oriente Próximo o América del Sur. Cualquier catástrofe era esperable, al partir de la personalidad de este individuo.

           Al final de su mandato, deja una estela de destrucción moral en muchas personas que fueron asesoras suyas -excepto en su yerno judío Jared Kushner, el manipulador entre telones por excelencia y en su hija Ivanka, quien es muy parecida a su padre en su fuero interno-, en líderes mundiales con quienes Trump se enemistó gratuitamente y en enemigos políticos declarados en las tiendas del Partido Demócrata. En resumen, si Jimmy Carter fue una desgracia para los demócratas durante su cuatrienio en el gobierno de Washington, y ocasionó que este movimiento tuviera que reinventarse para ganar unas elecciones después de tres administraciones consecutivas de Reagan y Bush padre, Donald Trump ha significado lo mismo para los republicanos, quienes todavía no asimilan que un fenómeno de esas dimensiones y envergadura, haya usado su plataforma proselitista para alcanzar la presidencia del país y posteriormente hiciera el desastre que hemos observado. Por tal razón, los republicanos tienen que "desembarazarse" de tal aborto del infierno, llamado Donald Trump, antes de que destruya lo poco y bueno que ha quedado en el interior de ese partido de masas.

          Con el asalto al Congreso de parte de miles de energúmenos desorientados que siguen a Trump, quedó expuesto el verdadero caudal "humano" que simpatiza con los argumentos y la figura de Trump; es decir, la basura humanoide escondida de esos delincuentes, es la que sigue al mandatario saliente, un verdadero ejército de pelafustanes y marginados que creen en la fuerza, la sangre, el asesinato, el racismo y en un mundo en caos: pederastas, cocainómanos, esquizofrénicos, paranoicos, miembros del ku-klux-klan y del nazismo en su grado más abyecto. Y lo que son las paradojas de la vida... muchos de ellos irrumpieron en el Congreso, supuestamente para defender a "la pureza del sufragio" que debería darse en toda democracia, pero llevaban camisetas y tatuajes en los que se notó la profesión de odio y el compromiso con las dictaduras criminales. Donald Trump incitó al ataque a la sede del congreso y, de inmediato, salieron de las cloacas aquellos que nunca esperábamos ver a plena luz del día, con sus rostros descubiertos y su violencia desbordada. 

          ¡Adiós Trump! ¡No vuelva nunca más, por el bien de la especie humana! Lo que suceda con usted, a partir del momento cuando abandone la Casa Blanca, será la secuela de sus desmanes y virulenta arrogancia.


 De Vacunas Chinas y Rusas

 

Esas grandes dictaduras -conste que no he dicho "grandes potencias", que es otro concepto muy distinto, porque considerar a la China roja y a la Rusia actual de esa manera, es un equívoco enorme-, que compiten de cualquier manera con las naciones libres, democráticas y super-desarrolladas,  suelen dejar la honestidad y el buen juicio y emplean el cinismo por doquier. Vaya un ejemplo: los rusos y chinos han estado apurados por desarrollar sus vacunas contra la pandemia del coronavirus provocado por China precisamente, no con la finalidad de curar a los millones de contagiados alrededor del mundo, sino para demostrar a Occidente que ellos son más... más rápidos, más eficaces, más inteligentes, más resueltos, más desarrollados, más modernos, más, más, más, aunque ambas vacunas no sirvan para nada, absolutamente nada. 

              Otro ángulo de esta figura lo representan los países libres, en los casos de Argentina y Brasil, en el cono sur latinoamericano, que se han ido de bruces y han comprado ambos "medicamentos" -nótense las comillas-, a sabiendas de que, en el caso de la vacuna rusa apenas está en la segunda etapa de su experimentación; y la china, como todo lo que se hace en ese país asiático, es una porquería a no dudar ni un mínimo. Los argentinos ya están comprobando que la famosa "Sputnik V" -los rusos a todo le ponen ese nombre, pues no se olvidan de los cacharros de satélites que enviaron en las décadas de los 50, 60 y 70 al espacio sideral-, los hace sufrir males peores que el covid-19, una vez que han sido inyectadas en los ciudadanos, quienes, sin saberlo o sin querer escucharlo previamente, están siendo utilizados de "conejillos de indias" en el momento justo cuando les aplican el líquido absurdo que los rusos llaman vacuna anti-coronavirus. Una vez cuando caigan fulminados cierto número de argentinos, nos daremos cuenta de la nula eficacia de dicha inyección. Porque esos trances se tendrán que dar tarde o temprano, al meterle a los cuerpos humanos sustancias que apenas están en fase de experimentación y no garantizan absolutamente ninguna seguridad.

                En otro estado de las cosas, parece que varios gobiernos de naciones democráticas y libres, han negociado con casas farmacéuticas que actúan como intermediarias y han adquirido las vacunas elaboradas en los Estados Unidos/Alemania (Pfizer/BioNTech), Moderna y otras más. Es decir, las vacunas, sin importar las marcas y los laboratorios que las han creado, vienen en un solo bloque que esas empresas intermediarias ofrecen y se las compran sin recelo. Esto significa que, en cualquier momento, a alguna capa de la población le corresponderá vacunarse con aquellas hechas en China y Rusia, porque los primeros vacunados lograron las  creadas en Occidente. Los políticos y trabajadores de la salud que así lo explicaron por un error primario y de cálculo, ahora permanecen callados; pero es menester que el ciudadano pregunte, antes de que le pinchen en el brazo, dónde fue hecha la vacuna que le van a aplicar y si le contestan que "no estamos autorizados para informarlo", "no lo sabemos" o "son chinas o rusas", es mejor que no procedan a vacunarse, que se arrollen las mangas de sus camisas y se devuelvan por donde vinieron y a cuidarse en sus casas, del mismo modo como se han estado cuidando del mortal virus chino. Porque es mejor no arriesgar las vidas con sustancias peligrosas y desconocidas, que "ponerse al borde del precipicio", al lado de la delgada línea que separa a la vida de la muerte.

                Es un hecho comprobado que los rusos y chinos todo lo que construyen, además de que son pésimas copias de lo que se edifica o crea en Occidente, lo elaboran para competir políticamente, y no quedarse rezagados con respecto a lo que ellos llaman "mundo capitalista." Pero no les importa la calidad de sus productos, ni el tiempo que se deba destinar a los experimentos, si se trata de fármacos, mucho menos si realmente sirven para combatir al covid chino. Por esos motivos, gentes de países del tercer mundo subdesarrollado, en los ejemplos de Pakistán, Tailandia e India, están rechazando de plano a la vacuna de manufactura china y prefieren combatir al virus con sus propias artes y medios, que poner sus existencias en altísimo riesgo. China comunista ha estado vendiendo esos seudo-medicamentos -que más bien parecen pócimas de brujos medievales-, a aquellos gobiernos que ellos consideran altamente vulnerables e influenciables, debido a la pobreza que exhiben en la realidad diaria; es decir, la política y el expansionismo ideológico, en momentos cuando han muerto millones de personas por causa del coronavirus creado en Wuhan, y otros millones más están severamente enfermos. Pero así es la mentalidad criminal de esas dictaduras, que ven en los seres humanos objetos simples y nunca son capaces de conceder el valor genuino que esencialmente tienen.

                Por todo lo anterior... ¡No a los líquidos teñidos, mal llamados vacunas, exportadas por Rusia y China; no a la mentira, al engaño y al posible asesinato después del "pinchonazo" en nuestros brazos! Tenemos el derecho de elegir lo mejor para nuestros cuerpos, porque somos seres libres, nacidos en libertad y desarrollados con la misma libertad. 


 Nuestros Anhelos en el 2021

 

Debemos comenzar por decir que no estamos de acuerdo con ese nuevo concepto que han dado por llamar "nueva normalidad", porque, simplemente, no estamos habituados a tal situación. Y, por el contrario, queremos que nos devuelvan la vida que seguíamos y vivíamos antes de que los chinos infectaran al mundo con este virus mortal que ha causado la muerte de millones... ¡Sí, millones de personas alrededor de la Tierra!

             Para el próximo año queremos regresar a nuestras oficinas a pie, en bicicleta, en autobús o en nuestro auto particular; ya estamos cansados, agobiados profundamente, de la comunicación virtual y no tener conversaciones "face to face" con nuestros compañeros y familiares. Es muy caro el precio que estamos pagando, solo por pertenecer al mismo planeta en el que viven esos "monos sin cola y de color amarillo" que son los chinos, al otro lado del globo terráqueo. Por supuesto que nuestro anhelo es caro, pero es el mismo de toda la humanidad y se fundamenta en que el 2021 sea un año seguro, placentero, agradable y sin el peligro mortal que flota en el aire en cada país o está impregnado en nuestras ropas y superficies de los muebles, llamado Covid-19.

           Son cosas sencillas las que anhelamos y exigimos ver a las señoras de compras, con sus niños, en los supermercados, cada día, confiadas y con seguridad, sin mascarillas y sin prisas; que la reactivación económica, a nivel global, se produzca con efectividad y eficacia y los hondos problemas económico-sociales que están viviendo millones de seres humanos, quienes se han quedado sin trabajos y por consiguiente sin dinero, sean solucionados definitivamente y sus preocupaciones se alejen en el confín de quienes no tienen memoria. Deseamos tomar un avión por negocios o vacaciones; citarnos con una chica en determinado café o restaurante para charlar de esas cosas triviales que solo interesan a dos y a nadie más; anhelamos ver las aceras de París, New York, Los Angeles, Ciudad de Guatemala, Santiago de Chile, El Cairo, Nueva Delhi, Tokio, Pretoria o Londres, pletóricas de gentes que van y vienen, que entran a las tiendas y compran cualquier objeto que no pudieron obtener esta Navidad recién ida y comunicarse sana y abiertamente con los vendedores o con sus parientes más cercanos. Todo ello nos lo han arrebatado los chinos, ese pueblo sin alma, regido por el sistema criminal del maoísmo y atrapado por un ejército al que le importa un comino si vives o mueres. Y ahora, en este 2021, queremos que nos lo devuelvan. Porque estamos hastiados del miedo, del dolor, de saber que conocidos nuestros han sido asesinados por el coronavirus y forman parte de las tétricas y dantescas estadísticas que vemos constantemente por los receptores de la televisión, cifras que hielan la sangre y crispan la piel, porque cada fecha son más y más abultadas. 

            ¡Ya basta de que los chinos estén decidiendo sobre nuestras existencias, si vivimos o morimos, solo porque a ellos se les ocurrió infestar al planeta con sus porquerías, con su covid y sus dietas para paliar las hambrunas a las que se ven sometidos por culpa del partido comunista que los oprime! Y es que son tan distintos a nosotros los occidentales, tanto en lo físico, como en lo mental, cultural, espiritual y en su manera de conceptuar la vida. ¡Nada nos hace coincidir... ni el aire que respiran siquiera! Son tan distintos, que parecen seres de otras galaxias, que comparten nuestro mundo y no sabemos por qué razón. Y por ello y otras razones más, abjuramos a esa raza, a esa nacionalidad, con todas nuestras fuerzas y con el mayor desprecio, principalmente porque sobre sus consciencias -si es que las tienen-, tienen que estar los millones de muertos (o asesinados), por causa de la pandemia que ellos crearon.

           Aparte de lo anterior, la pregunta que surgirá cuando las vacunas nos hayan inmunizado contra esa porquería que los chinos diseminaron, es: ¿Qué clase de ser humano aparecerá, espiritualmente hablando, una vez que la salud sea ama y señora de todo lo que existe, nos rodea y nos es inherente? Y, precisamente en este tema en particular, anhelamos también que aparezca un hombre humanizado, solidario, vocacional con el amor, la fraternidad, el entendimiento y alejado de dictaduras criminales como la rusa, la venezolana, china, cubana, nicaragüense y norcoreana y, lo más importante... supeditado en el combate del mal con mayor entereza, decisión, bravura y ansias de enseñorear a la bondad sobre la faz de la Tierra. No tenemos opción. Porque el bien, la hermandad, la ayuda solidaria con nuestros semejantes y la búsqueda de caminos plenos de luz, deberán prevalecer por encima de cualquier otra premisa. 

          Anhelamos lo mejor para usted, aquella, aquel, ese, esa, nosotros, ellos y todos, porque nos hemos dado cuenta cabal de que la maldad no le hace bien a nadie y la destrucción que lleva implícita, no podrá ser nunca la respuesta a ningún requerimiento social ni material tampoco.

          ¡Feliz 2021! Porque creemos en la felicidad y en un mañana promisorio. 


 Una Navidad diferente, un sentimiento global más decidido

 

Esta Navidad del 2020 ya tiene un sitio en la historia y dentro de unas décadas más adelante, se hablará de ella en los colegios y cátedras universitarias, igual a un festejo distinto a cualquier otro. La diferencia la han marcado los hospitales llenos de enfermos con el covid-19, creado en China, en la ciudad de Wuhan y esparcido por todo el planeta con mortal y criminal intención; así mismo, han marcado la diferencia los cementerios donde se han enterrado personas humildes, normales, millonarios, ex presidentes y personajes que nunca creyeron que la muerte les iba a llegar de esa manera tan repentina, inesperada y fulminante.

              El año que se marcha ha sido particularmente macabro, como entresacado de una horrenda película, de esas que pasan por la televisión después de las 11 de cada noche. Los automóviles de carga pasando veloces por el centro de las ciudades de cualquier país del mundo, llevando en sus adentros cadáveres sacados rápidamente de las morgues de los hospitales, para enterrarlos en cementerios sin mucho protocolo, por individuos cubiertos con atuendos blancos y mascarillas en sus rostros. Un escenario dantesco de muerte, incertidumbre y terror, eso es lo que hemos visto en el transcurso del 2020.

            Y al llegar el mes doceavo, la situación pandémica no ha cambiado casi nada, más bien se ha intensificado la fuerza del coronavirus chino y ha hecho que los cadáveres surjan de los hospitales, en una reiteración de las escenas que hemos descrito anteriormente. Hay quienes luchan por salvar "la magia" o el espíritu navideño, aunque tengan que estar enclaustrados en sus casas de habitación y alejados de familiares que no desean viajar por temor al virus diseminado y contagiado de persona a persona. Y la pregunta que todos nos hacemos es, ¿Cuándo terminará esta desgracia que los chinos nos han enviado, desde lo más profundo de ese horrendo país asiático, sin libertades y con hambrunas que han hecho que sus habitantes coman cualquier cosa que camine, se arrastre o vuele? Ciertamente, la vacuna de Pfizer nos ha llenado de esperanza a los más optimistas y creemos que será el principio del fin del coronavirus. Tenemos la fe de que, con la vacunación masiva, los casos de infectados irán desapareciendo poco a poco. Es posible que ese sea el regalo que Dios tiene para la humanidad entera, en esta Navidad diferente.

            Dichosamente el ser humano es inteligente y ante la maldad de algunos, surge en el acto, la inteligencia de muchos para combatir a los primeros; esto quiere decir que los alemanes han investigado y creado la vacuna anti-covid y han estado distribuyendo junto a la farmacéutica transnacional Pfizer; sin la inteligencia de ese pueblo tan culto y trabajador, la maldad de los chinos estaría prácticamente indomable y causando mayores males alrededor de la Tierra, que es lo que los gobernantes de ese sucio y inmoral país siempre han querido: destruir a occidente para ejercer ellos el dominio mundial. Es por eso que nuestra fe está intacta y vemos en el horizonte el triunfo sobre el virus mortal. Quizás a mitad del próximo 2021, hayamos regresado a la normalidad de antes, a la producción hoy detenida y a la creatividad natural de la humanidad, disminuida en estos últimos meses, como todos sabemos y hemos experimentado. Los chinos verán su maldad reducida a nada, por la inteligencia y los buenos corazones de los pueblos libres, que se impondrán con determinación una vez más contra el mal.

           Esta Navidad será diferente, especialmente en la Europa cristiana y creyente en el Ser Supremo; pero, en cada hogar, se hará patente aquello de que "la Navidad es el nacimiento del Niño Jesús en el corazón de cada uno de nosotros" y por ello, será una celebración más íntima, más personal, mayormente callada y en comunicación directa -como nunca-, con nuestro Creador, el Dios Todopoderoso, Padre de todos los hombres y mujeres que habitamos en este planeta. Y, espiritualmente, el ser humano se impondrá una vez más contra el ateísmo de los chinos, la arrogancia y la perversidad que les caracteriza.

         Es verdad que esta será una celebración diferente, pero servirá, sin duda, para salir más fortalecidos, con mayor fe, determinación y con un sentimiento global de la humanidad, más decidido para acabar con este mal que nos ha cambiado las vidas por completo y ello ocurrirá en el próximo 2021. Estamos seguros de que así será y venceremos a quienes han querido hacernos daño flagrante, evidente y premeditado.


 "LA PIEL DE COCODRILO" DE LOS POLÍTICOS

 

Una de las peores acusaciones -con fundamento o sin él-, se da cuando una mujer acude a la Corte Suprema de Justicia y acusa a determinado hombre por haber abusado de ella sexualmente. En nuestra sociedad, tan permisiva en casi todo lo inmoral-, este tema del ultraje a la mujer tiene una fuerza inusitada, sin embargo. 

             Una acusación de ese calibre podría ocasionar en un hombre realmente decente, pero señalado equivocadamente o con otro objetivo premeditado e inescrupuloso, un severo trauma espiritual y psicológico que le podría afectar muchísimo. Porque, precisamente, los hombres buenos poseen consciencia de que tienen espíritu, sentimientos y sensibilidad, talvez con mayor calidad que gran cantidad de mujeres que andan por ahí...

             En una figura pública, una circunstancia semejante, le ocasionaría serios reveses traducidos en la pérdida de la credibilidad, de algún puesto de importancia que tuviere dentro de su partido o del gobierno de turno y, con toda seguridad, el desplome de la carrera suya y la reclusión en una cárcel o en su casa de habitación, en la espera de que todo se olvide. Según hemos afirmado en las líneas de arriba... es una acusación que lleva implícita una carga detonante de altísimo poder, capaz de destruir todo lo que se haya fijado como objetivo humano.

            El movimiento pro-mujer, Me Too, en ese sentido, ha alcanzado extraordinarios logros que han venido a sentar jurisprudencia mundial y ha "decapitado" políticamente a varios abusadores que se han propasado con ellas, algo con lo que siempre estaremos de acuerdo y en el hecho de que la mujer universal se defienda y ponga en su sitio a esos enfermos sexuales que pierden la noción de los límites y la caballerosidad, entre otras cosas. Sin embargo, en el amplísimo espectro de las leyes, en la esencia del Derecho y de todo aquello que gravite a su alrededor, se han dado situaciones que tiran por la borda las decisiones valientes de las féminas. Por ejemplo, cabe "comprar" la voluntad de las acusadoras con dinero contante y sonante, para que retiren las denuncias en los juzgados y no se siente precedente contra los abusadores. Y ellas lo aceptan por varias razones: porque los procesos son muy largos y onerosos, porque los abogados acusadores cobran honorarios extraordinariamente caros, porque el desgaste mental y espiritual es devastador en la parte acusadora y porque el acusado está dispuesto siempre a defenderse con "garras y dientes" para no quedar implicado en un caso de tal magnitud, de abuso sexual. Si es por esos motivos que ellas retiran las acusaciones de los tribunales, se puede comprender perfectamente y aceptar. Y podemos decirles, "sí, usted tuvo razón... es desgastante una querella de ese tipo o cualquier otra querella." Es engorroso, desmoralizante y llega a tal extremo, que le resta salud y juventud a los protagonistas.

              Pero, si la parte acusadora ha llegado a un arreglo extrajudicial con el implicado directo, y ha mediado solamente el dinero en la decisión que la mujer abusada ha tomado para levantar la acusación, la panorámica cambia y se presta para todo tipo de conjeturas, recriminaciones y decepciones profundas, de parte del gran público que ha seguido las informaciones por la prensa. Y, nótese que una acusación de este talante es tan dañina que, por más que pague el acusado a su víctima para que quite la querella, siempre quedará "manchado", y quienes le siguen admirando... le aplicarán "el perjuicio de la duda" en este aspecto específico. Y es en este punto donde afirmamos que los políticos tienen "piel de cocodrilo", porque ninguna de estas incidencias tienden a echarlos para atrás y renunciar a todos los beneficios obtenidos mediante la política. Si no tuviera esa condición, "esa piel", entonces no sería político y en la guerra abierta o silenciosa que suele darse en el tablero en el que se mueven las fichas de la política, hace mucho habría quedado destrozado ese individuo con las primeras intrigas, acusaciones y malas artes practicadas por sus enemigos declarados y ocultos.

                Es por eso que nos preguntamos, cuando hemos visto a un político que ha sido acusado de "abusador sexual" por un séquito impresionante de mujeres que una vez trabajaron con él en asuntos de periodismo y otros menesteres... ¿Cómo es posible que todavía esté dando la cara a su pueblo, si todos sabemos que es un degenerado sexual y a nadie le cabe la menor duda de que es un fulano con dichos defectos, que son horrendos defectos? Pero ahí está el político que desprecia al ser femenino, al ser humano que hay en cada mujer y la reduce solo a un órgano sexual al que hay que tomar así, de cualquier manera y cuando se le ocurra y donde se le apetezca, con permiso de ella o sin él.

               Ante tal descaro, solo nos gustaría que las leyes tuvieran algún mecanismo para sentar a esos enfermos sexuales ante los jueces, por más que las acusadoras hayan levantado sus querellas; pero los espectros que ahí residen, saben escapar utilizando cientos de argucias, "portillos", ventanucos abiertos y nos quedamos con la frustración, porque no se hará justicia como lo anhelamos con toda el alma.


 NI DE DERECHAS, NI IZQUIERDAS O IDEOLOGÍA ALGUNA

 

En nuestra época han llegado al poder, en distintos países, algunos personajes que son de mitología barata o de fábula mal estructurada y pésimamente mal contada. Son individuos que se aprovechan del tinglado de determinado movimiento político, se introducen en su esencia con base en el dinero que poseen y alcanzan la máxima magistratura en una nación.

         Pero de esa acción, al hecho de que pertenecen a ese partido, hay un abismo de distancia y una infinita diferencia. Concretamente, afirmar que Donald Trump es republicano es tan torcido y tan distanciado de la realidad, como la conquista del planeta Júpiter. Donald Trump no tiene ideología, no sabe qué es eso, no sabe nada de política y mucho menos sabe de gobernar para un conglomerado cuantioso de ciudadanos, tal y como es el pueblo estadounidense. Si buscáramos una definición de lo que es Trump, lo más cercano que le podríamos endilgar es... "empresario de espectáculos (por el Concurso de Miss Universo), o corredor de bienes raíces" y punto. Fuera de eso, Donald Trump es un completo acéfalo e ignorante de lo que es el arte de la política. Menos va a saber quiénes fueron Aristóteles y Platón en la Grecia clásica, dos eruditos, padres del arte de gobernar y de la política como sendero que conduce al Estado.

         En Brasil, Jair Bolsonaro; y en Venezuela, Nicolás Maduro, son otros exponentes de lo que precisamente no es un político que ha llegado a la presidencia (o dictadura en el caso del venezolano), por esos azares del destino o porque la ambición los empujó a ello. 

         Y es que "el no político" se nota desde que trata de hacer discurso, justamente porque no tiene capacidad discursiva. Es la primera acusatoria de su aberrada personalidad. Donald Trump, a lo largo de cuatro años, no articuló ninguna expresión brillante, no conmovió a las masas, no convenció a nadie y, por el contrario, defraudó y decepcionó a casi todos. Bolsonaro, el militarote brasileño, amante de las dictaduras, es parecido a Trump, por eso hicieron tan buenas "migas" cuando se toparon en el camino, porque, entre otros aspectos, ambos creen que las cosas se deben hacer a la fuerza, porque, en principio, la armonía, el convencimiento por medio de la dialéctica o la llegada a acuerdos, son bagatelas que se quedan precisamente para los que sí son políticos de carrera o por vocación.

          Donald Trump ha sido toda su vida un playboy al estilo estadounidense, siempre rodeado de bellas mujeres, quienes lo han seguido gracias al dinero que presuntamente tiene (aunque muchos aseguran que está en la quiebra financiera); Jair Bolsonaro salió de su vida particular, en la que estaba retirado del ejército brasileño y las circunstancias -lo que ahora llaman cansinamente "los escenarios"-, le favorecieron, después de que la anterior presidenta, Dilma Rousseff, y su colega y compañero en la izquierda del país, Lula Da Silva, fueron hallados culpables de la más sórdida corrupción en el seno del gobierno; pero, antes de eso, Bolsonaro sabía tanto de política, como un cerdo de teoría cuántica. En lo que atañe a Nicolás Maduro, era un chofer de autobús citadino; es decir, daba vueltas y vueltas a la periferia de Caracas, transportando pasajeros y todavía, a pesar del tiempo que lleva en la conducción del país (pésima conducción, por cierto), se le nota que es el mismo conductor de ómnibus. Y, si analizamos sus acciones y alcances mediante la política, notamos inmediata e inevitablemente que es un fraude del tamaño del Lago de Maracaibo. 

         A estos individuos les va y le viene la ideología, las corrientes de pensamiento que discurren dentro de un partido de masas; no saben -ni les preocupa no saber-, acerca del socialismo, el capitalismo, la plutocracia, las derechas e izquierdas (el fascismo y el comunismo)... ¡Nada, no les interesa absolutamente nada! Porque, justamente, no son políticos, sino ambiciosos empujados fuertemente por esas mismas ambiciones por alcanzar el poder. Talvez la definición psicótica de "megalómanos", es lo que mejor se les puede endilgar, porque  siempre están deseosos de estar bajo los focos de la prensa, de aparecer en el telediario de cada día (valga la redundancia), y que hablen de ellos porque necesitan darse esas ínfulas de "personajes extraordinarios." Pero el resultado que obtienen es el mismo que ha alcanzado Donald Trump: la derrota inevitable en las urnas, la no reelección, el desprecio de las personas centradas e inteligentes y un sitio en la historia dentro de los más indecorosos que pueden existir. Lo mismo para los otros dos ejemplos de los que nos hemos valido... Bolsonaro y Maduro.

           Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán, los describió muy bien y los llamó "los hombres del nuevo milenio", quienes se preguntan: "¿Qué es eso de estrellas, de ideales, de ilusión? Miran hacia el cielo y vuelven a mirar y solo atinan a parpadear." Lo mejor que podría suceder con esos sujetos, en consecuencia, es que no causen graves daños mientras están dentro de la usurpación del poder. Solo eso... o que causen el daño mínimo y que sea fácil de remediar por parte de quienes les sucedan en los gobiernos.


 LAS MENTIRAS DEL PRESIDENTE

 

El mentiroso, antes de soltar la palabrería con la que pretende engañar, presupone que la persona que le escucha tiene un talento inferior al suyo, que es crédula por naturaleza, ingenua o aceptará sus falsedades de buenas a primeras. Y una característica del mentiroso radica en que no tiene edad, ni sexo, ni condición social, ni raza específica, porque cualquier ser humano se puede agarrar de la mentira, para conseguir sus objetivos por mínimos que estos sean. Y la mentira va más allá, nunca se queda en un mínimo o en un máximo, porque siempre está en constante evolución e intensidad y el mentiroso congénito llega al momento cuando ya no puede vivir sin aplicar ese desorden moral en el que sale a la vida diariamente y actúa en consecuencia.

           Cuando afirmamos que los mentirosos no tienen edad, ni sexo, ni raza, pensamos en uno de los mentirosos más grandes que tiene Costa Rica, la añeja democracia de América Central:  su presidente de la República, Carlos Alvarado, quien, con toda claridad, es un soberbio engañista con sus argumentos vacíos de moral, honestidad y por supuesto... sin franqueza. A lo largo de su gestión -pésima gestión gubernamental-, ha utilizado la mentira para salir de ciertos "atascos" dialécticos o circunstancias difíciles, de las que hubiera salido usando la verdad, la razón y la sinceridad; pero su naturaleza lo hace mentir una y otra vez más.

          Concretamente, ante las revueltas callejeras, que fueron apaciguadas con los garrotazos y gases lacrimógenos provenidos del contingente de policías antimotines, Carlos Alvarado aseguró que no iba a negociar el préstamo supra-millonario en dólares que pensaba pedir al Fondo Monetario Internacional; y fue tan falso en lo que dijo, que invitó a conformar "mesas de diálogo" para que le dieran opciones, consejos y sugerencias para salir de la profunda crisis financiera en la que está inmersa Costa Rica. Y por ese motivo vimos en la sede del Estadio Nacional, ubicado en la Capital, San José, a decenas de personas, todas ellas "auto-sugestionadas" de que nacieron en este país para sacarlo de cualquier eventualidad negativa y que son poseedoras de "dones divinos y humanos" naturales para esos menesteres. Se trató de los típicos "bombetas" o "metidos", como se les llama en otras latitudes y que siempre aparecen donde ellos creen que son importantísimos, imprescindibles y necesarios. Pero, en este caso particular, demostraron su "inteligencia global" (que dicho sea de paso es escasa por lo visto), porque no se percataron, ni en mínimo grado, de que estaban siendo usados por el presidente Alvarado para que hicieran creer al pueblo llano y golpeado por la miseria, que se estaba buscando un camino distinto a una eventual negociación con la banca internacional. En otras palabras, "les estaban tomando el pelo a plena luz del día" y nunca se dieron cuenta de ello, porque lo que estaba tramando el presidente de los costarricenses, era darle tiempo al tiempo para que el clamor y el enojo de los ciudadanos se tranquilizaran, para retomar su deseo de negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que siempre ha sido el fin supremo y determinante de Alvarado. Él -y quienes le manipulan en las sombras-, no conocen otro mecanismo que endeudar más y más al pueblo, con base en empréstitos, y de los cuales una enorme cantidad va a manos que siempre están ocultas y nunca dan sus rostros a la prensa y mucho menos a la opinión pública.

          El vulgar plan de Carlos Alvarado y su grupo en la penumbra, consistió en decirle a los periodistas (prioritariamente), y después al pueblo, que se habían tomado algunas sugerencias emanadas de los "grupos de diálogo nacional" y que servirían para negociar con el FMI. ¡Pero la finalidad de esas llamadas "mesas", sus reuniones y existencia como tales, era para no negociar con el FMI por ningún motivo! Supuestamente para ese fin fueron conformadas. Pero no contamos nunca, no nos acordamos nunca, de que Alvarado es un mentiroso compulsivo y jamás dejó de lado sus intenciones ocultas, de ir a la sede del FMI, a mendigar más dinero... millones que deberán pagar los costarricenses sencillos con el sudor de sus trabajos y las preocupaciones que les depara el desempleo por el que atraviesa gran cantidad de personas en estos instantes, por causa del coronavirus llegado desde China.

            Sin tanto discurrir ni meditar sobre lo anterior, Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, aplicó aquello que dice: "la mentira necesita de muchas mentiras más para sostenerse; mientras que la verdad se sostiene sola." Mintió, mintió y mintió en este y en muchos otros temas más y ha demostrado, al fin y al cabo, que la mentira no es exclusividad de una clase social, una raza, un credo o una edad específica en las personas y puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar; pero su objetivo siempre será el mismo: hacer daño y Alvarado le está haciendo daño al votante que lo llevó al poder y a todo el pueblo para el que, supuestamente, él gobierna.


 EL MEJOR REGALO POR NAVIDAD

 

Sin ninguna duda el mejor obsequio que nos podrían dar en esta Navidad del 2020, el año más extraño que hayamos vivido en la Era moderna, será la vacuna contra el covid-19 que los chinos crearon y difundieron por todo el planeta, un tema del que haremos un paréntesis para aclarar un punto particular, en las líneas sucesivas.

             El anuncio hecho por la famosísima farmacéutica Pfizer, de que ya tiene el antídoto contra el veneno dispersado por los chinos y que han dado por llamar coronavirus, nos ha llenado de esperanza a millones de personas en los sitios más disímiles del mundo y estamos ansiosos, a la espera, para que se le dé el visto bueno para ser distribuido. Empero, el problema del covid-19 chino sigue latente, está en el aire y no debemos bajar la guardia, según insisten los epidemiólogos y los conocedores de este tipo de virus; y mientras nos cuidamos, esperamos con optimismo que comiencen las vacunaciones en millones de seres humanos que amamos la vida.

         El paréntesis obligado que debemos hacer en este comentario editorial, es precisamente hacia la China comunista, país donde, indudable e indiscutiblemente, apareció el coronavirus, en la ciudad de Wuhan, en un mercado multitudinario, donde tienen animales encerrados en jaulas de todo tipo, y de ahí partió para el resto del mundo. Pues los chinos, especialistas en mentir a lo largo de los años, de las décadas y de los siglos, están difundiendo la falsa noticia de que el coronavirus no apareció en su territorio, sino que fue en Europa, propiamente en Italia. El descaro, la falta de moral, de principios, de honestidad y primordialmente de la verdad, han rebasado la aceptación, la tolerancia y el perdón que les hemos concedido a los chinos, desde que causaron este daño mundial que ha matado a miles de personas. ¡Los chinos son los culpables! De eso no quepa la menor duda. Y no conformes con ello, enviaron a personas contagiadas a Europa para que diseminaran, premeditadamente, al virus mortal, específicamente a Alemania, país hacia el cual los chinos sienten una animadversión única, debido a que los alemanes les superan en  los campos tecnológico y social y con esa mujer oriental que llegó a Munich, claramente contagiada, y salió de esa ciudad alemana a la mañana siguiente, demostraron su perversidad los líderes comunistas atrincherados en Beijing. Algo parecido hicieron en Madrid, España, y en Milán, Italia. El plan, evidentemente, era el de causar el caos, la muerte y frenar el avance tecnológico de los europeos. Esa fue la jugada sucia utilizada por los chinos, como muchas otras que han estado empleando en el pasado lejano y reciente.

         No les basta cuando mienten al decir reiteradamente que ellos inventaron esto, aquello y lo otro y al resto de la humanidad nos deja en una posición de analfabetas, incultos, incapaces y buenos para nada. Desde muy niños escuchamos decir a los chinos que crearon la pólvora, la imprenta (dejando a Gutenberg como un pelmazo y un plagiador), y la comida italiana, que, según los amarillentos chinos, Marco Polo, en uno de sus tantos viajes exploratorios al lejano oriente, la descubrió en las cocinas chinas, robó las recetas y las llevó a Italia. De tal manera, el spaguetti, la lasagna y otras delicias culinarias típicamente italianas, son creación china y de nadie más. Conclusión: "todos los italianos son unos plagiadores también." Pero la única verdad que es indiscutible en los chinos, es la pésima tecnología que tienen, son constructores de paupérrimos artefactos en todos los campos -copiando a occidente en los diseños-, que se rompen a los pocos días de su uso. Es decir, comprar un producto chino es arriesgarse a perder el dinero de manera absurda.

           Aclarado lo anterior, retomamos el tema de las vacunas que laboratorios de los Estados Unidos y Europa han creado en beneficio de la humanidad, lo cual, según escribimos al principio, será un maravilloso regalo para la salud global y en el combate contra lo único "resistente" que han hecho los chinos: la pandemia del coronavirus, que es lo único que ha superado, con resistencia asombrosa, a todos los esfuerzos de los occidentales por erradicarla de nuestras vidas. Lamentablemente, las naciones poderosas (Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y Rusia, entre otras), no han formado un frente común sólido, férreo, inquebrantable y decidido, para sentar a los chinos responsables de este virus, en el banquillo de los acusados o sancionarlos económicamente y con el aislamiento, según se merecen, indudablemente. Donald Trump los señaló siempre con su dedo acusador, pero no intentó siquiera congregar más fuerzas para castigar a la China comunista. Fue solo una voz "en el desierto" y todo lo que decía o hacía Trump, perdía legitimidad y valor, desgraciadamente.

             En estos momentos particulares, tenemos una razón fuerte para estar felices, porque la vacuna anti-covid chino, ya existe. Una gratísíma noticia rumbo a la Navidad.


 MARADONA Y LAS PASIONES DESBORDADAS

 

Algún día, un antropólogo, un sociólogo, un genetista, un psiquiatra o un psicólogo, se dará a la tarea de analizar, investigar y concluir la naturaleza y las reacciones espontáneas del pueblo argentino. Siempre nos ha llamado la atención el alto grado "de voltaje" que le imprimen a la vida, individual y colectivamente; es decir, son explosivos, gritan, gesticulan, se salen de sus casillas con rapidez y con el mismo furor, regresan a un estado "contemplativo" si se quiere.  Habrá quienes me expliquen que es por el legado genético que proviene de los italianos; pero, si observamos a los italianos con un poco de detenimiento, nos parecen comedidos, sosegados y cultos, en comparación con quienes, presuntamente, son sus descendientes en América... los argentinos. 

               De lo que sí estamos seguros es que, en el caso de que le imprimieran la misma pasión y entusiasmo al progreso en todos los órdenes, Argentina sería una potencia de primerísimo nivel, en especial con ese ardor que desatan cada vez que sus equipos de futbol participan en las competiciones nacionales e internacionales. Pero los argentinos parece que no se comprometen con la productividad, ni salir del subdesarrollo congénito que siempre los ha caracterizado y toda esa energía superlativa y exacerbada, solo se la dedican al balompié y a otras actividades, como la misma política, porque suelen perseguir a sus enemigos hasta más allá de la muerte, sino recordemos que a Eva Perón (considerada por su pueblo, una "santa"), le cortaron una mano en el féretro donde fue depositada después de su muerte. Los argentinos, en tal caso, son rencorosos y no olvidan aunque el objetivo de su odio haya muerto físicamente.

                El fallecimiento del futbolista Diego Armando Maradona demuestra una vez más lo que aquí estamos afirmando: las pasiones desbordadas de los argentinos que se introducen de lleno en lo ridículo y causan sorpresa en todos los demás pueblos del mundo. Por tal razón, la pregunta que surge es, ¿Merecía Maradona tanto furor, tanto exaltamiento, tantas lágrimas y tanto dolor espiritual? Incluso nos atrevemos a decir que, cuando fallezca el actual Papa Francisco I, no arrastrará a tantos seguidores apasionados, según lo ha hecho Maradona con su deceso. Eso lo juramos con el brazo en alto, sin presumir de clarividentes. Simplemente porque el argentino es así: rinde tributo a quien no debe, a quien no ha hecho méritos y olvida a quienes debería exaltar o poner en alto relieve.

            Y es que Maradona fue un crisol de emociones, desafíos, retos, malos ejemplos y polémica mundial, ahí donde se posara, ya fuera en una cancha de futbol o en un plató de televisión para ser entrevistado. Su hablar, en los últimos años, mostraba los estragos que había hecho la cocaína en su cerebro: se le escuchaba lento, con la mirada perdida en un punto fijo y de movimientos predecibles, ante el desconsuelo de quienes lo observábamos detenidamente; pero los argentinos siempre le perdonaron ese "desliz" con la droga y le achacaron las culpas a "las malas compañías" y no dentro de Argentina, sino en Europa, principalmente en Nápoles, Italia, una de las cunas de la mafia italiana. Pero el verdadero culpable de su sedente estado, fue el mismo Maradona y nadie más, porque la persona decide lo que quiere para su vida, mediante el discernimiento entre la moral y los peligros que entraña lo ilícito.

           En cuando a su personalidad, si le quitamos el balón a Diego Armando, queda muy poco para referirnos a él, porque sus aportes a la sociedad, hasta donde sabemos, fueron muy escasos. No se habla del amigo de los pobres, del que creó empresas con el dinero ganado en el futbol, para crear fuentes de empleo para sus compatriotas pobres, ni se puede resaltar el simple hecho de que alguna vez le diera una moneda en alguna calle, a un menesteroso. Y citar donaciones suyas a las ciencias médicas, a hospicios de huérfanos o internados con drogadictos, sería perder el tiempo. Él vivió solo para él mismo, para sus constantes arrebatos, para criticar acremente a quienes él quisiera tirar de sus pedestales y para hacer un circo donde estuviere, sin importarle el qué dirán de los periodistas o del público que lo veía en esos tristes momentos. Era capaz de hacer el ridículo donde fuera, porque la deformación en su crianza y alguna parte de su cerebro, vacío de cultura, respeto por los demás y de intelecto, por mínimo que fuera, le hacía caer en situaciones realmente embarazosas. Aún así, es idolatrado por el pueblo  argentino, justamente porque son gentes que necesitan siempre de un punto de referencia para manifestarse en medio del fanatismo más aberrado y elevar hasta la categoría de dioses paganos a esos personajes de su idiosincrasia. Tales los casos de Carlos Gardel, Eva Perón, el cantante popular Sandro y ahora Diego Maradona. 

              Un pueblo digno de ser estudiado en profundidad, porque no se parece a otro en el globo terráqueo, dueño de la hipérbole existencial y de los desafueros que caen en el histrionismo.


CUANDO LA MORAL SE OLVIDA PREMEDITADAMENTE, PODEMOS ENJUICIAR AL ENEMIGO

 

Se cumplen en la actualidad 75 años de la finalización del proceso judicial más importante en la historia del hombre; es decir, desde que el ser humano apareció en la faz de la Tierra, nunca antes se había realizado un acontecimiento de tal magnitud para sentar jurisprudencia o aplicar la justicia.

              Lamentablemente le correspondió a Alemania el papel de "país primerizo" en esta clase de juicios, que después se irían implementando en el devenir de la humanidad desde 1945/46, fechas de inicio y final del proceso de Nürenberg. Y decimos "lamentablemente", porque se trataba de la nación de los grandes filósofos, los escritores gigantescos, músicos clásicos, genios de la medicina, la industria, la ciencia, los premios Nóveles y de los grandes inventos... un país considerado la "nueva Grecia Clásica" en pleno Siglo XX. Pero así suele suceder con los pueblos que tienen un altísimo perfil, porque son admirados tanto por las personas extranjeras cultas y las incultas y dentro de esa marea de admiradores, van personas muy valiosas y los criminales también. Es lo que sucede con los inmigrantes actualmente: en esas riadas de personas que llegan a Europa desde Siria, Afganistán e Irak, van los sabios, los preparados profesional e intelectualmente y los terroristas así mismo.

            Es por ese altísimo perfil que siempre ha tenido Alemania desde su fundación como país unificado (tras la unión de Prusia y Baviera), que el austríaco Adolf Hitler, un hombre profundamente frustrado e influenciado por las corrientes ideológicas de los albores del Siglo, especialmente con el racismo antisemítico y el poder de la raza aria, vio en Alemania el país de acogida para llegar, establecerse, adquirir la nacionalidad y hacer tangibles sus sueños y luchas. Hay que subrayar, entonces, que se trataba de un extranjero, por más que él mismo dijera que Austria y Alemania deberían ser un solo Estado, partido en dos por esos azares extraños del destino. Adolf Hitler era un extraño en una nación extraña, ejerciendo un poder que no le pertenecía ni le competía ejercer. Y llegó hasta más allá de lo que suelen llegar los líderes, los dictadores en este caso particular: a la destrucción absoluta de Alemania, como nunca lo imaginó su pueblo jamás. Y fue tal el grado de destrucción que, si lo vemos apenas superficialmente, tendremos que concluir que el pueblo alemán solo sobrevivió a su desaparición, porque se trata de personas fuertes, cultas, extraordinariamente inteligentes y principalmente... fuertes. Otro pueblo hubiera desaparecido, como hemos afirmado, o transformado, según le sucedió a los romanos, egipcios, babilonios y griegos, quienes, al ver sus imperios en decadencia total, se transformaron en italianos, iraquíes, árabes/egipcios y en los griegos actuales, quienes no tienen ni un ápice parecidos a aquellos del clasicismo que todos admiramos. Pero los alemanes continuaron siendo los alemanes, talvez mucho más fuertes debido al esfuerzo de la reconstrucción nacional y a la experiencia traumática sufrida.

           Retornando al Proceso de Nürenberg, el acusado Herman Goering, ex Mariscal del Reich. ex ministro de la Aviación y segundo después de Hitler en el mando, dijo con toda precisión: "esta es la 'justicia' de los vencedores sobre los vencidos," una verdad que comenzó quitándole peso y legitimidad al juicio. Sin embargo, el quid del asunto no es ese propiamente, sino que se presenta cuando  surge esta interrogante: ¿Tenían moral los Aliados para sentar a los alemanes derrotados en el banquillo de los acusados y ahorcarlos al cabo del acontecimiento judicial? Un breve repaso por cada uno de esos gobiernos vencedores en la guerra, nos lleva a las matanzas cometidas por los británicos en Oriente Próximo (desaparecieron a naciones enteras en los casos de Persia y Babilonia), en el África negra, junto a los franceses; los Estados Unidos con su racismo siempre manifiesto y a "plena luz del día", con su reciente esclavitud apenas emancipada; o la Unión Soviética, con la matanza de la familia Real Romanov (los Zares), sin la aplicación previa de la justicia y las purgas sangrientas, ineludiblemente genocidas, cometidas por Josef Stalin, o la matanza en los bosques de Katyn, Polonia, cuando ajusticiaron a 7 mil oficiales polacos y los enterraron en medio de la densa arboleda. Por eso los jueces y fiscales soviéticos, presentes en Nürenberg en condición de acusadores, se revolvieron una y otra vez, llenos de ira y preocupación, cuando se les tocaron esos puntos neurálgicos de su inhumanidad, de su criminalidad. A lo anterior debemos agregarle que las tropas vencedoras entraron a territorio alemán, violando a las mujeres en números impresionantes que se cuentan por millones y esos actos de barbarie, que nos recordaron a las cohortes romanas tomando sus botines en la antigüedad, los aplicaron, no solo los soviéticos, sino los aliados occidentales también, en menor número, pero lo hicieron y existen los registros de tal monstruosidad. 

               Es por ello que reiteramos nuestro titular de este editorial: "cuando la moral se olvida en forma premeditada, podremos enjuiciar a quienes nosotros creamos pertinente." Y eso mismo se hizo recordar en el salón del juicio en el Palacio de Justicia de Nürenberg y se les dijo en las propios rostros a los Aliados y soviéticos. Sin embargo, así es el ser humano, quien olvida sus lacras personales (o nacionales), y arremete en contra de quienes cree que es "justo" acusar y castigar.


 CARLOS ALVARADO: EL REY DEL BLA-BLA-BLA

 

Es posible que el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, esté llevando a cabo un plan que muy pocos hemos sospechado que sea un ardid: darle largas al tema del préstamo que piensa pedir al Fondo Monetario Internacional (FMI), una petitoria que hará cuando él crea que el pueblo costarricense está descuidado, relajado y no le hará manifestaciones ni bloqueos en las calles y carreteras del país. Pero que continúa con la idea... continúa. Nunca la ha dejado de lado y la ejecutará cuando note que el panorama interno está en paz y tranquilo.

            Mientras tanto, ha convocado a unas mesas de diálogo con varios sectores de la vida y producción nacional y no sabemos con cuál finalidad ha realizado esta citación y ahí vemos a gran cantidad de personas conversando, horas y horas, todos los días, sin llegar a nada concreto. ¿De qué hablan? ¿Qué persiguen? ¿Cuál es el objetivo? ¿Qué han logrado hasta el momento? No lo sabemos y tampoco se informa nada al respecto. Los voceros de la Casa de Gobierno no aparecen por ningún lado, no aclaran lo que acontece y tampoco envían comunicados de prensa a ningún medio informativo. Esas circunstancias nos dan mala espina, nos hacen sospechar que esas personas, arrastradas hasta allí por la demagogia del gobierno central, a sabiendas de que al costarricense le gusta "estar reunido" donde sea, cuando sea y con quien sea, porque eso lo hace sentirse importante, sirven únicamente para retrasar el golpe final que será:.. la firma con el Fondo Monetario Internacional, para el nuevo empréstito que le será solicitado y cuyo pago recargará en las espaldas del ciudadano común.

           De hecho, mientras esa personas están cómodamente sentaditas, con sus aires de importancia y con su fatuidad sin sentido, el presidente Alvarado ha venido aumentando los impuestos en los servicios públicos (agua, luz, telefonía, internet, etc.), y los alimentos de consumo básico y diario. Pero tiene, en el estadio nacional, en uno de sus recintos, "atrapados ahí", a los agitadores que podrían encender las revueltas en las calles si estuvieran ociosos. Es decir, Alvarado, aconsejado no sabemos por cuál Maquiavelo, está aplicando a los costarricenses el viejo método que se le impone a los adolescentes problemáticos, para alejarlos precisamente de los problemas mundanos y de la drogadicción: se les da una ocupación determinada para que tengan sus mentes ocupadas y no anden causando daños a nadie ni a sí mismos. Los ciudadanos están sentaditos ahí, muy modositos, en el estadio que los chinos comunistas construyeron y regalaron al ex presidente Oscar Arias, para comprar su voluntad y acallar su mala consciencia, mientras Alvarado cuece lo que le apetece cocer.. 

          Y es que el presidente de Costa Rica, no sabe hacer otra cosa que echar mano, despiadadamente, a los impuestos, a las cargas económicas sobre un pueblo golpeado por el desempleo, la quiebra de sus negocios, los despidos laborales, el coronavirus inventado y difundido por los chinos y la pobreza que va en aumento. La otra idea que no ha dejado de revolotear por la reducida mente de Alvarado, es la de firmar ese préstamo con el FMI y sabemos que lo hará, porque es un individuo de "ideas fijas" tozudo, terco, persistente en sus caprichos, aunque éstos le atraigan serios problemas.

          Para ser un político sin experiencia valedera, Carlos Alvarado es un demagogo sorprendente, porque se vale de las artimañas que hemos detallado y es en este punto cuando pensamos que debe haber alguien, con mayor "colmillo," que le está mal aconsejando para que ponga en funcionamiento esos engaños que desembocarán inevitablemente en el empréstito internacional. Pero el mandatario no ha tomado en consideración que, "ante un demagogo como lo es él... en la calle andan sueltos decenas de ellos y con mayores y mejores subterfugios y engaños." El incendiario Célimo Guido es uno de ellos, un fulano extractado de lo más sencillo del costarricense y con un resentimiento personal y social, que en las calles se torna muy peligroso, pues azuza a las masas y las lanza hacia la violencia contra el orden establecido. Es por esta razón que en los próximos días veremos más levantamientos en las vías públicas, más bloqueos y guerra abierta contra la policía. El gobierno ha sido el propulsor de esa desconfianza, de esa furia popular y del desengaño que se está viviendo en estos momentos.

          Paralelo a lo anteriormente descrito, el presidente de la República sigue con sus escasas apariciones en público, aplicando aquello de "no me veas mucho para que no me desgastes"; con su discurso inseguro, parco e insustancial (es un pésimo orador), y con un grupo de asesores inútiles que, la verdad, es mejor no tener a nadie en esos casos. Veremos qué pasará. El ambiente está en ebullición, en medio de una tensa tranquilidad, semejante a la calma que precede al temporal, a la tormenta, a la rayería y al desastre.


 Perú da Pena Ajena 

 

¿Qué es Perú, qué papel representa en la comunidad internacional y qué es ante los ojos de los mismos peruanos? Y en el caso de que los peruanos se hagan esta pregunta, podrían desatar situaciones que no queremos ver y que llaman a la decepción. Desde el final del coloniaje español, este país suramericano dejó de ser importante para nadie, incluso para los mismos nativos o nacidos dentro de su territorio, porque lo único salvable que le queda al Perú, es su pasado inca. Lejos de eso... nada, absolutamente nada. Y es que los peruanos actuales han apostado -por lo menos sus políticos-, a la práctica de la corrupción y la han enseñado al pueblo para que la apliquen; es decir, la corrupción la practican casi todos en esta nación y se mueve en forma vertical, desde las esferas del poder, hasta lo más básico de la población. Lo mismo sucede en México y ha sido algo característico de estos dos países, desde varias décadas trasanteriores... la corrupción en función de la misma corrupción.

            Sus iconos, quienes casi todos  viven en el extranjero, principalmente en España, los Estados Unidos y México, dejan también mucho que desear si revisamos por encima sus vidas personales. Veamos: Laura Bozo, la presentadora de la televisión, quien estuvo presa no hace mucho, sigue demostrando su vulgaridad y su feminismo (tendiente al lesbianismo), al humillar a los hombres en sus vulgares programas televisados; Mario Vargas Llosa, a quien en España le rinden una pleitesía que no alcanzamos a comprender, pues sus obras literarias no mueven para comprarlas y mucho menos digerirlas, más aún si las comparamos con los grandes clásicos de la literatura universal, abandonó a su esposa peruana, para irse de buenas a primeras con la "cara de pescado", Isabel Presley, quien fuera esposa de Julio Iglesias hace muchísimos años y cuya única relevancia es que pertenece al jet set español y se pasa de recepción en recepción (lo que ahora llaman "socialité"), perdiendo el tiempo y representando una actuación de vieja vagabunda e ignorante. Otro icono fue Javier Pérez de Cuéllar, aquel seudo-diplomático que alcanzó -no sabemos cómo-, la secretaria general de la ONU, con su boca torcida, quizás por causa de un derrame cerebral, y a quien no se le entendía ni un ápice lo que decía. Fuera de esos tres "iconos" representantes del Perú en el mundo, no hay nadie más; y el país ha ido ganando notoriedad precisamente por los golpes de Estado que a cada instante les dan a sus presidentes; es decir, la pregunta que se le debería hacer a esos mandatarios es: ¿Por cuánto tiempo va usted a sostenerse en el gobierno, porque, como usted sabe, en cualquier momento lo bajan de ahí? Esa es la triste realidad de esta nación.

                 Los índices educativos andan por los suelos, la economía general y la individual (per cápita), fomentan la miseria de su pueblo, que tiene como "norte" único, la inmigración y mientras los venezolanos vienen, los peruanos van... Ambas nacionalidades buscando un futuro promisorio en un continente permeado por el comunismo y la corrupción.

                 Aquí los presidentes duran en el cargo, lo que un insecto entre la maleza... menos de 24 horas, esa es la triste realidad; incluso el Papa Francisco, en su visita a este país, lo único veraz y valedero que dijo fue que "en Perú los presidentes son quitados de sus puestos de un día para el otro." Y se fue el gris pontífice argentino, sin nada más coherente por añadir. En otras palabras, tanto el Perú mismo como sus "iconos" en el exterior, son una vergüenza y no existe, no nace la voluntad para cambiar estas situaciones tan contrariantes, inestables e inseguras. Al final, quienes sufren las consecuencias son los más pobres, porque los inversionistas extranjeros dirigen sus miradas hacia naciones más seguras y quienes ya invirtieron en el Perú, terminan marchándose con su dinero y dejan vacíos financieros que no se vuelven a llenar.

             Y es que esa misma corrupción que incluso sale en Perú por los desagües, es la misma que observamos en México y Guatemala, que son tres naciones cuya base étnica es la indígena (maya, azteca e inca); pero los índices de corrupción son sorprendentemente enormes; es cuando nos hacemos otra pregunta, quizás no muy precisa, pero del mismo modo válida: ¿Será que esa corrupción manifiesta es propia o inherente al genoma de los aborígenes mesoamericanos y del sur del continente? Es muy posible, porque ningún otro país acusa tales índices de deshonestidad en las esferas del poder y tampoco en el seno del pueblo mismo. Aunque es solo una hipótesis de nuestra parte, pero exige a los sociólogos y a los genetistas, analizar y profundizar más en el tema. Por lo pronto, Perú da pena, una sinigual  y lamentable pena. 


 NO LO QUEREMOS IMAGINAR: UNA SALIDA ABRUPTA DE DONALD TRUMP DE LA CASA BLANCA 

 

Si tomamos en serio las palabras del actual presidente de los Estados Unidos, dichas cuando iniciaba la campaña política, de que no entregaría el poder si perdía las elecciones, tal y como ha sucedido según hemos visto todos... entonces podremos esperar lo peor. Pero que Joe Biden ejercerá su presidencia... la ejercerá, más aún en una nación donde las leyes se cumplen con prontitud y "a raja-tabla," por más que Trump u otro individuo fanfarroneen diciendo que nunca los sacarán de la sede del gobierno, en Washington. 

              El problema de Trump se fundamenta en que siempre ha hecho lo que le ha apetecido, lo que le ha venido en gana, desde muy joven y ha jugado con vidas ajenas, lo mismo con la suya propia y cree que, con fundamento en la supuesta riqueza que posee, esos millones de dólares le dan la posibilidad de pisotear a personas, Instituciones, leyes y todo lo que se le ponga por delante. Pero la vida no funciona así, por lo menos en una democracia que funciona, como lo es la de los Estados Unidos de América. Esa estrafalaria y primitiva manera de pensar y actuar, ese matonismo manifiesto, posiblemente sea eficaz en países muy atrasados o anclados en tradiciones familiares, según sucede en América del Sur, países árabes, África y en algunas regiones del sur de España, donde los apellidos y la supuesta riqueza material, confieren a los individuos y familias, un poder que los hace actuar con prepotencia y arrollar a todo aquel que se les cruce en el camino. Y Donald Trump es de esas personas precisamente, quien basa todo su poder en esos supuestos caudales que, según "las malas lenguas," no hay "tal culebra de pelo", no es lo millonario que dice ser, pues está lleno de deudas, incluyendo con la Hacienda estadounidense, que la ha evadido con el no pago de impuestos y por esa razón, cuando finalice su período presidencial, será llevado a los tribunales, según corresponde por evasor.

            Una vez que hemos definido y descrito la personalidad del matón, quien se arroba derechos que no tiene y comete el error de situarse por encima de las leyes, volvemos a la amenaza de Trump, quien dijo que nadie lo sacará de la Casa Blanca. ¿Qué pasará en tal caso? No nos imaginamos en los Estados Unidos, una de las naciones más modernas del mundo, a un contingente del ejército invadiendo a la sede del gobierno, para sacarlo a la fuerza de sus habitaciones y Despacho; además, los soldados no pueden actuar dentro del mismo país, salvo que sea en caso de una invasión de otra milicia extranjera. Por ello, tendría que ser la guardia nacional, la policía o el FBI, los que se encarguen de ejecutar tal desparpajo, de sacar al hipopótamo Trump de dicha mansión gubernamental. Sería un acontecimiento único en la historia de esta nación y del hemisferio occidental al completo y no creemos que Trump, por más demencia que padezca, quiera quedar registrado en los anales de la historia de esa manera y que los estudiantes de las generaciones posteriores, lo analicen en sus respectivos salones de clase, como "el presidente demente a quien tuvieron que sacar de la Casa Blanca, por medio de un contingente de policías fuertemente armados."

               Joe Biden le toca poco en sus discursos, lo último que dijo es que su actitud es bochornosa, vergonzante y llena de estupor; y ha seguido en los preparativos del traspaso del poder, sin decir absolutamente nada de Trump, el excandidato perdedor en la contienda electoral recién finalizada. Biden sabe que su exadversario tendrá que irse tarde o temprano o justo antes de que se produzca el cambio de mando, porque, precisamente, los Estados Unidos no son esos países donde el dictador se parapeta en la sede del gobierno, da unos cuantos balazos y al final se instituyen dos gobiernos -según ha causado Hillary Clinton en Libia-, confrontados el uno contra el otro y el pueblo abajo sufriendo vicisitudes que no debería sufrir por culpa de dos dementes ambiciosos y sedientos de poder. Trump se irá. Y con él se marchará todo su séquito de judíos, con su yerno Jared Kushner a la cabeza, y se quedarán sin hacer más negocios en el exterior ni contactos para expandirse en los mercados internacionales y enriquecerse mayormente. Porque a eso se han dedicado precisamente en estos últimos cuatro años, los familiares de Donald Trump, al viajar con pasaportes oficiales estadounidenses, para abrir esos mercados que tanto les interesan para hacer negocios. El nepotismo en su máxima expresión durante el gobierno Trump e insertado en el Gabinete presidencial, semejante a una gobernanza paralela: por un lado Trump con sus desmanes totalitarios y llenos de matonismo; y por el otro, sus familiares abriendo canales en el exterior a sus actividades mercantilistas. Pero eso ya se terminó, dichosamente.

                Confiamos que, a través de estos dos meses que le quedan al mandatario saliente, se tranquilice, sepa "lamerse bien sus heridas", recapacite y salga como todo un señor de la Casa Blanca, con un apretón de mano al nuevo presidente y sus deseos de que le vaya bien. Lo que haga fuera de la presidencia, ya poco importará. 


SURAMÉRICA TIENE SECUESTRADA

A LA FIFA

 

Francamente lo decimos: cuando un deportista, de cualquier disciplina, demuestra que es excelente, nos ponemos de pie -figurativamente-, y alabamos su destreza, poder, talento y éxito; pero, cuando es creación de la prensa, de la persistencia e insistencia de unos cuantos, quienes quieren hacer ver al atleta semejante a un dios ganador e invencible y dicha imagen está separada de la realidad, no tenemos más remedio que criticarlo con acritud y cambiar el Canal cuando lo observamos por la televisión.

           Y lo deploramos porque creemos en la legitimidad, en la autenticidad y sobre todo... en la realidad con fundamento en la verdad. ¿Pero quiénes son deportistas poderosos auténticos, ganadores auténticos y talentosos auténticos, genuinos, quienes nunca han dejado dudas de nada y por nada? Les daremos algunos nombres: la gimnasta rumana, Nadia Comaneci; el boxeador Mohamed Alí (Cassius Clay); el velocista jamaiquino, Usain Bolt; los futbolistas, Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Manuel Neuer, alemanes; Edson Arantes do Nascimento ("Pelé"), Garrincha, Ronaldinho, brasileños; Johan Cruyff, holandés;  el corredor de Fórmula 1, Michael Schumacher, alemán; la tenista, María Sharapova, rusa, etcétera, etcétera, etcétera. Gracias a Dios son más los auténticos, los ganadores genuinos, que aquellos creados por la majadería de los periodistas.

          Sin embargo, en el caso del futbol, llamado con justicia "el deporte rey", por la enorme cantidad de seguidores que arrastra en todo el planeta, la justicia, la precisión, la realidad, la honestidad, la autenticidad y la verdad, no van acordes con lo que unos pocos quieren hacer parecer. Nos explicamos: la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), hoy en manos de un suizo/italiano, de nombre Gianni Infantino, da la impresión de que tiene ojos solamente para el futbol y los futbolistas suramericanos, con preferencia por los argentinos y uruguayos, por encima, incluso, de los brasileños, quienes han sido campeones del mundo en cinco oportunidades, más que nadie en el orbe. Y por esa preferencia inaudita, comete dos errores garrafales: 1. solo premia a los argentinos en las famosas galas que organiza, sin tomar en consideración si el papel de esos deportistas ha sido desteñido ese año o nó; y 2. solo le da publicidad y fama a esos mismos jugadores. Y por fuera deja, premeditadamente, a los grandes atletas suecos, rusos, alemanes, ingleses, franceses, italianos, etcétera. Lo mismo hace con los entrenadores nacidos en esos países, porque para la FIFA, en cuestiones de futbol global, el mundo solamente es América del Sur y punto.

           Por ejemplo, el ex delantero del Bayern de Munich, Frank Ribéry, dijo en una oportunidad: "Para qué voy a ir a una gala de premiación de la FIFA, si siempre premia al mismo jugador (el argentino Messi)." Lo mismo podría decir ahora el polaco Levandovsky o el alemán Joshua Kimmisch, verdaderos ases en su club. Porque la FIFA sigue anulando la existencia de la Europa central, del norte y del Este, en el tema de la calidad de sus futbolistas, y le aplica la misma regla, pero con mayor indiferencia, a los atletas africanos y asiáticos. Repetimos: el planeta en el que todos vivimos, según los dirigentes de la FIFA, solo tiene forma de subcontinente suramericano y en éste, solo existen dos naciones, futbolísticamente hablando desde luego: Uruguay y Argentina. ¿A qué se debe ello? No lo entendemos, somos sinceros. Posiblemente sea la presión de los periodistas, especialmente los argentinos, quienes endiosan a todo aquel que dé un puntapié a un balón, sin importar si lo hizo bien o mal; talvez sea por la injerencia de los comunicadores españoles, quienes idolatran a todos los que nacen en esos dos mismos países suramericanos y si alguien hace bulla en "el planeta futbol"... son precisamente los españoles en sus emisoras de radio, canales de televisión, periódicos y redes sociales. ¡Y le hacen bulla a los argentinos y uruguayos precisamente, con verdadera y extraña idolatría! 

             ¿Ante esta situación tan irregular, qué debemos hacer los admiradores del futbol? Simple: asirnos o agarrarnos a la honestidad del deporte y disfrutar como nadie, del buen balompié que juegan en Polonia, Alemania y demás países no suramericanos y admirar a sus atletas como se lo merecen, por un lado; y por el otro, no hacer caso a las infamias y actitudes premeditadas de los dirigentes de la FIFA, expertos en "ningunear" a los africanos, europeos y asiáticos, para subir al pedestal únicamente a los argentinos y uruguayos, países que no ganan Copas Mundiales desde 1986, los primeros; y 1950, los segundos, mientras los europeos barren con esos campeonatos, de manera fácil, rauda y sin apelaciones. Así, mientras Messi vomita y deambula por el campo cabizbajo y saboreando derrota tras derrota de su club y su selección; y Luis Suárez practica el juego artero, nosotros elevamos nuestras miradas y observamos los sensacionales goles de Levandovsky, las atajadas de Neuer, la magia de Cristiano Ronaldo y del sueco Slatan Ibrahimovic. A ellos les sumamos esos otros futbolistas de las razas negra y amarilla, que descuellan y deslumbran en cada partido, haciendo las delicias de quienes amamos al excelente futbol y a la honestidad, que es hermana inseparable de la verdad.


 ¿QUIÉN ES DICTADOR Y QUIÉN ES PRESIDENTE?

 

Algunas épocas atrás, de los años 80 hacia décadas trasanteriores, estas definiciones (dictador y presidente), estaban claramente definidas: Presidente era el que ostentaba el cargo en un gobierno elegido democráticamente, mediante el voto de los ciudadanos y era elegido por un período de 4 ó 6 años, según estuviera establecido en la Carta Magna (Constitución política), de su respectivo país, y una vez finalizado ese tiempo, el fulano se bajaba del poder y se iba tranquilamente para su casa de habitación. Así de clara era dicha definición.

            En contrapartida, el dictador era todo lo contrario: no era elegido por nadie del pueblo y en América Latina eran los militares, quienes botaban primero al presidente anterior y subían a otro militarote que a ellos se les ocurría. En este trazo se nos viene a la memoria la Junta Militar argentina y sus Generales, Almirantes y demás payasos que se ponían sus lustrosos uniformes para lucir ante las cámaras de la televisión y de los fotógrafos de la prensa escrita. También era dictador aquel individuo barbudo (supuestamente porque al hacer la guerra de guerrillas en las selvas, no tenía tiempo ni navajas para afeitarse y esa imagen desaliñada era parte de su "teatro" particular), quien hacía tiroteos en las selvas tropicales de África, El Caribe y América del Sur, secuestraba a unos cuantos campesinos, los asesinaba por medio de fusilamientos sumarios, se tomaba fotos y las enviaba a los diarios de las Capitales, mintiendo al decir que aquellos inocentes eran soldados del gobierno que fueron dados de baja durante distintas batallas o escaramuzas selváticas. Los comunistas eran quienes hacían todo ese melodrama barato. Se nos vienen a la cabeza los hermanos sanguinarios, Raúl y Fidel Castro, en Cuba, y el che Guevara, el renegado y asesino argentino, quien andaba de país en país jugando al mesías latinoamericano, adalid de la lucha contra el poder capitalista, etcétera, etcétera, etcétera. En esto tampoco había confusión, porque los dictadores estaban claramente definidos.

             Sin embargo, desde hace unos pocos años hasta el presente, les dicen presidentes a los dictadores y a los presidentes les dicen dictadores, indistintamente. Comprendemos cuando un marxista-leninista dice que el cubano Díaz-Canel es el presidente de Cuba; eso es así porque los comunistas todo lo desvirtúan a su favor y del partido al que pertenecen; pero que un periodista o analista político, llame al mismo fulano con el distintivo de "presidente", ahí la situación toma un sesgo peligroso. De tal manera, ahora llaman presidente a Daniel Ortega, y a su horrenda mujer, Rosario Murillo, vicepresidenta, cuando su verdadero estatus es el de "co-dictadora", en Nicaragua; a Nicolás Maduro, en Venezuela, también le dicen "presidente", lo mismo que al cubano Canel. Y la cosa se complica más cuando dictadores son, para estos mismos periodistas bisoños (o de la nueva generación), Adolf Hitler, Benito Mussolini, Francisco Franco, Augusto Pinochet, Fulgencio Batista, Joaquín Balaguer, Juan Domingo Perón y otros, quienes combatieron abiertamente al marxismo en sus países de origen. Es decir, a los dictadores comunistas les llaman "presidentes"; pero a los dictadores no-comunistas, les llaman "dictadores." ¡Pero dictadores son todos los que he mencionado, junto a los comunistas! ¡Aquí no se salva nadie cuando les aplicamos la definición precisa!

            ¿Pero en qué perjudica dicho al revés? Muchos dirán que en nada. Pero sí perjudica y bastante, especialmente a los niños que pronto llegarán a adolescentes y comenzarán a interesarse por la política de sus países y continentes y tendrán ideas totalmente erróneas o equivocadas del papel de unos y de otros. Y los periodistas, maestros de primaria y profesores de secundaria, así como los politólogos, sociólogos, historiadores, analistas y escritores, deberán poner las cosas en su verdadero sitio y sacar a las personas del pueblo raso de tan terrible confusión, para que no sigan tergiversando las cosas o la realidad circundante. Además, sería bueno afirmar que un presidente (esto es, democráticamente votado y electo), nunca ordena perseguir a sus adversarios, encarcelarlos sin una razón firme y sin juicio previo y mucho menos... jamás, asesinarlos. Actos, por el contrario, que sí ejecutan a diario los dictadores de China, Corea del Norte, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Rusia, sin que les tiemble el pulso.

            Y si queda tiempo, que expliquen a esas nuevas generaciones qué es un Emperador, un Rey (que todavía hay algunos ridículos de estos en ciertas naciones), un Príncipe, un Pontífice, un Dalai y otros títulos de Estado y divinidad que se asoman en algunos gobiernos repartidos por el mundo. Pero todo deberá estar claro, prístino... igual a un cielo de verano. 


 NO TODO ESTÁ DEFINIDO EN CHILE 

 

Con la celebración exitosa del referéndum en esta nación suramericana, no es sano ni sensato creer que la vorágine de violencia se va a calmar en los ciudadanos chilenos, quienes aún no ven concretadas sus ilusiones de justicia y equidad. El presidente de la República, Sebastián Piñera, lo expresó muy bien en su comparecencia ante los periodistas nacionales y extranjeros: "Esto apenas es el comienzo." Dijo. Y, efectivamente, es así. De hecho, los carabineros temían, la noche del plebiscito, que las hordas se situaran nuevamente en la famosa Plaza Italia, en el corazón de Santiago, para incendiar por enésima vez a la que fue una elegante, pacífica y moderna ciudad. Dichosamente no ocurrió así y los gamberros se fueron para sus casas. 

            Y es que la violencia talvez esté bien para llamar la atención a un gobierno "sordo/mudo", que es incapaz de reaccionar ante el clamor y quejas de su pueblo, pero la violencia como modo cotidiano de ir por la vida (en este caso "por la muerte"), obstina verla, sentirla y evadirla para no sucumbir bajo ella. Evidentemente en Chile hay un grupo -que son allendistas sin duda alguna-, a quienes les place causar desasosiego y enfrentamientos a toda hora con la policía, quebrar vitrinas (las pocas que quedan), y practicar el saqueo de los negocios de las personas honradas y trabajadoras. A esos hay que identificarlos, reducirlos y meterlos largos años a prisión. Son los obedientes a las directrices que les envían desde las comunistas Caracas y La Habana. Y lo peor que les podría pasar a los venezolanos de Nicolás Maduro y a los cubanos de Raúl Castro, es que el plebiscito y con él... la nueva Constitución, satisfaga a los chilenos y opten por retornar a la calma, porque sus demandas fueron escuchadas y solventadas finalmente. A los dictadores comunistas de esos dos países -empobrecidos y estafados-, les viene bien que Chile sea un caos permanente y se dirija hacia el despeñadero económico, social y armado. Y no hay que darles ese gusto, por nada en el mundo. Chile y los chilenos tienen que resolver sus problemas de índole monetario y seguir siendo el país ejemplar que era, antes de que estallaran sus partes sociales.

            Aparte de lo vivido el día del referéndum, la lección que debe aprender América Latina -y el resto del mundo también-, es "el grito de la equidad." ¿Qué significa dicho concepto? En el caso chileno, la supuesta bonanza económica radicaba únicamente en el Estado; es decir, era un gobierno poderoso, boyante en dinero (y con una clase alta millonaria), pero con un ciudadano común pasando penurias, con fuertes deudas y sin dinero para paliar las necesidades de cada mes. Los aumentos de los servicios públicos se producían constantemente de manera tiránica, inhumana y agobiadora, sin pensar en que podría producirse el estallido social que hemos visto. De tal manera, los políticos chilenos, tanto de las izquierdas, las derechas y del centro, solo pensaron en un Estado fuerte, hegemónico en la región -superior a Brasil, incluso-, pero nunca en un ciudadano contento, orgulloso de sus distintos administradores públicos y del auge económico existente. Era una auténtica dicotomía: las partes gubernamentales muy bien; pero las sociales en plena mendicidad. Ese era el doble semblante de Chile. Y quienes no hayan aprendido la lección socio/económica brindada por los chilenos, se exponen, en sus respectivas naciones, para que eso mismo les suceda. 

          Un punto aparte y preciso que debemos señalar vehementemente en la experiencia chilena, radica en sus anteriores presidentes, desde Patricio Aylwin, "el hombre de la transición" (de la dictadura a la democracia), hasta Michelle Bachelet, una consumada comunista, quien no ha tenido más remedio, seguramente al observar los desparpajos de Brasil, Cuba y Venezuela, que alinearse con la democracia: y es que ninguno de ellos... ni Eduardo Frei, ni Ricardo Lagos, ni Sebastián Piñera en su primer mandato, tuvieron la voluntad de cambiar la Carta Magna (Constitución), si tanto les molestaba por haber sido redactada e implementada por Augusto Pinochet Ugarte. Todos lo sabían, pero ninguno hizo por derogarla o tan solo... modificar sus puntos de choque y mayormente conflictivos. Llama la atención el silencio de Lagos y de Bachelet, dos allendistas consumados y "chupa-medias" de los tiranos Castro Ruz de Cuba. Pero ahora, tras el estallido de la sociedad chilena, han sacado "sus espadas" y han echado las culpas al exdictador ya fallecido (lo mismo hacían los soviéticos con Stalin, una vez que murió). Porque "se es dictador hasta para echarle las culpas por todo lo ocurrido." Por esa razón, por esa omisión alevosa y enteramente consciente de los ex mandatarios chilenos que hemos mencionado, no podemos aceptar sus quejas actuales, sus reproches a la dictadura, ni sus críticas acremente manifestadas ante la prensa mundial. Ellos sabían que esa Constitución tenía "esquirlas" y partes detonantes y no hicieron nada por cambiarla; pero ahora se visten de "redentorismo" y asumen poses angelicales que muchos creen y les aplauden. Por eso son demagogos... porque saben aprovechar los distintos momentos históricos, abrir sus bocazas para decir vaguedades y seguir engañando.

           Lo cierto es que Chile ya tiene su camino señalado y trazado, la nueva Constitución así lo ha definido... Ahora le corresponde al pueblo tranquilizarse, dejar la violencia de lado y alcanzar sus anhelos por la vía democrática. No tienen otra opción.


 ESTADOS UNIDOS TRAS LA CONTINUIDAD O EL CAMBIO

 

Las elecciones en la Unión Americana están en marcha y aseguramos que están "en marcha", porque desde hace algunos días, los estadounidenses han estado depositando sus votos a distancia, esto es... por internet o virtualmente. Pero en la primera semana de noviembre, el día 3 precisamente, concurrirán las personas masivamente a sufragar, ya sea por Joe Biden o por Donald Trump.

           Sin embargo, el inconveniente que han tenido los norteamericanos lo podemos desglosar en tres aspectos que le podrían resultar negativos en el momento de decidir por cuál de los dos candidatos decidirse: 1. Solo se efectuaron tres debates ante toda la nación y uno de ellos entre los dos vicepresidentes, Kamala Harris y Mike Pence. Es difícil determinar, con fundamento en esas tres discusiones, por quién votar. 2. Estos comicios serán únicos en la historia del país y de la humanidad entera, debido a los cuidados extremos que la pandemia china está exigiendo a las personas en el planeta y por lo tanto, las limitaciones son y serán obstaculizantes en todo sentido. 3. El contacto directo con los candidatos, especialmente con Biden, es otro agravante, porque el ciudadano necesita conocer de primera mano y primera voz, el pensamiento de los postulantes. Aún así, la maquinaria electoral y proselitista está en funcionamiento.

            Aparte de lo anterior, los estadounidenses tendrán que elegir entre la continuidad con Donald Trump -el anticarisma personificado o el hipopótamo dentro de un museo de cristal-, y el cambio que representa el demócrata, Joe Biden. Escribir o explicar algo más sobre Trump, sería reiterar y redundar, pues ya todo se ha dicho acerca de él y se le conoce mejor que nadie en todo el mundo. Pero Biden será siempre la interrogante camino a las votaciones y sus resultados. Se dice mucho de él y esos argumentos son preocupantes, específicamente en lo que se refiere a la política exterior de los Estados Unidos en relación con naciones oprimidas por dictaduras inhumanas y sanguinarias, en los casos de Cuba (prioritariamente), Nicaragua, China, Rusia, Corea del Norte y Venezuela. Hay quienes dicen que Biden, si llegara a la Casa Blanca, sería "muy amistoso" con esos dictadores y sus regímenes; incluso, abriría de par en par las puertas a los líderes comunistas de La Habana, de igual modo como lo hizo Obama en el último año de su mandato. Y, si algo hemos admirado de Donald Trump -de lo poco que se le puede admirar-, ha sido su desprecio abierto y franco hacia esa clase de sistemas totalitarios y de muerte. Joe Biden podría ser radicalmente distinto a Trump en ese sentido; es decir, "tendería puentes antes que la confrontación dialéctica y armada." Es por eso que los chinos comunistas y los cubanos están deseosos de que Biden gane las elecciones presidenciales, porque eso los tranquilizaría absolutamente y podrían continuar vejando a sus respectivos pueblos sin que la nueva administración estadounidense se entrometa en sus asuntos criminales. Recordemos que, siempre que los demócratas han estado en la Casa Blanca, los corruptos, narcotraficantes y dictadores sanguinarios alrededor de la Tierra, han intensificado sus fechorías con toda tranquilidad.

            ¿Pero cuál de los dos candidatos le resultaría beneficioso a la humanidad y a los Estados Unidos en concreto? Aunque parezca una exageración... ninguno de los dos. Trump por ser un demente peligroso y antediluviano (nada diplomático ni culto); y Biden por sus tendencias conciliadoras con las dictaduras comunistas. Talvez el demócrata sea ligeramente mejor que el republicano, porque sabemos, de antemano, que habrá un Gabinete estable en Washington D.C., ya "no saldrán volando por las ventanas de la Casa Blanca" los asesores, expulsados por su jefe, según lo ha hecho Trump a lo largo de su estadía en esa sede del gobierno; con Biden las personas serán tratadas como tales, como seres humanos que son y nunca con la actitud salvaje propia del troglodita Trump. Además, Biden será más cuidadoso en el trato de la sanidad pública, específicamente con el coronavirus chino y sería posible que menos estadounidenses mueran, debido a las políticas que implementaría el demócrata con respecto al covid-19 venido desde China.

           Pero lo único seguro que hay en los Estados Unidos será "la espera," porque hasta el día 4 de noviembre sabremos lo que ocurrió el día anterior con los votantes: a quién eligieron y quién regirá los destinos de esta potencia mundial. Definitivamente Trump es una pesadilla, una pesada broma que nunca debió ocurrir; y Biden es un caballero que posiblemente resulte un acierto en el caso de resultar vencedor. Las opciones son escasas e inseguras según nuestro punto de vista; pero queremos lo mejor en épocas particularmente inciertas, dolientes y desesperanzadoras.


 COSTA RICA SE "CHILENIZA"

 

La añeja democracia centroamericana no encuentra sosiego, paz, entendimiento, armonía y soluciones al caos social y económico por el que está transitando. Hay bloqueos en sus calles y carreteras, los policías arremeten contra los manifestantes a bastonazo limpio y con gases que caen en los patios de las madres de familia, quienes yacen en éstas con sus niños pequeños; todo huele a irrespeto, a pérdida de los límites y de la tradicional empatía y simpatía del costarricense por el diálogo. Los rebeldes dicen que quieren dialogar cuanto antes y el gobierno, por medio de su taciturno e ineficiente presidente de la República, dice algo parecido, que añora el diálogo entre las partes; pero no dice cómo, cuándo ni dónde. Esa actitud exacerba aún más los ánimos. Incluso, el otrora veces tranquilo y conciliador representante de los campesinos, refugiado en su sombrero blanco de ala ancha, ha amenazado con formar grupos de choque para que responsan a los policías con su mismo lenguaje: "palo, garrote, sangre y heridos en los hospitales." El lenguaje amenazante es el preámbulo de la violencia, que no tarda nunca en estallar. Si se levantaran de sus tumbas los viejos políticos -culpables a la sazón de esta amarga situación financiero/social-, se darían cuenta de que el costarricense ha cambiado radicalmente, precisamente radicalizándose a favor de la violencia. Se acabó el país de paz tan llevado y traído por la propaganda internacional, para atraer turistas a estas tierras. Esa es la cruda realidad.

            Hace unos meses atrás, observando las imágenes dantescas del pueblo chileno enfurecido -y azuzado desde Moscú y Caracas por los comunistas, mediante las redes sociales-, pensábamos que "Chile estaba muy lejos geográfica y emocionalmente de Costa Rica y que aquello nunca pasaría dentro de las fronteras costarricenses." Pero nos equivocamos. No contamos con el hecho de que Sebastián Piñera piensa muy parecido a Carlos Alvarado o viceversa, porque ambos planean recargar todo el peso de la deuda con los organismos internacionales sobre los ciudadanos de a pie, salvaguardando los millones de los ricos, de las Cámaras de Comercio y de Industria, que son las que verdaderamente manejan la voluntad y las decisiones del Presidente; es decir, detrás de Alvarado hay un grupo de ricachones que lo manejan a placer -sin dejar de lado las amenazas por supuesto-, y le dicen que no ceda ante las presiones de la gran masa poblacional, lanzada a los disturbios y a la incomprensión. Y Alvarado les hace caso, es un monigote obediente. ¡Al fin y al cabo su naturaleza es esa... la de un pobre, gordo y lastimoso monigote, en las garras afiladas de quienes poseen el poder realmente: los plutócratas, los acaudalados, quienes gobiernan desde el fastuoso Club Unión, en San José, la Capital!

           Sin lugar a dudas, esos viejos hediondos a lociones caras importadas y enfundados en sus camisas de seda, le ordenan por celular al presidente Alvarado que sostenga su palabra, que siga las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en cuanto la gran turba se descuide y detenga la crispación en las vías públicas. Y eso es, justamente, lo que hace el mandatario: dice que quiere dialogar, pero cruza los dedos por detrás para que el diálogo no se concrete; dice que desea entendimiento, pero es el primero que se ausenta de las reuniones multisectoriales; dice que hay que preservar y salvaguardar a la democracia, pero él es el peor servil de la plutocracia (los grupos adinerados en las sombras), y para ellos gobierna. Es muy evidente que es así y quien no lo haya notado, es porque desconoce la podredumbre que se da continuamente dentro de la política o no tiene la agudeza necesaria que sí poseemos nosotros en este periódico.

          La pregunta que se desprende de esta "fanfarria" que está llevando Carlos Alvarado es: ¿Una vez que firme el millonario préstamo con el FMI, cuál será el porcentaje que dará a esos ricachones atrincherados en el Club Unión y cuánto destinará para los supuestos "huecos" financieros que aquejan a la hacienda pública? Porque su tesonera manera de actuar y su perseverante deseo de estampar su firma en el documento del ente financiero internacional, nos hace pensar que la presión que recibe de las Cámaras de Comercio e Industrias, es insoportable para el pobre mandatario de los costarricenses. Es decir, Alvarado prometió esos millones a los plutócratas y tiene que dárselos así, de cualquier manera, aunque el pueblo enfurecido le queme el apartamento donde él vive. Sebastián Piñera es así en Chile y el chileno ha reaccionado de igual modo que el costarricense o éste ha aprendido del chileno, quizás. Lo cierto es que la violencia está en las calles e, incluso, se puede tocar con los dedos de una mano, así de peligrosa y volátil está nuestra realidad.


 UN REVÓLVER, UNA SILLA Y UNA HABITACIÓN VACÍA

 

Si algo debe gustarnos del Perú, el corazón del otrora Imperio Inca, son los momentos cuando las radiopatrullas recorren las calles y avenidas de la Capital, Lima, llevando en sus adentros a un presidente de la República, a veces en ejercicio de su cargo o en otras oportunidades después de un lapso de tiempo de haberlo abandonado. Es agradable, se siente una profunda satisfacción personal, porque, entre otras cosas, nos indica que la justicia está funcionando en un país latinoamericano, cuando la costumbre y el común ha sido ver marcharse, impunes, a esos individuos que han arribado al poder y han usurpado el dinero que le pertenece al fisco que, a su vez, es propiedad de la nación y del pueblo.

          El ex presidente suicida, Allan García, un fulano que fue mandatario del Perú en dos oportunidades, cometió actos corruptos durante el primer período presidencial y al terminar su gestión, se marchó a Francia donde disfrutó de los bienes robados; luego regresó a su país natal cuando creyó que todo se había calmado, cuando "las aguas habían vuelto a su nivel", se le perdonó y se le reeligió en el cargo. Pero esa segunda ocasión no fue perdonado por recibir dinero sucio de la empresa constructora y corruptora, Odebrecht, la misma que ha estado ensuciando las honras y consciencias de muchos políticos a lo largo de América Latina y África.

         Cuando la fiscalía le avisó al gigantesco ex mandatario García -porque era un indígena de gran tamaño físico-, esa misma mañana se encerró en su oficina en su propia casa, tomó de un cajón de su escritorio un revólver y se voló la tapa de los sesos. Seguramente pensó: "es mejor cadáver que ser un ex presidente en prisión." Si la vemos desde este ángulo, fue una salida "honorable," semejante a los generales rusos durante la Segunda Guerra Mundial: perdían a sus tropas a manos de los alemanes, sus comisarios políticos les encerraban en una habitación vacía donde solo había una pequeña mesa con una silla y dejaban al sujeto con un revólver en sus manos, para que tuviera una alternativa honrosa. ¿A cuántos y a quiénes se le podría hacer lo mismo en esta América que habla español? A la mayoría de los ex presidentes, ex ministros y diversos ex funcionarios en los distintos gobiernos, desde la década de los 60 hasta el presente... un revólver, una silla y una habitación vacía. La detonación, al otro lado de la puerta, habrá dicho que un corrupto se pegó un tiro antes que ser juzgado y encerrado en una húmeda y oscura prisión. Los titulares de los periódicos reproducirán los hechos a la mañana siguiente y al explicar las razones de aquella inesperada (pero necesaria) muerte, tendrán que hacer un recuento de los actos corruptos en los que incurrió el suicida.

          La pregunta que surge en estos párrafos de este editorial, es... ¿Quiénes y cuántos se salvarán de ese auto-ajusticiamiento y serán enaltecidos por el pueblo por su honradez, hombría de bien y vocación de servicio? ¿Quiénes? Alguien que nos lo diga por favor, en esta América Latina estafada, burlada, engañada, robada y vuelta a robar, a lo largo de las épocas por los demagogos "cortados con las mismas tijeras" desde México hasta Ushuaia, en el cono sur argentino.

         Citando un caso particular en el ejemplo que nos concede Costa Rica, considerada la democracia más vieja y estable de este subcontinente hispanoamericano, los ex presidentes, ex legisladores, ex ministros y otros ex funcionarios, ahora avejentados por el paso ineludible de los años, son requeridos por un grupo de periodistas, quienes cometen el error reiterado de entrevistarlos, para que den sus opiniones acerca de distintos asuntos que competen al Estado. ¿Para qué lo hacen, si esos mismos individuos, hoy metidos en sus casas por la vejez y la pandemia china, son los únicos culpables de las crisis actuales que sufren los ciudadanos, debido a las pésimas políticas macro-económicas y violatorias de la dignidad humana, que cometieron en el pasado reciente? Son fulanos que deberían estar descontando días de prisión por todos los actos corruptos que cometieron y que fueron descarados, a plena luz del día y ante la vista de un aparato judicial que, además de ciego, es tan corrupto como ellos mismos; y ante las miradas de los ciudadanos conscientes de su realidad diaria y de los mismos periodistas que prefirieron volver sus rostros al lado contrario, para no denunciar tanta porquería que estaban ocasionando esos vejestorios, hoy tomados en cuenta para que hablen la misma basura que han dicho desde los años 60.

           La opción civilizada y a derecho, serían los Tribunales de Justicia; pero si usted no quiere verlos detrás de los barrotes, se les puede introducir en un cuarto cerrado, provisto de una silla, una mesa y en ésta... un revolver. La detonación nos librará de un malhechor más


 ¿HASTA CUÁNDO CARLOS ALVARADO VA A TOLERAR LOS DESMANES Y ARBITRARIEDADES DE LA PRESIDENTA EJECUTIVA DE ACUEDUCTOS Y ALCANTARILLADOS?

 

Costa Rica, durante los dos últimos gobiernos del Partido Acción Ciudadana (PAC), ha sacado, no sabemos de dónde demonios, a dos aparentes dulces abuelitas, pero que en la práctica de la función pública, son dos verdaderos dragones con sus fauces atestadas de fuego y dispuestas a acabar con quienes estén contra ellas y contra quienes estén a favor también; es decir, son enemigas de todos y amigas de nadie, salvo de ellas mismas y de los empleados que les "chupan las medias y las suelas de los zapatos" en auténtico sirvilismo. Ellas son, Rocío Aguilar Montoya, ex ministra de Hacienda, de ingratos recuerdos para los costarricenses pobres y empobrecidos; y la otra es la actual Presidenta Ejecutiva de Acueductos y Alcantarillados (AyA), Yamileth Astorga. Las dos rompen con aquellas imágenes de lindas viejecitas, que están ahí en el seno familiar para ser amadas, adoradas, veneradas, comprendidas y protegidas, porque son dulces, encantadoras y constituyen las luces que alumbran a sus respectivas familias. ¡Pero en estos dos casos, nada que ver, absolutamente nada que ver! Pues estamos hablando de dos arpías en el amplio sentido del concepto, capaces de sacar los ojos a quienes ellas quieran. solo por que sí, porque sus naturalezas se lo exigen y porque hacer el daño, la maldad, les satisface. Es decir, las dos son el sadismo en su máxima expresión.

            En el caso que hoy nos ocupa, el de Yamileth Astorga, después de que sus subalternos, con actitudes criminales han estado cobrando a los ciudadanos facturas por consumo de agua, estratosféricas, absolutamente fuera de la realidad, por millones de colones por mes a cada quien, y que el escándalo tomara dimensiones impresionantes, el presidente de la República, Carlos Alvarado, en lugar de exigirle que renuncie a su cargo, le dio el espaldarazo, el voto de confianza y la aparente "dulce abuelita" tomó mayor poder e ínfulas y ha seguido usurpando y violentando la tranquilidad de los costarricenses y girando órdenes draconianas, tiránicas, en contra de la prensa. Su última barbaridad, ordenada a sus serviles subalternos, fue no rendir declaraciones sobre ningún tema, a los periodistas enviados por los periódicos Extra y CRHoy.com (este último digital). Es decir, Astorga decide cuál periodista puede entrar en las oficinas de AyA y cuál no; cuál medio de prensa puede informar y cuál nó. Eso solo sucede en los países dictatoriales... en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde las mentes de los tiranos son más retorcidas que de costumbre.

           De tal manera, un ciudadano se enteró de la decisión de la supuesta "dulce abuelita" de AyA, Yamileth Astorga, y presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional y los magistrados fallaron a su favor y en contra de la Presidenta Ejecutiva, quien ha tenido que meterse en su alcoba en su tenebroso castillo, en medio de una rayería y lluvia descomunales de críticas y comentarios negativos ante su prepotencia y malas intenciones. Toda una película de terror con esas dos ancianas que Carlos Alvarado sacó no sabemos de cuáles criptas y cuáles cementerios. Pero que ambas, Astorga y Aguilar, son el mal encarnado y personificado... lo son y lo son con creces. 

           La sentencia emitida por la sala IV ordena a Astorga abstenerse de causar más daño y practicar transparencia en todo lo que se refiera a esa Institución que ha estado causando perjuicio moral y material a cientos de costarricenses, al cobrarles facturaciones inmorales y criminales por supuesto consumo de agua que, en realidad, jamás podrían haber llegado a esos montos de dinero, exagerados a todas luces. De tal modo, la presidenta ejecutiva tiene que atender a la prensa de esos dos medios, como tiene que ser; es decir, con displicencia, amabilidad, facilitarles la labor informativa y no discriminarlos ni en mínima instancia. Le clavaron la estaca en el corazón a la vieja vampiresa, según podemos observar; también le pusieron ajo alrededor de su féretro y un crucifijo clavado en la pared, frente a sus ojos, para detener su vampirismo congénito.

            Sin embargo, la otra parte, la esencial, la que tiene que darse... no se da. Y nos referimos a la decisión que debería tomar el mandatario del país, Carlos Alvarado, y destituir a la susodicha, ya que está demostrado que desentona con la honorabilidad y la decencia que debería persistir en la función pública; además, AyA sigue cobrando las sumas estratosféricas en los recibos por concepto de consumo de agua y las filas de personas humildes, trabajadoras y decentes, siguen produciéndose en las afueras del edificio de esa empresa del Estado. Pero ya vemos que Alvarado sigue protegiéndola y no sabemos por qué razón.  ¿Será que ella le facilitó dinero antes o durante la campaña política mediante la cual fue elegido presidente? ¿Será que está emparentada con él o su esposa? ¿O será que la vieja bruja le hizo un sortilegio al mandatario y lo tiene atrapado en una de sus garras? No lo sabemos; pero lo que sí es muy evidente es que la "doñita" hace y deshace a placer en Acueductos y Alcantarillados y nadie, ni el presidente siquiera, puede removerla de su cargo, parece omnipotente y ahí la deja haciendo daño tras daño contra un pueblo que no sabe ni quiere defenderse de esa clase de alimañas. Así estamos mal, muy mal Mr. Alvarado.


 CUANDO EL DAÑO QUEDA

BIEN HECHO

 

Ciertamente la Unión Soviética se desintegró a principios de la década de los 90 y cuando ese genial e histórico acontecimiento se suscitó, apareció en la superficie una serie de inconsistencias económicas, materiales, armamentísticas y humanas, que los mismos soviéticos o el pueblo sencillo tuvo que soportar desde 1917 cuando el comunismo suplantó a la dinastía de la familia Romanov, los Zares. ¿Cuáles inconsistencias? Pobreza, hambre extrema, un país en el acabose financiero (Gorvachev pidió a los alemanes que le ayudaran económicamente a cambio de permitir la reunificación de las dos Alemanias); expectativa de vida en un nivel bajo, de los más bajos de toda Europa; un ejército en crisis con el armamento obsoleto y sin capacidad de respuesta ante una eventual guerra con Occidente, concretamente contra la OTAN. En palabras claras: la Unión Soviética era un cascarón vacío donde vivían millones de personas estrujadas por sus propias necesidades básicas de vivienda, medicina, alimentación, trabajo y progreso vivencial.

              Recordemos que los soviéticos habían expulsado al ejército alemán de Hitler, de 1942 al 45 y lo mismo hizo con el napoleónico y los entregó vencidos en las mismas puertas de sus Capitales, Berlín y París, respectivamente; pero la paradoja de la vida se le presentó a los dirigentes del Kremlin cuando tuvieron que solicitarle a sus acérrimos enemigos, los alemanes, ayuda económica para que la Unión Soviética pudiera subsistir. "¿Qué debo hacer para que los soviéticos avalen la reunificación de las Alemanias?" Preguntó el entonces canciller Helmut Kohl al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush; y la respuesta de éste fue lacónica y precisa: "Tú tienes los bolsillos llenos." Así, la Unión Soviética dio el aval para que la Alemania comunista se fundiera con la Federal en un solo país. Y el desparpajo se presentó cuando los mismos alemanes occidentales pagaron el desplazamiento de las tropas soviéticas acantonadas en la Alemania comunista, puesto que los rusos no tenían siquiera dinero para repatriar a sus soldados, hombres y mujeres de aquella misma armada que había entrado victoriosa, en 1945, en las calles y barrios berlineses al final de la Segunda Guerra Mundial. Ahora se trataba de una Institución formada por harapientos y hambrientos soviéticos de finales del Siglo XX.

              Pero dejemos la historia reciente aparte. Lo cierto es que la larguísima dictadura marxista-leninista que desoló a los rusos y demás pueblos que estaban en la órbita de Moscú, causó un daño bien hecho, con "perfección destructiva", si el término cabe, o con absoluto sin igual. Fue tanto el potencial destructivo, que esa nefasta herencia la podemos observar en los países que gravitaron alrededor del gigantesco y nihilista aparato Estatal soviético. Veamos algunos ejemplos: en Ucrania, la explosión en la planta nuclear de Chernobyl, un problema aún latente y que se pudo remediar a medias, gracias a la colaboración tecnológica y monetaria que prestó nuevamente Occidente a los ucranianos, al construir una cúpula enorme para contener la radiación y pagarles millones de dólares para convencerlos y cerraran ese peligroso sitio; el conflicto de Afganistán con los talibanes, también es herencia soviética, un país donde el ejército rojo, victorioso ante Hitler, salió derrotado por unos salvajes musulmanes mal apertrechados y entrenados, causando, en consecuencia, una de las peores crisis militares de la Rusia soviética. Así mismo, la guerra de Chechenia, un país y un pueblo que siempre ha anhelado la independencia y que los rusos, por alguna extraña razón, no se la conceden y han dejado a esta nación del Cáucaso sumida en las ruinas y respondiendo con terrorismo al mejor estilo yihadista a la invasión ordenada por Vladimir Putin; la dictadura de Bielorrusia en las garras del genocida Alekxandr Lukashenko, protegida militarmente por Putin; y por último, la sangrienta guerra entre Armenia y Azerbaiyán, un conflicto que no lleva a ninguna parte y solo genera más desplazamiento poblacional, hambre y dolor. Esta es la enumeración de los hechos, el recuento heredado por los soviéticos a esas naciones que sufrieron y sufren actualmente el oprobio de la presencia rusa dentro de sus fronteras, aunque aún hay más de esos actos fratricidas, producto de las políticas torcidas nacidas en el corazón negro del Kremlin. 

           También debemos sumarle la caótica e inhumana situación de los cubanos en la isla; el siniestro régimen de Corea del Norte, las cicatrices aún evidentes de la guerra de Vietnam, la pobreza de Mongolia, al inestabilidad de Angola, en el centro de África, el desencuentro entre chilenos seguidores del ex dictador comunista Salvador Allende (protegido de los soviéticos y del también dictador Fidel Castro), y quienes creen en la democracia y en el sistema abierto de mercado. Finalmente, la miseria y el gobierno represivo de Venezuela, surgido del comunismo de Hugo Chávez y totalmente avalado por los cubanos y su marxismo tropical. Todo lo anterior "made in Russia." Errores tras errores, fracasos tras fracasos, genocidio tras genocidio y hambrunas tras hambrunas, ahí donde una vez pusieron sus pies los dirigentes y soldados soviéticos. Una herencia sin duda... pero maldita.


¿QUÉ ES MÁS DAÑINO:

EL COVID CHINO O LAS DECISIONES PRESIDENCIALES?

 

Honduras, El Salvador y Costa Rica están en abierta subversión por medio de sus pueblos contra las decisiones arbitrarias de sus respectivos presidentes y lo que acontece en un país, se repite en el otro de igual forma como si estuvieran viéndose en un espejo para repetir los gestos, actitudes y el desborde de la violencia. ¿A qué se debe ese fenómeno de la repetición de las escenas, si los ciudadanos de esos países están muy distantes y no se ven entre ellos para copiar las mismas situaciones? Muy simple: los generadores de la violencia son los mismos, por eso las consecuencias son idénticas. 

           Bukele, Hernández y Alvarado han decidido echar mano al Fondo Monetario Internacional (FMI), para pedir préstamos multimillonarios para paliar un poco las crisis financieras que aquejan a las tres naciones centroamericanas. Fueron tres decisiones tomadas por separado y sin pactar entre los tres gobernantes, pero las circunstancias coyunturales les obligaron a utilizar al FMI, que es el "gran apaga-fuego" de los gobiernos latinoamericanos. Es decir, cada vez que hay faltante de dinero en el fisco de algún gobierno, lo único que se le ocurre al presidente de turno es recurrir al FMI para pedir prestado. Es posible que los tres hayan querido usar "la cortina de humo" del coronavirus chino, decirle a los ciudadanos que la economía está en el suelo (lo cual es cierto) y hace falta acudir al Fondo Monetario Internacional como única alternativa salvadora de la crisis. Pero el cálculo les falló. Porque ni el covid chino sirvió de "mampara", ni los demagogos, esos viejos políticastros de otras épocas, les dejaron salirse con la suya.

          "Los abuelos", según les llamó un obispo católico costarricense a esos viejos hipopótamos que salieron de repente de sus guaridas a azuzar a las masas, les abrieron los ojos a las personas y los empujaron a levantarse contra los presidentes y encender la revuelta, por lo menos en Costa Rica sucedió así. De tal manera, hemos visto en El Salvador, Honduras y en suelo costarricense, las mismas escenas con bloqueos de vías públicas, bastonazos de los policías, gases lacrimógenos, detenidos y encarcelados y focos que se apagan allá y se vuelven a encender acá, al día siguiente. Si los chinos comunistas querían provocar con su covid-19 los alzamientos populares, al mejor estilo marxista-leninista, lo están logrando en América Latina y de la misma manera como está sucediendo en el Chile de Sebastián Piñera.

            "Los ingredientes que componen a esta receta" de inconformidad son los mismos en las naciones que hemos nombrado; pero debemos sumarle por el lado de las Casas Presidenciales las reacciones lerdas, aperezadas y de ausencia total de voluntad de parte de los presidentes y de sus equipos de economistas, que de economía, evidentemente, no saben nada. Por ejemplo, en Costa Rica, Carlos Alvarado observa que llegan miles de manifestantes a las bardas de la Casa de Gobierno y parece que no entiende el descontento del pueblo, no lo asimila, no lo analiza, no le responde, no le da la cara, no sale al encuentro de las personas y esa actitud retrógrada y retrasada de él, enardece más a las masas, ya suficientemente caldeadas. Lo único que atina es a escribir en Twitter, una red social que no les interesa a quienes claman en las calles e, incluso, por haber perdido sus trabajos, ya no tienen acceso al internet. Resulta lamentable, muy deplorable, que Alvarado se niegue a conversar directa y espontáneamente con el ciudadano enfadado. De aquí se desprende esta interrogante: ¿Acaso el mandatario costarricense parece petrificado, sin reacción, por orgullo, arrogancia desmedida o será por miedo, un terror bien fundamentado que le carcome el sistema nervioso porque cree que podría ser agredido por la enorme turba? Es posible que haya un poco de todo lo anterior en el razonamiento enclaustrado de Carlos Alvarado.

 

           Esa es la panorámica que se da en Costa Rica, es la descripción precisa y fiel, pero lo que importa aquí, ahora y durante los siguientes días, será la reacción del mismo pueblo. Particularmente creemos que, mientras el mandatario no diga con claridad que se aleja del FMI y no recurrirá a ese organismo, el descontento y la desconfianza seguirán contra él. Así se lo hicimos saber por Twitter, pero parece que Alvarado tampoco quiere leer. El muchacho está encerrado en sí mismo o quienes le manejan por detrás con hilos invisibles, no le dejan tomar las decisiones cabales, tranquilizadoras y pertinentes. ¿Estará secuestrado el joven presidente por ese grupo de empresarios millonarios costarricenses o será la directiva del FMI la que le ordena obediencia ciega? Solo Dios, el diablo o él mismo, saben la respuesta. Por lo pronto... los disparadores de la violencia urbana siguen más activos que nunca. 


 CARLOS ALVARADO LLEGA AL PUNTO

DE INFLEXIÓN

 

El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha llegado, junto a los manifestantes que bloquean calles y carreteras, a un punto de no retorno en el que tiene que poner abajo su actitud y decisión de negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un nuevo préstamo multimillonario y recargar esa cuenta sobre los hombros del pueblo. Tal es la situación. No tiene escapatoria, no hay puerta trasera que le pueda deparar la huida y continuar con su terco empecinamiento. 

           Y es que estas protestas tienen varios matices, todos derivados "del color negro", son grises nada optimistas. Veamos:

          1. Da la impresión de que detrás del mandatario hay un grupo de economistas o empresarios millonarios costarricenses, quienes le ordenan lo que tiene qué hacer y le restan capacidad de maniobra a Alvarado; es decir, le dicen tácitamente: "usted negocia con el FMI porque nosotros se lo exigimos (y de paso les da una "gran tajada" del dinero del empréstito, porque nos imaginamos que así debe ser)."

          2. El jovenzuelo que es Carlos Alvarado se llena la cabeza de "basurilla", de ese orgullo fatuo, sin asidero alguno, que trae consigo la mayoría de los muchachos. Su inmadurez e impericia le hacen encerrarse en su oficina, no dar la cara, medir sus apariciones públicas, poner a subalternos a dar declaraciones; en otras palabras... meter su cabeza en la arena, igual a los avestruces, mientras la selva (el país), se incendia en todos los puntos cardinales.

         3. No nos imaginamos el hecho de que solamente un préstamo del Fondo Monetario Internacional, puede solucionar parte del problema financiero que sufre Costa Rica. En economía de alto nivel, según son las finanzas de un país, tienen que haber varias posibilidades, que para eso estudiaron los economistas para hallarlas y ponerlas en práctica; además, los presidentes y sus asesores económicos deben tener siempre planes A, B, C y D para implementarlos en el caso de que vayan fallando paulatinamente unos y otros. No es concebible que el gobierno solo tenga una alternativa y se supone que esos individuos están en un gobierno, porque tienen mentes brillantes y privilegiadas y se les pagan sueldos cuantiosos para que usen sus admirables cerebros. ¿O nos equivocamos?  

        4. La inmadurez del presidente de la República se nota con toda claridad, por su falta de sabiduría. "El joven es fuerte por lo general, pero nada sabio." Según dice la máxima de vida. La sabiduría es un precioso regalo que le hacen las vivencias al ser humano, conforme van pasando los años y las experiencias. ¿Cómo se le ocurre a este fulano (Alvarado), apretar las clavijas del pueblo, cuando el coronavirus chino lo está matando, le está quitando sus empleos y su dinero para vivir a diario? En medio del hambre, la desesperanza y la muerte, Carlos Alvarado anuncia un paquetazo de impuestos imposible de comprender y tampoco de asimilar. Antes de meter la pata tan horrorosamente, debió consultar con sus manipuladores en las sombras, otras opciones para levantar la economía del país, pero nunca expoliar o quitarle la poca carne que tenían los huesos del cadáver, o sea... los céntimos de los bolsillos del empobrecido ciudadano.

         5. Su terquedad. "El asno que se niega a caminar en medio del sendero y con el cargamento arriba, se expone a una golpiza por parte de su amo o sucumbir debajo de esa misma carga." Dice otra máxima de vida. Es decir, Alvarado, igual a los asnos, se ha plantado en medio camino y ha decidido continuar con su idea de dialogar con el FMI (ciertamente apareció en cadena de televisión, para avisar que suspendía "temporalmente" las negociaciones, pero cometió otra estupidez al utilizar el adverbio "temporalmente", eso quiere decir que lo engaveta un tiempo y cuando todo se calme en las calles, lo saca de nuevo para ir al FMI y seguir con la animalada). Lo cierto es que Alvarado no se mueve para un lado ni para el otro, a pesar de que su amo, el pueblo, le está dando fuerte con la fusta, con las manifestaciones en las calles. El muchacho es más terco que mula sin reversa ni avance.

         6. Otra penosa situación ha sido ver nuevamente a "momias" políticas, quienes se quitaron las vendas y salieron de sus sarcófagos para crear el desorden callejero; nos referimos a José Miguel Corrales, un político de vieja generación, causante, al igual que sus contemporáneos, del desmadre financiero que ha arrastrado el país durante décadas y ahora, nostálgico por el pasado y porque la vejez suya y la juventud de los nuevos políticos le han lanzado al olvido, regresó con esta postura de rebeldía, sentado en una silla porque sus piernas ya no lo sostienen más allá de los 80 años de edad y con el mismo mensaje demagógico que siempre le caracterizó a lo largo de su casi interminable carrera dentro de las Instituciones del Estado. Él es tan culpable como los demás, por el pésimo manejo económico que ha tenido Costa Rica, en los últimos 70 años. A su lado, Célimo Guido, un incendiario, también de "la vieja guardia," quien nunca hizo nada por esta nación, pero ahora está feliz porque las cámaras de la prensa lo enfocan nuevamente. 

 

         Finalmente, le recordamos a Carlos Alvarado que "la voz del pueblo, es la voz de Dios", escúchela, acátela, sea sensato, dialogue sincera y honestamente y aprenda, aprenda, aprenda, que a usted en su condición de joven... le resta toda una vida por aprender.


POR LA BOCA NACE Y MUERE EL PEZ

 

No sabemos cómo lo logra, pero lo logra muy bien: el presidente de los Estados Unidos siempre se las arregla para ocupar las primeras planas de los periódicos del mundo y los titulares de fondo de los telediarios. Ayer, protagonizó el peor debate televisado ante su adversario demócrata, Joe Biden; y hoy, toma un helicóptero en los jardines de la Casa Blanca, para ser llevado a un hospital militar y ser tratado porque ha sido infectado con el maldito coronavirus creado por los chinos. Le ha sucedido lo mismo que al mandatario excéntrico de Brasil, Jair Bolsonaro. Y la coincidencia finca en que ambos minimizaron en su momento, al covid-19, de manufactura china, y se rieron, incluso, de lo que calificaron de "gripecita." Lo cierto es que, en el gigante suramericano, mientras Bolsonaro se negaba a usar cubre/bocas, el virus chino mataba a mil (1000) personas por día.

 

           Pero el coronavirus ha llegado a Donald Trump en un lapso de su vida, totalmente inapropiado, porque se encuentra en campaña para su reelección presidencial y la rueda del proselitismo no se detiene; y lo peor que le puede pasar a Mr. Trump, es que el virus tome fuerza en su cuerpo y complique peligrosamente su salud; entonces tendría que alejarse de la política y por ende, de la Casa Blanca, de manera definitiva.

          No nos congraciamos porque Mr. Trump haya resultado infectado por esa maldición china, sino, todo lo contrario, ahora queremos que lo supere, se restablezca y siga al frente de su agenda que contempla tópicos tan delicados y molestos para el mundo libre, en los casos de la China comunista y su expansión criminal; Venezuela y su dictadura de narcotraficantes cocainómanos; Cuba y su sistema de hambre; y, por supuesto, la imperiosa necesidad de frenar y erradicar al mismo coronavirus en las entrañas de los Estados Unidos, mediante la vacuna que, presuntamente, está por salir de los laboratorios de Johnson & Johnson y de Pfizer. Jamás nos podríamos sentir  contentos porque a un ser humano, por más dislocado y torcido mentalmente que se encuentre, tal el caso de Trump, que le haya llegado de lleno el covid-19. ¡Nunca jamás! Pero si apoyamos la idea de que Joe Biden tiene que ganar las elecciones, porque Donald Trump es un discapacitado para conducir al país. La demostración que ha hecho en estos últimos años, desde la Oficina Oval, así lo confirma.

             Una variable sobre el mismo tema, descansa en la Primera Dama de la Unión Americana, la bella y elegantísima Melania Trump, quien ha sido contagiada por el virus chino y se ha sometido, junto a su esposo, a la cuarentena obligatoria y salvadora. Esta circunstancia de la preciosa Melania, nos entristece y preocupa, más aún porque ella es una excelente madre de Barron, el jovencito adolescente que ha tenido en su matrimonio con el Presidente de los Estados Unidos. Por todo lo que es y significa ella, Dios quiera que venza a ese maldito contagio que nació en Wuhan, la ciudad más puerca del planeta, donde los chinos comen desde ratas, pasando por perros, gatos, reptiles, hasta consumir también a los murciélagos de Tailandia. Por esa caótica y asquerosa dieta, fue que extrajeron el virus del roedor volador y lo esparcieron por toda la Tierra.

            En todo caso, lo acontecido con Donald Trump, lo mismo que Jair Bolsonaro, se puede resumir en el viejo adagio que dice, "por la boca nace y muere el pez", porque ambos hablaron demasiado, minimizaron al covid-19, y las acciones que ordenaron tomar a los sistemas sanitarios de ambos países, además de irresponsables, fueron tardías y mortales, ya que miles de ciudadanos fallecieron fulminados por serle obedientes a los dos mandatarios. Es decir, lo que tanto tergiversaron, manosearon, despotricaron y quitaron importancia, mediante sus intervenciones habladas ante los periodistas, ahora se ha volcado contra los dos. El brasileño ha quedado muy golpeado por el paso del coronavirus por su humanidad y algo parecido -si se salva-, pasaría con el anciano Trump. 

           Lo preocupante en el caso del mandatario estadounidense, radica en estos factores: es un hombre obeso, entrado en años, tiene una alimentación deficiente, pues solo come Big-mac de MacDonald's y bebe únicamente Coca-Cola, y otro alimento diferente no lo consume, aspectos que podrían estar relacionados con otros padecimientos que no han trascendido a la opinión pública y por ello, no conocemos. Veremos qué sucederá en los próximos días con "este caballero de oxidada armadura", si supera a la maldición china o ésta lo supera a él. Quienes si estarán contentos y bailando en una pierna, deben ser los chinos continentales, creadores de la pandemia, y que odian a muerte a Trump; y deben estar orándole a sus dioses paganos para que "el gringo" acabe fulminado por el covid que ellos extrajeron de los vampiros mientras se los comían, producto del hambre diaria que los chinos sufren en esa "super-potencia" de papel y de mentiras.

          Finalmente: que se repongan de ese mal Mr. Trump y su First Lady y regrese a "dar la lata", según lo ha venido haciendo desde que irrumpió en la política mundial.  Se lo deseamos de corazón.


 LA VIOLENCIA DISPARADA EN

COSTA RICA

 

Hay una señal inequívoca en un país cuando la violencia se ha disparado o rebasado los límites en sus capas sociales y se presenta cuando crecen los cuerpos policiales y se envían al exterior los mismos oficiales para que aprendan sobre el combate a la delincuencia e implementarlo en la realidad nacional, a su regreso.

            En Costa Rica, el incremento delincuencial se ha venido produciendo vertiginosamente a partir de los años 80, sino recordemos la matanza de una familia entera en las faldas del Cerro San Miguel, en la localidad de Alajuelita, aquel 6 de abril de 1986, y aún se desconoce la identidad del (o los) asesino (s) y las razones de tal brutalidad. La policía costarricense, incapaz de desentrañar el caso, lo cerró abruptamente y la prensa no presionó a las autoridades para que continuara con las investigaciones y arrojaran la verdad precisa sobre los hechos. Todo quedó en el campo de la especulación, de las suposiciones absurdas: "que lo cometió un psicópata, un ex guerrillero" del grupúsculo del payaso nicaragüense, Edén Pastora, y decenas de fantasías más que se inventó la policía y jamás dieron con el siniestro personaje y declararon olímpicamente que, tiempo después, el mismo "psicópata" había muerto, sin aportar ninguna prueba certera. En todo caso, ese fue el primer aviso de que el país, en materia de criminalidad, estaba cambiando de manera radical.

         Los actos criminales que vendrían después serían tanto o más desproporcionados que el narrado anteriormente: secuestros, desapariciones de los mismos secuestrados, extracción y venta de órganos humanos, violaciones, asesinatos de esposas, adolescentes despedazadas y lanzadas a basureros... ¡En fin, el costarricense sacó el lado oscuro de su personalidad! Estaba enseñando su aspecto depravado, por encima de los cuentos policíacos clásicos de Edgar Allan Poe o de la literatura inglesa que han sido llevados al cine.

         El último de estos negros episodios fue el de la adolescente Alisson Bonilla, una jovencita normal, en la flor de la vida, quien, la noche más oscura de su existencia, venía de su centro de estudios, cuando fue alcanzada por el individuo que le quitó la vida, no sin antes saciar su voracidad sexual en ella. Posteriormente la descuartizó y la lanzó a un basurero improvisado en la localidad de Cachí de Cartago. Veamos: los protagonistas de este horrendo crimen eran dos vecinos, de una región campesina, impensable que en personas tan limpias de corazón y pensamientos, se diera algo así. Hecho que lanza otra interrogante: ¿Si esa situación macabra se dio entre personas alejadas de la violencia de las grandes ciudades, qué podemos esperar en el futuro y en distintas comunidades iguales o parecidas? Una muestra de que la criminalidad ha llegado a todos los rincones del país, sin excepción alguna. O quizás, ¿Esa parte criminal en el alma del costarricense siempre ha estado ahí adormecida y ahora despertó abiertamente, cuando no soportó más la inhibición social a la que estuvo sometida de los años 80 hacia atrás? Porque el costarricense, antes de esta virulencia sangrienta que está practicando actualmente, ya mostraba síntomas agresivos, pero no se atrevía a manifestarlos. Todo un caso para los psicoanalistas nacionales, para que lo estudien y den una explicación científica acerca del comportamiento del "tico".

          El secuestro, violación, asesinato, descuartizamiento y desaparición de la jovencita Bonilla, fue un acto de barbarie propio de una pésima película de Hollywood, de esas tan comunes por las noches, cuando las transmiten. Y lo que lo hace más patético es el hecho de que fue perpetrado por personas con aspecto normal -según dijimos anteriormente-, de esas mismas que se saludan cada mañana cuando se cruzan por las calles y aceras y que hacen de la cotidianidad algo agradable. La familia de la muchacha conocía a la del asesino y viceversa... por lo tanto, no había nada qué temer. Y ahí radica, específicamente, lo tenebroso y sádico del crimen: la familiaridad entre las personas que pertenecen a una comunidad pequeña y que sienten empatía porque viven muy cercanas y se ven casi todos los días. ¡Impensable que ahí esté escondido un asesino y un violador en potencia! 

         El mensaje contundente que estos rasgos lanzan a los sociólogos, criminólogos y psicólogos de Costa Rica es: ¿Qué está fallando en la cultura, la idiosincrasia, la educación y en la formación del costarricense? ¿Dónde quedaron los valores intrínsecos y extrínsecos del ciudadano común y el respeto inherente hacia sus semejantes, que antes les inhibía para cometer tales barbaridades? Por lo pronto, solo atinamos a musitar: el costarricense ha cambiado y la tarea que nos espera para recuperar las virtudes perdidas, es ardua, profunda, y es un reto de inmensas proporciones. 


 UNA CELDA PARA RAFAEL CORREA

 

Los tribunales de justicia del Ecuador han dictado prisión para el ex presidente de la República, Rafael Correa, al ser hallado culpable en el caso conocido con el nombre de “Sobornos 2012-2016.” De tal manera, el sujeto en cuestión tiene que ingresar a una penitenciaría sin demora alguna, según la sentencia emitida por el juez. La reacción inmediata del imputado se dio a conocer en la red social Twitter, mayormente utilizada por políticos alrededor del mundo, y dice lo siguiente: “Finalmente lo lograron. En tiempo récord sacan sentencia ‘definitiva’ para inhabilitarme como candidato. No entienden que lo único que hacen es aumentar el apoyo popular (a su favor, según deja entrever).”

            Desprendiéndose del texto anterior redactado por Correa, se considera inocente sin cortapisas; es decir, lo que han cometido contra él ha sido una vileza del tamaño de la Capital ecuatoriana, porque él siempre fue “la blanca paloma” que siempre ha afirmado ser. Sin embargo, este individuo participó en una red de sobornos de parte de la empresa constructora brasileña Odebrecht, que pagó, “por debajo de la mesa" a este ex funcionario del Estado del Ecuador, fuertes cantidades de dólares a cambio de que les permitiera a los brasileños corruptos –quienes han corrompido a más de una docena de ex mandatarios a lo largo y ancho de América Latina y África-, la adjudicación de millonarios contratos para levantar obras de infraestructura en todo el país. En el caso de Correa, otras empresas, además de Odebrecht, le dieron también miles de dólares  subrepticiamente, y por ello la condenatoria era inminente y determinante en su contra.

             Por supuesto que, de manera inmediata, los abogados de Rafael Correa recurrieron a casación, pero los jueces determinaron que el proceso transcurrió con toda normalidad y por esa razón estimaron “improcedente” los nuevos alegatos o impugnaciones a la sentencia contra el ex presidente y otros 15 implicados, quienes también resultaron condenados al final de las deliberaciones. Al final se determinó que el ex mandatario y su ex vicepresidente, Jorge Glas, eran los “instigadores” en este caso de corrupción y los magistrados lo hicieron ver en este comunicado: “(…) En su condición de líder de Alianza País, con su selecto grupo a su orden, afines al gobierno, la recaudación de valores instigó y aconsejó a Pamela M, para que armara la distribución de los sobornos y el sistema ilícito en una oficina paralela a la Presidencia de la República.”

            La obviedad del carácter corrupto de Rafael Correa, quedó al descubierto durante y al concluir el juicio que lo ha condenado a 8 años de prisión y la inhabilitación para ocupar cargos públicos, ya que tenía la intención de participar en las elecciones a celebrarse el 7 de febrero del 2021, en condición de candidato a la vicepresidencia, en la fórmula encabezada por Andrés Arauz. Es decir, Correa deseaba regresar al gobierno de cualquier modo (buscando la inmunidad y la impunidad, por supuesto); pero ha resultado fallido en su último intento, gracias a la sentencia judicial, según hemos descrito en las líneas anteriores.

            Recordemos que al terminar su período presidencial, en el que presentó visos de prepotencia y afanes dictatoriales izquierdistas, se refugió en Bruselas, Bélgica, donde permanece en la actualidad y se espera que sea repatriado para que cumpla la condena en prisión. A sus 57 años, Rafael Correa ha pasado por ser uno más de los corruptos que se pusieron a las órdenes de la holding brasileña, Odebrecht, la misma empresa transnacional constructora que “embarró” las manos de decenas de políticos en Perú (recordemos el suicidio en el 2019, del ex presidente peruano Allan García), México, América Central, Argentina, Colombia, etcétera; y los largos tentáculos de los brasileños no quedaron ajenos a Correa, quien vendió su voluntad y su poder de decisión por miles de dólares que aún están en sus arcas personales. Sin dudar absolutamente nada, vemos que uno de los rasgos de personalidad de este ex mandatario ecuatoriano es la facilidad con la cual cae en la espiral corruptiva, el dinero supera cualquier rasgo de moral y honestidad que pudiera tener y así ha quedado estipulado en los registros del juicio que lo condenó y en la hechos contemporáneos del Ecuador.  

            Solo falta, en honor a la justicia, que lo hagan regresar de Bruselas, para que ocupe la celda que se le ha destinado en su país de origen. Si tiene un poco de vergüenza, debería regresar voluntariamente; sino, habría que aplicarle la ley internacional coercitiva, traerlo por la fuerza y encerrarlo según corresponde. No tiene opción.


 COSA DE GANSOS Y GANSAS

 

Nuestros antepasados tenían un dicho popular muy simpático y gráfico a la vez, que decía: "lo que es bueno para el ganso... es bueno para la gansa." O sea, en cuestiones o eventualidades de justicia, si se le aplica la ley a determinada persona por causa de algún delito, se le debería aplicar el mismo correctivo a otro individuo que cayó en la misma causa delictiva; es decir, lo que sirve para uno, es propicio para el otro. Eso es lo que quiere decir el adagio.

           Yendo al grano, el parlamento de Costa Rica acaba de aprobar una ley que condena jurídicamente y lleva a la cárcel a quienes irrespetan sexualmente a las mujeres cuando éstas andan por las calles en distintas gestiones que obedecen a su cotidianidad. Dicha ley contempla actos contra la moral cuando se agravia a las féminas, actos desglosados en silbidos y otros sonidos de connotación lasciva, piropos pasados de tono, comentarios de iguales características y por supuesto, en el caso de que incurran en tocamientos de las partes íntimas de las damas.

           El anuncio de esa aprobación legislativa ha satisfecho a la gran mayoría de los costarricenses y muy especialmente a las mujeres, quienes, según sus propias palabras, no se sentían seguras caminando por las aceras de la Capital u otras ciudades, porque las vulgaridades a las que se veían sometidas eran la constante, de parte de los hombres (o poco hombres para ser exactos); y a partir de la promulgación de la ley, se sienten más seguras y les ha dado la oportunidad de llamar a la policía, acusar y detener al infractor con todo el peso de la misma ley a la que hacemos referencia. Sin embargo, a pesar de que todo ello parece muy edificante y casi perfecto, surge un tema que tiene que ver mucho con el contexto, porque es de índole sexual y es aquí donde exclamamos: "¡Lo que es bueno para el ganso, que lo sea también para la gansa!" 

          Repasemos algunos hechos del pasado reciente: el ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz (el único que no necesita un gran aporte, como el de literatura, física o de otra índole), Oscar Arias Sánchez, fue acusado en los meses anteriores por dos mujeres en el ámbito judicial, por ataques (así literalmente... "ataques"), sexuales en contra de las dos, con tocamientos a sus senos y vaginas, según explicaron ambas. Aparte de ellas, aparecieron, tanto en los Estados Unidos (con declaraciones reproducidas por el New York Times y The Washington Post), como en Costa Rica, dos periodistas, quienes adujeron lo mismo: que el flamante doctor Arias las manoseó de manera inmisericorde e igual al depravado que realmente es. Un secreto a voces que se comentaba en corrillos presidenciales durante las décadas de los 80 y 90, siempre en referencia al político señalado. 

         De tal modo, con la aprobación de esta ley, el veredicto en contra de Oscar Arias, prácticamente estaba servido; es decir, implicaba una condenatoria ipso facto; porque, además, en los Tribunales de Costa Rica, la palabra de una mujer solo está un escalón abajo de la de Dios; esto quiere decir que tiene un peso indiscutible en el ámbito jurídico. Pero (el gran e inexplicable "pero" aparece), se ha dado cuando las dos féminas, sin explicaciones claras (o mejor dicho, ninguna explicación), levantaron las acusaciones contra el ex presidente y lo dejaron "listo para continuar con sus fechorías," sin causas penales a raíz de los ultrajes sexuales. Francamente no entendemos a las mujeres. ¡Nunca mejor dicha esta oración gramatical: no entendemos a las mujeres! ¿Por qué quitaron las dos acusaciones si tenían tantas probabilidades de resultar vencedoras en la Corte Suprema de Justicia y de hacer historia en beneficio de todas las demás costarricenses, quienes se han visto en iguales o peores circunstancias, por culpa de los enfermos sexuales quienes siempre han gozado de impunidad? Dicho levantamiento de las acusaciones deja muy mal a las dos mujeres y cualquier epíteto (adjetivo inherente), les calza a la perfección a partir de ahora.

           Por eso, la pregunta de importancia capital es: ¿No es más agraviante meter los dedos en la vagina de una dama o tocar sus senos, usando la fuerza bruta, sin su consentimiento, que un piropo subido de tono, proferido por un hombrecillo de las calles, en un día cualquiera? Oscar Arias hizo lo primero: se propasó brutal y violentamente contra unas cinco o seis damas costarricenses y estadounidenses, según consta en artículos periodísticos y en los archivos judiciales. ¿O será que en el caso del ex presidente lascivo, "lo que es bueno para el ganso no es bueno para la gansa"? ¿El político en cuestión tiene inmunidad e impunidad solo porque tiene mucho dinero supuestamente; y los gamberros de las calles son unos pobretones sin cultura y por eso es menester que les caiga el puño poderoso de los jueces sobre sus cabezas? ¿Es cuestión de dinero lo que marca la diferencia entre aquel y estos otros? Si es así, entonces démosle impunidad a todos los lujuriosos y que las mujeres no se quejen más y deroguemos esa ley, que, ya vemos... no sirve absolutamente para nada. 

         En todo caso, seguimos pensando igual que nuestros abuelos que, "lo que es bueno para el ganso... es bueno para la gansa." Traducido con simpleza sería: Arias debería estar en prisión desde hace años, indefectible e ineludiblemente. La lógica judicial, las leyes promulgadas y los hechos así lo ordenan. 


 LA DERROTA ANUNCIADA DE LAURA CHINCHILLA

 

En el mundo de la política y de la política en el mundo -léase despacio para entender bien los dos conceptos-, existe una gran diferencia entre lo doméstico y lo internacional. ¿Qué quiere decir esto? Que un político cualquiera puede triunfar en unas elecciones presidenciales en su país y ello debido a muchos factores que se decantan en las características del pueblo, su idiosincrasia, su cultura, la retórica del mismo postulante, el aparato de propaganda que trabajó a su servicio, las condiciones circunstanciales que lo rodearon y las situaciones económicas y sociales en las que se debatieron los contrincantes durante la campaña electoral. Pero eso obedece a lo interno de determinadas naciones; lo cual no implica que lo logrado en esa nación, vaya a repetirse en el extranjero, en organismos internacionales. Más claro aún: el hecho de que el actual presidente de Colombia, por ejemplo, haya "barrido" en los comicios que lo hicieron mandatario, no significa que, en el futuro, si optara por la Secretaría General de la ONU,  de la OEA o de un Banco en el exterior, lo vaya a conseguir con la misma facilidad y es muy posible que resulte derrotado. Eso mismo le sucedió a la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, quien gobernó a ese país centroamericano del 2010 al 2014.

              Esa mujer, quien fue la primera presidenta en su tierra natal, le sucede igual a todo aquel que ha logrado un triunfo político significativo: el alma se le llena de orgullo, el super-ego (el anhelo de ser alguien portentoso que no es), y la auto-confianza se le disparan a miles de kilómetros fuera de la atmósfera terrestre. Y la señora Chinchila siempre ha tenido ese orgullo, inyectado, directa o indirectamente, por su padre, quien fue el sempiterno contralor de la República, debido a que el partido al que pertenecía, ganaba constantemente las elecciones nacionales y ello redundaba en su beneficio, porque se mantenía en aquel puesto (en el que cerraba sus ojos y dejaba de escuchar adrede las voces que le informaban sobre la altísima corrupción de dicho partido en el poder). De tal modo, Laura Chinchilla creció en su casa creyéndose la legataria, la dueña, "porque sí", del destino político de su patria.

             Por esa razón intrínseca, desarrolló ciertas habilidades que en Costa Rica sí le dieron resultado, como una verborrea impresionante (dispara las palabras a cientos de kilómetros por hora, sin someterlas a correcciones semánticas, y las deja ir sin importarle si están bien o mal dichas); pues la mujer cree a pies juntillas que "hablar mucho, equivale a hablar bien" y no siempre -o casi nunca-, esa creencia resulta verdadera; también, el aparato electoral que tenía montado su partido, Liberación Nacional, sin duda fue el acicate y el fundamento para hacerla ganar las elecciones, ante un candidato opositor (Otón Solís, del Partido Acción Ciudadana, un perdedor nato en estas lides proselitistas), quien también fue factor importante para que dicha mujer llegara a la presidencia de la República. Mientras tanto, su ego seguía insuflándose de manera exacerbada.  

             Una vez que dejó ese cargo administrativo, y después de haber endeudado más a su país con la banca extranjera y demás organismos internacionales; y haber hecho crecer más los índices de pobreza per cápita y globales, Laura Chinchilla no se quedó tranquila en su casa gozando de su abultada pensión, sino que su super-ego le dictaba que luchara por alcanzar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los más importantes que existen en este continente. Ella se autoengañó al pensar que, "si alcanzó la presidencia de Costa Rica, podría alcanzar cualquier otra cosa que se propusiera en el mundo, porque, entre otras razones, ella es una mujer extraordinariamente inteligente, 'fuera de órbita' e incomparable con nadie en miles de kilómetros a la redonda." Pero se equivocó. Y erró porque "los logros internos en cada nación, no son los mismos a nivel internacional, no se dan igual", tal y como explicamos al principio.

             Y aquí viene la desfachatez: pidió al partido en el poder, el PAC, adversario declarado de su propio movimiento, Liberación Nacional, que le ayudara en su candidatura para vencer al otro postulado, el asesor del presidente de los Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone. ¿Ayudarle de qué manera? Imaginamos que pagándole sus viajes al exterior con dinero de los contribuyentes costarricenses; con propaganda de parte de los embajadores de Costa Rica en cada país y con todo lo concerniente al entramado proselitista, para hacerla ganadora. Pero el gobierno de esta nación centroamericana, que está enfrentado grandes problemas financieros, de desempleo y con la pandamia china del coronavirus, le quitó todo apoyo a la mujer en cuestión. El sueño, el delirio de grandeza de la Chinchilla, le explotó en la cara de la misma manera según sucede con las pompas de jabón. Y tuvo que recluirse en su casa y continuar con su delantal en la cintura, en las labores hogareñas. No basta con hablar igual a "una descosida" y mucho menos creerse el ser más inteligente y capacitado del Universo, para ocupar cualquier puesto que se le ocurra, sea nacional o internacional; porque, en la mayoría de los casos, los hechos hacen que las personas "toquen tierra," regresen a la realidad y se den cuenta de que son solamente seres ilusorios, reñidos con la humildad (primero que todo), con la verdad y con las aptitudes realistas. ¡Quédese en casa señora, que muchísimas personas no creemos en usted; y eso incluye al complejo mundo de las finanzas del BID, por supuesto!


 SI LOS CHINOS TUVIERAN MORAL Y CORAZÓN...

 

Los he encontrado en las calles de esta ciudad Capital, pues hay toda una vía dedicada a ellos, que lleva por nombre "Barrio Chino", que al pésimo y corrupto alcalde de San José, Johnny Araya, se le ocurrió crear de manera impositiva y arbitraria, sin tomarle el consentimiento a los josefinos. Esa larga arteria, para quienes nacimos en esta urbe y nos criamos en ese lugar, será siempre el Paseo de los Estudiantes, donde pasan diariamente miles de jóvenes uniformados de colegios, del Liceo de Costa Rica y otros más, en los autobuses que lo recorrían de norte a sur. 

             Pero me desvié un poco del tema principal de este editorial, que trata de los chinos en Costa Rica. Decía que me los he encontrado y siguen como si nada estuviera sucediendo en el mundo, con el coronavirus que ellos crearon y del que cada vez me convenzo, lo diseminaron por toda la circunferencia del planeta, de manera maligna, premeditada y con el único deseo de poner a la civilización occidental de rodillas; pero le han hecho más daño a los países y ciudadanos pobres, que a los otros. Los chinos son criminales, sin duda. Toda la vida lo han sido; incluso contra ellos mismos. 

           ¿Pero por qué tendrían que sentirse distinto y actuar diferente? Porque, cuando cargamos con una culpa, con una gran culpa igual a esta del covid-19, es para que esos individuos anden con sus cabezas bajas, avergonzados y sin deseos de vernos, a quienes no pertenecemos a su raza, a los ojos. Pero nó. Los chinos parece que no tienen sentimientos, no desarrollan culpabilidad, porque, precisamente, no tienen consciencia y se han acostumbrado a hacer tanto el mal, que lo primero que han matado, son sus propias consciencias individuales y colectivas.

          Personalmente he visto y analizado a otros pueblos con culpas históricas y son seres humanos tan normales, tan humanos, que se sienten apesadumbrados por los errores que han cometido en perjuicio de otros semejantes. Pero se me olvidaba que para ser un criminal total y absoluto, uno de los primeros pasos es erradicar los sentimientos de bondad y si se pudiese actuar glacial, esto es, con extrema frialdad, mejor que mejor para el asesino. Porque lo que le han hecho los chinos comunistas al mundo entero, en este 2020, no tiene parangón en la historia de la humanidad; peor que la Santa Inquisición, creada e impulsada por el Papa Gregorio IX, quien ordenó la matanza de los gatos a los que creía secuaces de las brujas y con ello permitió que Europa se llenara de ratas, al causar el desequilibrio ecológico, y con los enormes roedores (que alcanzaron tamaños inusitados), apareció la peste negra, causando la muerte de millones de personas. Aún así, el coronavirus creado y diseminado por los chinos, supera a aquella peste maldita que salió del pensamiento oscurantista de la Iglesia Católica medieval, según hemos repasado.

               En todo caso, es de seres sensibles, con sentimientos, conscientes de que no están solos en el mundo, mostrarse preocupados, avergonzados y rendir disculpas sentidas, audibles y claras, al resto de la humanidad, por esta barbaridad mortal que han causado al ingerir en sus comidas, animales que no son comestibles de ningún modo (por ejemplo, los murciélagos). Porque justamente de esas prácticas reñidas con el aseo y la civilización, se derivó el covid-19 que hoy está matando a miles alrededor del orbe. Si esos chinos tuvieran moral y corazón -y me refiero a los que ostentan el poder y a quienes están en los puestos científicos de decisión-, enviarían médicos y personal especializado a los países pobres (y ricos también), para ayudar a combatir a la pandemia; pero no lo hacen y no lo hacen por una simple razón: porque no se sienten culpables de esta mortandad que ellos causaron, no asumen la culpa... saben cabalmente que ellos la causaron, pero no la asumen, no se sienten responsables, no les importa... Así ha sido esa raza a lo largo de la historia. Por eso mismo, por esa carencia de sensibilidad, no son queridos en Asia y han chocado siempre con los japoneses, coreanos, vietnamitas, hindúes, etcétera. Ahora, en la lejana América, sabemos con precisión quiénes son y cómo son los chinos.

            Finalmente, siempre asociados con la mentira, mienten al decir que han creado la vacuna definitiva contra el covid-19; pero no tienen NADA, absolutamente ¡NADA!. De igual manera han mentido siempre al asegurar que ellos crearon la pólvora, los cañones, la pasta (que resulta ya no es italiana), la escritura, la imprenta y todos los adelantos que impulsaron al hombre en esta Tierra nuestra. Falacias de un pueblo que ha estado siempre más cercano al hambre, que a la opulencia; más cercano a la opresión, que a la libertad; y más cercano a la muerte, que a la vida. Nos deben una disculpa... y de rodillas.


Desentierro de cadáveres y resurrección de los muertos

 

En particular siempre he sentido gran respeto (y una gran dosis de temor), ante el mundo del más allá y fundamentado en ello, siempre he creído que a los muertos, a los espíritus que volaron hasta Dios o hasta el hades, hay que dejarlos quietos donde están, porque, si los traemos de regreso, a ver quién soporta las consecuencias. 

 

            Pero "hay muertos de muertos" en esta dimensión y en la otra, donde todo es etéreo y misterioso. En lo que compete a nuestra tercera dimensión que es donde vivimos, despertar a ciertos muertos tampoco es garantía de felicidad, seguridad, ni arreglo a nuestros problemas, por mínimos que éstos sean. Lamentablemente, Carlos Alvarado, presidente joven de Costa Rica y sin ninguna experiencia política antes de ganar las elecciones pasadas, no sabía que resucitar cadáveres solo problemas le iban a acarrear. Y los muertos en la política suelen ser peores que los que están flotando en la inmensidad del más allá.

          Para ilustrar lo anterior, nos remitimos a un ejemplo actual: Marcelo Prieto, oscuro político de la década de los 80 en el Partido Liberación Nacional (PLN), nunca tuvo un papel descollante, tampoco tuvo "luz propia" con la cual pudiera iluminar su propio sendero y se apagó igual a las cosas insignificantes de la vida, que suelen desaparecer de repente, sin ninguna explicación de fondo. Fue embajador en uno de los países más corruptos de América, en México; pero antes fue un feo diputado en la Asamblea Legislativa de Costa Rica y eso fue todo en la carrera política de este individuo. La verdad, muchos no nos acordábamos de semejante fulano, hasta que Carlos Alvarado, en un viaje astral hasta algún cementerio, a mitad de la noche, pronunció las palabras propias de un conjuro y levantó al cadáver Prieto de su tumba abandonada, húmeda, oscura, llena de maleza y fantasmagórica; y lo nombró nada menos que Ministro de la Presidencia, un cargo extremadamente sensible, pues tiene que vérselas con las fracciones legislativas, con los partidos de oposición y dar la cara ante los ciudadanos para evacuar preguntas y explicar situaciones que tienen que ver con el funcionamiento del gobierno. ¡Menuda tarea para un "aparecido" entre la densa niebla sepulcral!

           Repito: yo siempre he creído que a los muertos hay que dejarlos descansar en paz, porque no me gustan sus maldiciones si los llamamos de nuevo a esta vida; y Carlitos Alvarado ya está sufriendo las consecuencias de la maldición que trajo Marcelo Prieto desde su sepulcro, porque nadie lo soporta, nadie lo quiere, nadie lo acepta y todo el mundo le recrimina su desacertada manera de hablar. En otros términos, es dueño de un anticarisma que crispa los vellos de nuestra piel. El fulano si habla,,, "la embarra"; si calla, todos critican su fea apariencia física y su horrorosa manera de sentarse y de vestirse. Es un desgraciado que cayó en mayor desgracia ante los ojos del pueblo costarricense. Es justamente la cara que nadie quiere ver, mucho menos en tiempos de pandemia china.

           En días recientes, Prieto manifestó estas desacertadas declaraciones: "Yo siento que hay un cierto autismo en algunos sectores del país (...)", lo dijo en el contexto de la pésima comunicación que tiene este gobierno de Alvarado con el resto de la población; pero el ministro de la Presidencia insultó de paso a un sector de costarricenses que padecen autismo (incluyendo a un hijo de quien escribe este editorial). Es como si yo dijese: "Da la impresión de que el Síndrome de Down se ha extendido entre muchas personas que no entienden lo que hacemos ni decimos." Por ejemplo.  Prieto ha demostrado una total insensibilidad ante los nutridos grupos de autistas que hay en Costa Rica (más de 65 mil), y una ignorancia absoluta acerca de lo que es el autismo, y eso lo notamos cuando dijo "hay un cierto autismo". ¡Es que no hay autismo por partes, tampoco es relativo ni se puede cifrar en dosis! Sino que es una condición que abarca absolutamente todo a quien la padece, es la naturaleza del individuo, es indisoluble, porque se compone de los genes que a su vez dan forma a la personalidad. Fue un infame comentario de un hombre infame, quien se las da de político, pero más bien representa a los antivalores de la antipolítica. Y el presidente Carlos Alvarado, fiel a su manera de ser... calla nuevamente, talvez porque su juventud y su formación intelectual incompleta, no le permiten decir nada ni a favor de su protegido, Marcelo Prieto, ni en su contra. Simplemente cuando Alvarado guarda silencio es porque su mujer, seguramente le aconseja que se aleje del fuego de la discusión; o el tipo es incapaz de razonar nada por sí mismo.

           Pero han quedado claras dos situaciones: 1. Que Marcelo Prieto sigue siendo el mismo fantoche de siempre, el que dejó la política hace décadas atrás y el que ha regresado ahora; y 2. al ser un cadáver político ha traído consigo la maldición de ultratumba, traducida en carencia de valores, de respeto a los ciudadanos (especialmente a los autistas), y vacío absoluto donde se supone que debería estar su cerebro. Eso le pasa al mandatario Alvarado por creer en sus amigotes de tragos y por volver la vista a un pasado que nadie quiere revivir. 


 SANCIONES Y BOICOT CONTRA LA CHINA

COMUNISTA, POR FAVOR

 

Los chinos tienen que darle una explicación al mundo, a la humanidad entera, rendirle perdón y solucionarle el gravísimo problema que han causado al crear y diseminar al coronavirus. Pero, al contrario, la actitud de los chinos se desglosa en lo siguiente: 1. no asumen la culpa por la pandemia (mucho menos sienten nada por los miles de muertos alrededor del mundo); 2. mienten al decir que han creado una vacuna y ofrecen, con todo descaro, venderla a quienes la soliciten, pero primero ofrecen préstamos millonarios en dólares a los gobiernos de países pobres, especialmente latinoamericanos, para que puedan pagar por esas vacunas (nótese la desfachatez); 3. quieren hacer creer al orbe entero de que ya tienen controlado el problema del contagio del covid-19 y la verdad es que se aplaca en algunas de sus ciudades, pero resurge en otras; 4. se quejan porque el gobierno de los Estados Unidos los culpa a ellos por la creación del mortal virus y se fingen indignados; y 5. igual a los nicaragüenses sandinistas, citan al pueblo, masivamente, para que concurran a festejos y demuestren que la pandemia es solo un amargo recuerdo. Así ha sucedido hace pocas fechas en la mismísima ciudad de Wuhan, en cuyo mercado, en medio del desaseo característico de los chinos, apareció por vez primera el coronavirus, y ahí precisamente, en los parques acuáticos, se dieron cita cientos de personas, sin cubrirse sus rostros ni guardar las medidas de distanciamiento, para meterse al agua y fingir que todo era alegría y seguridad.

           Es por todo lo que hemos enumerado, que los gobiernos alrededor del planeta deberían unirse en torno a las débiles iniciativas que encabezan Francia, Estados Unidos e Inglaterra (los aliados de siempre), para sancionar a China; porque, si tenemos que llamar con mayor precisión lo que es esta pandemia, debería ser con el nombre de "genocidio", debido a la enorme cantidad de muertos que suceden día a día y por culpa inicial de los chinos, quienes acostumbran comer toda clase de animales, se arrastren, vuelen, corran, naden, trepen o caminen, y los mantienen enjaulados en el peor desaseo posible.

          Esa alianza multinacional debería ir en dos direcciones: 1. exigir a los chinos una disculpa a la humanidad entera y al mismo tiempo, ayuden a los países afectados a combatir al coronavirus; y 2. si hacen caso omiso los orientales comunistas, boicotear sus productos, no comprarles, ni venderles y mucho menos recibir a sus ciudadanos en condición de turistas ni en misiones diplomáticas, hasta que cumplan con lo que les es exigido. No sería fácil, porque, hasta donde sabemos, nunca nadie ha aceptado jamás una culpa por un daño hecho y mucho menos de las características de este, con el covid-19. Además, los chinos se creen inteligentísimos, el pueblo más capacitado del mundo, inventores de esto, aquello y lo otro, mientras arguyen que el resto de la humanidad no ha inventado nada (hasta la pasta que comen los italianos, dicen los chinos que Marco Polo les robó las recetas cuando estuvo en China, a ese grado de fantasía y desvergüenza han llegado los tipos de ojos rasgados); y ahora, convertidos en potencia militar y nunca comercial, porque todo lo que venden es auténtica porquería, se creen con el poder de enfermar a quienes a ellos les dé la gana, tal y como lo han hecho.

          Desgraciadamente, el único que ha mostrado sensatez en este sentido, ha sido Donald Trump, quien, cada vez que habla de la problemática pandémica, insiste en recordarnos que fue un lío creado por los chinos; incluso le dice "la pandemia china", con toda justicia y precisión. Es decir, de lo poco admirable que es Trump, este punto es uno de esos: cuando señala directamente a la China comunista por todos los males que nos aquejan en estos momentos. Y decimos "desgraciadamente", porque cada palabra dicha por Trump pierde validez y peso, debido a su pésima gestión al frente de la Casa Blanca, en Washington, y por su personalidad errática por naturaleza. Pero si Angela Merkel, Emmanuel Macron, Boris Johnson y el mismísimo Vladimir Putin se hicieran eco de las acusaciones a China, que dirige continuamente Trump, el boicot y las sanciones podrían nacer, crecer y hacerse realidad, porque hay que sentar un precedente. Más aún si recordamos que en este mundo, empequeñecido por los adelantos modernos, cualquier virus que surja lejos de nuestras vidas, tarde o temprano nos llegará para causarnos el daño, de igual manera como lo está haciendo ahora.

           Con unas sanciones fuertes, firmes, inflexibles y sólidamente sustentadas, política y científicamente, China entenderá que no deberá jugar nunca más con las vidas de los seres humanos, que deberá respetarlos, que sus líderes deben aprender a cerrar sus bocazas y, fundamentalmente, a ser humildes y reconocer que los chinos no son nadie sin el resto de los ciudadanos del mundo. Es imperativo que los gobiernos se unan y les den esa lección que nadie les ha dado nunca a los monitos amarillos y de ojos rasgados, creadores de la pandemia que está matando a miles en todas partes.


 La Otra Piel de los Políticos

 

Es del todo cierto que los políticos se salen del común, son gentes diferentes a quienes vemos todos los días en nuestras casas, barrios, trabajos, iglesias, etcétera; pero debemos dejar claro que no estamos estableciendo que sean "superiores" o más capacitados, que el común de las personas. Simplemente son distintos y veremos algunas razones. Pero, antes de continuar, debemos hacer hincapié que este editorial lo hacemos fundamentados en la candidatura que Laura Chinchilla, la expresidenta de la República de Costa Rica, ha presentado para presidir nada menos que al Banco Interamericano de Desarrollo (BID); es decir, no se trata del Banco Nacional de CR o el BAC, sino que es nada menos que el rector de la economía y finanzas hemisféricas, desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Pero hay que ver que esa mujer costarricense tiene osadía para embarcarse en tal aventura. Pero ella es política, "mamó" la política en el seno de su hogar desde niña, puesto que su padre siempre fue el Contralor de la República, en un puesto del que nadie lo movía, parecía eterno, hasta que la exigencia de las circunstancias lo hicieron retirarse definitivamente. Ella, al crecer, no podía ser otra cosa. Y alcanzó a ser ministra de Seguridad y después se convirtió en la primera mujer mandataria de su país.

           Ahora, ¿Cuáles atestados y facultades personales presenta esta señora? Posee una inmensa ambición personal, ese creerse que lo puede todo, que está capacitada para ejercer cualquier puesto en cualquier cargo que le ofrezcan, pero siempre a un altísimo nivel, como su super-ego se lo demanda. Aunque la realidad de Laura Chinchilla es otra, porque fue una presidenta más bien gris, con fuertes trazos de oscuridad en su gestión al frente del gobierno de Costa Rica; incluso, algunas mujeres periodistas con quienes conversamos, dijeron que "era tan pésima gobernante que iba a frustrar que otras damas, en el futuro, llegaran a ocupar el mismo puesto." Aún así, no hay nadie quien pueda convencer a Laura Chinchilla de que ella solo es una mujer locuaz, muy locuaz (que se entienda también que eso no significa que es una "gran oradora", simplemente la señora habla mucho, abre demasiado su boca, pero su mensaje es vacío, porque locuacidad no es lo mismo que esencia), y para manejar al BID se necesita algo más que deseos de mover la lengua de un lado para el otro.

             Y decíamos al principio que los políticos son diferentes al común, precisamente por la inmensa ambición que no la satisfacen con nada; de tal manera, cuando terminan sus períodos presidenciales, ponen sus miradas en los organismos y Universidades internacionales, porque el afán, no satisfecho, es seguir en la retina del gran espectador, algo así como un actor bajo los focos, la pluma de los reporteros y ante las cámaras de la televisión. Esa ambición los impulsa a creerse semidioses del Olimpo griego, dueños de un poder ilimitado que solo en sus imaginaciones existe. Aún recordamos cuando le dijimos a otra política costarricense (Mayi Antillón), quien aparecía en distintos Gabinetes y en distintas carteras ministeriales, si ella tenía esa capacidad para desempeñar tantos cargos públicos y contestó, en medio de una gran sonrisa, que ella podía hacer un gran papel ahí donde la pusiera el presidente. Pero la realidad es otra. Desgraciadamente "ese papel" ha sido siempre nefasto para los intereses del país y pueblo.

            De acuerdo a lo anterior y a lo demostrado por la Sra. Chinchilla, le deseamos fracase en su intención por presidir al BID, porque capacidad es lo que le falta precisamente y le enfatizamos que la ambición no lo es todo en la vida, máxime si va desunida de la inteligencia. ¡A quedarse en casa doña Laura! Es lo mejor para todos.


En Manos de los Irresponsables

 

Parece una pesadilla elevada a la octava potencia y que, al despertar, aún no asimilamos que sea cierta en nuestra realidad diaria: hemos caído en las garras sucias, malolientes y burlistas de los "pachucos", esa ralea que vive dentro de nuestra sociedad, a expensas del país, y desde donde salen todos los males sociales imaginables: delincuencia, vulgaridad, violaciones, pederastia, fanatismo religioso y deportivo, etcétera, etcétera.

              ¿Por qué nos sentimos atrapados por ellos? Nos remitimos a los hechos: en épocas mortales de pandemia, por el coronavirus que nos enviaron los chinos comunistas, quienes desobedecen las recomendaciones del Ministro de Salud y andan en las calles esparciendo dicho virus, son precisamente esos "pachucos" buenos para nada. Los mismos que desecharon la cultura desde que nacieron y aborrecieron la instrucción moral e intelectual, para deambular por el mundo con sus vicios, malos chistes y sus actitudes envalentonadas, sin basamento alguno.

           Han hecho fiestas en sus vetustas y horrendas casas (deprimentes por naturaleza); salen en sus bicicletas o impresentables carros, a consumir licor en los barrios periféricos y no portan mascarillas y mucho menos el gel salvador recomendado.

            Simplemente se niegan a todo ello, porque ellos mismos son negación de lo bueno que produce la sociedad, en lo objetivo y lo subjetivo; y con esa rebeldía sin causa, continúan esparciendo el virus asesino, creado por los chinos. ¿Las evidencias? Estas son: los barrios o caseríos donde han estallado los contagios, son donde esos hombrecillos y mujercillas vulgares viven y han puesto en jaque a la ciudad Capital y a las autoridades sanitarias. 

Ante tales hechos de irresponsabilidad, las Cámaras de Turismo, Comercio y otras que mueven a la economía del país, deberían cobrarles, de alguna manera, a esos "pachucos", a esos fantoches u hombrecillos callejeros, que presumen de ser muy machos, el inmenso daño que han hecho con sus comportamientos pueriles. O sino, que el Presidente de la República "se amarre el cinturón" y les cobre una elevada multa de unos dos salarios/base, cuando sean pillados esparciendo el virus, o su equivalente en días/cárcel. 

         Porque no puede ser que unos infrahumanos como estos, nos hayan relegado nuevamente en nuestras casas, robado la paz y difundido la mortal pandemia, que no cesa, que no se detiene ante nada.


 

China y sus Gobernantes no pueden Quedar Impunes

 

En el caso de que la humanidad no reaccione contra la criminalidad de los chinos continentales, cuando la pandemia sea vencida en definitiva o al menos, atenuada un poco y se pueda salir libremente por las calles sin mascarillas ni caretas protectoras, estará enviando otro mensaje cobarde de que le teme a ese país y sus líderes, del mismo modo como no se actuó valientemente cuando masacraron a miles de estudiantes en la Plaza de Tiannamen, en 1989, cuando exigían libertades y democracia. En aquel entonces, lo que hicieron las superpotencias, detrás de los Estados Unidos, fue "cacarear" únicamente, criticar y después vueltos a callar. Los jóvenes en Beijing se dieron cuenta certera de que estaban más solos que nunca y en caso de otro levantamiento contra el gobierno marxista y el ejército, el derramamiento de sangre y las cárceles estarían prestas para ellos, nuevamente y sin dilación. Era mejor no aventurarse de nuevo en otro proyecto libertario.

             Pero esta vez los chinos han ido más lejos: han creado una pandemia, debido al desaseo de su mercado en Wuhan, y por causa de esas comidas asquerosas, que solo los habitantes de ese país suelen y pueden hacer; y con el coronavirus han infestado a todo el planeta, a la humanidad entera, la han sumido en el pánico, en miles y miles de muertes y afectado destructivamente a los trabajos, los salarios, la estabilidad social y a la economía de todas las naciones alrededor del planeta. No conformes con eso, los mismos chinos han estado vendiendo (¡!) utensilios para la protección de las personas (así lo hizo a España), pero defectuosos (¡!). Es decir, la pésima calidad de los productos manufacturados en este país asiático, junto a su irresponsabilidad flagrante, siguen prevaleciendo en detrimento de quienes les compran y creen, de buena fe, que resultarán beneficiados. 

         El ser humano tiene que reaccionar; aunque no como lo hace Donald Trump, por medio de Twitter, quien, además, es un viejo león desdentado, a quien todos los demás animales de la selva no respetan, porque saben que no pasará de sus ridículos rugidos, pero no representa ningún peligro. Ante esa situación, los diferentes pueblos tienen que idear una acción conjunta, ya sea desde el seno de las Naciones Unidas u otro organismo global, y desde el punto de vista jurídico, porque lo hecho por los chinos es un acto de lesa humanidad, cuyos muertos, solo en los Estados Unidos, superan en número a los  norteamericanos caídos en la Guerra de Vietnam; o los ciudadanos de Guayaquil, en Ecuador, al sacar a sus familiares fulminados por el Covid-19, en ataúdes y colocarlos en las calles, a la espera de que sean recogidos y sepultados, para citar solo dos ejemplos. Son imágenes dolorosas por las que tienen que responder en Beijing, entre otras muchas más alrededor del mundo. Porque ya basta de callar, de tolerar y volver el rostro al lado contrario, después de la matanza de Tiannamen, la invasión del Tibet (la depuración callada de los ciudadanos tibetanos), y la creación del virus pandémico. Hay que situar a esa raza en su lugar y recordarle que, sin el resto de la humanidad, ellos no son nada y deben someterse al respeto y a la justicia internacionales. Una excitativa ineludible e impostergable.


 ¡Pobrecito el Ex-Rector Henning Jensen! (Dicho con Sarcasmo)

 

La nueva ley que pone fin a "las pensiones de lujo" en Costa Rica, entró en vigencia y así todos los delincuentes de cuello blanco, dejarán de robarle al fisco de la República; lamentablemente dicha ley no es retroactiva, porque así hubiese quitado esos beneficios a la gran cantidad de sinvergüenzas que estafan mes a mes al país. 

            En estos momentos, el ex Rector de la Universidad de Costa Rica, el hondureño, nacido en el Departamento de Progreso de aquella nación y nacionalizado costarricense -y con nombre danés además-, Henning Jensen, estará dándose cabezazos contra la pared, debido a que él postergó acogerse a la pensión, con tal de no dejar de lado las facilidades que le daba la Rectoría universitaria, que le pagaba todos los viajes de placer que hacía al extranjero, cuando el capricho lo empujaba a hacerlo. Recordemos que este individuo hizo, con dinero de la Universidad, más de 70 viajes al exterior, en los últimos 8 años, por espacio de más de 440 días. Por supuesto que viajó con todos los gastos pagos: hoteles cinco estrellas, cenas con champagne y demás gollerías, porque el hondureño es amante del lujo sin límites.

          Además, "el plus" que le daba llamarse "Rector de la UCR", era extraordinario en un país como Costa Rica, donde la gente muy sencilla (y también no muy sencilla), babea por esa clase de fulanos, se derriten cuando ven a un sujeto con esos puestos y lo suben a la estatura del mismo Jesucristo. Un complejo muy extraño del ser costarricense, que aún no hemos logrado descifrar. Lo cierto es que Henning Jensen disfrutó a lo grande su alto cargo en la Rectoría universitaria. Pero, si regresamos al meollo de este tema, decíamos que el hondureño nacionalizado costarricense, Jensen, se debe estar dando cabezazos en la pared, porque debió acogerse a su jugosa pensión por la cantidad de 5,896,957 colones, antes de que la ley que le puso final a las pensiones de lujo, fuera aprobada por los diputados y dejara su jubilación apenas en 2,653,630 colones. Dicha ley es la conocida con el número 9,796, aprobada en el Congreso de la República, en diciembre del 2019.

            Es decir, si Jensen se hubiera ido para su casa antes de esa aprobación legislativa, ahora estaría gozando de una jugosa pensión tal y como él cree merecerla, de acuerdo a su inflado ego. ¡Gracias a Dios, el presidente Carlos Alvarado le puso "el cascabel al gato"! Porque no era justo, ni lógico, ni decente, ni plausible, ni decoroso, ni humano, ni digno y mucho menos honrado, llevarse mensualmente esos 5 millones y resto de colones, solo porque fue Rector (un gris Rector), de una Universidad también tan venida a menos en las últimas décadas. 

           En la mansión donde vive Henning Jensen -también pagada con su abultado sueldo universitario-, quedaron en "el cajón de los sueños" nuevos viajes al exterior, más champagne, lociones y colonias de importación, caviar, lujosas cenas en restaurantes de ensueño, joyas para su mujer (u hombre, pues no sabemos su condición sexual), licores, escapadas a las playas, cruceros, etcétera, etcétera, etcétera. "El gran globo" de despilfarro que soñaba este individuo, se lo estallaron con la nueva ley. ¡Bien por Carlos Alvarado y su actitud patriótica!

           Desgraciadamente, la gran "catizumba" de pensionados de lujo (muchos de ellos declarados comunistas en las décadas de los 70 y 80), sigue vigente y cuando algunos de ellos han muerto, no duden que celebramos esos decesos con un sonoro ¡Gracias a Dios por la muerte de ese delincuente con corbata! Porque solo la muerte puede acabar, en Costa Rica, con esa clase de bastardos, sucios y malos costarricenses, que defraudan al fisco mes a mes, año con año, sin pudor ni arrepentimiento.


 Algunos Detalles Deleznables bajo el Fragor de la Pandemia

 

A muchísimas personas no les basta con el grave peligro que tenemos sobre nuestras cabezas, una auténtica "Espada de Damocles", presta a caer sobre cada uno de nosotros y acabar con nuestras vidas, en la figura diminuta -y hasta ahora invencible-, del coronavirus que nos regalaron los chinos continentales. Y afirmamos lo anterior porque muchos individuos están molestando, sacando de las casillas al resto de la población, ya de por sí temerosa y en grandes tractos hambrienta. Repasemos algunos casos:

 * El Gobierno de Costa Rica sigue insistiendo en implementar los impuestos que tenía planeados desde antes de la llegada del virus y crear otras cargas impositivas sobre un pueblo que, en grandes cifras de ciudadanos, han perdido sus trabajos y presentan situaciones de endeudamiento impresionantes e insolubles. 

             * Los diputados -siempre fuera de toda cordura desde que fue inventado el parlamento en el sistema democrático-, anunciaron que se van de vacaciones, cuando el país atraviesa por una verdadera guerra, contra un enemigo invisible y muy poderoso, cuyo nombre es covid-19. Así de ilógicos e irracionales han sido. Es como si 52 soldados le dijeran al General, en media batalla, nos retiramos de la trinchera, porque necesitamos descansar. Esa actitud de los legisladores no solo es una muestra absoluta de inmadurez, tan característica de los costarricenses en varios momentos de sus existencias, sino que revela una inmensa irresponsabilidad y cobardía; así como se lee.. cobardía, porque "a las balas se le debe poner el pecho" y demostrar el material del cual estamos hechos.

           * Acueductos y Alcantarillados (AyA), y la Compañía de Fuerza y Luz, atacaron flagrante y criminalmente al mismo pueblo, cobrándoles recibos por servicios de agua y la luz, arriba del millón de colones. Hubo facturas que rozaron una auténtica locura, al superar a los 3 millones de colones en algunas de esas facturas. Los altos jerarcas de AyA salieron reiteradamente en la televisión explicando lo inexplicable, "cantinfleando"; es decir, haciendo peroratas ilógicas, sin sentido y que nada explicaban en realidad. Y cuando pedimos que la Junta Directiva de esa entidad fuera destituida, los diputados callaron, del mismo modo irresponsable. ¡Es que tienen que irse! ¿Por qué, bajo cuáles premisas morales y técnicas, deben mantenerse en sus pueblos? Les lanzaron los dardos a los corazones de los costarricenses humildes, justamente en medio de la pandemia mortal. Un acto tan criminal como el peor que se pueda ejecutar.

            * El Ministro de Salud, Daniel Salas, es dueño de una tesitura en su voz, que adormece, es soporífero como él solo, no acentúa en las palabras, habla coloquialmente, como un hermano cariñoso que quiere regañar a sus otros hermanos, pero, por el inmenso cariño, no puede ni sabe elevar la voz. Esto quiere decir que tiene que ser más enfático cuando le habla a un sector de los ciudadanos que no quiere comprender que no debe esparcir el virus mortal; y, además de ser más categórico, debería implementar sancioneseconómicas para aquellos que transgredan la salud de sus semejantes. La lista de incongruencias que hemos notado es más extensa; pero, por ahora, bastan solo estas, porque la guerra es de las más cruentas que se hayan librado y no debe haber pausa ni rendición.


 La Primera Dama y sus Amigos...

 

Comprendemos cabalmente que el Despacho de una Primera Dama de la República necesita de muchos asesores, aún más si esa persona se trata de la señora Claudia Dobles Camargo, esposa del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado. Y decimos "más aún", porque esa mujer, convincentemente, tiene fuelle, es de "armas tomar" y tiene en mente un proyecto de gran envergadura, que consiste en el tren eléctrico para el Valle Central y que impulsará al desarrollo y traerá el modernismo, donde otros mandatarios solo volvieron sus rostros hacia el lado contrario, para evitar meterse en una labor tan gigantesca. Trenes aparte, también comprendemos que esos asesores, antes de entrar al actual gobierno, trabajaban en la empresa privada y con excelentes salarios; lo presumimos porque esa es la realidad costarricense, donde la empresa fuera del Estado, paga muy buenos incentivos y el profesional costarricense se preocupa precisamente de eso... de alcanzar sus títulos profesionales. Esta nación es de gente pensante, antes que beligerante. Eso está más que observado por "griegos y troyanos."

          Sin embargo, el problema radica en que, para que esos jóvenes se fueran de la mano con la linda Primera Dama, doña Claudia Dobles, necesitaron que les endulzaran primero los oídos con cifras astronómicas, con mejores sueldos de los que estaban ganando en lo privado. La señora no tuvo más remedio que acceder a esas pretensiones y "el telón ha caído" y hemos descubierto una gollería del tamaño de la Catedral Metropolitana, sita en San José, Capital de Costa Rica. El problema finca también en que todos sabemos que en el seno del gobierno no se trabaja, la burocracia es lenta como caracol con reumatismo; pero veamos las cantidades de dinero que doña Claudia paga a esos jóvenes, con dinero del fisco; o sea... con plata del contribuyente: Silvia Rojas Soto, asesora en Comunicación, percibe 1,550,000 de colones mensuales; además, su novio, llamado Jenner Alfaro Zeledón, también asesor, gana 1,612,000 de colones. Nótese aquí que son pareja y por lo tanto, consuman y practican el nepotismo o los puestos repartidos entre familiares y gentes interrelacionadas.

         Otro caso engorroso es el de Jorge Carranza González, quien, además de ostentar una asesoría en el Despacho de la Primera Dama, es director de la Junta Directiva del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), ente que le paga sus dietas cada vez que sesiona dicha Junta. En Casa Presidencial, ese fulano gana 423 mil colones; también es hijo del cónsul de Costa Rica en Honduras, Didier Carranza Rodríguez, en otro ejemplo claro de los familiares ocupando puestos dentro del gobierno, en claro nepotismo. Dicho cargo en el consulado le paga a este individuo, la suma de 3,178,000 colones al mes, quien tampoco es diplomático de carrera, como lo exige la ley, sino que fue nombrado en aquel país, por el propio presidente Carlos Alvarado. 

       Los demás nombres que aparecen rodeando a la Primera Dama, son: Lucía Artavia Guzmán (salario de 806,950 colones); Marcela Matarrita Zeledón (806,950 colones); Andrea Victoria Fernández Barrantes (1,407,005 colones); Silvia Elena Rojas Soto (565,155 colones); María del Rocío Villegas Villegas (1.089,072 colones); Angie Venegas Jiménez (614,350 colones); y Ester Priscilla Scott Zúñiga (558,707,50 colones). Estas cifras no contemplan otras cantidades a las cuales tienen derecho como son los aumentos anuales y gastos por discrecionalidad y confidencialidad, que, por lo general, superan al millón de colones en cada caso. No cabe duda... es para avergonzarse por tal descaro, por tal desfachatez y en épocas especialmente difíciles, cuando miles de personas normales, sencillas, han perdido sus puestos laborales por causa del coronavirus y se ha dado la caída en picada de la economía en el sector privado.  

         Ante esta panorámica, veremos cuál será la reacción de doña Claudia Dobles, si va a permanecer callada, si los va a seguir acuerpando, amparando y sosteniendo en la Casa de Gobierno o, con hidalguía, les va a pedir sus renuncias. Algo que creemos está en "el cuerno de la Luna"; es decir, una de las tantas circunstancias reales y vergonzantes, que en Costa Rica se transforma en utopía. La prensa nacional también tendrá que insistir; porque si desiste en estos señalamientos... todo quedará en el olvido, algo que sueñan esos funcionarios descarados, para continuar robando el dinero que pertenece al pueblo.


La Manía de Muchos Médicos

 

Imagínese en esta situación: usted llega de emergencia a un hospital subvencionado con nuestro dinero que pagamos religiosamente a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); va acompañado por una hija pequeña, quien sufre problemas en uno de sus intestinos. El caso es grave, la niña se queja de dolores agudos, crónicos, mientras no aparece ningún médico ni enfermera para asistirla. Y así pasan las horas sin que nadie haga nada en nuestro favor. Nos mantenemos sentados en un salón de espera, atestado de pacientes, también en espera.

          Cerca del anochecer le decimos a uno de los guardias apostado en la puerta principal de urgencias, que nos llevamos a la pequeña porque ningún doctor quiso auxiliarla y trataremos de encontrar una solución afuera, aunque nuestra cantidad de dinero en los bolsillos es casi nula. El hombre se conmueve y va a buscar a un facultativo y aparece un grupo de cinco o seis de ellos, cuando ese mismo guardia nos había dicho minutos antes que no habían cirujanos disponibles.

         Para no extendernos en el relato, la niña finalmente es internada y nuestro corazón siente una vaga tranquilidad, el cansancio parece haberse adormecido; en una esquina los doctores discuten entre ellos acerca del caso de la niña, quien yace acostada en una de las camas del salón. Yo me siento junto a ella, le tomo la mano y trato de calmarla y nos envolvemos en una atmósfera de ternura entre padre e hija. De pronto, de la nada, aparece un médico alto de estatura, con cara de señorito a quien sus padres lo enviaron a estudiar al extranjero seguramente y con gesto de cinismo, sin preocuparle un ápice nuestra preocupación y angustia, nos suelta: "Ustedes están aquí en este hospital gracias a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) -aquel energúmeno parecía un locutor leyendo un comercial ante la televisión-, y cada día que permanezcan aquí la Caja gastará 120 mil colones diarios." Nos saca en cara el costo económico de nuestra emergencia, cuando los asegurados somos quienes pagamos y sostenemos a la CCSS y lo que es peor... ¡Le pagamos su sueldo a ese médico afeminado que nos está insultando en medio de nuestra desgracia!

          Es cuando me acordé de que tengo un carácter infernal cuando de injusticias se refiere y le digo que se "vaya a la mierda", que a mí me rebajan de mi giro una cantidad de dinero mensual importante y que estoy pagando la estadía de mi hija, que nada es gratuito para los dos. El imbécil se va por donde apareció, no sin antes escuchar de mi boca: "¡Y no vuelva por aquí si no quiere que lo denuncie, maldito!" Pues esa fea experiencia nos sucedió a mi hija y a mí, en el Hospital de Niños hace ya muchos años atrás y quedó indeleblemente grabada en mi memoria para siempre.

           ¿Un médico sin honor? Sin duda. ¿Un médico sin humanismo? Indudablemente. ¿Un cualquiera que se las quiso dar de listo ante un padre angustiado y su niña sufriente? Por supuesto que sí. Uno de esos tantos mal paridos que se roban los sueldos en los hospitales y clínicas de la CCSS y que no sirven para servir y mucho menos para vivir. Yo me he encontrado con varios de ese tipo en mi ya dilatada vida y por más que trato de soportarlos, digerirlos y comprenderlos, no he podido... ni podré.

           Esta narración la pongo de manifiesto porque escuché recientemente al Presidente Ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, hablar de cifras y espacios físicos que se están llenando por causa de la pandemia china, el coronavirus; el fulano me resultó indeseable hablando de dinero cuando ellos mismos repiten que "es más importante la salud" que la necesarísima reactivación económica del país, en momentos cuando el desempleo y el hambre golpean a los hogares de muchos costarricenses. Su discurso debió ser otro, debió tocar corazones y sentimientos, con un mensaje humano y nunca financiero. Porque, por encima de lo monetario, la CCSS fue fundada en Costa Rica para brindar ayuda, esperanza, curación y vida a los ciudadanos y no para enriquecer o pagar sobresueldos a médicos sin alma, como los que yo he conocido. En un centro médico y en medio de la zozobra, no es válido, no es lícito ni "de recibo" tocar el sórdido tema del dinero. Eso se queda para los financistas, los contabilistas y los desalmados que solo en cifras piensan. En estos momentos priva lo humano sobre lo material, aunque a los señoritos que viven a nuestras costas, no les gusten nuestras posibles respuestas.


 Cuando todo se hace por Dinero y la Honorabilidad es un Término

Olvidado

 

La pandemia que los chinos crearon y han diseminado por todo el mundo, sigue fluctuando y siempre con mayor fuerza que en los primeros días. Ver a las personas morir, a sus féretros acumularse en las calles y aceras de cualquier ciudad de cualquier país, además de aterrorizar a quienes quedamos vivos, debería ser un acto de profundísima reflexión e implorarle a Dios, ese Dios bueno que sabemos que existe y está presto siempre a ayudarnos, para que quite de un tajo al covid-19, el invento de los chinos, tan frío, tan bestial y tan asesino. Pero no. No es así. En lugar de tocar las fibras más profundas de nuestra humanidad, a muchos otros les complace causar más daño sobre el daño ya ocasionado por el coronavirus y se lanzan a hacer ese daño en las gentes, especialmente las pobres y empobrecidas bajo estos sistemas salvajes que están sobre nuestras cabezas.

          El mal ejemplo lo ha dado una Institución en Costa Rica, que se encarga de distribuir el agua potable por todo el país y se llama Acueductos y Alcantarillados (AyA), que, de un modo bestial, distribuyó cobros en gran parte de la ciudadanía, con montos excesivos; es decir, hubo quienes pagaban 15 mil colones por mes por concepto de gasto de agua y les cobraron últimamente más de 1 millón de colones. Las filas, en medio de la pandemia china, se hicieron interminables en las aceras aledañas al edificio central de AyA. Adentro, los trabajadores se paseaban por las oficinas y pasillos, muchos de ellos esbozando sonrisas socarronas, como si aquel espectáculo (la preocupación de los afectados), fuera un motivo para divertirse. ¡Se veían tan relajados y sin albergar un ápice siquiera de remordimiento por los daños causados!

         Los cobros excesivos, altamente desproporcionados, alucinantes y sumamente exagerados, fueron hechos a lo bestia, con el mayor salvajismo posible, con la misma furia de un asaltante en un callejón de una ciudad cualquiera, por la noche, a un caminante distraído. Hubo madres de familia solas, quienes habían perdido sus trabajos por causa del coronavirus chino, que sostenían en sus manos en las oficinas de AyA, facturas por 5 ó 7 millones de colones por el supuesto consumo de agua. Los trabajadores de esa Institución salían y entraban en medio de bromas, chistes malos y sonrisas irónicas, todavía sin importarles el dolor ajeno. Afuera el covid-19 chino seguía haciendo estragos.

          Ante tales bestialidades, las preguntas que revolotean en nuestras cabezas son: ¿Para qué y por qué cobraron esos dineros escandalosos a las personas sencillas? ¿Qué se estaba asegurando el personal de AyA con ese dinero: sus aguinaldos, los sueldos futuros de ellos, cuando el país, la Banca y el Ministerio de Hacienda colapsen por culpa del coronavirus chino? ¿O será que la misma Institución se ha metido en obras que carecen de financiamiento y estaban buscando la forma de terminarlas con el dinero de los pobres y humildes? No sabemos las respuestas, pero que fueron unos desalmados con esos cobros... lo fueron.

         Ante tales muestras de deshumanización, las críticas generalizadas del pueblo y la prensa costarricense, los directivos de Acueductos y Alcantarillados (AyA), debieron mostrar un poco de vergüenza, honorabilidad y gentileza y renunciar a los pocos días; pero eso no ha sucedido, no ha sido así, ahí continúan en sus puestos, devengando salarios altísimos, tales sus costumbres. Un periodista le preguntó al Presidente de la República, Carlos Alvarado, por qué no les exigía que entregaran sus puestos, y este joven, sin hacer uso de aquello que tenemos los hombres entre nuestras piernas (testículos), se negó a despedir a la Presidenta Ejecutiva de AyA y a su grupo de subalternos delincuentes. Más bien dijo en su defecto que "los responsables del desaguisado fueron removidos de sus cargos y están bajo investigación para sentar las responsabilidades." ¡Otra mentira de este muchacho llevado equivocadamente a la presidencia de Costa Rica, porque ahí siguen los mismos directivos de AyA, como si todo se tratase de un mal chiste.

          El resabio que extraemos de esta situación nos dice que vivimos indefensos en un país des-gobernado por cobardes, ladrones de escritorio, gente deshumanizada y oportunista y que conocen si la palabra "honor" se escribe con "hache" o sin ella. Mucho menos saben la manera de aplicarla en sus vidas y trabajos. Es la basura humana que actúa en beneficio de ella misma y nada más.


 (Estamos) En Manos de los Jóvenes ¡Gracias a Dios!

 

No se trata de que los jóvenes sean mejores que los viejos o viceversa. Cada edad tiene sus virtudes y defectos, sus ventajas y desventajas; y en cuestiones políticas "hay que saber cuándo llegar y cuándo retirarse." Es así como hemos visto a políticos ancianos, en el caso particular del ex canciller alemán, Konrad Adenauer, quien asumió el mandato de su país siendo muy longevo y le correspondió la descomunal tarea de reconstruir al país después de la Segunda Guerra Mundial; además, convertirla nuevamente en potencia económica global y dar la cara al resto de la humanidad, cuando su pueblo y ejército eran acusados de crímenes monstruosos durante la conflagración armada. ¡Y lo hizo de maravillas! Quizás un joven en el mando de esa nación no lo hubiera hecho mejor. Talvez... 

           Pero también se da el caso contrario en países donde sus presidentes y líderes políticos han sido también ancianos o pasados de la edad madura y lo que han causado son verdaderos estropajos y han desgraciado las vidas de muchísimos ciudadanos. América Latina está lleno de esos ejemplos con Juan Domingo Perón y Carlos Saúl Menen, en Argentina; Carlos Andrés Pérez, en Venezuela; Balaguer, en República Dominicana; los hermanos dictadores de Cuba, Raúl y Fidel Castro, y un largo etcétera que no acaba. Es decir: entre más viejos... más inútiles han sido; y lo que es peor...esa inutilidad se ha convertido en una peligrosa arma que ha causado un incalculable daño a sus respectivos pueblos, porque ha ido en contra de la economía, la generación de riqueza, de progreso, empleo y bienestar general.

          En Costa Rica, América Central, dos grupúsculos comandados por líderes viejos, la mayoría de ellos terratenientes, oligarcas cafetaleros y "amigotes" componentes de círculos fuertemente cerrados que no permitían ingresar a nadie que no tuviera un apellido rimbombante, de supuesta familia "con clase", y mucho menos si no era potentado capitalista igual a ellos, fueron los que dirigieron al país desde 1948 y no dejaron de regir el presente y el destino de esta nación, hasta que no cayeron bajo el peso de sus propios actos corruptos y por la misma naturaleza que los hizo envejecer y los envió a todos hacia los cementerios por muerte natural o a sus mansiones, encerrados finalmente.

          Sin embargo, el lastre que dejaron fue doloroso, especialmente en el mal manejo de la economía y en sus repercusiones:  el aumento de la pobreza y la casi desaparición de la clase media. Esos viejos, ya muertos o enclaustrados en sus lujosas casas adquiridas con el dinero que usurparon del Estado costarricense, echaron por la borda al sistema educativo (sino recordemos al liberacionista Antonio Pacheco y su servilismo, su rastrera actitud permanente hacia Oscar Arias); también a la seguridad social, tanto en medicina como en el aspecto delincuencial; es decir, debido a la negligencia de esos viejos, el país, la sociedad general, se fue perdiendo, empobreciendo y haciendo cada vez más violenta a la par de inculta.

           Recordamos perfectamente la conversación que sostuvimos con uno de esos longevos, ya retirado de los avatares de la política, después de que se "amamantó" durante décadas de los beneficios que le dio esta misma, quien nos dijo con toda arrogancia que "cinco diputados de ahora (jóvenes), no hacen siquiera la mitad de uno de nosotros." Y al cabo de los años, hemos visto que esos muchachos que llegaron inexpertos a la Asamblea Legislativa, en estos momentos manejan el asunto de las leyes con verdadera pericia y admiración. Y el viejo elitista al que nos referimos, perteneció a uno de los peores gobiernos que ha habido en Costa Rica, que fue el de Rodrigo Carazo Odio (1978/82), y que solo ultrajes, errores de bulto y destrozos causó, no solo en esta nación, sino en todo el istmo centroamericano y talvez más allá, en el hemisferio occidental. Tales las bestialidades que cometió de manera consciente y por culpa de su propia impericia y falta de capacidad. ¡Viejos... viejos de ese talante están llenas las prisiones alrededor del mundo! La vejez no garantiza ni la calidad humana ni la profesional y tampoco la hidalguía ni las buenas intenciones.

           Aquellos viejos acantonados en los dos partidos mayoritarios -y en el comunista también-, eran un derroche de arrogancia, de ese creerse que "yo lo puedo todo, lo humano y lo divino juntos", de prepotencia y de menosprecio a quienes éramos jóvenes en sus épocas y no pertenecíamos a sus círculos de poder.  Pero hoy, al observar las noticias por la televisión, no dejo de exclamar: ¡Gracias a Dios son caras nuevas las que están en la política nacional; y los culpables de todos los errores y entuertos que estamos sufriendo actualmente, ya están metidos en sus mansiones, impunes, pero ya no pueden hacer más daño! El error sería sacarlos de sus féretros, "resucitarlos", y darles cargos en los sucesivos gobiernos. Recuerden, entre otras cosas, que el cerebro del hombre se va estrujando, empequeñeciendo, conforme envejece; y si fueron incapaces con menor edad, con el cerebro achicado actuarán peor, indudablemente.

           Ya tuvieron sus oportunidades y desgraciaron al país... ¡Ahora váyanse y dejen que las nuevas generaciones tomen el mando!


Los Corruptos no Respetan a Nada

ni a Nadie

 

En plena pandemia china, cuando muchos costarricenses han muerto en sus casas y hospitales (casi 300), y el desempleo ha golpeado a más de medio millón de personas, quienes sufren hambre, desalojo de sus viviendas de alquiler y otras calamidades más, los corruptos enquistados en el gobierno siguen con sus actos descarados. Repasemos los últimos casos de las infracciones a la moral y al erario del Estado, que estos han cometido en los últimos días... 

          El presidente ejecutivo de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Román Macaya (volvemos a la problemática extraordinariamente engorrosa de los apellidos en los gobiernos), ha dicho reiteradamente que no supo nada de la compra de 12 millones de mascarillas quirúrgicas para usarlas en los centros médicos, por la bicoca suma de US$4 millones, en medio de una crisis económica alarmante, peliaguda y profunda, casi idéntica a la que causó Rodrigo Carazo a inicios de la década de los 80.  Dicha compra se hizo a una empresa sin experiencia en lo que atañe al suministro y distribución de implementos médicos. Ante tal situación, Macaya tiene que irse. Tiene que renunciar si le queda un poco de vergüenza y con él, todos los amiguetes suyos inmersos en ese acto corrupto. El descaro de ese alto funcionario radica en que se alinea con la probidad y finge asombro por tal error cometido por sus subalternos; pero él, en su papel de responsable máximo, tiene que renunciar, levantar el guante que le ha lanzado la prensa y la opinión del país y largarse por donde vino; aparte si se le abre un proceso judicial, que bien se lo merece.

             En segundo término, Acueductos y Alcantarillados (AyA), la misma que cobró recibos por millones de colones por consumo de agua a millares de costarricenses humildes, no conforme con esa barbaridad canallesca, gastará nada menos que 40,500 millones de colones, cuando miles de ciudadanos no tienen siquiera un pedazo de pan en

sus despensas para paliar el hambre originada por la pandemia que nos vino desde China. La cúpula de AyA contratará a una empresa externa para que efectúe estudios y encuestas para medir los servicios que esa Institución presta y la percepción de la rectoría en Asadas, Municipalidades y los Servicios Públicos de Heredia. Sin duda tienen el cerebro en el trasero y el trasero en la cabeza dichos funcionarios. Es para que la policía judicial intervenga esas oficinas, las allane, y detengan en el acto a esos personeros bajo los cargos de prácticas corruptas y despilfarro del dinero público. Pero si se encuentra que la empresa contratada pertenece a algún familiar de un directivo de AyA, el problema se agigantaría y la corrupción subiría hasta los desagües; porque no sería nada extraño que se contrate a compañías ligadas con gente de AyA.

            Finalmente, el presidente de la República y su esposa se fueron de vacaciones a un hotel propiedad de un hijo del ministro de Coordinación y Enlace con el Sector Privado (¿?), André Garnier (nótese nuevamente otro apellido que viene sonando en distintos gobiernos desde que tenemos memoria), y éste, además, le cobró el viaje al mandatario por US$930, en un helicóptero que carece de permiso para su uso comercial. Las preguntas que se desprenden de este otro acto corrupto son: ¿Con cuál dinero pagó Carlos Alvarado el viaje y la estadía en el hotel? ¿Fue dinero de la "caja chica" del Estado o de su propio bolsillo (esto último es improbable desde todo punto de vista)? ¿Cuánto costaron en total esas vacaciones? ¿Por qué aparece como intermediario Garnier y de dónde salió ese "rimbombante" ministro que hasta ahora sabemos de la existencia de su Cartera y a qué se dedica realmente ese extraño y estrafalario ministerio? El presidente Alvarado, por el momento, calla; mientras la indignación crece y crece conforme pasan los días. Los periodistas tenemos la obligación de que "ese fuego" no se apague y se investigue hasta las últimas consecuencias. También, el extraño personaje André Garnier, barbado y de apariencia personal desaliñada, impropia para un alto funcionario gubernamental, tiene que renunciar, irse para sus empresas privadas o las de su hijito y ponerse a la orden de la fiscalía general.

         Los tres casos que hemos comentado resumidamente, están ampliamente documentados, de tal manera que no dejan dudas de los ilícitos; ahora le corresponde a la justicia hacer lo que tiene que hacer; entre otras cosas, llamar a declarar a los implicados, exigirles sus renuncias impostergables a sus cargos y elevarlos a procesos judiciales. ¡Pero ya, sobre el ya, sin demora, sin dilación! Y lo lamentable, lo triste, radica en que toda esa basura que han causado, lo han hecho en medio de las matanzas por el coronavirus chino, la crisis económica del país y el hambre de muchísimos hogares. Los corruptos no respetan a nada ni a nadie, en ningún lugar ni época alguna. Eso es evidente.